jueves, 1 de septiembre de 2016

¡VAYA VERANITO!

   Después de dos meses y pico de veraneo en Punta, retomamos el blog. Obligaciones familiares me han hecho retornar a Huelva antes de lo previsto.

               En Punta Umbría al lado de los cajones de muda

S
i ya de por sí, el  verano se hace largo y muy cuesta arriba para quienes como a mí, no les gusta esta estación a la que casi todo el mundo espera durante todo el año, si encima conlleva un complemento poco agradable, apaga y vámonos. Si el tiempo viene bien, junio, julio, agosto y septiembre completos forman parte del interminable estío y, tantos meses tienen muchos días, máxime si, como ante dije, existe algo que fastidia y que con el día a día llega empalagar y a exasperar.

Pues bien, este veranito, el que suscribe ha aguantado estoicamente el tremendo celo de algunos de sus reclamos y, por consiguiente, el machaconero canto diario y casi a todas horas. Tan es así que desde que estoy en Punta Umbría, día catorce de junio hasta la fecha, desde las siete más o menos ha estado el tío en planta para que el canto de los pájaros no molestase a los vecinos y eso que por la noche los tapaba con una gran toalla y una colcha de cama, pero nada al venir el día el cuchichí, cuchichí, cuchichí… y los cantos de mayor de unos y de otros es lo que ha habido. Por tanto, el mandarlos a callar, el pulverizarlos con agua, el meterlos en la jaula y llevarlos al cuarto de baño hasta las nueve o diez ha sido la tarea diaria. Luego, después del almuerzo, como si se lo dijeran, vuelta a empezar. Con lo que nuestra siesta tradicional, la gran mayoría de las veces se ha ido al garete. Está claro que la música de las perdices en muy bonita, pero a ciertas horas y día tras día, fastidia. Y tanto que fastidia.

La verdad es que en algunos momentos de crispación, que ha habido bastantes,  he estado a punto de perder los estribos y estripar contra la pared a más de uno de ellos, pero me he aguantado. Eso sí, le he jurado, al menos a uno, que como no dé el do de pecho en su momento, entonces sí se las va a ver conmigo, aunque desde el quince de agosto las plumas caídas han aumentado y los cantos disminuido.

Entiendo que esta situación, a veces, ocurre y máxime con los pájaros con muda más atrasada como ha sido el caso, pero también sabemos que la paciencia, aunque los pajariteros tenemos bastante, tiene un límite. Y un verano así, termina sacando de las casillas al Santo Job. Y mi amigo Alpujarreño -reclamo de quinto año-, ha habido momentos que me ha llegado a poner como una verdadera moto.

La historia es que parece que no he sido el único al que le ha sucedido esto, ya que el año ha venido bueno de orquestas pajariles estivales. Eso sí -y no es por decirlo-, al amigo Chimenea no le he oído ni la más mínima pitada. Supongo, como es normal en él, que las dejará para cuando llegue el momento.

Esperemos que estos reclamos que no han soltado hasta ahora plumas como debieran hacerlo, de aquí a último de octubre, que no es demasiado tarde, completen la muda. Si no es así y no pelechan bien, malo. Por tal motivo, no llegarán en condiciones al momento de iniciar el periodo hábil de caza o, fechas antes, comenzarán una muda extemporánea y, como bien sabemos, ambas circunstancias son para echarse a temblar.

    A partir de este momento, y después de este primer contacto, iremos echando el rato en el blog y trayendo al mismo algunas cosillas de interés.

2 comentarios:

  1. ¡Madre mía que trasiego! La verdad es que el asunto tiene mérito, prueba con un buho antipalomas de esos de plastico que a su vez emite un sonido, aunque en ese caso ya tendrías la orquesta montada, o bien hazte cetrero, la verdad que el verano ha sido sonoro.
    Recuerdo que uno de mis mejores pajaros era mudo y dormilón en casa pero en el campo...La conclusión es que los balconeros nunca cortaron orejas y rabo.
    Saludos.
    Pd.El libro ya va por la segunda vuelta.

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  2. Es de agradecer su interés por contar "sus cosas", para todos los que nos gusta esta afición.

    Al hilo de su publicación, quién no ha dicho nunca eso de "Ahora que no hace falta están como motos"....

    Aquí es donde hay que analizar el posible motivo, intentar corregir los posibles errores pasados para que en vez de llegar a Julio en plenitud, sea en Enero...desconozco si sus reclamos son todos de granja, intuyo que si, es una de las diferencias que tienen con el campo, que se acostumbran de tal forma a la presencia humana, que se habitúan y pasan estas cosas.
    Para mí el celo de una granjera es más artificial que natural, evidenciando la falta de “estaciones”, haciendo que estén desorientadas y enceladas fuera de la fecha común del campo, pero esto es como pedirle a un cerdo de Rumanía, esos tan blancos que salen en la tv, que nos dé un jamón “pata negra”, nos dará un jamón, bueno y exquisito como tal, pero sin llegar a las cualidades de un ibérico.
    En fin, este año creo haberle leído, que han sido más los que ha mudado, de ahí que con el solo y leve cuchicheo de uno, el resto, sobre todo los más viejos se “vengan arriba”.

    Yo los movería de sitio, si tiene espacio, llevarlos a un garaje, cambiarlos de la azotea al patio, etc. pero desconozco su situación, también les bajaría las horas de luz, para crearles un "micro clima" ficticio y bajarles el celo. Ya sea cerrando persianas, tapándolos antes del amanecer y anochecer, etc.

    Un saludo.

    Pd. Entiendo que se molesten los vecinos, es lógico que no a todos les tenga que gustar lo mismo que a mí, pero para mí, levantarte con el silencio roto por el canto de una perdiz....la verdad que es "demasié p´al body" jejeje.

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