viernes, 18 de octubre de 2013

"SALVADOR".


        “Salvador”, aparte de ser nombre de pila de muchos españoles y de otros tantos de fuera de nuestras fronteras, es el título de un precioso y emotivo relato de caza escrito por Carlos Enrique López Martínez y que tiene como protagonista a un reclamo de la Granja “La Perdiz” ubicada en la localidad jienense de Jabalquinto. 

  Este enlace, para quien no lo conozca, nos lleva al mismo: http://www.trofeocaza.com/noticia/1632/Relatos/Salvador.html

        Pues bien, en honor a dicho reclamo y al autor del citado relato, a este pollo que llega a mis manos procedente de la reseñada granja y escogido de entre otros cinco por María y Julio –los dueños de dicha explotación de patirrojas- y el propio Carlos Enrique, lo he bautizado con el nombre del título de la historia anteriormente reseñada: “SALVADOR”.



Imagen de "Salvador" en manos de Carlos Enrique en el momento de la elección.
         Está claro que los muchos años que llevo en este mundillo me dicen que no se puede uno ilusionar más de la cuenta en los comienzos, puesto que, no mucho más tarde, suele llegar la decepción. Pero, aun con esta premisa que todos los aficionados al reclamo conocemos más que bien, con el solo hecho de ver la estampa de este rubio jabalquinteño, las buenas sensaciones  te envuelven por sí solas. Su maravillosa estampa lo corrobora. Así, su altivez, la suavidad de su plumaje, su elegante cabeza y fuerte pico, su maravillosa alternancia de colores, su atrayente canto y nobleza –no lo he escuchado pero sé que lo tiene al igual que la última cualidad citada- son premisas más que suficientes para “tentar” a cualquiera. Justamente, lo que me ha pasado a mí. Luego, como es tópico en estos casos, "la jara" dictará sentencia. Pero, a día de hoy, el primero lejos de su lugar de procedencia, es para mí una autentica gozada el poder tener en mi jaulero a un proyecto de reclamo como “Salvador”. De momento, como consejo de María, irá durante quince o veinte días a la tierra. Luego, su morada -esperemos que durante muchos años-, será una jaula por donde ya pasaron mis dos mejores reclamos “El de Manué” -en la década de los ochenta- y D. Benito -hace siete temporadas-. Tiene muchos, muchos años y perteneció en su día a mi abuelo y maestro jaulero Vicente Lluch.


Imágenes de cuando llegó casa un poco asustadillo.
       Para finalizar, quiero hacer constar públicamente mi agradecimiento a María, Julio y a Carlos Enrique por hacer posible lo que a mí me hubiera sido quimérico conseguir.


PD. Salvador y Robleño, del que hablé hace unos días, son los únicos que enjaularé para la temporada próxima.

2 comentarios:

  1. Jose Antonio, te deseo toda la suerte del mundo con ese pajaro, si saliera igual de bueno, como bonito es, seria el mirlo blanco que todos buscacamos.

    Un saludo

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  2. Estimado amigo.

    Estos son caprichitos de jauleros. Está bien escogido -María y Carlos Enrique pueden certificarlo-, pero... Si todo el mundo supiera cual es el bueno, sólo se venderían burracos.

    Aun así, tengo buenas sensaciones. Es más, tengo uno del año pasado que, aparte de su belleza y nobleza, me dio unas alegrías enormes. Le tiré seis en cuatro puestos que le di.

    Cuando los años empiezan a correr, aun sabiendo muchas cosas, la ilusión no puede faltar.

    Un saludo.

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