martes, 23 de diciembre de 2014

LAS PRUEBAS O CAMPEOS DE RECLAMOS.


          Cuando se acercan las fechas para el comienzo de la caza de la perdiz con reclamo, los cuquilleros solemos impacientarnos de tal manera que, para tranquilizarnos y hacer mas corto el tiempo que resta para el pistoletazo de salida, utilizamos como bálsamo reconductor, cuarenta mil historias. Una de ellas es el más que célebre campeo de reclamos sin escopeta. Pues bien, sirvan estas líneas que vienen a continuación para exponer mi punto de vista sobre tal eventualidad.

Antes que nada, quiero aclarar que, independientemente, de que el probar pájaros en el campo antes de la apertura de la veda sea una actuación legal o ilegal, cuestión en la que no me meto aunque tenga claro el tema, no voy en contra de quien lo lleva a cabo, ni mucho menos, puesto que cada uno sabe lo que tiene entre manos y lo que debe hacer con los integrantes de su jaulero. Ahora bien, el que se bueno o malo tal circunstancia, es otro cantar. Y sobre ella sí voy a opinar.

Creo y estoy convencido que, sí no hay tiro, en principio, no debe existir resabio de ningún reclamo, pero muchas veces comentemos el error de que, por sacar al campo a reclamos, principalmente pollos, que no están todavía en su mejor momento, con la buena intención de campearlos y, de camino, ver que es lo que tenemos en nuestro jaulero, estamos pasando un prueba a nuestros “alumnos” bastante complicada. Y es así, porque muchas veces, y me refiero fundamentalmente a noveles, no dan la talla, no porque no sirvan, sino porque no están en condiciones.

¿Qué pasa entonces, cuando ocurre lo anteriormente expuesto?

Pues bajo mi punto de vista u opinión, pueden suceder tres situaciones diferentes que merecen la pena  reseñar.

Primera: Si el pollo o ejemplar a prueba se harta de cantar y no escucha nada, porque el campo no está bueno, no pasa nada.  Pero…, si repetimos la operación varias veces, con los mismos resultados, circunstancia no anormal, nuestro futuro reclamo se aburrirá y, posiblemente, termine por no cantar cuando lo saquemos.

Segunda: Que el ejemplar que campeemos, no esté en su mejor momento. Si está tranquilo, aunque no abra el pico, no pasa nada, pero, si por el contrario, alambrea, está inquieto, da botes…, puede ocurrir que lo desechemos o soltemos, cuando si hubiéramos esperado a que se pusiera en condiciones, nuestra opinión hubiera cambiado. De hecho, en muchas grabaciones que vemos en foros o redes sociales se puede ver frecuentemente lo que estoy apuntando. Por ello, tengo la completa seguridad que muchos futuros buenos reclamos se han desechado por no dar el do de pecho en las pruebas, y no por no servir, sino por no estar en situación idónea.

Tercera: Que aun aguantando el tipo y no estando mal, se le venga un garbón campero de los de “capa y espada” y lo achante e, incluso, lo agache. En principio, quien hace eso es porque no sirve, pero, a veces, hay pájaros que actúan así porque no están en condiciones y no es bueno que su contrincante le gane la partida. Hecho que será difícil que olvide

Ante lo anteriormente expuesto, aun respetando al máximo a compañeros que campean a sus pollos, pienso que la paciencia, uno de nuestros valores más importantes, debe imperar en el aficionado cuquillero y solo sacar al campo a los reclamos y más aun a la savia nueva de nuestros jauleros, cuando estén en su sazón y en prueba real, con "armamento pesado” en nuestras manos.

Eso sí, el que tenga madera de figura, estará como el mejor desde el primer día, llevemos escopeta o no, incluso aun no estando encelado.

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