miércoles, 28 de octubre de 2015

PREPARACIÓN DE LOS NUEVOS TIMBRADOS.



            Dos de mis timbrados del año. Uno amarillo y otro isabela.

El otoño, además de otras encantadoras y atractivas cosas, trae consigo el final de la muda de los canarios y su correspondiente paso a las jaulas para su adaptación a las mismas y la posterior preparación-entrenamientos para los concursos que comienzan al final de esta estación meteorológica y al principio de la próxima. En esta fecha están preciosos como se puede ver en las tres imágenes anteriores

Atrás quedan unos meses de gran plumerío por todos los rincones de la casa, refuerzo de la alimentación para que las crías tengan un buen desarrollo, frecuentes baños para facilitar la muda del plumaje, lucha continua contra los parásitos externos... Es decir, un verdadero trabajo si se quiere que los nuevos timbrados lleguen a esta época fuertes y con buena planta.

A partir de este momento, tras el paso a las jaulas de concurso, los noveles iniciarán un periodo de afianciamiento de su repertorio musical y la mejora de sus melodías musicales. En esta línea, para evitar las copias de otras especies y de otros congéneres con cantes viciados o de poca valía, hay que aislarlos para que puedan desarrollar individualmente lo que llevan dentro y no estropear sus todavía inmaduras notas. Así, los portajaulas, con departamentos para cuatro ejemplares son idóneos para ello y para tenerlos en penumbra, puesto que, de esta manera, en cuanto se les saca a la claridad, inician sus canturreos, si son medianamente buenos. En mi caso, para que estén alejados de los machacones cantos de los reproductores y otros timbrados de las viviendas vecinas, suelo tenerlos todo el día con música en la parte de la cas que destinado para ello.

Cuatro imágenes de mis timbrados  del año en las jaulas y en los transportines de concurso.





En principio y debido a los buenos éxitos cosechados la temporada anterior, tengo muchas esperanzas puestas en algunos de los pollos de este 2015. Esperemos que se cumplan las expectativas. Veinte machos entre amarillos, verdes, pintos e isabelas aspirarán a conseguir buenas notas en los "exámenes" de temporada.

sábado, 24 de octubre de 2015

VUELVE LA MAGIA DE LAS SETAS.

                                                              Imagen del grupo con las cestas y setas.
Al igual que en años anteriores, cuando el otoño es lluvioso y templado como el que tenemos, aparte de que el campo adquiere una belleza difícil de contar con palabras, las mágicas setas hacen su aparición en muchos rincones de nuestra Andalucía. De esta manera, nuestra amplia cocina tradicional se ve enriquecida por diferentes especies que hacen de nuestros platos un verdadero manjar para quien se sienta a la mesa. Y no solo eso, sino que pasear por el campo para dar con ellas es un placer indescriptible para todos los que nos gusta la naturaleza.

Pues la Sierra de Huelva, aparte de sus maravillosos encantos paisajísticos es un lugar que ni pintado para echar el rato admirando sus maravillosos rincones, su exuberante flora y, de camino, si hay suerte, llenar unas buenas cestas con nuestras seductoras setas. Así, en estas fechas, tanas, gallipiernos, níscalos, boletus de varios tipos, champiñones silvestres, rebozuelos… forman parte de lo que podemos encontrarnos cuando salimos al campo en su búsqueda.


Ayer, sin ir más lejos y por primera vez en esta temporada otoñal, me trasladé junto con mi yerno y mi consuegro a la localidad serrana de Santa Ana la Real para echar el rato y matar el gusanillo. De hecho, tuvimos suerte, puesto que, entre los tres y un familiar de la citada localidad, conseguimos algunos kilillos para preparar unos buenos platos en casa. Eso sí, también tropezamos con dos especies mortales como son la Amanita phalloide y el Omplalotus olearius, por lo que salir al campo de setas requiere conocimientos y máxima cautela. Son maravillosas y de gran belleza, pero extremadamente peligrosas si no se conocen.


Cinco fotos de setas. La primera, segunda y tercera pertenecen a la maravillosa y siempre apetecible  y enigmática Amanita caesarea o tana. La tercera es una Macrolepiota o gallipierno y, por último, la última pertenece a una Lactarius deliciosus o níscalo.






Estas dos instantáneas nos muestran ejemplares que es mejor tenerlos lejos. Dos muy venenosos: A. phalloide y O. olearius



domingo, 18 de octubre de 2015

SE ABRE EL TELÓN CINEGÉTICO: EMPEZAMOS CON LA CAZA MAYOR.


