miércoles, 30 de diciembre de 2015

EN BUSCA DE POLLOS EN LA FINCA LAS MEDIANAS



Un pavo real dándonos la bienvenida y una cierva comiendo en mis manos.

Esta mañana, en unión del amigo Juan Conde, nos hemos trasladado hasta la finca Las Medianas, perteneciente al término municipal del Cerro de Andévalo, para comprar un pollo que el amigo Juan le tenía prometido a mi amigo y compañero de caza, Manolo Monecillo.

En dicha finca andevaleña, una preciosa propiedad de 800 ha, hay montada una pequeña explotación cinegética de perdices, dedicada principalmente a repoblación propia y acogida al Plan de Pureza Genética de Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. De camino, una mínima parte de los ejemplares machos se venden para reclamos, aunque dicho sea de paso, tal circunstancia no es muy conocida entre los aficionados onubenses. Sin embargo, mediante un amigo de la zona, me enteré del tema y he querido probar para ver cuáles son los resultados.

Decir que, en principio, los ejemplares que he podido ver de cerca, aparte de nobles y bien conformados en cuanto a su morfología, poseen singularidades específicas muy semejantes a nuestra auténtica perdiz roja salvaje. De hecho, uno de los trabajadores de la finca me comentaba que la mayoría de las parejas reproductoras proceden de la propia finca o bien cedidas por la Consejería de Medio Ambiente.

Tan me entraron por los ojos los pollos, que ya no solo nos trajimos el de Manolo, sino que vino otro para mí. Lo que viene a dejarnos claro, una vez más, que los perdigoneros no podemos ir a lugares donde se puedan adquirir nuevas promesas,  pues la mayoría de las veces, como ha sido el caso de hoy, picamos. Y ya no es picar, sino que el bando que tengo en casa cada vez es mayor. Ni más ni menos que quince. Una auténtica burrada

Dos imágenes de la pequeña explotación de perdices. En la primera se puede ver a parte de las jaulas de puesta. La segunda nos muestra un extremo de uno de los dos voladeros que tiene la finca que, como se puede apreciar, en estas fechas ya tiene pocos inquilinos.



En esta última toma, se puede apreciar el colorido del plumaje y de las patas del pollo que me traído para casa.




         Por cierto, con las últimas aguas caídas, que no ha estado mal la cosa, el campo empieza a recobrar su normalidad. En unos días estará precioso.

lunes, 28 de diciembre de 2015

VOLVEMOS A LAS MONTERÍAS




Después de un mes y medio apartado del mundo de la caza por motivos de salud, este pasado domingo acompañé a mi hijo Pablo y a mi hermano Adolfo a Calañas para echar el rato de montería y volver a charlar con los amigos monteros de la localidad andevaleña.

Así, con una mañana fría y con viento, se monteó la mancha La Atalaya, finca situada en la zona del Cobujón y con una preciosa vegetación de pino piñonero eucaliptus y monte bajo y que año tras año presenta unos buenos números de reses abatidas. De hecho, aunque marranos cada vez hay menos por la zona, siempre se va a las puertas que han correspondido en los sorteos con la ilusión de abatir algún buen ejemplar, como de hecho ocurre de vez en cuando. Por el contrario, casi todas las manchas de Calañas están bastante buenas de venaos, lo que se traduce en buenos ejemplares en la mayoría de las jornadas venatorias.

El resultado de ayer no fue malo puesto que se abatieron unos buenos pocos de ciervos -todos con más de diez puntas, premisa para poder dispararles-, algunas ciervas y ocho guarros. Entre ellos, mi hijo Pablo se quedó con un venadete de once puntas y mi hermano una cochina medianeta y una cierva.

martes, 22 de diciembre de 2015

FELIZ NAVIDAD


¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos 

acordemos de las ilusiones de nuestra 

infancia, le recuerde al abuelo las alegrías 

de su juventud, y le transporte al viajero a 

su chimenea y a su dulce hogar!


                                                         Charles Dickens


sábado, 19 de diciembre de 2015

LAS CABAÑUELAS Y LA REALIDAD


Quiero dejar bien claro que en ningún momento pretendo tirar por tierra -Dios me libre- esta forma milenaria que se utiliza en nuestra tierra par predecir el tiempo a largo plazo como son Las Cabañuelas o Témporas en el norte de España. Pero es obvio que aún, con el amplio margen de error sobre la que se sostienen, este año no están acertando, ya no por Huelva, sino por la zona específica donde se tomaron los datos para su posterior concrepción (Quesada, Jaén).

Como se puede comprobar en las predicciones de D. Alfonso Cuenca, sí acertó en el mes de octubre. Sin embargo, los meses de noviembre y diciembre están resultando todo lo contrario; ni una gota de agua, cuando se preveía que cayeran muchos litros. Esto significa que, si ya de por sí es complicado la predicción meteorológica a medio plazo con todos los medios técnicos de hoy día, no digamos a largo plazo, como es el caso de las cabañuelas, con solo la observación de lo que ocurre durante algunos días del mes de agosto.

