miércoles, 28 de septiembre de 2011

VOLVER A EMPEZAR: TIEMPO DE POLLOS.


Estas dos imágenes que vienen a continuación, sacadas de internet, nos muestran las dos posibilidades que tenemos para hacernos con los pollos para reclamo: campo y granja.


    

Todos los años por estas fechas, en unos casos más y, en otros, menos, los aficionados a la “jaula”, andamos con nuestros cincos sentidos puestos en dar con el “mirlo blanco”. Así, llamadas telefónicas a personas relacionadas con este mundillo, consultas y más consultas a diferentes webs, contactos con amigos, viajes a lugares más o menos distantes para ver el “material”…, son el pan nuestro de cada día en la búsqueda de ese pollo con el que tantas veces soñamos y que, de una vez por todas, nos gustaría tener en una de nuestras jaulas. Es más, aunque tengamos “ganao” de sobra, siempre, cuando el otoño apunta en el horizonte, nos sentimos embrujados por ese algo, difícil de definir, que hace, en la mayoría de los casos, que busquemos un hueco en donde es complicado encontrarlo. Está claro que el tan ansiado “vellocino de oro”, siempre anda rondando nuestras cabezas y, aunque hagamos mil esfuerzos por no enjaular ningún pollo,  volveremos a tropezar en la misma piedra que en años anteriores y, al final, para más inri, resulta que no es uno, sino son varios.
Por consiguiente, es en este momento cuando surge el gran problema: lo que buscamos, ¿de dónde debe proceder, del campo o de una de las muchas granjas que se dedican, con más o menos rigor científico y seriedad, a la cría de la perdiz roja?
Han pasado muchos años desde que dichas empresas cinegéticas empezaron a proliferar en busca de satisfacer a muchos cazadores, ávidos de conseguir buenas perchas de patirrojas, en las cada vez más diezmadas poblaciones de perdices salvajes de muchas fincas de nuestra España  –la mayoría de las veces por la malísima gestión llevadas en ellas- y, de camino, hacer buenos fajos de billetes. Sin embargo, desde hace unos años, dichas empresas han dado un giro de trescientos sesenta grados y ya no buscan la cantidad, sino la calidad del “género” que producen. Así, trabajan y luchan denodadamente para conseguir esa pureza genética que haga que la perdiz salida de sus instalaciones pueda competir en un alto porcentaje con la que se cría en libertad. Es más, aunque ya nos meteríamos en un mundo complicado, porque nadie sabe cómo es un miura hasta que está en el ruedo, seleccionan y vuelven a seleccionar, unas veces con éxito y otras sin él, lo mejor de su “ganadería” para que, una vez en la plaza –en el repostero para ser exacto-, “salgan a hombros tras haber cortado las dos orejas y rabo”.
Por el contrario, si lo que “trabajamos” para reclamo, procede del campo, el tema es peliagudo. Porque, si ya de por sí hay poca sangre 100 por 100 auténtica perdiz roja salvaje en las tierras de nuestra piel de toro, si los cerca de cuarenta mil pajariteros/as que sacamos la licencia de caza reglamentaria en nuestra querida Andalucía -39.097 exactamente en esta pasada temporada-, más los que no la sacan –que son bastantes-, lo consiguiéramos de dicha procedencia, nos meteríamos en un  problema morrocotudo. Ya que…, si cada jaulero, encerrase cada año tres o cuatro pollos, algo muy normal, el resultado sería que nuestros cotos, no muy sobrados de patirrojas, tendrían doscientos o trescientos mil pájaros menos. Y eso, si contamos solo los enjaulados. Si nos ponemos en los que se capturan para tal fin, pero no llegan a reclamos porque sus características no son las más adecuadas, o perecen en el intento, nos podíamos ir al doble e incluso a triple de los reseñados anteriormente, lo que no deja de ser una auténtica barbaridad. Pensemos solamente cómo estarían nuestras campiñas y sierras si un año le quitáramos seiscientos o setecientos mil pájaros –si es que los hubiera de los que tenemos en mente- y, máxime, si la temporada ha sido mala de cría.
Como puede apreciar cualquiera, sin que haga falta ser una lumbrera para ello, es una patata más que caliente y, además, que todos/as detectamos y ninguno queremos tenerla en nuestras manos. Pero muy a pesar de ello, año tras año, por estas fechas, cuando el largo estío da las últimas boqueadas y el fresquillo otoñal se asoma por los amaneceres, seguimos con el erre que erre: campo, campo y campo.
Porque se quiera o no, aunque un buen reclamo sale de un huevo puesto por cualquier perdiz en cualquier sitio –frase más que utilizada para nuestro contento personal, cuando hay lo que hay-, una gran mayoría sigue pensando que, aunque sea cierta dicha cita, el monte proporciona ese punto de calidad y oficio que nunca llegan a ofrecer los criados en cautividad. Posiblemente sea verdad, aunque hay quien discrepa frontalmente con tal afirmación y puede poner multitud de ejemplos para reafirmarse en su teoría. Pero, lo que sí es meridianamente cierto e irrefutable es que las pequeñas, medianas y grandes superficies acotadas de nuestra Comunidad no podrían producir, bajo ningún concepto, la demanda de noveles para reclamo. Esto es así, nos guste o no nos guste.
MORALEJA:
Si campo quieres cazar, granja has de enjaular. Si no, aunque no te gustará, granja y granja tendrás para apiolar.

