viernes, 10 de marzo de 2017

RECLAMO 2017 EN LA ALTA SIERRA.PRIMERA PARTE


Una vez acabada la temporada en la zona Grupo 1 o, antiguamente, zona baja, me he trasladado o me voy a trasladar a tres rincones diferentes de nuestra geografía andaluza: Sierra Norte de Sevilla perteneciente al Grupo 2 y Las Alpujarras granadinas Y la Sierra de Cazorla en Jaén en terrenos de más de 1500m, para completar mi temporada de reclamo 2017.

La primera parada, una finca de Castilblanco de los Arroyos, e invitado por mi buen amigo Benjamín Díez, supuso la primera gran decepción. Y fue así porque, aunque dicho coto, dedicado a caza mayor y a varias modalidades de la menor, tiene mucha perdiz autóctona, cosa que pude comprobar in situ, pues se veían por todas partes, pero no hay quien tire una, al menos en el día que yo estuve allí. Cantaban poco y, mucho menos, se acercaban al reclamo. De hecho, en el puesto de sol que di, al ir con todos los bártulos para el colgadero me topé con una pareja que andaba apeonando por la zona. Pues bien, una vez dentro del aguardo, con un buen trabajo del reclamo, Cristeño, nunca más se supo de ella, solo una hembra canturreaba en un crestón situado a media distancia, pero de allí no se movió. En el de tarde, fatal. Ni se escuchó el campo. Y eso que vimos varias parejas por el cortafuego donde di el puesto y en el farolillo estuvo Chimenea que, por cierto, dio un muy puesto.

Dos imágenes del día de Castilblanco. La primera nos muestra a Cristeño en un colgadero precioso. En la segunda imagen se me ve junto a Benjamin Díez y Eusebio Sánchez, los cuales se portaron de 10.



La segunda parada por las sierras andaluzas me llevó a Bérchules/Juviles, a sopié de Sierra Nevada. Ni que decir tiene que, en dichos parajes, de ensueño por cierto, para la caza del reclamo, se sigue utilizando el aguardo a la vieja usanza, es decir, el puesto de piedra. Así, estas pequeñas construcciones con muchos años a las espaldas y situadas en unos enclaves preciosos con oída y querencia, para los que ya no estamos acostumbrados a utilizarlos, suponen una auténtica gozada.

Pero, como cuando el tiempo está de leche…, tampoco fue bien la cosa. Tan es así que en los tres días que estuve por Las Alpujarras granadinas, solo pude dar dos puestos el domingo, el resto, viento, agua, nieve y frío. Y, por supuesto, tampoco hubo suerte de tirar. Eso sí, un pollo del año, de la zona manchega de Campos de Calatrava, se portó como un verdadero pájaro de fuste en el puesto de sol, pues estuvo dos horas y media liado con una pareja, la cual, aun no estando puesteada, porque allí se cuelga poco, no le entró. En el otro, el de tarde, las patirrojas cantaron bastante, pero no se acercaron. En una palabra, la caza del reclamo con autóctonas está más que mal.

Eso sí, aparte de dar dos puestos, la estancia por dichas tierras fue una maravilla en compañía de José Luis/David Soto y familia, pues su acogida fue de sobresaliente. Visitar los atractivos de aquellos rincones, con mucha historia a las espaldas y en compañía de ellos, es para no olvidar.


Cinco instantáneas de mi paso por tierras granadinas.  En la primera, se aprecia el paisaje alpujarreño con la nieve del viernes día 3. La segunda y tercera nos muestran dos tradicionales puestos de piedra. En la cuarta se ve a José Luis Soto arreglando otro aguardo de la zona. En la última, se puede ver al Alpujarreño cantando de mayor en el puesto de tarde del domingo, un precioso colgadero.






1 comentario:

  1. Que sepas que donde colgasrtes ,y que utilizastes mismo puesto que yo, y a indicacion mia a Benja,, defendio la plaza una collera a muerte en dias posteriores ,pero con la jaula sesenta metros mas abajo,,,y ldespidiendose con un rajeo,,,

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