Pero es más, aparte de no llover, las temperaturas que estamos soportando por estas fechas, se acercan más a las de primavera-verano, que a las que deberíamos tener. Pues no creo que 20/24 ºC sea lo idóneo para mediados del último mes del año.

El resultado se puede ver en el campo. Si a mediados de octubre todo era una inmensa alfombra verde con regajos corriendo, ahora la hierba casi amarilla y raída por los animales, los arroyos y regajos sin una gota de agua, las tierras resecas como el esparto y carriles con polvo como en verano.

Es más, como ya decía en mi artículo anterior, la flor de jara se puede ver en muchos de los ejemplares -no todos- de nuestra flora mediterránea. Y como suele ser normal por estas fechas, bastantes de nuestras patirrojas ya están emparejadas por estas tierras.


Dos imágenes tomadas el pasado jueves, 17 de diciembre en la finca La Dehesa (Puebla de Guzmán)



miércoles, 16 de diciembre de 2015

TIEMPO DE SOLEO.

                                                                              Rato de soleo matutino
Por estas fechas, año tras año, los perdigoneros andamos atareados ofreciéndoles a nuestros reclamos todo aquello que pensamos puede servir para que se pongan a punto con miras a la apertura de la veda, allá por la segunda quincena del próximo mes de enero.

De esta manera, verde, bellotas y castañas picadas…, varios días a la semana, es lo común por estas fechas de comienzo del invierno. Eso sí, sin pasarnos para evitar las tan temidas mudas extemporáneas. Pero además, desde hace ya algún tiempo los aficionados solemos solear al personal. Bien por la mañana, o bien por la tarde, colocamos los reclamos al sol para que se pongan más bonitos al recibir la vitamina D, que hace, entre otras muchas cosas, que sus ojos, picos y patas vayan adquiriendo el  atractivo color rojo.

Sobre el tema del soleo, como se puede apreciar en la imagen superior, este año me he hecho de una red para echársela por encima de las jaulas y, con ello, evitar que, tanto gorriones, como palomas, puedan posarse en los comederos y provocar enfermedades en los reclamos.

En las dos imágenes que vienen a continuación se puede ver el estado actual de Chimenea, en primer lugar, y del Alpujarreño en segundo. Han hecho una buena muda y ya están adquiriendo el atractivo color rojo.



Para terminar, decir que hasta aquí podemos llegar los cuquilleros. Es decir, el ofrecerle a nuestros reclamos todo lo que esté en nuestras manos para que lleguen en óptimas condiciones a la apertura de la veda. Ahora bien, la climatología es una base fundamental y este año, al igual que los anteriores, la cosa no pinta bien. El otoño comenzó de forma inmejorable, pero hace mes y medio que no llueve y tal circunstancia para nuestras patirrojas es lo peor que les puede ocurrir. Y lo peor del caso será que cuando llegue enero se meterá una invernada de las de época, con frío y viento. Justamente lo que no debería ocurrir. Tiempo al tiempo.


sábado, 14 de noviembre de 2015

UN BUEN DÍA EN LA DEHESA


                                                El grupo participante en la jornada de  caza.

 En el día de hoy mi hijo Pablo, los compañeros de coto y yo nos hemos trasladado hasta Puebla de Guzmán para echar un rato de caza en nuestro coto La Dehesa de Enmedio, charlar sobre cómo se va desarrollando la temporada cinegética actual y, como no, tomar unas cervecillas, unos vinillos y degustar productos de la tierra.

El día para no desentonar ha sido fabuloso: soleado, templado y con poco viento. Si a ello le unimos que el campo está precioso y que por fin se empiezan a ver los resultados del cuido de la finca, se puede decir que la jornada ha sido ideal para matar el gusanillo, puesto que los campos por esta zona de nuestra Comunidad no están para tirar cohetes. Es más, como nuestro coto no tiene mucho monte, las perdices, como todos años, es complicado entrampillarlas y que vayan a las puertas. Si a esto le unimos que no somos muchos socios, el abatirlas es muy complicado. Lo bueno es que se mueven bastantes bandos, cosa que no ocurría en años anteriores. Señal inequívoca que para la caza con el reclamo la situación pinta muy bien.

En resumidas cuentas que entre ocho escopetas, desde las nueve y media hasta las trece horas, nos hemos llevado para el cortijo once liebres, dos conejos, una perdiz, una pitorra o becada y dos codornices. Números no muy abundantes, pero que, con los tiempos que corren, saben a bendita gloria.

viernes, 13 de noviembre de 2015

LA GRAN DIFERENCIA ENTRE LA PACIENCIA Y LA ANSIEDAD

               Ahora, cuando nuestros reclamos se encuentran en fase de encelamiento, es una época ideal para que reflexionemos sobre las cosas que hacemos mal y nos propongamos no volver a tropezar en la misma piedra. De ello depende muy mucho el futuro de nuestros reclamos y, en particular, de los más jóvenes.

