miércoles, 28 de septiembre de 2016

DEL AYER AL HOY I. DE IR AL PUESTO A PIE O EN CABALLERÍA A IR EN AUTOMÓVIL


Con este artículo doy comienzo a una serie de escritos entre la diferencia de entender y llevar a cabo la caza del reclamo a lo largo de los años. Es decir, cómo se procedía hace unas décadas, y como se realiza en la actualidad. Con todos ellos, no pretendo, Dios me libre, el hacer ver que otros tiempos siempre fueron mejores, aunque si es meridianamente cierto, que había mucha más caza. Por tanto, el ayer fue el ayer y el hoy es el hoy y, nos guste o no, hay que estar con los tiempos que corren.
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E
s obvio, y todos los cuquilleros lo sabemos, que entre el ayer y el hoy, en lo referido a la caza del pájaro perdiz con reclamo, existe una gran diferencia. De esta manera, dentro de las diferentes formas de proceder y de llevar a cabo esta actividad cinegética se encuentra el cómo trasladarse hasta el cazadero, bien desde el cortijo, o bien desde la población de residencia. Hace ya unos buenos pocos años se hacía a pie o en una bestia -asno, caballo o mulo-. Hoy, por el contrario, se utiliza el automóvil para trasladarnos al lugar escogido para dar el puesto.

En principio es una cosa normal. Los tiempos han cambiado y si antes la mayoría de los traslados, fuera por el motivo que fuera, se hacían andando, en caballería o carros, con el devenir de los tiempos, los vehículos a motor son el medio de traslado más común. Ahora bien, el cambio de medios de locomoción ha traído consigo que la concepción de la caza del reclamo haya dado un giro, en muchos casos, de trescientos sesenta grados. Si hace cuatro o cinco décadas, al ir a pie hasta el puesto, se tardaba un buen tiempo en recorrer el espacio que separaba el punto de partida y colgadero, en las  fechas que correr esas mismas distancias se hacen en poquísimo tiempo si lo comparamos con lo anterior. Y no sólo el tiempo es el que ha cambiado, sino que por aquellos entonces, muy difícilmente se le ocurría a nadie dar dos o tres puestos por la mañana o por la tarde, más que nada porque no daba virtualmente tiempo, aparte de que no entraba en los cálculos del cuquillero de turno. Y, queramos o no, el paso de una situación a otra altera en mucho las poblaciones de perdices de una determinada zona. Pues no es lo mismo colgar una vez al día, que tres o cuatro, pues simplemente, por cuestión lógica, con varios puestos diarios se tiene más posibilidades de abatir más patirrojas que haciéndolo una sola vez. De hecho, en más de una ocasión se dan dos puestos por la mañana y dos por la tarde. Otras veces, aquí me pongo y, si no hay nada, allí me voy. Y esta forma de proceder no es la que se debiera.

Se puede argumentar que hace años en los serones/alforjas de las bestias o caballerías y en los carros también se llevaban varios reclamos, pero el que suscribe, que ha vivido aquellos tiempos, puede asegurar que pocas veces se daban varios puestos al día, máxime dos si se iba de expedición, como se le llamaba cuando se salía al campo por varios días, pero lo normal era un puesto, bien de mañana o bien de y tarde,  y no diario.

¿Podemos imaginarnos lo que hubiera supuesto para un cazador de reclamo el trasladarse por la mañana un buen trecho para dar el puesto, luego dirigirse a un nuevo cazadero, volver a colgar y más tarde volver al cortijo o a la población, almorzar y volver a salir para dar el puesto de tarde y ya a la caída de la misma regresar de nuevo al punto de partida? Pues sí, a eso se le llama una auténtica paliza.

Lo normal era que, de vez en cuando, bien de alba, de sol o de tarde salir a cazar la jaula y hasta otra, que podría ser dos o tres días después o cuando las posibilidades de trabajo lo permitieran. Otra cosa era aquellas personas que tenían en la caza un “trabajo” más, que también los había. En este caso sí se salía a diario o cuando la ocasión era propicia, porque no se nos olvide que en las fechas que hablo, la caza de la perdiz, macho o hembra, era ilegal y la Guardia Civil hacía valer la Ley.

