sábado, 27 de septiembre de 2014

FIN DE UNA NUEVA MUDA: LAS JAULAS ESPERAN

                       Jaulas listas para recibir a los nuevos o antiguos inquilinos.
            Como el año pasado, como el anterior y como hace decenas y cientos de años, las aves, al menos por esta parte del planeta Tierra, empiezan a poner punto y final a la complicada y sufrida pelecha. Atrás quedan varios meses de caída y reposición del plumaje y, con el comienzo, de la estación otoñal, la nueva “vestimenta” está casi a punto de estreno. Sólo algunas plumas de la cabeza y cuello andan en la última fase, puesto que, si observamos detenidamente a cualquier ejemplar, en mi caso reclamos y canarios timbrados, nos daremos cuentas que por estas zonas del cuerpo, todavía quedan algunas plumillas por salir o están todavía encañonadas.

           A partir de este momento, el plumaje post-muda alcanzará la fuerza, vigor y el colorido definitivos para llegar a la época de fríos en un óptimo estado.

          Tradicionalmente, el doce de octubre, suelo sacar los reclamos de los cajones de muda y enjaularlos, al igual que los timbrados que, por ahora, están en los jaulones voladeras.

            Sé que para las perdices todavía es pronto, pero las necesidades mandan: ya está bien de tierra por la casa. A partir de este momento, hasta la hora del recorte, allá por mediados de noviembre, les seguiré dando tierra semanalmente. No me queda otra, si quiero estar bien con la parienta.

            En el enlace siguiente, se puede apreciar a los seis reclamos que he mudado y algunas de las cría de canarios que se sacado este año emitiendo sus primeros cantos, después de dejar atrás los conocidos repasos.

                                    https://www.youtube.com/watch?v=34WkBva9A0c

          Al contrario de temporadas anteriores, en las que me cargué de noveles en mi jaulero, solo tres pájaros perdices más llegarán al mismo, con la ilusión de que, al menos, salga un pollo con futuro. Uno de ellos lo adquiriré de la granja granadina de El Chopo y los otros dos, también criados en cautividad, me los regalará, Dios mediante, un buen amigo.

PD. Al hilo del post anterior que publiqué a principios de semana, tengo que decir, y con gran alegría además, que esta madrugada ha llovido bastante por esta zona. Ello significa, como ya plasmé en el citado artículo que el campo tirará para arriba y nuestras perdices salvajes se otoñarán como siempre esperamos.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

ENTRAMOS EN OTOÑO. ESTACIÓN FUNDAMENTAL PARA NUESTRAS PERDICES.

                                                           Imagen tradicional del otoño.
           Ayer, martes veintitrés de septiembre, a las cuatro horas y veintinueve minutos, hora oficial peninsular, entró la estación otoñal. Ni que decir tiene que las fechas son meras indicadoras de una determinada circunstancia, por lo que, lo importante es qué ocurrirá durante este periodo que se prolongará hasta el veintidós de diciembre próximo, fecha en la que entrará el invierno.

            Debido a ello, el otoño, estación no querida por muchos y encantadora para otros tantos es un periodo de tiempo donde nuestra flora y fauna, como todos sabemos, sufre unos cambios muy considerables y, además, tiene la particularidad de que, tanto para vegetales como para animales, según transcurra el aspecto meteorológico, ambos componentes de los muchos ecosistemas andaluces actuarán de una forma u otra. De esta manera, un otoño templado y lluvioso es un “décimo de loterías” con muchas posibilidades de éxito. En cambio, si es seco y frío, ocurrirá todo lo contrario.