             Aunque todos conocemos perfectamente el tema, hablamos de él con propiedad y nunca somos de los que comenten tal error, la dura realidad viene a confirmarnos que, a veces, aunque sabemos de sobra  lo que suele acontecer cuando no actuamos como deberíamos hacerlo, caemos en la tentación y, en un pispás, tiramos por tierra lo que cuesta mucho trabajo llegar a conseguir: un buen reclamo.

         Aun partiendo de la base de que el que tiene madera de pájaro puntero, en una gran mayoría de las ocasiones, suele salir adelante, aunque su dueño le haga más de una perrería, lo normal es que, durante el periodo de aprendizaje de los pollos, debemos extremar el buen obrar en nuestras actuaciones, para, con ello,  evitar que lo que tiene muy buena pinta, termine siendo un mochuelo más, por nuestro mal y torpe proceder en el momento más importante de la faena de un reclamo: el disparo.

         Si bien, muchas veces, la mala suerte acompaña en un determinado lance: yerro en el disparo, plomo de cabeza y correspondiente botes del campero ante los ojos del reclamo, ataque de una rapaz u alimaña, herida por plomo rebotado…, también es verdad, que existen situaciones en las que el que está en el aguardo, bien por inexperiencia,  por nerviosismo, por ansias de llegar al cortijo con una buena percha de patirrojas…, no obra como debiera hacerlo y, en un segundo, lo que se tarda en apretar el gatillo, estropea un buena promesa de pájaro de jaula. Por tanto, si la paciencia es uno de las grandes cualidades que todo cuquillero que se precie de ello, debe poseer, la celeridad en la suerte suprema suele ser fatal. Debido a ello, disparar sin que se cumplan las condiciones que se deben dar en tal primordial momento es sinónimo de fracaso. Si se dispara, sin que el neófito que está atalayado en el repostero esté cumpliendo una serie de pautas que se supone que debe llevar a cabo, o nos precipitamos en el disparo, antes o después, nuestro proyecto de reclamo nos la jugará.

         Por todo ello, puedo decir con la mano en el corazón, que alguna vez me he ido de ligero. Es más, creo que muchos compañeros también han actuado de dicha forma y, al igual que yo, habrán echado a perder algún que otro pollo en el que se tenían puestas muchas ilusiones. De esta forma, el disparar sin que haya recibo o éste no sea de pico, el hacerlo sin la total certeza de que el novel de turno estuviera viendo perfectamente a la patirroja que andaba por la plaza, el intentar una carambola sin la seguridad total de éxito, el disparar cuando las montesinas hayan iniciado la salida de plaza a toda velocidad por extrañar algo… son situaciones que suelen darse y en las que más de una vez hemos caído, puesto que, en lugar de quedarnos quietecitos esperando mejor ocasión, hemos disparado. En una palabra, en pocos segundos habremos acabado, con casi total seguridad, con lo que se tarda mucho tiempo en conseguir, si es que se consigue.

Por tal motivo, la falta de paciencia a la hora del disparo y la avaricia no deben formar parte de nuestro proceder, si queremos que el pollo que nos está dando un buen puesto pueda llegar a ser un pájaro puntero en el futuro. Es una máxima que nunca podemos olvidar, aunque la temporada nos vaya mal y el compañero que da el puesto en los alrededores del nuestro, situación que a veces es un hecho, haya disparado varias veces. Si no la cumplimos y optamos por quitar de en medio al que está en plaza, para llegar al cortijo diciendo que hemos tirado, sin que el del matojo esté dando el do de pecho o se reúnan las condiciones óptimas, en un instante, acabaremos con lo que cuesta mucho tiempo y trabajo que llegue a nuestro jaulero, siempre que tengamos la suerte de tropezar con él.

         Es más, casi me atrevería a decir que, nuestros campos han visto deambular por sus parajes a muchos pájaros de jaula, que si no hubiera sido por la poca paciencia y la avaricia del perdigonero de turno, en vez de haber sido presa fácil del más torpe de sus depredadores, hubieran llegado, al menos, a ser reclamos medianos, de los que uno se divierte con ellos sin ser pájaros punteros. Y todo ello por el ínfimo tiempo que se tarda en apretar el gatillo.


viernes, 6 de noviembre de 2015

UNA AÑO MÁS, LLEGÓ EL "BARBERO".


         Cada año por estas fechas, con pequeñas diferencias en cuanto al día exacto, los aficionados al reclamo renovamos una actividad tan añeja y tradicional como la historia de nuestra afición: el recorte de nuestros reclamos.

     No es una actividad más, sino que ésta, por su significado e importancia por ser el pistoletazo de salida de la nueva temporada de la caza de la perdiz con reclamo, es esperada con ansia por todos los cuquilleros. Supone un importante ritual que lleva consigo el poner en práctica una parte del maravilloso legado cinegético que nos dejaron nuestros mayores. Ni que decir tiene que cada perdigonero  tiene su protocolo personal que se repite año tras año sin la menor variación respecto a los años anteriores. Eso significa que, con pequeñas diferencias en la forma de llevar a cabo el recorte de parte del plumaje, nuestros reclamos quedan como verdaderas pinturas y más cómodos para el inicio de la preparación para el encelamiento.

