Nuestra perdiz roja, como todos
los animales, se mueve acorde con el tiempo meteorológico, puesto que, nuestro almanaque no es significativo para ella, ni afortunadamente sabe de él, porque no
lo necesita. Ahora bien, quien impone los calendarios para su caza, sí deberían conocer esta máxima porque, si no es así, ocurre lo que está sucediendo desde hace
unos años: en pocos rincones de nuestra
España las fechas recogidas en las correspondientes Órdenes de Vedas se ajustan a la realidad de los
mismos. De este modo, en unas por adelantarse y en otras por atrasarse, las
perdices de la zona o ya han pasado su punto álgido o todavía no se encuentran
como Dios manda. Por lo tanto, en ambos casos, el cuquillero se encuentra en
una situación en donde sabe de antemano que sale a dar el puesto por
afición, pero no porque el campo vaya a responder como debiera. Y eso no es bueno para él y,
por supuesto, para sus reclamos.
Y no es que lo diga yo, sino que todo
cazador de reclamo lo sabe. Lo decimos y lo volvemos a decir bien alto, pero nuestras
palabras siempre caen en saco roto porque, en la próxima temporada, todo seguirá
igual. Está claro que las diferentes Consejerías de Agricultura y Medio
Ambiente parecen no enterarse del tema. De hecho, este año en la Comunidad de
Castilla la Mancha, se ha cometido el tremendo error de adelantar la caza del
reclamo en quince días y, por tal motivo, finalizarla el 28 de febrero. En una
palabra, una auténtica sinrazón y un verdadero disparate. ¿No saben quiénes las dispusieron que
en esa parte de España, cuando se abrió la veda, todas las patirrojas estaban en
bando? Es más, cuando se cerró, a partir de primeros de marzo, es cuando la
perdiz manchega siempre ha estado en su sazón.
Consiguientemente, opino como otros
muchos que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta De Andalucía, si quiere
hacer las cosas como Dios manda, debería dejar a las Delegaciones Provinciales para que ellas fijasen las fechas marco y que dieran la posibilidad de que, dentro de las mismas,
cada zona pudiera poner las suyas acorde con su propia realidad, previa comunicación a los correspondientes
departamentos de caza provinciales. De esta forma, aun pudiendo haber errores, serían mínimos porque los que mejor conocen una determinada comarca son los que días tras día ven lo que ocurre y ha ocurrido en ella en el transcurrir de los años.
Para terminar solo decir que en la zona
donde cazo el reclamo habitualmente, el Andévalo
de Huelva, la veda debería abrirse, como mínimo, 15 días antes. Es decir, a
primeros de enero que normalmente es, cuando las perdices ya están emparejadas
y con un celo como Dios manda. De hecho, desde primeros de diciembre se pueden
ver los primeros pares y se les escucha cantar a todas horas. Las tierras está
mojadas por las aguas otoñales y eso, como bien sabemos, es fundamental, puesto
que en diciembre y enero, tradicionalmente, llueve poco, la perdiz toma tierra y, como consecuencia, poco quiere saber luego de los reclamos.