sábado, 30 de enero de 2016

SEGUNDA SEMANA DE RECLAMO. MUCHOS TIROS NO SON BUENOS.

                                                                        Precioso amanecer en el nuevo coto.
         Esta temporada, aparte de la Dehesa de Enmedio, comparto plaza con un compañero en la Finca El Mortiño/La Americana de Alosno. Esta propiedad y otras linderas conforman un extenso coto, cuya principal finalidad cinegética son los ojeos. Ni que decir tiene que en dichos terrenos se suelta mucha perdiz, pero también tengo que decir que hay bastante que nace y se cría en los mismos. Tan es así que he hecho puestos, como fue el del martes pasado, en donde a Chimenea le abatí, aparte de otras tres patirrojas, un macho autóctono de esos que le gustan tirar a todos los aficionados, como se puede comprobar en las imágenes siguientes. También es verdad que mucha perdiz, al ser de repoblación, entra fácil y, a veces, sin celo en grupos de dos o tres. Pero ahí está el del portátil para que, con su sapiencia, disparar solo a la que entre como Dios manda. Lo bueno que tiene el ganado de la finca es que se soltó a finales de septiembre y, por tanto, muchos ejemplares se han hecho al terreno y entran muy engallados y bastante bien a la jaula.


Macho que le abatí a Chimenea el martes pasado. Un buen ejemplar



         Ahora bien, no nos podemos engolosinar con apretar el gatillo. Si nos pasamos con los tiros, situación que a veces suele ocurrir, y en el repostero tenemos pollos, aunque en un principio estemos muy felices por haberles hecho muy buenos puestos y volvemos a picar día tras día, antes o después, el novel, y el que no lo sea tanto,  nos la pegará. Y es así porque no se debe, ni se puede por Ley, abusar en demasía de los tiros. Aunque no sea tarea fácil abstenerse de probar las “manjares” que se nos presentan. Tan es así que Chimenea, esta misma tarde, ha estado un poco fuerte con una hembra al no entrarle en un principio y darle la lata por los alrededores, después de abatirle una pareja. Una poca de tierra y unos revuelos no le vendrán mal.

         De esta manera, si acostumbramos a nuestros reclamos a matarle mucho "personal" fácil, cuando las patirrojas se atranquen, principalmente las hembras, y no entren de momento, nuestro “figura” con muchos tiros días antes, le faltarán los recursos necesarios por haberlo acostumbrado a lo cómodo y, como resultado, rápidamente demostrará su falta de talento y el alambreo, levantamiento de patita, botes, pechugasos a la jaula… aparecerán para el disgusto y enfado de su dueño que creía haber dado con el mirlo blanco. Circunstancia que no es que me haya dado cuenta yo, sino que todo aficionado lo sabe. Por el contrario, la parte buena es que rápidamente descubrimos nuestros pájaros que no valen un duro, al tener camperas cerca en la mayoría de las ocasiones. En estos casos, al que no cumpla ya le podemos ir abriendo la puerta, ya que es difícil que un aspirante a jaula que no demuestre nada en varios puestos, excepto en raras ocasiones, cambie al año siguiente. Puesto que, muchas veces, cuando hay poco campo y no tenemos la suerte de tropezar con él, guardamos pájaros de un año para otro por no poder comprobar su pobre nivel como futuro reclamo. De hecho, ya le dado largas a más de uno por no ofrecer el mínimo exigido para seguir en mi jaulero porque estoy cansado de que, año tras año, se vuelva a repetir la misma situación. El mochuelo sigue siendo mochuelo al año siguiente por muy buena pinta que tenga. 

         Por último, volviendo a lo ocurrido en la semana, tengo que decir que, además de Chimenea; el Alpujarreño, D. Benito y Ribera siguen en una buena línea y dos pollos empiezan a pintar bastante bien y también les he tirado. Por tanto, en esta segunda semana me he vuelto a divertir de lo lindo y, máxime, cuando con los nuevos compañeros de coto es fácil pasarlo bien, puesto que no escatiman lo más mínimo hacia mi persona y hacia quien me acompaña. Por tanto, mi máximo agradecimiento para todos ellos.


