jueves, 13 de junio de 2019

UNA MUDA MÁS

                                      Primeras plumas, señal del comienzo de la muda

      Como año tras año, y ya van muchos, dicho sea de paso, los aficionados a la caza de la perdiz con reclamo nos preparamos para pasar unos meses, tres o cuatro, lleno de incertidumbre. Y es así porque, como bien sabemos, el proceso natural del cambio de plumas, por el que cíclicamente pasan nuestros reclamos es importantísimo en el futuro de los mismos, no en vano y miles de veces referido, una buena muda refuerza la calidad de nuestros mimados pájaros de jaula y, lo contrario, suele ser sinónimo de un mala temporada, incluso de no poder contar con ellos pues, a veces, suelen tener una pelecha extemporánea poco antes de dar comienzo al periodo hábil de su caza. Por tanto, no debemos caer en el tópico de que todos los pájaros mudan porque, aunque sea verdad, no es ni parecido hacerlo bien que mal y, en ello, va mucho nuestra actuación en estos delicados meses. En este sentido, si somos minuciosos en la observación y cuidado, todo irá más o menos bien. No obstante si, por el contrario, dejamos a nuestros “guerreros” un poco de lado, nos podemos encontrar con desagradables sorpresas, pues si ya de por sí, aun estando encima, pueden surgir contratiempos, si nos olvidamos de ellos, no digamos.
En base a lo anterior, la cuestión de tierra y sus diferentes tipos y procedencias o sin ella, en jaula o cajones de diversas modalidades, en un lugar u otro, darle este pienso o aquel… creo, desde mi prisma óptico, aunque es importante, no es lo fundamental. Lo primordial, excepto en cuestiones puntuales que nadie está libre de ellas, es la rigurosidad en el día a día del dueño, sin que suponga, que también hay que decirlo, una auténtica  obsesión.
  En resumidas cuentas, la observación diaria, una limpieza máxima, el buscarle un lugar más o menos adecuado, baños periódicos, alimentación equilibrada, aporte de vitaminas y aminoácidos para suplir las carencias del momento…, debe y tiene que ser nuestra responsabilidad como cuquilleros. Luego, la naturaleza, siempre sabia, hará lo demás. Eso sí, no se nos olvide que aun estando encima las veinticuatro horas del día, ocurren situaciones no agradables, pero si se está al pie del cañón, las posibilidades de desgracias, siempre serán menor, pues como bien sabemos, aparte del cambio de plumaje -que ya tiene su miga-, nadie está a salvo de una serie de enfermedades que se pueden presentar en esta época y que se pueden llevar por delante a más de un reclamo. No olvidemos que los ácaros/piojillos están al acecho, al igual que las insolaciones, las caguetas, las infecciones, el ataque de rapaces u otros animales sin están en el exterior, los enganches en los barrotes de los cajones…, pues todo ello forma parte del devenir de la afición.
Ahora bien, solo decir que cada reclamo es un mundo y, por consiguiente, el proceso de “cambio de vestimenta” que ahora se inicia será totalmente diferente en cada uno de los inquilinos de nuestro jaulero. Ninguno seguirá las mismas pautas en la pelecha, aunque a nadie se le escapa que a los más metidos en años les costará más trabajo desprenderse del “abrigo” que les ha acompañado durante todo un año. Contando siempre que para comienzos del otoño, aunque puede haber algún retraso, todos deben presentar sus “togas” o libreas nuevas y relucientes.
Como punto y final y sin querer entrar en polémica, porque nunca ha sido la idea de este blog, quiero hacerme eco de la mucha controversia que existe en la forma de mudar a nuestros reclamos. Sobre el tema, solo apuntar que nadie está en posesión de la verdad absoluta, ni nadie está equivocado totalmente. Cada uno, dependiendo de la zona de procedencia, según aprendió, le enseñaron o cree, lo hace de una forma que para él es la mejor y como todas la demás debe ser respetable. Por tanto, dejémonos de historias y que cada vecino arregle su casa como mejor crea y pueda. Eso sí, dentro de la gran diferencia que existe entre la perdiz enjaulada y en libertad, solo decir que cuando ésta se encuentra en el campo toma su tierra. Por tanto, de una forma u otra, cuando está en cautividad también debería de tomarla.

QUE EL VERANO NO SE HAGA MUY COMPLICADO Y QUE DISFRUTEMOS DE ÉL. EN SEPTIEMBRE VOLVEREMOS, AHORA TOCA PLAYA.