lunes, 26 de septiembre de 2011

UNA BELLEZA ARBÓREA: LA JACARANDA.



            Estas atractivas y llamativas imágenes que se pueden ver a continuación pertenecen a un conocido árbol, originario de Argentina y Brasil, llamado jacaranda o jacarandá. No le debe resultar muy difícil reconocerlo a nadie, porque, puebla muchos parques, jardines y avenidas de la casi totalidad de poblaciones andaluzas.
            Lo curioso de este árbol, aparte de su bello porte y la majestuosidad de los racimos de sus flores lila-celestes, es que pierde sus hojas cuando empieza la floración, allá por el mes de abril. Luego, muy al contrario de los otros caducifolios, se queda sin hojas en la primavera, cuando a los demás empiezan a salirles. Por el contrario, todo el invierno, a diferencia de ellos, lo pasan llenas de verdor. Además, su floración, dura desde la primavera hasta el otoño, como se puede comprobar en estas fotos tomadas en ambas fechas –la primera de abril y, el resto, del miércoles pasado-. Sus hojas son parecidas a los helechos y sus frutos están formados por unas cápsulas que, al abrirse, parecen unas castañuelas con un nervio central cargado de semillas a ambos lados.
            Sobre este bello y familiar árbol que, en algunas épocas del año tiene el color del cielo, existe una leyenda en Argentina que nos relata la historia de un caballero español que se trasladó a aquellas tierras (provincia de Corrientes), al igual que otros muchos, en la época de la colonización española, para afincarse en ellas y conseguir buena posición social y riquezas. Pero, al enterarse de que su hija Paqui se había enamorado y escapado de casa con un nativo -Mbareté-, porque se amaban apasionadamente, en un ataque de ira, mató a la pareja y, en el lugar del parricidio, brotó un gran árbol, una jacaranda que tenía la fortaleza del joven. y las flores, azuladas como los ojos de su hermosa hija.
 Las tres fotos siguientes pertenecen a dos épocas distintas del año. La primera, sin hojas y totalmente en flor, corresponde al mes de abril. Las dos siguientes, del miércoles pasado. Por tanto, más de cinco meses de floración, de maravillosa floración.



Este racimo de flores resulta una verdadera y agradable belleza para quien se para a contemplarla.



Las tres siguientes, nos muestran las hojas y el fruto de la jacaranda.




jueves, 22 de septiembre de 2011

NUESTRA FLORA POCO CONOCIDA: EL AZUFAIFO.


               Con este componente de nuestra flora, doy comienzo a una serie de páginas dedicadas a árboles y arbustos, más de estos últimos que de los primeros que, aunque en diferentes zonas de Andalucía,  son relativamente comunes, en otras son casi desconocidos para la mayoría o, por lo menos, para algunos. Así, cada cierto tiempo, haré mención a uno de ellos.