         Pues en mi caso, ayer día cinco, con la ayuda del amigo Pepe Moyo y mi mujer, se procedió a tan esperada actividad. No fueron todos los que pasaron por la “barbería”, puesto que, como ya he indicado en otras ocasiones, los pollos no los suelo recortar hasta ver cómo se van desenvolviendo. Si demuestran carácter y nobleza, sobre mediados de diciembre se les aplicará la tijeras, si no pasan las pruebas no formarán parte de mi jaulero que, dicho sea de paso, en estos momentos está bien repleto con un buen bando de quince pájaros, pues curiosamente, este año me han regalado unos buenos pocos de noveles: uno de Lorca, otro de Almería, tres de Granada y uno más de Huelva.


Cinco imágenes de diferentes momentos del recorte de Chimenea y el Alpujarreño. En la última, en el recorte de las timoneras o cola del citado en segundo lugar, se puede apreciar el crecimiento de las plumas de su cabeza tras el revuelo nocturno que sufrieron mis reclamos de hace unas fechas.








            A partir de ahora, mucho soleo, algo de verde y bellotas y cuidado máximo. El resto, o mejor dicho, el todo, lo debe poner cada reclamo. Puesto que, por más que nos empeñemos, el bueno es bueno y el mochuelo por muchas atenciones que le dispensemos, seguirá siendo mochuelo.

miércoles, 28 de octubre de 2015

PREPARACIÓN DE LOS NUEVOS TIMBRADOS.



            Dos de mis timbrados del año. Uno amarillo y otro isabela.

El otoño, además de otras encantadoras y atractivas cosas, trae consigo el final de la muda de los canarios y su correspondiente paso a las jaulas para su adaptación a las mismas y la posterior preparación-entrenamientos para los concursos que comienzan al final de esta estación meteorológica y al principio de la próxima. En esta fecha están preciosos como se puede ver en las tres imágenes anteriores

Atrás quedan unos meses de gran plumerío por todos los rincones de la casa, refuerzo de la alimentación para que las crías tengan un buen desarrollo, frecuentes baños para facilitar la muda del plumaje, lucha continua contra los parásitos externos... Es decir, un verdadero trabajo si se quiere que los nuevos timbrados lleguen a esta época fuertes y con buena planta.

A partir de este momento, tras el paso a las jaulas de concurso, los noveles iniciarán un periodo de afianciamiento de su repertorio musical y la mejora de sus melodías musicales. En esta línea, para evitar las copias de otras especies y de otros congéneres con cantes viciados o de poca valía, hay que aislarlos para que puedan desarrollar individualmente lo que llevan dentro y no estropear sus todavía inmaduras notas. Así, los portajaulas, con departamentos para cuatro ejemplares son idóneos para ello y para tenerlos en penumbra, puesto que, de esta manera, en cuanto se les saca a la claridad, inician sus canturreos, si son medianamente buenos. En mi caso, para que estén alejados de los machacones cantos de los reproductores y otros timbrados de las viviendas vecinas, suelo tenerlos todo el día con música en la parte de la cas que destinado para ello.

Cuatro imágenes de mis timbrados  del año en las jaulas y en los transportines de concurso.





En principio y debido a los buenos éxitos cosechados la temporada anterior, tengo muchas esperanzas puestas en algunos de los pollos de este 2015. Esperemos que se cumplan las expectativas. Veinte machos entre amarillos, verdes, pintos e isabelas aspirarán a conseguir buenas notas en los "exámenes" de temporada.

sábado, 24 de octubre de 2015

VUELVE LA MAGIA DE LAS SETAS.

                                                              Imagen del grupo con las cestas y setas.
Al igual que en años anteriores, cuando el otoño es lluvioso y templado como el que tenemos, aparte de que el campo adquiere una belleza difícil de contar con palabras, las mágicas setas hacen su aparición en muchos rincones de nuestra Andalucía. De esta manera, nuestra amplia cocina tradicional se ve enriquecida por diferentes especies que hacen de nuestros platos un verdadero manjar para quien se sienta a la mesa. Y no solo eso, sino que pasear por el campo para dar con ellas es un placer indescriptible para todos los que nos gusta la naturaleza.

Pues la Sierra de Huelva, aparte de sus maravillosos encantos paisajísticos es un lugar que ni pintado para echar el rato admirando sus maravillosos rincones, su exuberante flora y, de camino, si hay suerte, llenar unas buenas cestas con nuestras seductoras setas. Así, en estas fechas, tanas, gallipiernos, níscalos, boletus de varios tipos, champiñones silvestres, rebozuelos… forman parte de lo que podemos encontrarnos cuando salimos al campo en su búsqueda.


