domingo, 22 de febrero de 2015

MIS PRIMEROS PREMIOS EN CANARICULTURA.

Hace unas fechas, la Asociación Colombina Ornitológica onubense (ACO Huelva), hizo entrega de los premios del Concurso de Canto del Timbrado Español  2014 que se celebró en dicha ciudad durante los días 6 y 7 de diciembre pasados. Pues bien, dos de ellos fueron para algunos ejemplares que yo presenté en dicho concurso: el cuarto premio por equipos con 359 puntos, consistente en diploma y dos placas y el primer premio a los siete ejemplares con mayor puntuación, con 620 puntos, y consistente en una preciosa carabela.

No tengo imágenes del acto de entrega de premios porque no pude asistir, pero sí de los que me fueron entregados, que son estos que se pueden ver a continuación.



Para esta temporada que ya ha dado el pistoletazo de salida y, por consiguiente, y las parejas empiezan a hacer nidos y pronto realizarán la primera puesta, he dado un giro a los reproductores de mi aviario y, en base a los ejemplares que saqué el año pasado, me he quedado con dos líneas bien definidas y procedentes de dos muy buenos criadores. Una de José de la Rosa, de colores amarillos y píos y otra procedente de José Luis Plaza de color verde. Esta claro que con ello, mi intención es mejorar, si es posible, los buenos resultados obtenidos en la campaña de cría pasada.

sábado, 21 de febrero de 2015

"EMPIEZA A ACABARSE LO QUE SE DABA"

En el día de ayer, en mi coto La Dehesa, puse punto y final a mi temporada de reclamo en nuestra Comunidad. De esta manera, aunque con más tiempo, hablaré sobre la misma, para mí, de regular para atrás, aunque no he escapado nada mal, sino todo lo contrario. Y digo regular, tirando a mala, como casi todas, porque el año en lo meteorológico, principalmente por los fuertes vientos y no muchas lluvias antes y durante el periodo hábil de caza, no ha sido bueno. Tal circunstancia ha hecho que el campo no haya estado, ni esté bueno y, por consiguiente, las jaulas tampoco. Eso sí, hay cosas que un aficionado no puede aguantar por muy malo que esté el año, y no es otra, que un determinado reclamo del año o ya medio hecho y con algunos tiros de la callada por respuesta cuando el campo se le viene encima. Y, lo peor del caso es que, cuando las camperas se alejan de sus cercanías, empiece el tío a decir aquí estoy yo.  Así, sintiéndolo mucho. me he tenido que deshacer de un rubio precioso, Quinteño, porque entre el año pasado y éste, tal proceder me lo había y me lo ha hecho muchas veces, y no estoy dispuesto a aguantarlo otro año más para que el próximo, con cuatro celos, vuelva a las andadas. Igualmente, otros, por diferentes motivos, creo que bien fundamentados, también han causado baja en mi jaulero, puesto que, a final de veda, el que no haya aportado, al menos maneras, el dejarlo para otro año es un verdadero atraso, por muy buena estampa que tenga

Aun así, Chimeneas –le he tirado ocho después de plomearle la pata-, Alpujarreño y Robleño siguen bastante bien y, además, ha llegado a mis manos un buen pollo del año, Ribera, al que ya le hecho varios tiros y uno de dos celos procedente de una granja de Los Yébenes que, aunque no le he tirado, porque lleva en mi poder 12 días, en los dos puestos que le he dado, ha estado superior, sin tomar un alambre y con una música bastante aceptable.

A partir de ahora, aunque he estado ya en Polán (Toledo), me trasladaré, como en años anteriores, a la finca Herraderos, del amigo José Luis Gómez, y a Castellar de Santiago, ambos lugares en Ciudad Real, para poner punto y final a la temporada


Seis instantáneas de las tres últimas semanas. La primera nos muestra la bella estampa de Quinteño, aunque luego se quede en eso.  La segunda pertenece a un puesto de Chimenea con tres perdices abatidas a sus pies. En la tercera se puede ver a Ribera recibiendo a una collera y a tres perdices que le dejé secas con anterioridad. La quinta nos ofrece a Alpujarrero con una pareja que le hice en un puesto de sol. La quinta nos ofrece una toma de Robleño cantando en el tanto. Por último, en la sexta, se puede ver un momento de una prueba que, de vez en cuando, le hacemos  a algunos pollos en el patio de la casa campo. En este caso, al referido de Los Yébenes.







lunes, 2 de febrero de 2015

SEGUNDA SEMANA DE RECLAMO.

CUANDO EL TIEMPO ESTÁ DE LECHE...


Termina el refrán diciendo que hasta los machos la dan. Y es verdad. Así, que cuando todo se pone cuesta arriba no es fácil cambiar las situaciones que se presentan.

De esta manera, la segunda semana de cuelga, al menos para mí, ha sido un auténtico fracaso. Sin ir más lejos, entre el viento y agua, he salido tres días, además de hoy lunes. Además, nefasto principio de la nueva semana, puesto que, por primera vez en mi vida cuquillera, he plomeado un reclamo, el mejor en estas fechas: Chimeneas. Eso sí, con mucha suerte en el lance, ya que solo le he dado un rozón en la parte exterior de su pata izquierda, a la altura de lo que es nuestra rodilla.  Y no es que haya obrado mal, sino que el terreno tenía mucha laja y, aunque he tirado a la hembra que había metido en plaza, no sin grandes esfuerzos,  sobre un metro del repostero, bien un plomo o un trozo de piedra ha impactado en su pata. Luego se calló y no cantó más.

Al llegar a casa y examinarlo detenidamente me he dado cuenta que tenía una herida. Se la he curado y espero que pronto se recupere y no haya resabio por dicha circunstancia. Pero como de todo se aprende, el lance de hoy requiere una profunda reflexión, máxime para un veterano en estas lides como soy yo: no se debe poner el farolillo en cualquier lugar, aunque, como es mi caso, nunca hasta ahora se hubiera herido a un reclamo. Demás sabemos que lo que cuesta años levantar, en dos segundo se viene al suelo.

El resto de la semana, muy flojita. Dos hembras más a Chimeneas y un macho a Quinteño ha sido la percha.Todos ellos con poco celo y costando mucho esfuerzo del reclamo para que entraran en la plaza.

Cuatro secuencias de la semana. La primera nos muestra a Chimeneas con una hembra a sus pies. La segunda, esta mañana después del plomazo en la pata. En la tercera podemos ver la pata de la hembra abatida. La última nos muestra la lesión de mi reclamo.