viernes, 23 de enero de 2015

PRIMERA SEMANA DE CAZA DEL RECLAMO.

                                                                                            Quinteño en el matojo.
Como año tras año, más sombras que luces, no por el hecho de apretar el gatillo o no, sino porque lo que los cuquilleros esperamos en los primeros días de la apertura del periodo hábil para la caza de la perdiz con reclamo, una vez más no se han hecho realidad. De esta manera, por un motivo u otro nuestras ilusiones, muy grandes por cierto, se suelen ir al traste a las primeras de cambio. Eso sí, la compañía de buenos amigos y las tertulias en la chimenea no nos la quita nadie. Así, los compañeros Manolo Monescillo, Luis Hernández y un invitado muy especial, D. Gonzalo Rodríguez de Austria, echamos buenos ratos el domingo y lunes pasados en La Dehesa.

Esta temporada, después de comprobar, días antes al inicio, el buen momento por el que atravesaban las patirrojas camperas, el que más y el que menos pensaba, entre ellos yo, que tendríamos un buen comienzo de veda. Sin embargo, el bajón de temperaturas y el fuerte viento norte ha producido un frenazo en seco a nuestras perdices. Consiguientemente, si hace diez o doce días el campo cantaba y se veía encelado, a partir del domingo, ni canta ni entra a la jaula. O están mudos o, si se acercan, rajean y se van de vuelo de las proximidades del reclamo de turno. Y no es que tal circunstancia la haya escuchado a compañeros aficionados, sino que en estos días, lo he podido comprobar in situ. Así, por citar un ejemplo, en los dos puestos que he dado en el día de hoy, se me han volado de los alrededores del puesto, al menos dos parejas y alguna hembra y, por supuesto, de cantar, lo mínimo. Menos mal que el amigo Chimenea, al final de la tarde, después de casi dos horas de trabajo, volársele una collera del colgadero y pasarle un tropón de ciervas  con vareto incluido a no más de cinco metros del farolillo, ha metido en plaza a una esquiva perdiz que, por supuesto, se la he dejado seca.

En resumidas cuentas, por la mala climatología existente, solo he podido colgar el domingo, el lunes por la mañana y hoy en puestos de sol y tarde. Aparte de la hembra de hoy, en el puesto de apertura le tiré una pareja y dos hembras a Chimenea, el lunes, dos machos a un pollo del año pasado, Robleño, pero le erré uno de ellos al llevarse el tiro un montículo de tierra del arado de un cortafuego y, aunque herido, no fui capaz de encontrarlo. Del total que he tirado, cinco han sido en la finca Las Moriscas y dos en La Dehesa.

En cuanto a mis reclamos tengo que decir que, a excepción de Chimenea y Morano, un granadino segundo celo regalo de mi amigo Elías Romero, el resto está flojete, incluso el Alpujarreño, aunque esta mañana ha estado “aseaete”, pero con el campo lejos. 

Tres imágenes de esta semana. La primera nos muestra a Sierranorte cantando de mayor. En la segunda se puede ver a Morano en el farolillo, cantando erguido. La tercera nos muestra a Chimenea con una hembra a sus pies y cargando el tiro



jueves, 15 de enero de 2015

VUELTA AL PUESTO DE MONTE.

                                                       Uno de los puestos de monte construido.
Después de veintitantos años, allá por finales de la década de los ochenta, justamente desde que estuve de socio en el coto La Rebolla,  en el término municipal de Alosno, no hacía un puesto de monte. Sin embargo, este año quiero volver a revivir tiempos pasados y me he puesto manos a la obra. En principio, con la inestimable ayuda de Pepe Moyo y Emilio López, hemos construido dos. Luego, viendo el juego que van dando, Manolo Monescillo, el otro socio de La Dehesa de Enmedio y gran amigo, y yo decidiremos si hacer varios de ellos en los sitios de más querencia de la finca, porque, como bien sabemos, nuestras patirrojas, año tras año, las podemos encontrar el lugares muy concretos de un determinado paraje, especialmente, cuando hablamos de nuestra querida perdiz roja salvaje, como es el caso de las que hay en La Dehesa.

Pues bien, estos dos puestos no los estrenaré yo, sino que, un buen amigo, al que he invitado en los dos primeros días de la apertura de la veda, será el que disfrute con estos aguardos, hoy en desuso, aunque durante muchísimos años fueron el santo y seña de nuestra afición y recuerdo inolvidable de quienes ya llevamos unos buenos años de aficionados a la caza de la perdiz con reclamo.

