domingo, 9 de abril de 2017

DEJAMOS UNA Y COGEMOS OTRA: LA CRÍA DE CANARIOS

 
                         Una hembra isabela incubando la segunda postura
         Una vez acabada la temporada de caza con el reclamo, para no aburrirse, retomamos, aunque nunca los he dejado de lado, pues es otra de mis grandes aficiones: la cría del canario. Marzo, abril, mayo y la primera quincena de junio son los meses en donde, al menos por esta zona, se produce el nacimiento y desarrollo de los polluelos de la mayoría de las aves “domesticas” y, entre ellas, el timbrado español de canto continuo, la raza de canarios de canto a los que yo me dedico.

         Este año como no ha hecho mucho frío, los emparejé a finales de enero, por lo que, a mediados de febrero, nacieron los primeros ejemplares de las siete parejas que he echado esta temporada. Y entre ellas, un precioso par de color verde, regalo del amigo y muy buen criador Juan Rodríguez Rengel, de San Juan del Puerto, que en las dos primeras posturas, me ha sacado diez pichones, lo que indica que ambos progenitores son unos auténticos padrazos. Tan es así, que en la segunda postura he tenido que anillar a cinco de los pollos al quinto día de eclosionar, pues ya estaban muy desarrollados.

         Como en temporadas anteriores, queda tarea diaria y de las buenas, pues en la cría no se puede uno descuidar un solo segundo, ya que si pasamos un poco del tema, lo normal es que todo se vaya al garete. Los canarios como la mayoría de las aves son muy delicadas en sus primeros estadios de vida y, si no estamos encima de ellos, se producirán muchas bajas. Mucha limpieza, fruta y verdura fresca y bizcocho recién hecho es el pan nuestro de cada día. Si nos es así, poco o nada conseguiremos, pues habrá bajas al por mayor. Los ácaros y muchas enfermedades siempre están al acecho.

        Pues bien, en la primera postura, ya anillados y en las voladeras, son 17 polluelos los que han logrado independizarse de sus progenitores, mientras que sus respectivos “papis” andan ya afanados en sacar adelante a sus nuevas proles.

         Quedan todavía dos meses de cría por lo que, si no surgen muchos imponderables, serán alrededor de 60/70 el número total de pichones los que se mudarán durante el verano y, más tarde, algunos de ellos formarán parte de mi equipo de canto que presentaré a los concursos del timbrado español, allá por finales de noviembre y diciembre.

                       Algunas imágenes de la cría de este año.








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