Quinteño, un rubio, en su jaula una vez recortado. |
Como viene ocurriendo desde que tengo uso de razón, los aficionados al reclamo, llegado los meses
noviembre/diciembre, según zona u opiniones, solemos realizar una tarea que se repite año tras año: el recorte de
nuestros perdigones. Sin embargo, son momentos bastante importantes y en los que hay que proceder con mucho cuidado para evitar que el manejo de nuestros pájaros no se produzca una indeseada fractura en alguna extremidad de los mismos, dígase patas o alas. Por tal motivo, para cogerlos, primeramente, los paso a una jaula recortada por el techo y, una vez allí, en la oscuridad, levanto una tapadera que le acoplado, meto las dos manos y, con ello, evito en lo posible, lo anteriormente reseñado.
Imagen de una jaula preparada para coger los pájaros. |
Debido a ello,
entre ayer y hoy me ha tocada a mí dicha faena. Así, con la ayuda de mi mujer,
ayer a mediodía, recorté los seis pájaros que tenía en mi casa. Además, como
hoy he estado en mi coto echando grano a los comederos y maíz para los
jabalíes, puesto que, desgraciadamente estos últimos se están multiplicando a
pasos agigantados, he aprovechado, con la ayuda del amigo Pepe Moyo, para recortar a Quinteño, que lo tenía en
casa de un amigo de La Puebla de Guzmán para que, en el corral de la vivienda, mudara
bien. Igualmente, a mi jaulero tienen que
llegar, Dios mediante, dos pollos criados en cautividad. Uno, de los Yébenes
(Toledo) y, el otro, de El Chopo (Cúllar/Granada), con la idea de que alguno de
ellos “pinte” bien y se quede como uno más de mis reclamos.
Cuatro imágenes del recorte. En el primero se puede ver un primer plano de Chimenea. Las tres siguientes nos muestras otros tantos momentos del mismo.
De esta forma,
para la próxima temporada cuento con Chimeneas,
Quinteño, Sierranorte, Alpujarreño, Morano, Salvador y Baños -un regalo de una granja de Baños
de la Encina-, más los dos pollos citados con anterioridad. De todos ellos,
Salvador, aunque su nombre sea ilustre, como nos contó Carlos Enrique López en
un buen y emotivo relato, creo que no sirve según mi teoría de que el reclamo debe dar el do de pecho desde el primer día. Así, a pesar de no haber abierto
el pico en los tres o cuatro puestos que le di la temporada pasada, lo he
pelechado. Por tanto, tiempo al tiempo. La jara dictará sentencia.
Pues bien, una
vez recortados, suelo empaparlos bien de agua con un poco de vinagre de manzana
y, a continuación, les voy dando tierra ligada con ceniza para que se le ponga
la pluma asentada, sedosa y brillante. Además, a partir de
ahora, y hasta que comience la temporada del reclamo, los pongo semanalmente en
un arenero para que tomen tierra y, con ello, tratar de que no se pongan muy fuertes.
En cuanto a la
alimentación, ya tratada en otros artículos anteriores, con pienso de
mantenimiento y trigo de alimento base, le alterno guisantes o verduras y
bellotas. Ahora bien, de pienso de alta energía y potingues varios, nada de
nada, puesto que soy de la opinión de que el pájaro no necesita más proporción
de proteínas ni otros complementos de diferentes tipos para
llegar en óptimas condiciones a la apertura de la veda. De esta manera, con lo que he citado y
soleo, sin pasarse, sobra. Al que sirve, le es suficiente para ir cogiendo la
forma. Por el contrario, al mochuelo, por mucho pienso de alta energía y
vitaminas varias que le echemos, no dejará de serlo y, sin ir más lejos, cuando
acabe la correspondiente temporada, le daremos larga.
Que buen color tiene ese pájaro!!!
ResponderEliminarMi asiduo seguidor Damián.
ResponderEliminarPues sí amigo, tanto Quinteño como Chimeneas han hecho una buena muda, circunstancia que no ocurrió el año pasado, y están rojos como la sangre. Luego Dios dirá.
En cuanto a mi tratado, copia el siguiente enlace y pégalo en el navegador de tu ordenado. En el artículo, encontrarás un teléfono de contacto. Llámame y hablamos.
,
http://www.club-caza.com/actualidad/actualver.asp?nn=5146.
Saludos.