Tengo que decir que, mientras íbamos construyendo los dos puestos, los recuerdos sobrevolaban por mi cabeza y, casi sin quererlo, rememoraba aquellos inolvidables años cincuenta y sesenta cuando, aun siendo un chaval, ayudaba a mi abuelo Vicente y a mi tío Jerónimo a levantar o remendar sus fenomenales aguardos de La Atalaya y Caña Santa. Así, el puesto de Becerra, el de la Era, el del Rincón de Marín, el del Pleito, el de la Coscoja, el del Cerro Blanco… volvían a mi mente con nostalgia y cariño. Pero además, con la inmensa alegría de que, medio siglo después, lo que aprendí de mis dos maestros cuquilleros, todavía permanece tan vivo en mi memoria, como sí solo hubieran pasado tres días.

Eso sí, hemos utilizado un material que no había antes y que es de gran ayuda en estos menesteres, la malla ovejera, máxime, cuando en la citada finca, prácticamente, no hay arboleda para fijar bien el puesto. De esta manera, con unos palos de eucalipto y esta red metálica, levantamos la estructura del puesto y, a continuación, fuimos entrelazando la jara hasta la terminación de los dos aguardos. Para finalizar la construcción del mismo, unos buenos manojos de tomillo borriquero o cantueso, pinchados en un haz de jara previamente amarrado y colocado horizontalmente, sirvieron para la terminación de las troneras. Igualmente, unas buenas matas tupidas de jaras servirán para cerrar totalmente la pequeña entrada que les hemos dejado para no tener que echar las piernas por encima del puesto, puesto que, al utilizar de asiento un banquillo o silla y no una buena piedra como antaño, le hemos tenido que dar más altura.

Para finalizar decir que cada puesto, en sitios idóneos por ser enclaves de mucha querencia para las perdices y buena oída, está preparado para los dos momentos del día: el de sol y el de tarde. Ahora bien, ambos está orientados al ON, con lo que, prácticamente, se pueden utilizar en ambos puestos sin que el sol moleste. Sin embargo, como se puede comprobar en las imágenes del primero, está metido en el monte, no muy espeso, pero totalmente rodeado, y con una plaza muy limpia que lleva ya años así, pero que a pesar de estar completamente desprovista de vegetación, las perdices  extrañan poco. El otro, en un cerrete al lado de una siembra de trigo no muy crecida, tiene salpicones de jara y jaguarzos de siete años, que es el tiempo que tarda la rotación del barbecho para la siembra al año siguiente.

Para cerrar sección, diré que mientras esta mañana terminábamos el segundo puesto, penúltima foto, los aledaños del mismo era un verdadero gallinero, pero de la auténtica perdiz salvaje


Catorce imágenes de la construcción de los dos puestos. En la primera y segunda se pueden ver los bellos amaneceres de los dos días en que los hemos construidos. La tercera, cuarta, quinta y sexta  nos muestran diferente momentos de la construcción de los puestos. En la séptima y octava se ve el interior de los aguardos. La novena, décima, décimo primera y décimo segunda recogen momentos de la confección de la tronera y primeros planos de las mismas. Las dos últimas nos muestran ambas plazas.















lunes, 12 de enero de 2015

DE MONTERÍA EN CALAÑAS. MANCHA CASTILNOVO.

.....Y APARECIÓ EL "MIRLO BLANCO".






La larga jornada montera de domingo, por las horas que transcurrieron hasta que se consiguió sacar a carril los dos buenos venados que abatieron Fernando Pardo, el postor de nuestra armada, y mi hijo Pablo deparó una buena sorpresa, puesto que, quedarse con un venao de las características que se aprecian en la fotos superiores, a fecha de hoy y en finca abierta, no es nada fácil. Por ello, tanto mi hijo, como yo estamos tremendamente felices con el trofeo conseguido

Está claro que la armada del Cobijar -la que nos correspondió en el sorteo- ha sido siempre atractiva en cuanto a las reses que se suelen abatir, pero, como ocurrió, tremendamente dificultosa a la hora  de sacarlas a carril. Con solo decir que para sacar los dos venados que se cobraron -los anteriormente citados-,  se tardó más de tres horas, está todo dicho. Así, grandes desniveles, suelo resbaladizo y en momentos muy peligroso, trochas casi intransitables… son algunas de la “buenas” singularidades de dicha armada. De hecho, algunos de los que participaron en la misma sufrieron resbalones bastante curiosos e, incluso, jugándose el pellejo, caso de Juan Carlos Paz, que se llevó un tremendo golpe en la espalda y de mi hermano Juanvi que también lo pasó mal en otro momento. Por todo ello, desde este blog quiero felicitar a todos ellos porque, en muchos momentos, la extenuación física, hizo mella en sus cuerpos y, aun así, se trabajó hasta el final, prácticamente a sol puesto.

En estas dos imágenes se puede ver la dificultad a la hora de sacar las reses en dicha armada.