Para terminar decir que, hoy día, todavía hay muchos compañeros que se meten entre pecho y espalda un buena caminata para dar el puesto. A los colgaderos de las altas sierras de nuestra Comunidad, los vehículos, aunque sean todoterrenos, no llegan.

Por cierto, preciosos rincones para dar el puesto existen en la alta sierra andaluza y buen “ganao” se mueve por allí.

4 comentarios:

  1. Precisamente esas diferencias son la madre y cuna de la mayoría de las confrontaciones entre cazadores hoy en dia, ya que por un lado estan los que comulgan con la ortodoxia y por otro lado estan los heterodoxos,y tanto unos como otros se agarraran a un clavo ardiendo con tal de defender sus ideas o intereses...
    Un tema muy machado en mi blog, lo cual me ha creado cierta enemistad con gentes del mundillo cuquillero, al igual que comentas en tu libro con el subtitulo de TERTULIAS CUQUILLERAS VIA INTERNET.
    Un saludo.
    PD. La Sierra es dura, peligrosa e impredecible y pone a cada uno en su sitio tanto al cazador como al reclamo, lo sé muy bien, después de haber estado todo el dia puesteando en las alturas.

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  2. Muy buenas.

    Como bien sabes, hay pocos temas no tratados con anterioridad, pero creo que éste lo merece, para ver, una vez más, la opinión de los compañeros/as.

    Entre las dos postura hay un abismo y como bien dices, con confrontaciones de por medio. No es cuestión de ser purista, pero no se puede ser matarife. Que un día, por situaciones diversas, hay que levantarse e irse a otro lugar, puede ser entendible. Dar cuatro o cinco puestos al día debe ser repochable y, desgraciadamente, se hace.

    Aun así, no está uno para dar lecciones de ortodoxia o ética cuquillera, simplemente para exponer lo que uno siente y piensa. Pero por lo que sea, cada día menos perdices en los campos.

    Saludos. Vendrán otro por el estilo.

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  3. Alba, sol, medio día, tarde y dormida...
    Cinco puestos.
    Cazarlos todos no asegura el abate de patirrojas, lo cual quiere decir que aun cazando todo el día te puedes vener de vacío y viceversa abatir cinco en un solo puesto como me sucedió.
    Esto es algo que los reclamistas de solera sabemos bien, en contraposición a los " ignorantes" que creen que solo es llegar colgar y disparar a diestro y siniestro...nada más lejos de la realidad, por lo tanto no sigamos dándoles argumentos a los detractores.
    Saludos.

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  4. Vamos a ver Juan Luis Rosa.

    En condiciones normales, a pocos se nos ocurre dar cinco puestos al día. Pero no me dirás que, en determinados cotos y determinados personajes que van al campo, no por afición, sino por ambición, no dan, si no cinco, cuatro puestos diarios. Pero este personal que no comulga con los mandamientos éticos los hay en cualquier faceta de la vida y todo el mundo lo sabe. Detractores hemos tenido y vamos a tener siempre porque tal condición es intrínseca a la propia vida. En cualquier situación habrá gente a favor y gente frontalmente en contra, por muy bien que se lleve a cabo lo que se debe hacer y más en la caza.

    La historia debe ir por dejar bien claro que la caza es una actividad noble y que quien la practica, si también es de madera noble, lo que hace es luchar por la naturaleza, no destruirla. De hecho, el que es cazador de verdad, quiere que sus hijos también lo sean y, esta actitud, no es cualquier cosa, pues nadie desea para sus hijos algo malo. Es más, le deja en herencia. un gran legado.

    En una palabra, no debemos arrepentirnos de nada, pue nada malo hacemos. Que aprendan nuestros detractores antes de hablar y tirar por tierra algo que no conocen.

    Saludos.

    PD. Y sin llover.

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