Ayer, sin ir más lejos y por primera vez en esta temporada otoñal, me trasladé junto con mi yerno y mi consuegro a la localidad serrana de Santa Ana la Real para echar el rato y matar el gusanillo. De hecho, tuvimos suerte, puesto que, entre los tres y un familiar de la citada localidad, conseguimos algunos kilillos para preparar unos buenos platos en casa. Eso sí, también tropezamos con dos especies mortales como son la Amanita phalloide y el Omplalotus olearius, por lo que salir al campo de setas requiere conocimientos y máxima cautela. Son maravillosas y de gran belleza, pero extremadamente peligrosas si no se conocen.


Cinco fotos de setas. La primera, segunda y tercera pertenecen a la maravillosa y siempre apetecible  y enigmática Amanita caesarea o tana. La tercera es una Macrolepiota o gallipierno y, por último, la última pertenece a una Lactarius deliciosus o níscalo.






Estas dos instantáneas nos muestran ejemplares que es mejor tenerlos lejos. Dos muy venenosos: A. phalloide y O. olearius



domingo, 18 de octubre de 2015

SE ABRE EL TELÓN CINEGÉTICO: EMPEZAMOS CON LA CAZA MAYOR.


Mi hermano Adolfo en la puerta que le correspondió en la mancha  La Sierra
          Después de  varios meses de ansiedad cinegética, aunque el descaste de conejos y la media veda supuso un bálsamo tranquilizador para muchos, ahora tras la apertura de la general en el puente del Pilar/Hispanidad, para otros muchos, como es mi caso, este fin de semana, ha dado comienzo la temporada de caza. Eso sí, con agua y viento para reventar.

         El sábado me trasladé, junto con  mi hijo Pablo y con mi hermano Adolfo, a Calañas para acompañar a este último en la puerta que le correspondió en un cierre de la mancha La Sierra. No hubo suerte porque no tiramos y mi hijo, que estaba una puerta por debajo de nosotros, tampoco. Pudimos hacerlo, puesto que a los dos nos entró un venao medianete, pero con el aguacero que caía y los paraguas, ninguno de los dos pudieron disparar. Tampoco puedo decir cuánto se mató en total porque nos vivimos pronto, aunque antes de hacerlo había dos marranos y varios venados.

        Esta mañana, con una manta de agua imponente desde la madrugada y el amanecer, nos hemos ido de jabalí en mano a La Dehesa. Y aunque, por momentos, pensábamos que nos tendríamos que venir para Huelva sin cazar, aprovechando un larga clara, hemos echado el rato y, de camino, se han quitado de en medio una buena cochina y dos zorros de los muchos que tenemos en la finca y que nos están haciendo un daño terrible a la caza menor, dígase nidos de perdices y conejeras. Sin embargo, los marranos con el agua caída se ve que han cambiado de zona en busca de terrenos con menos humedad y no se han podido entrampillar, pero zorros si se han levantado unos buenos pocos, pero solo nos hemos quedado con dos.

Las tres imágenes que vienen a continuación nos muestran, primeramente, la buena cochina que abatió el compañero David y luego, la pareja de zorros que he tenido la suerte de "quitarle el pellejo".





         En el lado positivo, decir que se han visto unos buenos pocos de bandos de perdices de 10/14 pájaros, mucha liebre y algunos conejillos, señal inequívoca de que el cuido y las pocas cacerías que le hemos dado a la finca en temporadas anteriores, con el objetivo de dejar “madre”, está empezando a dar sus frutos. Además, el agua caída va suponer que las tierras cojan bastante humedad y, por consiguiente, tengamos una buena otoñada. De hecho, los pantanos están llenos, los regajos corriendo, la hierba bastante crecida y las primeras setas empiezan a dar la cara.

lunes, 12 de octubre de 2015

BOTADAS O REVUELOS NOCTURNOS




Las imágenes anteriores pertenecen a Chimenea, Alpujarreño (2ª y 3ª) y Rampalea.

  Una de los cosas que siempre preocupan al aficionado al reclamo, no es otra que el revuelo o botada nocturna. Suele ocurrir con relativa frecuencia y, en principio, no supone un gran problema, puesto que todo se queda en unas plumas levantadas de la cabeza y otras que pierden y te las encuentras esparcidas por el suelo.

   Ahora bien, otras veces, el revuelo adquiere una magnitud tal, que se transforma en un verdadero descalabro para algunos reclamo, incluso “dejándose el pellejo” en el mismo. No es normal, pero ocurre. De hecho, hace unos cinco o seis años, una noche de Reyes, se me desgració un muy buen reclamo en una botada y nunca más sirvió.

    Cuando esta situación se da en un jaulero y todavía queda mucho para abrir la veda, los reclamos afectados se recuperan, si no ha sido de mucha gravedad el accidente y ya está. Pero cuando esto ocurre poco antes del comienzo o durante el periodo hábil, menuda papeleta se nos presenta.

