viernes, 20 de marzo de 2015

MIS TIMBRADOS: PRIMERA NIDADA.

Marzo, como nos marca la tradición, es un mes fundamental para el comienzo de la cría de canarios, al menos, aquí en nuestra Andalucía, máxime cuando las temperaturas en este mes  de comienzo de la primavera viene templado, como ocurre este año. Por consiguiente, las buenas temperaturas y el sol hacen que los reproductores entren en celo y comiencen  las puestas y eclosiones.


                                                          Dos machos reproductores cebando a sus crías.
De esta manera, en la primera nidada, ocho de las diez pareja que he echado este año,  ya tienen pollos, exactamente, veinticuatro. Solo una puso huevos sin fecundar, claros como se suele decir. El resto, aunque a la pareja nueve le quité huevos y se los eché otra porque las puestas eran pequeñas, siguen adelante con la ceba de sus correspondiente nidadas.

En la tarde-noche de ayer,  anillé las crías de dos parejas por lo que, a día de hoy, ya tengo quince con su “carnet de identidad”. Ocho amarillos o pintos de la línea Pepe de la Rosa y siete verdes de la de José Luis Plaza.

Por último decir que, en estos momentos, la atención al aviario tiene y debe ser máxima. De esta manera, comida, agua, limpieza y constante vigilancia del mismo para evitar cualquier problemilla, de los muchos que se dan en esta actividad, es el día a día o, para ser exactos, el hora a hora, puesto que, aparte que no puede faltarles el agua limpia, la pasta de cría, la fruta, la verdura fresca…, el anillado y los accidentes en crías y reproductores están a la orden del día. Así, pollos que ya no les entran la anilla en la pata, huevos atravesados en las hembras, enganches en los alambres, pollos que se caen del nido, padres que no alimentan convenientemente a sus crías…, son contrariedades que no se pueden dejar de un día para otro. Debido a ello, ni que decir tiene que, en estos momentos, hay que dedicarle muchas horas diarias a nuestros aviarios si queremos que la cosa marche por buen camino.

Cuatro imágenes de la cría 2015. En la primera, podemos ver un momento de la eclosión de una de las nidadas. La segunda nos muestra a pollos solicitando comida. La tercera nos muestra la pata de del pollo que portará la anilla nº 1. En la cuarta se puede ver a cuatro pollos en fase de emplume.






martes, 17 de marzo de 2015

Y LUEGO DICEN QUE LOS CAZADORES...

         Una simple lectura del contenido del enlace siguiente, nos demuestra que muchos de los más que alarmantes descensos de las poblaciones de bastantes especies que conforman nuestra fauna mediterránea, aunque a muchos le pese, no se deben al proceder de los cazadores en sus diferentes modalidades cinegéticas. Muy al contrario, ellos son, o somos para ser más exactos, los que menos tenemos que ver en la regresión de especies cazables y otras muchas protegidas.


          Por cierto, nuestra perdiz roja ha sufrido y sigue sufriendo en sus propias carnes, tales actuaciones de la agricultura moderna.

martes, 10 de marzo de 2015

¿CAMPO AUTÓCTONO O DE REPOBLACIÓN?

Aunque ya he escrito y comentado muchas veces lo que pienso sobre este controvertido tema, quiero, una vez más porque es el pan nuestro de cada día, y basándome en situaciones reales que vengo comprobando año tras año, dar un poco más de luz, siempre bajo mi opinión que, equivocada o no, es una más de las muchas que hay sobre el tema. Esta vez dejando a un lado al reclamo y centrándome en los ejemplares que pueblan nuestros campos.

Ante todo soy, aunque luego leyendo mis palabras pueda parecer que no es así, un verdadero defensor de nuestra autentica perdiz roja española o Alectoris rufa. Digo esto, porque quien ha conocido, como es mi caso, este tipo de perdiz hace ya unos años y la compara con la de hoy, aunque sea perdiz de sierra, en donde afortunadamente no ha llegado la hibridación con la perdiz de granja, existe un verdadero abismo. Los motivos de tal cambio, en los cuales no me voy a parar, son muy variados, como todos sabemos o entendemos que puedan ser. Pero lo que sí es cierto es que entre aquella perdiz, fuerte, dominadora de su territorio, esquiva, valiente… y la de hoy, aunque pueblen los mismos parajes, existen considerables diferencias.