Luego, en general la esperada mancha de Castilnovo, por los buenos guarros que siempre se han conseguido en la misma, no deparó lo que se esperaba, ya que solo llegaron a la junta de carne  3 cochinos, 15 ciervos y  20 "pepas". Aunque también es verdad que, muy acertadamente, al menos bajo mi opinión, la directiva de la Sociedad de Cazadores, subió a 10 puntas la posibilidad de abatir un venado. De hecho, en nuestra puerta, avistamos seis o siete con cuernas menores.

Para terminar, quiero decir que aunque no soy un montero de muchos años, más  bien un aprendiz de ello, mis sensaciones cuando vi bajar el buen venao que abatió mi hijo son indescriptibles. Así, en principio, una gran excitación me recorría todo el cuerpo, a la vez que una inmensa alegría cuando comprobé que la res se había quedado en el tiro. Es más, Pablo, que sí es aficionado desde siempre, me confesaba y cito sus propias palabras: ”Después de observar la espectacular cuerna tras las charnecas y no poder ver mucho más y, de camino, percatarme que la cierva que lo acompañaba salió de estampida  al vernos, me puse tan nervioso que llegué a pensar que aquel bicharraco se iría sin poderle disparar. Por consiguiente, al distinguir perfectamente el bulto de su cuerpo tras la maleza y vislumbrar por la mira una de las orejas y la correspondiente roseta de la cuerna, me dije: me la juego. Así, apunto un poco más abajo y, tras unos segundos interminables, aprieto el gatillo. Luego, tras el estampido del disparo, solo escucho un movimiento de ramaje y un leve pataleo, pero al desplazarme cuatro o cinco pasos hacia mi derecha con la ansiedad de ver qué había pasado y con unos nervios que me comían, compruebo claramente que semejante “aparato” está tumbado sin vida frente a nosotros. Ni que decir tiene, que las piernas me temblaban como al niño que empieza a dar sus primeros pasos. Segundos después, un gran abrazo con mi padre firmó tan maravilloso e inesperado lance".
       Pues bien, todo lo anterior me indica, aunque yo pensaba que no, qué la caza mayor también “engancha”, tanto o más, que otras modalidades cinegéticas.


En las dos imágenes siguientes se puede ver, en primer lugar a Fernando, el postor de nuestra armada, con su correspondiente venado y a continuación a Fernando y Narciso junto a sus respectivos hijos y a los dos ciervos y un marrano que abatieron.



jueves, 1 de enero de 2015

TIEMPO DE SOLEO Y GOLOSINAS.

Año tras año,  cuando se va aproximando la apertura de la veda de la caza de la perdiz con reclamo, los aficionados a esta modalidad cinegética comenzamos con los soleos de los componentes de nuestros jauleros. Y lo hacemos, porque nuestros reclamos, después de haber pasado por los difíciles momentos de la muda, necesitan el aporte de una serie de nutrientes y vitaminas para alcanzar de nuevo su mejor momento. El tomar el sol de forma progresiva le aporta a nuestros perdigones la vitamina D y, poco a poco, sus ojos y pico van tomando la coloración roja característica de la especie. Ahora bien, hay que tener mucha precaución con el tiempo de exposición al sol, puesto que, un descuido en el tiempo puede ser fatal. Más de uno, como es mi caso, ha pasado por el trance de que un despiste le haya supuesto la muerte de un buen reclamo.

Ni que decir tiene que hay que evitar las horas dónde más aprieta el astro rey y, máxime, si en el lugar que tenemos para solearlos corre poco el aire o viento.

Este es el lugar que tengo en casa para el soleo, un balcón de una terraza. Da el sol de pleno, por consiguiente, tengo que tener mucho cuidado y no despistarme.


Aparte del sol, al menos yo, suelo completar la alimentación básica de todo el año –pienso de mantenimiento y trigo- con verde (guisantes , cáscaras de pepinos, cerrajas, lechuguetas, berros, rábanos…) y bellotas o castañas picadas. Quizás con el pienso compuesto no haga falta, pero a ellos les gusta y, además, el verde le aporta vitaminas y las bellotas un poco de proteínas y azúcares. No debe ser malo, puesto que,  desde que tengo uso de razón he visto a una gran cantidad de cuquilleros darle a sus reclamos ambas golosinas. Pero cuidado, el verde debe ser fresco, porque tenerlo húmedo varios días en el frigorífico puede ser un gran foco de infección.

Eso sí, hay un principio perdigonero que debemos tener presente: el reclamo puntero no necesita mucho para “ponerse en forma”, por el contrario, el mochuelo o burraco por muchas golosinas que le administremos, difícil será que llegue a ser un simple “mediacuchara”.


Rábanos-cerrajas y bellotas, dos golosinas que a la mayoría de los reclamos les encanta