            Pues bien, por esta zona y más exactamente por el Andévalo onubense, hay rincones en donde ha caído bastante agua. Sin ir más lejos, en Puebla de Guzmán, término municipal en donde está la finca la Dehesa de Enmedio, lugar donde cazo desde hace quince años, sobre veinte días atrás, cayeron cerca de sesenta litros de agua y, con posterioridad, en varias jornadas, ha vuelto a llover. Lo que significa que, como en otros muchos lugares andaluces, la hierba ha salido y los integrantes de nuestra fauna mediterránea empiezan a dar buena cuenta de la misma y, entre ellos, nuestras perdices rojas. Por tal motivo, los perdigoncetes, ya igualones, empiezan a otoñarse y tal particularidad traerá consigo las sinfonías musicales en los amaneceres, más las cotidianas riñas y peleas por la dominancia de los bandos.


Toma reciente del pantano principal de la finca -lleno hasta la bola- y de la hierba brotando tras la caída de las primeras lluvias, en este caso, todavía veraniegas.
En el fondo, a la izquierda, se puede apreciar el rastrojo de las siembra pasada.

            Por consiguiente, además de lo anteriormente reseñado y del indescriptible aroma que la tierra y pasto mojados hacen llegar hasta nuestras pituitarias, si la lluvia no tiene continuidad en el tiempo, el panorama no es nada halagüeño que digamos. De hecho, como tantas y tantas veces ha ocurrido, cuando ha habido aguas tempranas, como en este año ha ocurrido y, luego, se vienen los fríos y no llueve, todo se va al garete. Es más, nuestras perdices salvajes sufrirán en sus propias carnes una mala otoñada y llegarán a la apertura de la veda del reclamo en condiciones poco adecuadas.

         Por todo ello, esperemos que el buen inicio de estación que se nos ha presentado, al menos por esta zona, no se tuerza con el devenir del tiempo y que la buena pinta que tiene el campo en estos momentos no se vea parada en seco por la aparición de las inoportunas y perjudiciales calores del conocido veranillo del membrillo. Altas temperaturas que, es más de una ocasión, han secado la hierba que había brotado y nos hemos presentado en mitad de enero con el campo casi como a finales de agosto y nuestra Alectoris rufa sin la más mínima gana de pelea. Y esto no es que sea una novedad, sino todo lo contrario. Aun así, otoño tras otoño, los cuquilleros rezamos a todos los Santos que conocemos para que esta estación meteorológica se presente, ya no de forma óptima, sino simplemente decentita.


martes, 9 de septiembre de 2014

VUELTA AL "COLE".




           No es que vaya a ir al colegio de nuevo. Eso se acabó hace dos años. Lo que pasa  es que al ser fechas en las que los más jóvenes vuelven a las aulas de los diferentes Centros Educativos para continuar con su formación, he utilizado esa metáfora, si así se le puede llamar, para retomar mi blog.

            Y lo hago con una imagen de las tapas de lo que será mi primer, y creo que último libro: Con la jaula a cuestas, como no podía ser de otra manera.

          De esta forma, todo este tiempo en el que he dejado a un lado el blog, aparte de descansar en Punta Umbría, lo he dedicado a recopilar documentación para darle forma a este nuevo tratado sobre la Caza de la Perdiz con Reclamo. Igualmente, he escrito otros artículos para completar este manual, que espero que le sirva de algo a quien quiera leerlo.

            Como se puede comprobar en el subtítulo, mis opiniones, vivencias y algunas anécdotas, aparte de varios relatos sobre nuestra ancestral modalidad cinegética, forman parte del contenido de este tratado. Además, cuenta con un prólogo escrito por el amigo, gran aficionado y autor de dos completísimas obras sobre la afición cuquillera, Manuel Romero Perea.

         Espero y deseo que, aunque está totalmente concluido, para últimos de noviembre, “esté en la calle”, puesto que, ahora mismo, se encuentra en fase de imprenta.

         Para terminar, solo decir que no me ha movido ningún deseo de transformarme en escritor porque, tal circunstancia, no está al alcance de todo el mundo. Simplemente, me hacía ilusión -aparte de tener hijos y plantar árboles-, poder hojear y tener en mis manos mi propio libro.