   ¿A qué es debido este estropicio? Pues la verdad es que no está claro el motivo. Mucho se ha escrito sobre el tema, pero nadie da con la clave. Lo que sí es cierto que, en un momento de la noche/madrugada, uno de los los reclamos de un determinado jaulero se asusta por el motivo que sea o sueña, según algunos, y comienza la algarabía, puesto que al botarse uno, luego le siguen otos más. Curiosamente, la gran mayoría de las veces no son todos, pero sí algunos. Y estos lo sufren y, en ocasiones, más que bien. Las soluciones preventivas tampoco están claras, ni tienen base científica. Tan es así que unas de ellas consiste en ponerle un gorrito de goma a las jaulas para amortiguar los golpes, pero esto en mi caso no ha funcionado

   Pues sin ir más lejos, esta mañana, sobre las 7,45 horas de este día tan señalado, veinticuatro horas después de pasarlos a la jaula, recién levantado y mientras echaba un rato de ordenador para ver unos arreglos que me ha hecho un amigo en la configuración general de  mi blog, he escuchado un ruido que, en un principio, creía que venía del piso de arriba, pero a los pocos segundos, me he dado cuenta que procedía de la terraza donde tengo los reclamos, sacados ayer de los terreros. El resultado ha sido un poco descorazonador, pues tres de ellos tenían la cabeza bastante afectada y había un gran plumerío en el suelo de las jaulas. Y lo peor del caso es que entre estos estaban Chimenea y Alpujarreño, mis dos mejores reclamos y, como dije con anterioridad, la jaula de este último tiene un techo de goma. Luego, Rampalea y un pollo, ambos regalos de este año, también estaban afectados. Ya hacía años que no me sucedía esto, pero hoy ha ocurrido otra vez.


Alpujarreño y sus lesiones en fase de inicio de cura.


Esperemos que este mal trago solo sea flor de un día y no se vuelva a repetirse este año, pues con una de éstas sobra. Y ni que decir tiene que deseo y espero que lo ocurrido solo hayan sido pequeñas lesiones que se curarán con el tiempo.

domingo, 11 de octubre de 2015

EL NOMBRE DE LAS COSAS.

         En nuestra modalidad cinegética existen varias cosas que siempre están ahí, bien presentes y que nunca podremos prescindir de ellas porque forman parte de lo indispensable para poder practicar la caza de la perdiz con reclamo: el perdigón, el tanto y el tollo. Hay muchas más, pero se pueden dejar a un lado, dígase escopetas, jaulas, ganchos, asientos, utensilios de corte, esterillas…

         Lo que pasa es que la forma de nombrarlas varía según la zona donde se utilice. Incluso dentro de una misma zona o región, en una localidad se puede llamar de una forma y en otra, de manera distinta.

         Uno, que se ha movido por muchos lugares de Andalucía y otras partes de España, ha hablado con muchos aficionados de diferentes lugares de nuestra geografía y ha leído bastante sobre la caza del reclamo, conoce bastante nombres diferente con las que son conocidos cada uno de los elementos citados anteriormente, pero debe haber muchos más: Por ello, este artículo está encaminado a, como se dice en los colegios, ampliar el vocabulario propio de nuestra afición.

Éstas son las diferentes formas de nombrar a los tres citados elementos, según yo los conozco, bien de esta zona o de otras:

RECLAMO: macho de jaula, perdigón, perdigacho, pájaro, espada, mochuelo…

TANTO: matojo, pulpitillo, maceta, farolillo, arbolillo, arbolete, hacho, repostero, tanganillo, mampostero, mampuesto, peana, mono, tango…

TOLLO: puesto, portátil, aguardo, chozo, timera…


PD. Como sé que hay muchos más nombres para cada una de la tres plasmados anteriormente, me gustaría que los aficionados que entren en el blog o, quien no lo sea pero que, de vez en cuando se dé una vuelta por aquí, sepan que lo que deseo es que participen en los comentarios de este blog y dejen constancia escrita de cómo los llaman en otros rincones de nuestra querida piel de toro.

miércoles, 7 de octubre de 2015

SE ABRE LA VEDA.



                                                    Tres momentos de lances cinegéticos.

         Aunque ya más de uno ha apretado el gatillo en el descaste de conejos y en la media veda, tradicionalmente nuestra fiesta de La Hispanidad/Virgen del Pilar nos trae la apertura de la veda en todas las modalidades de caza.

         Echando la mirada hacia atrás, estos días de primeros de otoño, cuando el fresquillo hacía su aparición y el campo nos embriagaba con su maravilloso aroma que emanaba el pasto húmedo, eran unas de las fechas escogidas por los aficionados a la caza de muchas familias andaluzas para, alrededor del acogedor brasero de las casas o no muy lejos de las chimeneas de los cortijos, recargar un buen número de cartuchos que servirían para llevar algo a las necesitadas despensas y alacenas de las casas e, incluso, para obtener  unas pesetillas con la que ayudar a la estrecha economía familiar. Así, tacos de distintos materiales, plomos de diferentes grosores, vainas de cartón o plástico, pólvora, pistones, fulminantes, calibrador, rebordeador… suponían la antesala de maravillosas jornadas de caza. Por supuesto, no faltaba el aceite, incluso viejo de freír, para que aquellas vetustas escopetas, incluso muchas de un solo caño, estuvieran a punto.