Mi hermano Adolfo en la puerta que le correspondió en la mancha  La Sierra
          Después de  varios meses de ansiedad cinegética, aunque el descaste de conejos y la media veda supuso un bálsamo tranquilizador para muchos, ahora tras la apertura de la general en el puente del Pilar/Hispanidad, para otros muchos, como es mi caso, este fin de semana, ha dado comienzo la temporada de caza. Eso sí, con agua y viento para reventar.

         El sábado me trasladé, junto con  mi hijo Pablo y con mi hermano Adolfo, a Calañas para acompañar a este último en la puerta que le correspondió en un cierre de la mancha La Sierra. No hubo suerte porque no tiramos y mi hijo, que estaba una puerta por debajo de nosotros, tampoco. Pudimos hacerlo, puesto que a los dos nos entró un venao medianete, pero con el aguacero que caía y los paraguas, ninguno de los dos pudieron disparar. Tampoco puedo decir cuánto se mató en total porque nos vivimos pronto, aunque antes de hacerlo había dos marranos y varios venados.

        Esta mañana, con una manta de agua imponente desde la madrugada y el amanecer, nos hemos ido de jabalí en mano a La Dehesa. Y aunque, por momentos, pensábamos que nos tendríamos que venir para Huelva sin cazar, aprovechando un larga clara, hemos echado el rato y, de camino, se han quitado de en medio una buena cochina y dos zorros de los muchos que tenemos en la finca y que nos están haciendo un daño terrible a la caza menor, dígase nidos de perdices y conejeras. Sin embargo, los marranos con el agua caída se ve que han cambiado de zona en busca de terrenos con menos humedad y no se han podido entrampillar, pero zorros si se han levantado unos buenos pocos, pero solo nos hemos quedado con dos.

Las tres imágenes que vienen a continuación nos muestran, primeramente, la buena cochina que abatió el compañero David y luego, la pareja de zorros que he tenido la suerte de "quitarle el pellejo".





         En el lado positivo, decir que se han visto unos buenos pocos de bandos de perdices de 10/14 pájaros, mucha liebre y algunos conejillos, señal inequívoca de que el cuido y las pocas cacerías que le hemos dado a la finca en temporadas anteriores, con el objetivo de dejar “madre”, está empezando a dar sus frutos. Además, el agua caída va suponer que las tierras cojan bastante humedad y, por consiguiente, tengamos una buena otoñada. De hecho, los pantanos están llenos, los regajos corriendo, la hierba bastante crecida y las primeras setas empiezan a dar la cara.

lunes, 12 de octubre de 2015

BOTADAS O REVUELOS NOCTURNOS




Las imágenes anteriores pertenecen a Chimenea, Alpujarreño (2ª y 3ª) y Rampalea.

  Una de los cosas que siempre preocupan al aficionado al reclamo, no es otra que el revuelo o botada nocturna. Suele ocurrir con relativa frecuencia y, en principio, no supone un gran problema, puesto que todo se queda en unas plumas levantadas de la cabeza y otras que pierden y te las encuentras esparcidas por el suelo.

   Ahora bien, otras veces, el revuelo adquiere una magnitud tal, que se transforma en un verdadero descalabro para algunos reclamo, incluso “dejándose el pellejo” en el mismo. No es normal, pero ocurre. De hecho, hace unos cinco o seis años, una noche de Reyes, se me desgració un muy buen reclamo en una botada y nunca más sirvió.

    Cuando esta situación se da en un jaulero y todavía queda mucho para abrir la veda, los reclamos afectados se recuperan, si no ha sido de mucha gravedad el accidente y ya está. Pero cuando esto ocurre poco antes del comienzo o durante el periodo hábil, menuda papeleta se nos presenta.

   ¿A qué es debido este estropicio? Pues la verdad es que no está claro el motivo. Mucho se ha escrito sobre el tema, pero nadie da con la clave. Lo que sí es cierto que, en un momento de la noche/madrugada, uno de los los reclamos de un determinado jaulero se asusta por el motivo que sea o sueña, según algunos, y comienza la algarabía, puesto que al botarse uno, luego le siguen otos más. Curiosamente, la gran mayoría de las veces no son todos, pero sí algunos. Y estos lo sufren y, en ocasiones, más que bien. Las soluciones preventivas tampoco están claras, ni tienen base científica. Tan es así que unas de ellas consiste en ponerle un gorrito de goma a las jaulas para amortiguar los golpes, pero esto en mi caso no ha funcionado

