La portada y contraportada anterior pertenecen al segundo libro que el compañero -de profesión y de afición cinegética- Manuel Romero Perea ha publicado. Obra que, aunque no ha salido al mercado a precio baratito -la buena calidad del material utilizado hay que pagarla-, no debe faltar en la biblioteca del buen aficionados al reclamo. Y debe se así porque, el maestro Manolo, en las 428 páginas que conforman este tratado sobre la Caza de la Perdiz con Reclamo, nos acerca, "casi sin quererlo", a vivir "in situ" muchos momentos maravillosos de esta actividad cinegética que apasiona a tantos y tantos seguidores.
Aparte de tratar los aspectos narrativos y descriptivos con enorme sencillez y cercanía, su lectura nos sumerge en lo que en ese momento nos transmite el autor, como nos comenta su hermano Paco en el prólogo. Además, la obra incluye un buen número de imágenes maravillosas cedidas por amigos de Manolo que ayudan a engrandecer este tratado sobre nuestra querida afición. Es más, como el autor plasma en la introducción, "en este libro se hace un repaso a la caza tradicional del reclamo, a costumbres arraigadas que no pueden ni deben ignorarse, pues es la fuente que nos ha servido para empaparnos de su sabiduría y de sus conocimientos".
A nivel personal tengo que decir que he leído concienzudamente este tratado sobre el reclamo durante dos meses y medio, justamente desde que acabó la veda en la zona baja de Huelva y, sobre el mismo, tengo que decir que me he divertido con su lectura y, como siempre cuando leemos algo nuevo, aparte de rememorar antiguas vivencias, tenemos la oportunidad de ver los temas que nos apasionan de otra forma diferente a la nuestra, cosa importante cuando llega a nuestra manos un libro que trata sobre nuestras aficiones. En general, esta obra al tener un amplio repertorio de temas relacionados con la perdiz roja y el mundo que le rodea, nos hace disfrutar de lo lindo y, además, se aprenden muchas cosillas que uno siempre desconoce, por mucho que creamos que lo sabemos todo sobre el mundillo de la jaula.
Por todo ello, creo que, en los meses que se nos avecinan, puede ser un relax para pasar los muchos ratos que tendremos sin saber qué hacer.