miércoles, 24 de julio de 2013

ESTÁ EN LOS LIBROS. COMIENZO DE LA AFICIÓN.


        El doctor y cuquillero D. Juan José Cabrero Sánchez, en el epílogo de su obra "La perdiz con reclamo", publicada por la editorial  Tikal plasma unas breves y bellas líneas que no deben pasar desapercibidas, ni desconocidas, ya que, en el fondo, encierran la grandeza de esta antiquísima afición cinegética. 

        "Tomé la perdiz muerta en mis manos: sus plumas suaves, su rechonchez, el intenso rojo de párpados, de su pico, de sus ojos. Alisé con mimo sus espejuelos una y otra vez. Acaricié su espalda terriza con cuidado, como si pudiera hacerle daño. Me invadió su posesión, y no la solté hasta que, en mi casa, encontré los brazos de mi madre. Sabía que le entregaba un tesoro...
                                                                                                ... y nació la pasión"

lunes, 15 de julio de 2013

UNA DE INVENTOS.


            Supongo que no habré descubierto las Américas, ya que tal hecho ocurrió hace ya algunos años, ni habré inventado la pólvora que hace mucho más que se inventó, pero creo que lo que a uno le va bien, no es malo comunicarlo por si a alguien del “ramo” le sirve  y, máxime, cuando es una cuestión que ocurre siempre o, al menos, cuando se muda en cajones de madera.
            Los pájaros cuando están en los cajones  de muda tienden a acercarse al lado donde hay otro reclamo y picotear la madera del cajón que, con el tiempo, termina incluso muy desgastada y deteriorada.
            Pues bien, para evitar esto, como se puede ver en las imágenes siguientes, si le pegamos una lija basta en los extremos del cajón, cuando picotean ya no se desgasta la madera y, encima, el pico se le queda tipo gorrión.

            A quien le interese, para pegar el trozo -de unos 5/7 cm de ancho-, utilizo pegamento de contacto que, al menos, a mí es el que me da mejor resultado.



sábado, 13 de julio de 2013

NUESTRA ZONA ESTÁ MUERTA DE CONEJOS.





        Cuando uno oye y lee la cantidad de conejos que hay aquí y allí, le cuesta trabajo comprender qué está pasando por estos lares que, para ser claros, no hay un rabo, Así como suena. no hay tres conejos.

          Hablaba en mi anterior artículo que en mis paseos diarios por el litoral onubense no veía ni un "roedor". Pues bien, hoy hemos ido al coto, en la zona del Andévalo onubense, a echar el rato y el resultado es de lo más deprimente del mundo. Hemos ido nueve socios y hemos cobrado cuatro conejos. Así como suena, cuatro conejos. Eso sí, se han fallado doce o catorce, pero la realidad es que con los dedos de una mano ha sobrado un dedo a la hora de contarlos.

         Y hablo de una finca bien guardada, muy bien cuidada con trigo durante todo el año y con dos o tres temporadas cazando lo mínimo. Pero está claro que la mortandad que hubo al final de la temporada anterior, cuando ya  no los cazábamos, ha hecho mella de la buena. Es más, no es un caso aislado, ya que, la gran mayoría de los cotos están tal cual.

        Si hay algo positivo es que se ha visto mucha liebre y los bandos de pájaros tienen bastantes perdigoncetes.