Está claro que, con los años que tengo, he tenido la suerte de conocer a la perdiz de antaño y disfrutar de lances que hoy, excepto en contadísimas ocasiones, no son comunes. De esta manera, patirrojas que se venían de vuelo desde bien lejos y caían en medio de la plaza, que entraban al reclamo arrastrando el ala, que se engarabitaban encima de la jaula, que cantaban de lejos y a los pocos minutos estaban delante del reclamo con el clásico cuchicheo de la perdiz de campo, que se le mataba el macho o la hembra y al poco tiempo el viudo/a estaba otra vez dando vueltas al farolillo, que cantaban sin cesar en la horas clásicas de los puestos…, hoy día, aunque nos cueste aceptarlo, es muy muy difícil encontrarlas y, si me apuro, no existen. Lo que hay hoy día son perdices cobardonas que cantan poco, que no entran bien al reclamo, que se atrancan en las cercanías del colgadero o se van de vuelo cuando están en las proximidades del puesto sin el más mínimo motivo, que le tiras el macho o la hembra  de una pareja y el/la que queda o no vuelve a entrar y da bien la lata al reclamo o vuela y nunca más se supo de él o ella. En una palabra, un auténtico y continuo sofocón del aficionado de turno que tiene la suerte de colgar en algunos de los maravillosos parajes en donde todavía este tipo de perdiz, aunque no sea la de antes, puebla sus rincones. Está claro que, aunque digamos que el verdadero cuquillero, el de tradición, el de sentimiento…, se contenta con poco, también es verdad que a cualquiera de ellos, de vez en cuando, le gusta, porque es ley de vida, llegar al cortijo, tras vivir un buen puesto, con una sonrisa de oreja a oreja y, esto, desgraciadamente a día de hoy, no es lo normal, ni mucho menos. Muy al contrario, el sofocón, el disgusto, las ganas de mandar todo al garete… suele ser lo común en infinidad de ocasiones. Y es así, porque en los últimos años nos hemos ido acostumbrado a casi tirar en todos los puestos y, con la perdiz de hoy, tal circunstancia es una quimera.

Ante este panorama tan desolador que nos rodea, la perdiz de repoblación, no cualquiera ni de cualquier manera, sino una perdiz cuya procedencia nos asegure una buena calidad de ejemplares y soltada en su tiempo, tras un buen y serio estudio de las posibilidades de una determinada finca, queramos aceptarlo o no, no es “bajarse los pantalones” como se suele decir. Y no lo es, porque es de humano el disfrutar y, si lo que realmente queremos no nos lo proporciona lo que hay en el campo, de ley es buscar alternativas y, ésta, se quiera o no, es una de ellas. Pero ojo, no hablo de cotos intensivos en donde se van soltando ejemplares de muy dudosa procedencia, cada dos por tres y cuando la necesidad de bolsillo lo requiera y en los que se pueden hacer puesto de “dolor de cabeza”. Me refiero a cotos, en donde quien lo lleva adelante, realiza una suelta de un determinado número de perdices con buen “pedigree”, en su tiempo, dígase al comienzo del otoño, los cuida y cuando llega su momento, la apertura de la veda del reclamo los caza, sin que antes se le haya dado palizas y palizas al salto y al ojeo. Así, estas perdices cuando llega la apertura de la veda, allá por principio de enero, con tres meses más o menos en el campo, más las que han quedado del año anterior, están emparejadas, conocen el terreno y, aunque nunca llegarán a poseer la sapiencia, sentido y bravura de la autóctona, entran a la jaula que, muchas veces, da gusto verlas. Por supuesto que no son de campo, pero el aficionado se divierte, vaya que sí.