         Aunque daba igual la fecha, porque se cazaba casi todo el año, las primeras aguas traían consigo que los ejemplares cazables adquirieran la madurez y desarrollo suficiente para llenar muchas mochilas en toda nuestra geografía y hacer más que felices a los pocos que practicaban la actividad cinegética. De esta manera, los conejos, liebres, perdices, palomas, pitorras..., muy abundantes en cualquier rincón de nuestra geografía, hace ya algunos años, suponían el verdadero santo y seña de la caza tradicional en Andalucía y España. No quiero decir que no se abatieran algunos jabalíes, ciervos, gamos, rebecos, cabras monteses…, De hecho, en numerosas casas se podían ver, colgadas de las paredes,  preciosas cabezas de los ejemplares antes citados y su carne servía para la alimentación familiar, pero la caza menor era la modalidad escogida por la gran mayoría de los que le gustaba la escopeta, porque era mucho más fácil acceder a la misma. La caza mayor quedaba para unos pocos que podían permitirse ciertos lujos y disponían de bastante tiempo libre.

         Hoy día, todo ha cambiado. Ya no se recargan cartuchos, ni se zurce o remienda la ropa dedicada para salir al campo, ni se caza para comer, ni se sale un rato cuando el trabajo lo permite para matar unos conejillos para el avío de casa, ni se mira cuántos cartuchos gastar… Hoy, muy al contrario, cazar es un verdadero lujo, pero se sigue practicando y, la mayoría de las veces,  solo para satisfacción personal de muchos de los que conforman el amplísimo colectivo de cazadores. De esta manera, armamento, munición, complementos y vestimenta de muy primerísimo nivel, comidas y hospedajes de postín, buena cantidad de billetes, kilómetros y kilómetros, todoterrenos, aviones… En una palabra como la noche y el día. Ya no se sale al campo para llevar algo a casa para preparar buenos platos. Hoy. en muchos caso, se sale al campo para conseguir buenas perchas de conejos, perdices, palomas, tórtolas…,  que  la mayoría se regalan porque en un buen número de hogares no gusta la carne de monte y, como no, por los trofeos en la caza mayor.

      Eso sí, cada uno a su forma, llegada esta época, es presa de un nerviosismo creciente que solo se aplacará cuando su dedo apriete el gatillo y el conejo, liebre, perdiz paloma…, jabalí, ciervo, gamo… correspondiente caiga abatido ante sus ojos. Atrás quedarán muchos meses de desazón y ansiedad. Ahora, con la llegada de las primeras aguas y el verdor de la hierba que empieza a cubrir cualquier rincón de nuestros campos, la veda está a punto de abrirse.

        A los que solo les gusta la caza del reclamo, todavía tendrán que esperar un poco, pero es época de cuido, recorte, soleo y encelamiento de los reclamos. Ahora, seguro que no se aburren, pues tienen entretenimiento para rato.

        Para finalizar, disfrutemos cada uno a nuestra manera. Pero cuidado, una vida vale mucho más que el mayor de los trofeos que podamos conseguir. No olvidemos que en la manos llevamos un arma, la cual carga el cazador y, según dice el refrán, la dispara el diablo.

        Y que no se nos olvide: un día de caza tiene que venir refrendado por una buena comida y una charla con los compañeros que participan con nosotros en la jornada cinegética, sea de caza menor o mayor. Si dejamos a un lado esto, nuestra afición  pierde muchos enteros.

lunes, 5 de octubre de 2015

UNOS DÍAS DE VACACIONES Y RECLAMOS.



Tres preciosas imágenes de una puesta de sol en Almería, Cabo de Gata y vista desde la finca El Mesillo Alto de Lorca. 
         Una vez acabado el periodo de adaptación escolar de nuestras nietas en los centros donde cursan Educación infantil, la semana pasada, nos trasladamos mi mujer y yo a la zona Almería-Murcia-Granada para pasar unos días por dichos lugares, conocer sus muchos y atractivos encantos, descansar y echar el rato de tertulia con compañeros aficionados al reclamo.

         En la primera escala del viaje, la capital y provincia almeriense, donde pasamos tres días y medio, aparte de visitar diferentes puntos de interés turístico, compartimos un maravilloso día con el amigo y perdigonero, curtido en mil batallas, Baldomero Molero, su esposa y otros amigos suyos. Así, por la mañana, estuvimos en su querida parcela/cortijo Posá de los Moleros -lugar de reuniones familiares- viendo y cuidando sus reclamos y demás animales que tiene allí. De camino, para que no faltara de nada, Baldomero me regaló un pollo del año pasado que no ha salido al campo. Ya por la tarde, quedamos los dos matrimonios para visitar algunos preciosos rincones de la capital andaluza, tomar unas cervezas y charlar largo y tendido sobre nuestra querida y controvertida afición a la caza de la perdiz con reclamo.