Dos imágenes de la semana. En la primera se ve a Chimenea con cuatro perdices al lado del farolillo y en la segunda D. Benito y sus trofeos.





sábado, 23 de enero de 2016

MUY BUENA PRIMERA SEMANA, PERO CON SUSTO MORROCOTUDO AL FINAL


       Esta primera semana de reclamo, en mi caso, ha sido de las mejores de mi vida perdigonera. Tan es así que, en dos ocasiones, he cubierto el cupo de cuatro ejemplares por cazador y día. Una a Chimenea y otra al Alpujarreño. Además, le he hecho un puesto de tres a Chimenea, una pareja a Ribera, pollo del año pasado, una hembra al Chopea y, esta misma tarde, una preciosa pareja "pata negra" de nuevo a Chimenea. Es decir, una semana para enmarcar. Mañana, al igual que el viernes por la tarde, toca descanso.


         Sin embargo, hace unas horas, tuve durante el transcurso del puesto de tarde la "visita" de dos buitres con vuelo rasante cuando había un macho en plaza que, por supuesto, salió pitando. Pero lo peor del caso fue que un azor, gavilán o similar, en un primer momento, intentó atacar a Chimenea pero conseguimos espantarlo y, más tarde, casi atrapa una hembra que había entrado en plaza. Pero es más, si se tira por la perdiz un segundo después, me hubiera llevado para adelante a ambos ya que estaba con el dedo en el gatillo y a punto de apretarlo al no esperar tal eventualidad. Lo bueno de todo es que el que estaba atalayado en el farolillo poco le importó los dos sustos, puesto que segundos después, en ambos casos, continuó con su formidable faena. Lo que me dice que sigue en un estado de gracia fuera de lo común y su titeo sigue siendo irresistible tanto para machos como para hembras.

Estas cuatro imágenes pertenecen a la semana actual. La primera nos muestra a Chimenea con una pareja en plaza. En la segunda se puede ver al Alpujarreño con cuatro patirrojas a sus pies. La tercera y cuarta nos muestran las patas de dos machos para que se pueda ver que no todo es perdiz de repoblación. Ambos quedaron debajo del repostero de Chimenea.






viernes, 22 de enero de 2016

EL APIOLADO DE LAS PIEZAS DE CAZA


                                   Imágenes de perdices apioladas
        Si miramos el diccionario, veremos que la palabra apiolar tiene como significado: "Atar por los pies a las piezas de caza menor para llevarlas con más facilidad". Sin embargo, hoy día, con los medios de transporte que se utilizan en las jornadas de caza, resulta que ya no solo no se apiolan las perdices, sino tampoco las liebres, los conejos...

       Antes, cuando se salía de caza, la mayoría de las veces andando o como máximo a lomos de cualquier bestia, las tres especies citadas con anterioridad y alguna más, una vez abatidas, se solían apiolar en los descansos de la jornada o al final de la misma para que, con ello, su traslado supusiera más comodidad a la hora de seguir cazando o llevarlas para el cortijo.

     No obstante, las perdices se apiolaban utilizando la segunda o tercera rémige de cada ala -que son más largas-, se anudaban por el extremo y el cañón o cálamo se introducía por el orificio de la nariz, con lo cual, quedaban colgadas por el peso del ejemplar de turno. Esta tarea, si no se hacía durante el rato de caza, una vez en la vivienda del campo se procedía al apiolamiento y, con posterioridad, se metían el la despensa y, tras sacarles las tripas con un pequeño palito terminado en forma de V que se le introducía por la cloaca y que, tras darle unas vueltas, se tiraba hacia afuera de los intestinos. Con ello, al no haber frigoríficos, la carne se conservaba más tiempo.

domingo, 17 de enero de 2016

POR SAN ANTÓN, CADA PERDIZ CON SU PERDIGÓN


          Pues sí, eso es lo que nos transmite nuestro refranero popular. Por tal motivo, hoy diecisiete de enero, las patirrojas deben estar ya emparejadas como preludio a la reproducción y cría que ocurrirá meses más tarde. Lo que pasa es que, con el cambio climático, nuestras perdices, al menos por esta zona, ya hace tiempo que formaron pareja, por lo que se le adelantaron, como tantas otras cosas, a lo que dice el refrán.