   Pues sin ir más lejos, esta mañana, sobre las 7,45 horas de este día tan señalado, veinticuatro horas después de pasarlos a la jaula, recién levantado y mientras echaba un rato de ordenador para ver unos arreglos que me ha hecho un amigo en la configuración general de  mi blog, he escuchado un ruido que, en un principio, creía que venía del piso de arriba, pero a los pocos segundos, me he dado cuenta que procedía de la terraza donde tengo los reclamos, sacados ayer de los terreros. El resultado ha sido un poco descorazonador, pues tres de ellos tenían la cabeza bastante afectada y había un gran plumerío en el suelo de las jaulas. Y lo peor del caso es que entre estos estaban Chimenea y Alpujarreño, mis dos mejores reclamos y, como dije con anterioridad, la jaula de este último tiene un techo de goma. Luego, Rampalea y un pollo, ambos regalos de este año, también estaban afectados. Ya hacía años que no me sucedía esto, pero hoy ha ocurrido otra vez.


Alpujarreño y sus lesiones en fase de inicio de cura.


Esperemos que este mal trago solo sea flor de un día y no se vuelva a repetirse este año, pues con una de éstas sobra. Y ni que decir tiene que deseo y espero que lo ocurrido solo hayan sido pequeñas lesiones que se curarán con el tiempo.

domingo, 11 de octubre de 2015

EL NOMBRE DE LAS COSAS.

         En nuestra modalidad cinegética existen varias cosas que siempre están ahí, bien presentes y que nunca podremos prescindir de ellas porque forman parte de lo indispensable para poder practicar la caza de la perdiz con reclamo: el perdigón, el tanto y el tollo. Hay muchas más, pero se pueden dejar a un lado, dígase escopetas, jaulas, ganchos, asientos, utensilios de corte, esterillas…

         Lo que pasa es que la forma de nombrarlas varía según la zona donde se utilice. Incluso dentro de una misma zona o región, en una localidad se puede llamar de una forma y en otra, de manera distinta.

         Uno, que se ha movido por muchos lugares de Andalucía y otras partes de España, ha hablado con muchos aficionados de diferentes lugares de nuestra geografía y ha leído bastante sobre la caza del reclamo, conoce bastante nombres diferente con las que son conocidos cada uno de los elementos citados anteriormente, pero debe haber muchos más: Por ello, este artículo está encaminado a, como se dice en los colegios, ampliar el vocabulario propio de nuestra afición.

Éstas son las diferentes formas de nombrar a los tres citados elementos, según yo los conozco, bien de esta zona o de otras:

RECLAMO: macho de jaula, perdigón, perdigacho, pájaro, espada, mochuelo…

TANTO: matojo, pulpitillo, maceta, farolillo, arbolillo, arbolete, hacho, repostero, tanganillo, mampostero, mampuesto, peana, mono, tango…

TOLLO: puesto, portátil, aguardo, chozo, timera…


PD. Como sé que hay muchos más nombres para cada una de la tres plasmados anteriormente, me gustaría que los aficionados que entren en el blog o, quien no lo sea pero que, de vez en cuando se dé una vuelta por aquí, sepan que lo que deseo es que participen en los comentarios de este blog y dejen constancia escrita de cómo los llaman en otros rincones de nuestra querida piel de toro.

miércoles, 7 de octubre de 2015

SE ABRE LA VEDA.



                                                    Tres momentos de lances cinegéticos.

         Aunque ya más de uno ha apretado el gatillo en el descaste de conejos y en la media veda, tradicionalmente nuestra fiesta de La Hispanidad/Virgen del Pilar nos trae la apertura de la veda en todas las modalidades de caza.

         Echando la mirada hacia atrás, estos días de primeros de otoño, cuando el fresquillo hacía su aparición y el campo nos embriagaba con su maravilloso aroma que emanaba el pasto húmedo, eran unas de las fechas escogidas por los aficionados a la caza de muchas familias andaluzas para, alrededor del acogedor brasero de las casas o no muy lejos de las chimeneas de los cortijos, recargar un buen número de cartuchos que servirían para llevar algo a las necesitadas despensas y alacenas de las casas e, incluso, para obtener  unas pesetillas con la que ayudar a la estrecha economía familiar. Así, tacos de distintos materiales, plomos de diferentes grosores, vainas de cartón o plástico, pólvora, pistones, fulminantes, calibrador, rebordeador… suponían la antesala de maravillosas jornadas de caza. Por supuesto, no faltaba el aceite, incluso viejo de freír, para que aquellas vetustas escopetas, incluso muchas de un solo caño, estuvieran a punto.