En las siguientes tres tomas, se puede ver a Baldomero Molero cuidando sus reclamos en primer lugar. A continuación una imagen de la placa que hay en la fachada de su parcela. Por último, y como dato curioso, se puede apreciar bastantes patas de sus patirrojas abatidas año tras año.




         El martes, muy a primera hora, pusimos rumbo Lorca, donde me esperaba Domingo García, pajaritero de tradición, artesano de primer nivel en un sinfín de cosas y conocedor del campo como el que más. Sabía que era un hombre muy puesto en el tema de nuestra actividad cinegética, pero no me imaginaba que sus conocimientos llegaran al extremo que pude comprobar in situ. Es decir, una verdadera enciclopedia del saber y del buen proceder. Pero además, una bellísima persona y desinteresada hasta extremos impensables. Una vez en la preciosa localidad murciana, visitamos su finca El Mesillo Alto y constaté de primera mano que, lo que él me decía por teléfono era una realidad irrefutable: una propiedad muy bien gestionada, cuidada al máximo hasta límites insospechados y, por consiguiente, debido a ello, nuestra decadente, en muchos lugares de nuestra geografía, perdiz roja salvaje, afortunadamente, mantiene unas más que aceptables poblaciones. De esta manera, dicho paraje seco y calizo, con una vegetación de monte bajo compuesta por lentiscos, esparto, albaidas, cantueso, tomillo, romero… más abundante pino carrasco y bastantes almendros, posee unos colgaderos con los que todos soñamos, donde las patirrojas autóctonas lugareñas dejan en evidencia a muchos reclamos catalogados como de primer nivel. Eso sí, la pertinaz sequía que, año tras año padece la zona, hace que los lances para enmarcar  y recordar sean cada vez más escasos y si a ello le añadimos la desorbitada proliferación del jabalí, nos encontramos con un verdadero problema para nuestra querida Alectoris rufa que habita en aquellos parajes. Ni que decir tiene que, aparte de visitar la finca, comimos en la misma y conocimos a Juani, su mujer, encantadora persona y compañera docente. Además, el amigo Domingo me obsequió con un reclamo con muy buena pinta, noble y poco cazado y una preciosa jaula artesanal.


Las cuatro fotos que vienen a continuación, nos muestran, en primer lugar una toma de otra parte de la finca. En segundo lugar, un precioso colgadero con una oída buenísima. En la tercera se puede ver a Domingo observando uno de los muchos comederos y bebederos que tiene el acotado. Por último y como curiosidad, se muestra un habitáculo de esparto hecho por él mismo para el traslado de reclamos recién llegado a sus manos.






          Ya de vuelta para Huelva, pernoctamos en Granada, pero antes, con lluvia incluida en la caída de la tarde, hicimos una pequeña parada en Cúllar, localidad donde está situada la granja cinegética El Chopo, gestionada y llevada hacia adelante por el amigo y buen profesional Alonso Segura. Así, en aquel atractivo y sugerente enclave cercano a las Sierras de Orce y de la Estancias, rodeados de olivos y almendros, los ejemplares de la misma, con certificado de pureza genética extendido por la Junta de Andalucía, van adquiriendo por estas fechas el maravilloso colorido y trapío que exhiben nuestras reinas de los bosques. Obviamente, me traje dos machos, aunque uno de ellos es para regalárselo a un buen amigo y compañero de coto.


Las siguientes dos instantáneas nos muestran a una toma de los reproductores de la granja El Chopo y a su dueño, Alonso Segura con uno de los reclamos que me traje de la misma.



         Por último, tras una larga noche tormentosa y con fuerte aparato eléctrico y lluvia por toda la zona, como pude comprobar por los enormes charcos y deslizamientos de tierra en las carreteras, hicimos una visita al amigo y compañero docente Pepe Ariza en Chimeneas. De paso, recogí otros tres pollos de su granja emplazada en Ventas de Huelma en la finca La India. Dos para encargos y uno para mí, con la ilusión de que se pueda parecer a mi gran reclamo del mismo nombre y procedencia.



      Como se  puede comprobar, aunque siempre digo que no hay que cargarse con muchos pájaros en el jaulero, me vine para Huelva con cuatro de ellos que, sumados a los ocho que ya tenía anteriormente, conforman un “bando” de doce machos de jaula. Eso sí, como exigente que soy en las actitudes que debe demostrar un futuro reclamo, tengo la seguridad de que algunos de los nuevos no llegará a la apertura de la veda, allá por mediados de enero. Es obvio que no todos serán nobles y tranquilos y, como he repetido infinidad de veces en este blog, los comportamientos contrarios, una vez en las jaulas, no los aguanto.