       EL azufaifo,  azofaifo o jinjolero -Ziziphlus lotus- es un arbusto caducifolio, muy longevo y no muy conocido por el gran público.  Puede desarrollarse en cualquier clase de terrenos, incluso en los más áridos y con poquísima agua. Suele medir hasta ocho o diez metros de altura –lo normal es entre tres y cinco-. Su tronco suele ser recto, con bultos y con la corteza arrugada. Sus ramas están pobladas de numerosas espinas. Las hojas son de color verde muy brillante y fruto que se recolecta a finales de verano o principio del otoño –una drupa en forma de aceituna llamada azufaifa de dos o tres cm- de color verde en un principio, luego alterna el verde y marrón-rojizo  y, por último, rojo apagado. Su sabor es amanzanado y dulce, pero, a la vez, un poquitín ácido. Puede comerse como fruta natural o una vez desecada, sin abusar de ellas,  por ser pesadas para las digestiones.
            Curiosamente, de este árbol, tengo gratísimos recuerdos desde mi niñez, ya que, por aquellas fechas, más de un día y más de dos, me puse “morao” con las azufaifas de los dos árboles que había en el olivar del campo del abuelo Vicente y, otro, en el corral del tío Jerónimo. Luego, durante bastantes años, perdí el norte de él, hasta hace unos seis o siete que, en casa de un familiar de mi mujer –el tío Antonio González-, de procedencia almeriense, se quedó sorprendido al yo reconocer la frura de este arbusto, cuando él tenía la certeza de que era poco conocida por la zona occidental. Posteriormente, hace tres años, un buen amigo, Gabriel Caballero, me las dio a probar, recién cogidas, de un azufaifo que tiene en el patio de su chalet de Chipiona. Por último, hace dos semanas, un compañero de trabajo, Juan Jesús, me habló de uno que tiene en su parcela de San Juan del Puerto y del que proceden estas imágenes.
         


En estas tres primeras imágenes se ve, en primer lugar, a Juan Jesús, un verdadero apasionado del campo, al lado de su frutal. En la segunda, una rama cagargada de fruto y, en la última, un primer plano de varias azufaifas en una rama y, para no ser menos, la "espinita" al lado.






En ésta que viene a continuación, se aprecian las púas que abundan en las ramas de este frutal arbustivo y que, más de una vez, hace sangrar a quien anda de recolección.


Para terminar, un buen plato de esta, para muchos/as, desconocida, pero, bella y apetitosa fruta.


Bibliografía: Wikipedia.

martes, 20 de septiembre de 2011

LA MUDA TOCA A SU FIN.



            Cuando el otoño empieza a ganar la partida al cálido verano, nuestras perdices que, allá por mediados de junio, dieron comienzo al cíclico cambio del plumaje, se encuentran en la fase final del mismo.Todavía les queda sobre un mes más de sufrimiento, pero, puede decirse que, lo gordo del pelecho ya ha concluido.
            Por esta época, cuando nos acercamos a los cajones u otros departamentos de “veraneo” y muda, para ver como marcha el tema, podremos observar que las plumas grandes -rémiges/remeras primarias y secundarias, timoneras, las "habas" y plumones- casi ya no ocupan lugar sobre la tierra de los mismos. Quizás,  veamos alguna de ellas, procedente de pájaros que han empezado la pelecha tardíamente u, otros que, ya maduritos, les cuesta más trabajo desprenderse de la vieja vestimenta. Pero, el resto, está en la recta final de la misma.
          Desde hace algún tiempo, sobre unos veinticinco días aproximadamente, nuestros reclamos comenzaron a soltar la pluma mediana -las coberteras- y, algunas de las más pequeñas, como las del cuello, collareta y cabeza que, en estos momentos, se encuentran  en plena “ebullición”. Así, si miramos los suelos de nuestros departamentos de muda, observaremos que está prácticamente repleto de este plumaje minúsculo y así continuará,  hasta que las temperaturas empiecen a descender, allá por mediados de octubre.
           Una vez llegada la hora del recorte, en mi caso, sobre mediados de noviembre, podremos observar que, algunos de los reclamos que forman nuestro jaulero no han soltado todas las rémiges secundarias -las diez más pegadas al tronco-, es decir, todavía le quedan algunas procedente del recorte anterior (yo lo sé, porque sobre abril, les corto todas las puntas para luego comprobarlo). Ello significa que la muda ha sido sólo parcial y puede que, sobre final de año, se vuelva a reactivar -extemporánea-, con el peligro que conlleva.
            Aunque es motivo de otro tema ya tratado en el blog, ni decir tiene que, durante esta complicada fase de la vida de un reclamo, la alimentación equilibrada, la limpieza de habitáculos y bebederos, cambio periódico de la tierra y la administración de aminoácidos con vitaminas son elementos esenciales que ayudarán, y en qué grado, a una perfecta muda, base fundamental, sobre la que se cimentará el buen “funcionamiento” del reclamo.
            Para finalizar, no es conveniente, a la hora del recorte, el acercarse mucho al alón, ya que, si procedemos así, a nuestros reclamos les costará mucho más trabajo el desprenderse de las remeras primarias -las diez iniciales de cada ala-, que son las que yo suelo cortarles.