         Aunque daba igual la fecha, porque se cazaba casi todo el año, las primeras aguas traían consigo que los ejemplares cazables adquirieran la madurez y desarrollo suficiente para llenar muchas mochilas en toda nuestra geografía y hacer más que felices a los pocos que practicaban la actividad cinegética. De esta manera, los conejos, liebres, perdices, palomas, pitorras..., muy abundantes en cualquier rincón de nuestra geografía, hace ya algunos años, suponían el verdadero santo y seña de la caza tradicional en Andalucía y España. No quiero decir que no se abatieran algunos jabalíes, ciervos, gamos, rebecos, cabras monteses…, De hecho, en numerosas casas se podían ver, colgadas de las paredes,  preciosas cabezas de los ejemplares antes citados y su carne servía para la alimentación familiar, pero la caza menor era la modalidad escogida por la gran mayoría de los que le gustaba la escopeta, porque era mucho más fácil acceder a la misma. La caza mayor quedaba para unos pocos que podían permitirse ciertos lujos y disponían de bastante tiempo libre.

         Hoy día, todo ha cambiado. Ya no se recargan cartuchos, ni se zurce o remienda la ropa dedicada para salir al campo, ni se caza para comer, ni se sale un rato cuando el trabajo lo permite para matar unos conejillos para el avío de casa, ni se mira cuántos cartuchos gastar… Hoy, muy al contrario, cazar es un verdadero lujo, pero se sigue practicando y, la mayoría de las veces,  solo para satisfacción personal de muchos de los que conforman el amplísimo colectivo de cazadores. De esta manera, armamento, munición, complementos y vestimenta de muy primerísimo nivel, comidas y hospedajes de postín, buena cantidad de billetes, kilómetros y kilómetros, todoterrenos, aviones… En una palabra como la noche y el día. Ya no se sale al campo para llevar algo a casa para preparar buenos platos. Hoy. en muchos caso, se sale al campo para conseguir buenas perchas de conejos, perdices, palomas, tórtolas…,  que  la mayoría se regalan porque en un buen número de hogares no gusta la carne de monte y, como no, por los trofeos en la caza mayor.

      Eso sí, cada uno a su forma, llegada esta época, es presa de un nerviosismo creciente que solo se aplacará cuando su dedo apriete el gatillo y el conejo, liebre, perdiz paloma…, jabalí, ciervo, gamo… correspondiente caiga abatido ante sus ojos. Atrás quedarán muchos meses de desazón y ansiedad. Ahora, con la llegada de las primeras aguas y el verdor de la hierba que empieza a cubrir cualquier rincón de nuestros campos, la veda está a punto de abrirse.

        A los que solo les gusta la caza del reclamo, todavía tendrán que esperar un poco, pero es época de cuido, recorte, soleo y encelamiento de los reclamos. Ahora, seguro que no se aburren, pues tienen entretenimiento para rato.

        Para finalizar, disfrutemos cada uno a nuestra manera. Pero cuidado, una vida vale mucho más que el mayor de los trofeos que podamos conseguir. No olvidemos que en la manos llevamos un arma, la cual carga el cazador y, según dice el refrán, la dispara el diablo.

        Y que no se nos olvide: un día de caza tiene que venir refrendado por una buena comida y una charla con los compañeros que participan con nosotros en la jornada cinegética, sea de caza menor o mayor. Si dejamos a un lado esto, nuestra afición  pierde muchos enteros.

lunes, 5 de octubre de 2015

UNOS DÍAS DE VACACIONES Y RECLAMOS.



Tres preciosas imágenes de una puesta de sol en Almería, Cabo de Gata y vista desde la finca El Mesillo Alto de Lorca. 
         Una vez acabado el periodo de adaptación escolar de nuestras nietas en los centros donde cursan Educación infantil, la semana pasada, nos trasladamos mi mujer y yo a la zona Almería-Murcia-Granada para pasar unos días por dichos lugares, conocer sus muchos y atractivos encantos, descansar y echar el rato de tertulia con compañeros aficionados al reclamo.

         En la primera escala del viaje, la capital y provincia almeriense, donde pasamos tres días y medio, aparte de visitar diferentes puntos de interés turístico, compartimos un maravilloso día con el amigo y perdigonero, curtido en mil batallas, Baldomero Molero, su esposa y otros amigos suyos. Así, por la mañana, estuvimos en su querida parcela/cortijo Posá de los Moleros -lugar de reuniones familiares- viendo y cuidando sus reclamos y demás animales que tiene allí. De camino, para que no faltara de nada, Baldomero me regaló un pollo del año pasado que no ha salido al campo. Ya por la tarde, quedamos los dos matrimonios para visitar algunos preciosos rincones de la capital andaluza, tomar unas cervezas y charlar largo y tendido sobre nuestra querida y controvertida afición a la caza de la perdiz con reclamo.