         Esperemos que mañana, fecha de la apertura de la veda para la caza de la perdiz con reclamo, en nuestra zona estén en toda su sazón y los aficionados podamos echar unos buenos ratos como llevamos esperando casi un año. Creo que por nuestra paciencia y abnegación nos lo merecemos.


viernes, 15 de enero de 2016

A LAS PUERTAS DE UNA NUEVA TEMPORADA


                                           Un lance para recordar con un pollo en el tanto.

A
unque sea una archiconocida y manida frase, el tiempo vuela. Así, aunque parece que fue ayer cuando dimos por finalizada la anterior temporada de caza con reclamo, allá por finales de febrero, al menos en mi caso, han pasado casi diez meses. Tiempo más que suficiente para reflexionar sobre cómo lo hicimos en aquellos cuarenta y dos días y, en base a los errores cometidos, que seguro que ocurrieron, poner soluciones para que, en lo posible, no vuelvan a suceder. Ya que ponernos a recordar los grandes lances vividos no es nada normal porque, hoy día, son los menos.

         De esta manera, si desde nunca, la caza de la perdiz con reclamo ha sido una actividad cinegética que haya ofrecido grandes satisfacciones en cuanto a resultados estadísticos de grandes lances y piezas abatidas, en los tiempos que corren, aún menos. Es obvio que la climatología actual, la forma de concebir la agricultura  y las patirrojas que pueblan nuestras campos en nada se parecen a las de hace algunos años. Pero aun así, sobrevive y aunque con muchos sofocones durante todas las temporadas, año tras año se renuevan ilusiones y se llega a cada nueva apertura del periodo hábil de caza como los niños en las vísperas del Día de Reyes.

         Ni que decir tiene que nuestros primeros “espadas”, los aspirantes a tal escalafón y el ganado nuevo, por esta época están como pinturas y, la gran mayoría, despiertan en el aficionado de turno grandes esperanzas. Tan es así, que incluso, a veces, llegamos a pensar que todo lo que tenemos en el jaulero son unos verdaderos fenómenos y que, cuando se acerca la fecha del inicio de la temporada, día tras día, soñamos despiertos con los grandes puestos que nos van a brindar quienes, con casi total seguridad, luego no pasarán de ser unos auténticos mochuelos. Pero creo que en ello está la grandeza de esta milenaria forma de caza: LA ILUSIÓN.

         Atrás quedaron horas, días y meses de trabajo y dedicación: cambios de tierra, plumas, preocupaciones por posibles enfermedades y accidentes, recorte, arreglo y adecentamiento de pertrechos, búsquedas de nuevos inquilinos de nuestros jauleros, adquisición de cartuchos y complementos de caza… Tareas todas que más que desanimar a los cuquilleros, lo que hacen es fortalecer su afición y, como no, hacer que dichas ocupaciones evadan en parte de las muchas contrariedades y problemas con los que nos “regala” la vida.

Ahora, dentro de unos días, comenzarán de nuevo los berrinches, sinsabores y “dolores de cabeza”, pero también llegarán las pequeñas y reconfortantes alegrías. Es el sino que un día, casi sin darnos cuenta, escogimos. ¡Y que dure mucho!

Para finalizar, como se dicen los toreros antes de comenzar los paseíllos “que Dios reparta suerte”, puesto que el comienzo de la nueva temporada está a la vuelta de la esquina. Seguro que falta hará.