Cuando se acercan las fechas para el comienzo de la caza de la perdiz con reclamo, los cuquilleros solemos impacientarnos de tal manera que, para tranquilizarnos y hacer mas corto el tiempo que resta para el pistoletazo de salida, utilizamos como bálsamo reconductor, cuarenta mil historias. Una de ellas es el más que célebre campeo de reclamos sin escopeta. Pues bien, sirvan estas líneas que vienen a continuación para exponer mi punto de vista sobre tal eventualidad.
Antes
que nada, quiero aclarar que, independientemente, de que el probar pájaros en
el campo antes de la apertura de la veda sea una actuación legal o ilegal, cuestión
en la que no me meto aunque tenga claro el tema, no voy en contra de quien lo
lleva a cabo, ni mucho menos, puesto que cada uno sabe lo que tiene entre manos y lo que
debe hacer con los integrantes de su jaulero. Ahora bien, el que se bueno o
malo tal circunstancia, es otro cantar. Y sobre ella sí voy a opinar.
Creo
y estoy convencido que, sí no hay tiro, en principio, no debe existir resabio
de ningún reclamo, pero muchas veces comentemos el error de que, por sacar al
campo a reclamos, principalmente pollos, que no están todavía en su mejor
momento, con la buena intención de campearlos y, de camino, ver que es lo que
tenemos en nuestro jaulero, estamos pasando un prueba a nuestros “alumnos”
bastante complicada. Y es así, porque muchas veces, y me refiero fundamentalmente a
noveles, no dan la talla, no porque no sirvan, sino porque no están en
condiciones.
¿Qué
pasa entonces, cuando ocurre lo anteriormente expuesto?
Pues
bajo mi punto de vista u opinión, pueden suceder tres situaciones diferentes que
merecen la pena reseñar.
Primera:
Si el pollo o ejemplar a prueba se harta de cantar y no escucha nada, porque el
campo no está bueno, no pasa nada. Pero…,
si repetimos la operación varias veces, con los mismos resultados, circunstancia
no anormal, nuestro futuro reclamo se aburrirá y, posiblemente, termine por no
cantar cuando lo saquemos.
Segunda:
Que el ejemplar que campeemos, no esté en su mejor momento. Si está tranquilo, aunque
no abra el pico, no pasa nada, pero, si por el contrario, alambrea, está
inquieto, da botes…, puede ocurrir que lo desechemos o soltemos, cuando si
hubiéramos esperado a que se pusiera en condiciones, nuestra opinión hubiera
cambiado. De hecho, en muchas grabaciones que vemos en foros o redes sociales
se puede ver frecuentemente lo que estoy apuntando. Por ello, tengo la completa
seguridad que muchos futuros buenos reclamos se han desechado por no dar el do
de pecho en las pruebas, y no por no servir, sino por no estar en situación
idónea.
Tercera:
Que aun aguantando el tipo y no estando mal, se le venga un garbón campero de
los de “capa y espada” y lo achante e, incluso, lo agache. En principio, quien
hace eso es porque no sirve, pero, a veces, hay pájaros que actúan así porque
no están en condiciones y no es bueno que su contrincante le gane la partida. Hecho que será difícil que olvide
Ante
lo anteriormente expuesto, aun respetando al máximo a compañeros que campean a
sus pollos, pienso que la paciencia, uno de nuestros valores más importantes,
debe imperar en el aficionado cuquillero y solo sacar al campo a los reclamos y
más aun a la savia nueva de nuestros jauleros, cuando estén en su sazón y en
prueba real, con "armamento pesado” en nuestras manos.
Eso
sí, el que tenga madera de figura, estará como el mejor desde el primer día, llevemos
escopeta o no, incluso aun no estando encelado.