En las siguientes tres tomas, se puede ver a Baldomero Molero cuidando sus reclamos en primer lugar. A continuación una imagen de la placa que hay en la fachada de su parcela. Por último, y como dato curioso, se puede apreciar bastantes patas de sus patirrojas abatidas año tras año.




         El martes, muy a primera hora, pusimos rumbo Lorca, donde me esperaba Domingo García, pajaritero de tradición, artesano de primer nivel en un sinfín de cosas y conocedor del campo como el que más. Sabía que era un hombre muy puesto en el tema de nuestra actividad cinegética, pero no me imaginaba que sus conocimientos llegaran al extremo que pude comprobar in situ. Es decir, una verdadera enciclopedia del saber y del buen proceder. Pero además, una bellísima persona y desinteresada hasta extremos impensables. Una vez en la preciosa localidad murciana, visitamos su finca El Mesillo Alto y constaté de primera mano que, lo que él me decía por teléfono era una realidad irrefutable: una propiedad muy bien gestionada, cuidada al máximo hasta límites insospechados y, por consiguiente, debido a ello, nuestra decadente, en muchos lugares de nuestra geografía, perdiz roja salvaje, afortunadamente, mantiene unas más que aceptables poblaciones. De esta manera, dicho paraje seco y calizo, con una vegetación de monte bajo compuesta por lentiscos, esparto, albaidas, cantueso, tomillo, romero… más abundante pino carrasco y bastantes almendros, posee unos colgaderos con los que todos soñamos, donde las patirrojas autóctonas lugareñas dejan en evidencia a muchos reclamos catalogados como de primer nivel. Eso sí, la pertinaz sequía que, año tras año padece la zona, hace que los lances para enmarcar  y recordar sean cada vez más escasos y si a ello le añadimos la desorbitada proliferación del jabalí, nos encontramos con un verdadero problema para nuestra querida Alectoris rufa que habita en aquellos parajes. Ni que decir tiene que, aparte de visitar la finca, comimos en la misma y conocimos a Juani, su mujer, encantadora persona y compañera docente. Además, el amigo Domingo me obsequió con un reclamo con muy buena pinta, noble y poco cazado y una preciosa jaula artesanal.


Las cuatro fotos que vienen a continuación, nos muestran, en primer lugar una toma de otra parte de la finca. En segundo lugar, un precioso colgadero con una oída buenísima. En la tercera se puede ver a Domingo observando uno de los muchos comederos y bebederos que tiene el acotado. Por último y como curiosidad, se muestra un habitáculo de esparto hecho por él mismo para el traslado de reclamos recién llegado a sus manos.






          Ya de vuelta para Huelva, pernoctamos en Granada, pero antes, con lluvia incluida en la caída de la tarde, hicimos una pequeña parada en Cúllar, localidad donde está situada la granja cinegética El Chopo, gestionada y llevada hacia adelante por el amigo y buen profesional Alonso Segura. Así, en aquel atractivo y sugerente enclave cercano a las Sierras de Orce y de la Estancias, rodeados de olivos y almendros, los ejemplares de la misma, con certificado de pureza genética extendido por la Junta de Andalucía, van adquiriendo por estas fechas el maravilloso colorido y trapío que exhiben nuestras reinas de los bosques. Obviamente, me traje dos machos, aunque uno de ellos es para regalárselo a un buen amigo y compañero de coto.


Las siguientes dos instantáneas nos muestran a una toma de los reproductores de la granja El Chopo y a su dueño, Alonso Segura con uno de los reclamos que me traje de la misma.



         Por último, tras una larga noche tormentosa y con fuerte aparato eléctrico y lluvia por toda la zona, como pude comprobar por los enormes charcos y deslizamientos de tierra en las carreteras, hicimos una visita al amigo y compañero docente Pepe Ariza en Chimeneas. De paso, recogí otros tres pollos de su granja emplazada en Ventas de Huelma en la finca La India. Dos para encargos y uno para mí, con la ilusión de que se pueda parecer a mi gran reclamo del mismo nombre y procedencia.



      Como se  puede comprobar, aunque siempre digo que no hay que cargarse con muchos pájaros en el jaulero, me vine para Huelva con cuatro de ellos que, sumados a los ocho que ya tenía anteriormente, conforman un “bando” de doce machos de jaula. Eso sí, como exigente que soy en las actitudes que debe demostrar un futuro reclamo, tengo la seguridad de que algunos de los nuevos no llegará a la apertura de la veda, allá por mediados de enero. Es obvio que no todos serán nobles y tranquilos y, como he repetido infinidad de veces en este blog, los comportamientos contrarios, una vez en las jaulas, no los aguanto.