Estas son las plumas que, al día de hoy, se encuentran en la mayoría de los departamentos de muda: muchas plumas de la cabeza  y cuello (1 y 2) y algunas  "habas" (3)/ rémiges o timoneras (4). Dentro de un mes, ya no quedarán, si todo se ha desarrollado normalmente, restos de la pelecha.




En estas dos instantáneas, se aprecia la muda en un mismo pájaro. En la primera, se ve cómo tiene todas las remeras ya nuevas, al igual que las plumas del cuerpo. Por el contraio, en la segunda se puede observar la cabeza y collareta con plumaje incompleto por la pelecha.



sábado, 17 de septiembre de 2011

PASEO MATUTINO


        Esta mañana, después de hacer noche en Aljaraque, por las "necesidades del guión" que deben cumplir los abuelos, como es mi caso, me he levantado tempranito y he salido a pasear por el entorno. Como han descendido las temperaturas, la mañana estaba fresca, ideal para salir al campo. Por el camino, pude apreciar que,   las primeras hojas otoñales, empiezan a ocupar sitio en muchos rincones, como se puede apreciar en esta imagen.


        El romero totalmente florecido, aunque ya de paso, estaba precioso.


        El lentisco o charneca, no era menos con sus sugerentes bayas rojas. No muy lejos, el acebuche, cargado de frutos, está en espera de que, muchas aves, se acerquen hasta él para probar tan sugerente plato, una vez totalmente madurado.




        En otro rincón, pude observar la bella inflorescencia de la cortadera o "jopo" de zorro.


        Andando, andando, me tropecé con varias plantas de estramonio, de moda últimamente, por las muertes que ha provocado.


         Estas artesanas de las redes dan de vez en cuando buenos sustos, ya que sus tamaños, algunas veces, imponen un poco.


        Y lo sorprendente, por estas fechas, por supuesto, es la invasión de caracoles que, aprovechando las condiciones de la mañana, andaban un poco atareados buscando el poco alimento que encuentran en esta época. Está claro que, muchos seres vivos, con la actual meteorología, no saben en qué época viven.






Al igual que los caracoles, este abejón andaba saboreando una flor de jazmín. En la siguiente, las componentes de un avispero se calientan un poco alsol.



domingo, 11 de septiembre de 2011

JORNADA DE CAZA Y CAMPO EN "COMEUÑAS".


El pasado jueves, con la compañía de mi "socio" Rafa, asistimos por la tarde, junto a mi hijo Pablo, a una tirada de palomas en la finca "Comeuñas" (Gibraléón/Trigueros), propiedad de la familia Cuadri. En ella, pastan las reses bravas de la célebre ganadería del mismo nombre que, D. Celestino, puso en marcha en 1.954 y que, en la actualidad, está regentada  por su hijo D. Fernando.

La jornada cinegética no estuvo nada mal, ya que mi hijo, cobró cuarenta y dos,  entre zuritas y torcaces.

