domingo, 16 de junio de 2013

¿CUÁNTOS RECLAMOS DEBEMOS TENER EN NUESTRO JAULERO?


      Ahora que es tiempo de reflexión, en donde todos los aficionados al reclamo "echan sus cuentas" sobre los muchos aspectos que intervienen en esta modalidad cinegética y, entre ellos, cuantos nuevos perdigones llegarán al jaulero del aficionado de turno para completar su equipo, quiero dar mi opinión particular sobre el tema. Simplemente eso, dar una visión personal. Cada uno tendrá la suya y, además, muy respetable.
  
    Este tema, como tantos otros relacionados con el reclamo, no existe acuerdo entre los aficionados. Es más, podemos tropezarnos con algún que otro que tenga un verdadero “arsenal” de pájaros enjaulados: 20, 30, 40…. –los he conocido con este número- o, por el contrario, un par de ellos que, bajo a mi humilde entender, son demasiado pocos, ya que cualquier contratiempo puede resultar fatal.

    Sobre el tema diré que mi abuelo Vicente, de quien aprendí la gran mayoría de cosas que sé sobre este mundillo, era de estos últimos. Siempre tenía un par de reclamos o tres y todos los años encerraba un pollo para ver cómo pintaba. Hoy día, mi amigo Raimundo, otro buen aficionado a la jaula, es también de la misma opinión. Él nunca ha tenido más de tres o cuatro reclamos, posiblemente, también por falta de sitio y, de paso, siempre le ha ido bien. Es más, como él dice, es la única forma de “hacer pájaros”, ya que si no es así, puede haber perdigachos que se suelten casi sin darle tiempo de demostrar nada. Curiosamente, su teoría le ha dado buenos resultados y casi siempre ha tenido un reclamo o dos de mediano para arriba. Es un caso en el que se puede demostrar que el “culo” es el que hace al reclamo.

    Pues bien, el que suscribe, aun reconociendo que la teoría anterior puede tener más que razón, no es de su “bando”. Primero porque me gusta siempre tener unos buenos pocos de reclamos: alrededor de diez. Pero, además, algunos años, cuando el material que he tenido era flojito, he encerrado otros seis u ocho pollos con la idea de conseguir alguno que tuviera buena pinta.

    Ahora bien, si tuviera que exponer cuál es mi opinión personal sobre el número ideal de reclamos que debe reunir un aficionado, digamos normal -entendiendo por ello a aquel/a que cuelga tres o cuatro días en semana, bien porque sus ocupaciones profesionales no le permiten más o porque también tiene que contar con la familia-, tengo que decir que, un cazador de reclamo, con los condicionantes anteriores, debe reunir en su “gallera” seis, ocho ó diez patirrojas. No me refiero a primeros espadas, ya que eso es otro cantar, sino a reclamos más o menos que puedan darle alegrías al aficionado de turno. Obviamente, entre ese número, siempre habrá, si es que los hay, uno o dos de medianos para arriba, otros tres o cuatro que apunten buenas maneras y dos o tres pollos encerrados del año, con el fin de dar con algo que merezca la pena.

  Sobre todo lo expuesto anteriormente, se pueden argumentar muchas circunstancias distintas que harán que el jaulero correspondiente pueda variar de número. Por ello, como en otras tantas facetas de nuestra afición “el que la lleva la entiende” y nadie mejor que el cuquillero de turno, como decía en la introducción, para saber lo que necesita. Eso sí, el llevar al campo el coche cargado de jaulas para ahora uno, luego otro, y más tarde otro nuevo y…., no puede ser. Si ocurre esto, está claro que hablamos de otro tema.


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