miércoles, 8 de mayo de 2013

ESTÁ EN LOS LIBROS. ¿DESCASTA LA CAZA DE PERDIZ CON RECLAMO?

       
        Supongo que los/as que sois aficionados/as al reclamo tendréis en casa un "buen surtido" de tratados sobre la Caza de la Perdiz con Reclamo, incluso puede haber alguien que tenga prácticamente todo lo que se ha publicado sobre esta actividad cinegética. Pues bien, yo que padezco de la misma "enfermedad" que vosotros/as, no voy a ser menos y, por consiguiente, en las diferentes estanterías de mi casa se pueden encontrar más de dos y más de tres obras sobre nuestra bendita afición. Obras que leí cuando las adquirí o me las regalaron y que, de vez en cuando, vuelvo a tenerlas en las manos para releer algunos capítulos o temas que me interesan en ese momento.

          Así, cuando leemos o releemos un libro sobre el tema que sea, siempre hay unas líneas del mismo que nos hacen parar en la lectura y pensar durante algún tiempo en el contenido que nos transmiten las mismas: recomendaciones, enseñanzas, anécdotas, tradiciones,  sugerencias, opiniones del autor, artículos de leyes... Circunstancias que luego perduran en nuestra memoria en cuanto se nos habla de tal o cual obra.

        El que suscribe, jubilado por más señas y, por lo tanto, con todo el tiempo del mundo para hacer mil cosas, ira subiendo al blog algunas de esos curiosos párrafos que aparecen en los libros y que, de alguna forma, por su importante contenido, nos han hecho o nos pueden hacer reflexionar por momentos sobre lo escrito en el mismo. Muchos mensajes ya están fuera de lugar debido a los cambios que se han producido, pero no dejan de ser cuestiones curiosas e importantes en su momento. Otras, por el contrario, aunque escritas hace ya muchos años, siguen estando de verdadera actualidad.

      En esta línea, la obra "De la Caza de la Perdiz con Reclamo", de Diego Pequeño y publicada por primera vez en 1903, es uno de los libros que más releo, porque, para mí, salvando las distancias en el tiempo, es una joya de la literatura cuquillera. Es más, está escrita en fechas cuando la perdiz que poblaba los campos de nuestra piel de toro era la auténtica perdiz roja española.

          Pues D. Diego Pequeño -ilustre político y defensor de nuestra afición- escribía en el apéndice del citado libro lo siguiente: 

   "Como somos amantes, ante todo, de la verdad y de la buena fe, y los hechos cantan, allá va un dato elocuentísimo:

        No hace aun muchos años que tuvimos la honra de ser invitados por nuestro ilustre amigo el Marqués de López-Bayo para cazar con el macho en su simpar dehesa El Rincón. Fuimos con tres reclamos de bandera; no perdimos instante, y todas fueron facilidades y atenciones, como era proverbial en tan distinguido y amable anfitrión. Pues bien; en cuatro días de caza, que nos parecieron cuatro minutos, sólo pudimos tirar 14 perdices allí donde tanto abundan, en cambio, en dos días de ojeo en la misma dehesa se recogieron el año anterior la friolera de ¡962!, y en la cacería siguiente, la cifra de las cobradas fue de 972. Sin comentario"





2 comentarios:

  1. Muy buena la pregunta Sr. Romero, yo diría buenísima...
    Pero seamos honestos, dicen que la estadística es una ciencia de la cual nunca hay que fiarse y me explico:
    Es decir, el Sr. Diego P. omite la cantidad de expolios que se hacían y se hacen a nidos,las capturas de pollitos o incluso pájaros adultos con toda clase de ardides , unas veces realizadas por los propios reclamistas y otras por furtivos a sueldo..., sume usted y ya verá como "entre todos la mataron y ella sola se murió"...
    Saludos.
    PD. Puede que in situ las capturas en ojeos sean superiores, pero...¿cuanta sangre de alectoris rufa se destruye hasta llegar a colgar medianamente un relamo?; también conozco aficionados que ya fuesen a cien ojeos de perdices que no le dan ni a tres montados en un burro.

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  2. El próximo entrecomillado que escriba, que se lo dedicaré a Vd, curiosamente, tratará, sobre el expolio, que pronto comenzará al igual que siempre, de los pollitos de nuestra perdiz roja. También lo trata D. Diego Pequeño.

    Un saludo y suerte con los recién nacidos. Ya están en marcha.

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