Una vez terminada la tirada, nos acercamos por el cortijo y charlamos un rato de cómo había ido la jornada. Al mismo tiempo, pudimos observar las muchas fotografías y recuerdos de diferentes momentos de la ganadería y de sonados triunfos de algunos de los astados criados por estos lares.


Una imagen de mi hijo en el puesto, del vuelo de las palomas, de la percha lograda y de uno de los frontales del salón del cortijo.





Silvio, espectacular y noble mastín, guarda la casa de la propiedad en unión de otras dos hembras de la misma raza. Su simple mirada impone, por lo que no sería yo quien me acercara de noche por las inmediaciones de la misma.


Pues, hablando, hablando, quedamos con el mayoral, D. José Escobar, en visitar la ganadería, en el día de hoy y, observar "in situ" y de cerca, las labores llevadas día a día con el ganado. Para ello, Rafa y yo nos montamos en un tractor que transportaba la comida para las reses y con la ayuda, primero de Juan Antonio -empleado de la finca- y, luego, de Celestino Cuadri Jr., nos fuimos enterando de qué, cómo y cuándo se hacen las cosas con los añojos, erales, novillos, utreros y toros que dan vida y gloria a tan afamada y carismática ganadería.

En la primera imagen, tomada a primera hora de la mañana, se puede observar a Juan Antonio, repartiendo la comida, ante la atenta mirada de los utreros que ,el año próximo, se lidiarán en Sevilla, ya con cinco años. En la siguiente, tengo al fondo los citados toros, pero un poquitín lejos.
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La foto siguiente pertenece a un semental de cabestros y un precioso añojo, que luego se destinará a tal cometido.



Ante los noveles, sí me atreví a estar bastante cerquita de ellos. Anualmente,  la ganadería consigue camadas de entre 3o y 60 ejemplares machos - este año ha sido flojita con solo 36 añojos- que, en un futuro próximo, darán gloria y prestigio al hierro, si hay espadas que no les importa ponerse delante de ellos y que, además,  sepan el "género" que tienen entre manos, cosa que nos es nada fácil cuando hablamos del toro de verdad, como es el que cría la familia Cuadri en esta finca.


Vista parcial de los corrales y del embarcadero de ganado de Comeuñas.


Estos dos espectaculares y bellos utreros están destinados, en principio,  para la feria de Madrid del próximo año.




Estos  cinqueños se lidiarán, junto a otros hermanos, en la próxima feria del Pilar de Zaragoza 2011.



El mayoral, D. José Escobar con los toros de Zaragoza y dándole "caña" a su tadicional puro



En esta instantánea, estoy acompañado por un "peazo" de chaval, con el que coincidí en la ganadería, Mario García Santos que, con once añitos, ya ha publicado un libro, que dicho sea de paso, me regaló un ejemplar con dedicatori incluida, - Mis saberes sobre el toro- relacionado con el mundo de las reses bravas, su gran pasión.



Aquí, se ve a Celestino Cuadri Jr. informándonos, con sapiencia y toda clase de detalles, sobre multitud de aspectos relacionados con el toro de lidia. En la segunda, posamos para la posteridad con el ganadero en el patio del cortijo. Las dos últimas, pertenecen al hierro y divisa del buque insignia de las  ganadería onubenses.





En resumen, dos jornadas maravillosas. En ambas,  con toda clase de atenciones por parte de la propiedad y sus empleados, pudimos admirar muy de cerca la belleza y el encanto del toro bravo, emblema nacional, y recibir información sobre el complicado proceso de su cría que lleva a cabo con máximo esmero y meticulosidad, año tras año, esta ganadería triguereña que, desde Tratante en 1966, hasta Frijonero en el San Isidro pasado, se ha preocupado, muy mucho, de sacar adelante el toro toro, como los anteriormente citados y otros tantos, sin regatear para ello, el más mínimo esfuerzo. Es más, quiero puntualizar, porque es de justicia hacerlo que, aparte del formidable trato recibido, en las muchas labores que necesita el complicado mundo de ganao bravo, en Comeuñas, "da el callo", desde el primero hasta el último -propietarios y empleados-, como personalmente he podido comprobar. Ya lo dijo D. Celestino, su fundador: trabajo, dedicación y perseverancia.