         Todo lo expuesto lo refrendo porque soy de los que le gusta decir la verdad de lo que siento y de lo que hago. En base a ello, año tras año, abato autóctonas y de repoblación y no pesa, ni me duele decirlo. En la finca que tengo arrendada hace dieciséis años, sólo hay autóctonas –aunque cada año están peor-, pero empiezo a plantearme el realizar sueltas si la cosa no cambia. Y es así, porque aparte de los sofocones que se puedan coger colgándole a este tipo de perdices, los reclamos terminan hechos polvo, porque para ellos, no hay nada peor, que puestos y puestos sin matarles cacería y eso es lo que está ocurriendo últimamente. Pasan los días y los días, puestos y puestos y ni se les tira y ni se les acercan las patirrojas. Y lo peor es que muchas veces, pasan las jornadas y ni se escucha el campo. Pero existe un problema añadido. Con la perdiz autóctona de hoy, nos podemos encontrar, y este año me ha ocurrido a mí, que pájaros que dieron grandes puestos, con el campo lejos o sin escuchar una pitada, por supuesto, a los tres o cuatro celos te das cuenta que son unos auténticos mochuelos y los tienes que soltar, puesto que, cuando llega el momento en el que tienen que dar el do de pecho, no sirven y le hemos aguantado carros y carretas pensando que eran unos buenos reclamos. Está claro que de salón todos los espadas son buenísimos.

lunes, 9 de marzo de 2015

COMIENZA LA TEMPORADA DE CRÍA DE CANARIOS.

Una vez finalizada la temporada de caza, aparte del constante cuido de los reclamos hasta la apertura de la nueva temporada y el arreglo y limpieza de complementos y pertrechos, la cría de canarios timbrados me tendrá ocupado hasta cuando, allá por finales de año, acaben los concursos de canto.

Coincidiendo con la semana que he pasado en Ciudad Real cazando el reclamo, a últimos de febrero, la mayoría de las parejas iniciaron la puesta y, por estos días, comenzarán, como ha ocurrido esta mañana, la eclosión de los primeros pollos de 2015. De hecho, la mayoría de las nidadas están compuestas por huevos fértiles y no claros como suele ocurrir al principio de cada temporada. Tan es así que, en estos tres próximos días, nacerán, si no surgen inconvenientes, más de veinte crías.

Este año sólo tengo dos líneas procedentes de dos muy buenos criadores onubenses, una de José Luis Plaza de color verde y otra de José de la Rosa, de color amarillo, más alguna pareja con machos o hembras de ambos. Si a esto le sumamos otra de color isabela oro procedente de Gregorio Coronel, otro buen criador de la vecina Punta Umbría, completo mi aviario para el dos mil quince. Obviamente, los reproductores que he dejado, aparte de algunos del año pasado, son ejemplares que me dieron buena puntuación en los concursos que participé en el 2014. Así, tanto unos como otros tienen planillas con 89, 90 y 91 puntos, que no está nada mal. En total, para no “aburrirme”, he echado diez parejas, con lo que deberé emplear bastante tiempo en la limpieza y desinfección de habitáculos, anillado de crías, preparación de alimentos, principalmente la pasta o bizcocho, y otras muchas tareas que se presentan en este apasionante mundo de la canaricultura.


Seis instantáneas de la cría 2015. En la primera, segunda y tercera se puede ver a tres reproductoras incubando. La cuarta nos muestra una puesta de cinco huevos. Por último, la quinta y sexta nos ofrecen dos momentos de la eclosión de dos nidadas diferentes que se esta produciendo en estos momentos.








jueves, 5 de marzo de 2015

AHORA SÍ. CREO QUE CHIMENEA ES UN BUEN RECLAMO.

