TIEMPO DE SETAS.

         Como todos los años por estas fechas, si el otoño se porta como le corresponde, la magia de las setas vuelve hechizarnos. Es algo así como volver a sentir una ansiedad difícilmente de explicar, pero que hace que la ilusión recorra nuestras venas y que no descansará hasta que las primeras cestas vuelvan a casa repletas de algunas de las muchas variedades de las maravillosas setas que se crían en las diferentes tierras de nuestra querida Andalucía.

        La micología y la recolección de setas siempre ha sido un mundo que me ha apasionado; es decir, ese punto y aparte en nuestra vida cotidiana que te hace salir de la rutina diaria y que todo el mundo necesita para que su vida no se convierta en un deambular sin sentido y sin la más mínima idea de hacer algo diferente a lo que realizamos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos los trescientos sesenta y cinco día del año y, máxime, cuando la edad empieza la cuenta atrás, independientemente de sentirnos joven.

         Pues en esta línea, el que suscribe, anda con las inmensas ganas de completar la primera cesta de seta de la temporadas. Lo que pasa es que, por esta parte de nuestra Comunidad hasta hace unos días no ha llovido y, a fecha de hoy, todavía hay pocas. Si es cierto que, en Sevilla, Cádiz, Málaga..., donde llovió bastante hace un mes, ya están en plena recolección. Pero por la zona de Huelva, hasta el momento poco hay. 

        

       Sin ir más lejos, el miércoles salí a dar una vuelta y sólo vi el principio de lo que, la buena otoñada que parece que tendremos, nos ofrecerá muy muy prontito: una buena temporada setera.

En la dos primeras imágenes se pueden apreciar unos coprinus y, en la tercera, collybias.

Eso sí, el sol se despidió de esta maravillosa forma.

Justamente, un día antes, aunque parezca una broma -que no lo es-, pude fotografiar esta curiosa seta que ha crecido en el cuarto de baño de una vivienda antigua situada al lado de un parque urbano de la capital.