                                                    Chimenea y su elegancia en el farolillo.
      Hace algunos años, justamente el 30-01-2011, escribía: "CHIMENEA, UN PROYECTO QUE EMPIEZA A CONSOLIDARSE". Pues bien, cuatro años después, no tengo más remedio que decir que, lo que entonces era un proyecto de reclamo, hoy es una realidad totalmente consolidada. Y lo es porque, Chimenea, posiblemente el mejor pájaro de todos los que han pasado por mis manos, ha completado una excepcional temporada, máxime teniendo en cuenta que estuvo una semana sin salir al campo por una herida en una pata que le produje, por un rebote, al disparle una hembra y otra por males familiares. Aun así, al final de los cuarenta y dos días que marca nuestra Orden de Vedas, le he tirado y abatido veintiuna patirrojas entre autóctonas, de las de verdad, y de repoblación, que no está nada mal con los tiempos que corren. Pero mucho más importante que dichos números es saber que no ha fallado en ningún puesto, bien haya sido con viento, lluvia, frío o en encinar, eucaliptar, campiña, sierra... En una palabra, ha pasado por todas las diferentes alternativas por las que a un reclamo se le pueden presentar y siempre ha dado el do de pecho. Tan es así, que pocas perdices se le han resistido esta temporada, solo la última, una hembra que, tras dejarle "seco" el macho, que es lo que suelo hacer para presenciar y recrearme en la facilidad que tiene para atraer a las féminas, se le atrancó de tal manera, que estuvo unos segundos un poco desquiciado ante la tozudez de la "señora" en entrar al trapo. La ya viuda, cantaba incesantemente y se dejaba ver, pero de atravesar el limpio que la separaba del matojo, nada de nada. Al final, superado su mal trance, volvió a la suavidad y al titeo y, doña pájara, no tuvo más remedio que acercarse hasta donde debe ser. Lo sorprendente del lance fue que la susodicha era un ejemplar de repoblación, cuando muchas veces pensamos que este personal entra en plaza fácilmente.

Pues bien, si hace cuatro años dije que no sabía, al ser de granja, cuánto duraría ofreciendo el máximo nivel, hoy vuelvo a repetir lo mismo. Pero la realidad, totalmente incuestionable y demostrada, es que los cinco maravillosos años que me dado no se los quita nadie. No sé si setenta y tres patirrojas rodadas a sus pies, que son las que lleva en las cinco temporadas, son muchas o pocas para lo que se supone un reclamo puntero o de bandera, pero su excepcional música con un poderoso reclamo incluido, su tranquilidad, los recursos que utiliza y su elegancia y belleza que demuestra en el repostero están fuera de toda duda. Y lo curioso del caso es que, en casa o cuando voy a cualquier finca a echar unos días de cuelga, mientras los demás reclamos se desgañitan con sus machacones cánticos, él sólo emite, de vez en cuando, un imperceptible cuchicheo y pica repetidamente el aro de madera de su jaula, justamente como suele hacer cuando barrunta a las patirrojas y éstas están a punto de entrar en plaza.

Para finalizar, siempre he dicho que soy de los que pienso que nunca ha pasado por mis manos un fenómeno o de bandera, y no sé, dada mi alta exigencia, si él lo será, pero lo que si tengo claro es que, como Chimenea, pocos aterrizarán en mi jaulero, bien de granja como es él o de campo, aunque de estos últimos cada vez llegan menos a mí poder por las razones que ya he expuesto muchas veces. Comenzó su formidable andadura con un gran puesto hace cinco años, en una mañana de viento y agua y, hace unos días, ha terminado esta temporada con otro del mismo estilo, aunque muy diferente en lo meteorológico.

Algunos momentos de esta temporada. La primera imagen nos muestra la herida que sufrió en una pata al dispararle a una hembra y rebotarle un plomo o trozo de laja.  En la  segunda, tercera, cuarta  y quinta se puede apreciar la clásica y esbelta postura de Chimenea  en el pulpitillo. En la sexta se le ve con tres perdices a sus pies,. En la séptima se le puede ver con la última pareja abatida en Ciudad Real.








martes, 3 de marzo de 2015

PUNTO Y FINAL, AL MENOS PARA MÍ.


       Este pasado domingo, sobre las once y veinte, puse fin a la temporada de reclamo 2015, en un precioso colgadero de Castellar de Santiago (Ciudad Real) con perdiz de repoblación. Y lo hice tirándole una collera a un pollo de El Chopo. Está claro que los años empiezan a pesar y, además, los reclamos necesitan un merecido descanso. Ni que decir tiene que llevan muchos puestos y no menos km para el pellejo. Por lo tanto, aunque tengo invitaciones para la colgar en la zona  alta de Huelva y Sevilla y en las Alpujarras granadinas, por este año, se acabó.

De esta manera, los últimos tres días y la mañana del domingo, como año tras año, coincidiendo con el puente del Día de Andalucía, he estado cazando por aquellos lares en compañía de dos amigos de Huelva y acompañados de nuestras correspondientes señoras. El resultado de los siete puestos que di, fueron trece granjeras abatidas., aunque en dos de ellos, ambos de mañana, no tiré. Ello significa que, a veces, no es tan fácil como pueda parecer.

Pues bien, como me gusta ser serio en mis comentarios y apreciaciones, tengo que decir que la perdiz de repoblación, aparte de su parte mala, que la tiene, comparada con la autóctona, tiene una gran parte buena: rápidamente descubre a los mochuelos, puesto que, difícilmente se va uno de un puesto sin que el campo, o mejor dicho repoblación/granja, lo tenga cerca. Así, el pollo de turno, que sin “material” en las cercanías puede un fenómeno y dar un festival musical –incluso su dueño más de una vez habla de sus excelencias-, cuando se le acercan unas pocas granjeras, no entran a las primeras de cambio en plaza y se le atrancan, cosa normal, lanzan al aire sus propias debilidades, ante la perplejidad de sus dueños: “globos” dentro de las jaulas sin canto de recibo, alambreos, saltos, descomposición y nerviosismo total, agachamientos… De hecho, debido a lo anteriormente expuesto, entre pollos del año y segundas, le he dado puerta a cinco pajarrucos, entre ellos dos de los famosos rubios.

Con anterioridad a estas últimas jornadas de caza, estuve dos días en la Finca Herraderos situada en el término de la localidad manchega de Villanueva de San Carlos, cazando perdiz autóctona, nuestra verdadera Alectoris rufa. Está claro que con dicho “ganao”, hay que tener jaula para apretar el gatillo, porque como el amigo José Luis Gómez, arrendatario de dicho coto, le comenta a todo el que lo llama para ir a cazar a la citada finca, o llevas reclamos de garantías, o no te comes un pimiento. Aun así, en los dos días de estancia en la misma, tire dos parejas de patirrojas en los cuatro puestos que di.

Para ir terminando, diré que el amigo Chimenea, reclamo granjero de cinco celos, con plomeo incluido en una pata, ha visto a sus pies a 21 perdices entre autóctonas y de repoblación, número que no está nada mal. A Alpujarreño, que no ha estado como el año pasado, le he tirado 8, a Ribera –pollo del año-, para mí una gran promesa, otros 8. Por último, a un segunda procedente de Los Yebenes toledanos, le he abatido dos pares, tras un gran trabajo y a un pollo de El Chopo, regalo de mi amigo Alonso, como dije al principio, una collera. Igualmente, a algunos de los que le he dado larga, también les he matado alguna que otra perdiz. Por consiguiente, para la temporada próxima solo dejo cinco reclamos, puesto que, guardar medianías, es guardar sofocones para el año que viene, circunstancia que, al menos yo, tengo más que clara que no debemos permitir.

Como punto final tengo que decir que, independientemente de los resultados obtenidos, en unos casos buenos y en otros malos, la temporada que toca a su fin ha sido, según mi propio criterio, de regular para mala. Y ha sido así por dos motivos: la falta de lluvias durante la misma y los fuertes vientos que hemos soportados muchas jornadas. En la parte positiva, no puedo pasar por alto la gran temporada de Chimenea, lo que viene a demostrarnos, una vez más, que los reclamos criados en cautividad pueden llegar a ser pájaros punteros y la aparición de dos pollos con muy buena pinta: D. Benito, un segunda y Ribera, un pollo del año.

       A partir de ahora y hasta la temporada próxima, cuido máximo de los reclamos, arreglos y limpieza de pertrechos y, como dice el amigo Raimundo, cría de canarios y gusanos de seda para las nietas.


Estas imágenes que vienen a continuación recogen diferentes momentos de la última semana de reclamo de quien suscribe. La primera y segunda nos muestran un amanecer y anochecer en tierras manchegas. En la tercera y cuarta se puede ver a Chimenea en dos momentos diferentes. La quinta nos muestra al pollo del Chopo y a las dos perdices que le maté. En a sexta y séptima se ve a D. Benito con un par abatido en primer lugar y con el total que le maté en el mismo puesto . La octava, novena y décima nos muestran las patas de dos machos y la mancha en la cola de lo que se supone que era rey de bando. Por último, en la undécima se nos ve a los tres compañeros que fuimos a Castellar y nuestras respectivas esposas.