Hoy, traigo
al blog, en colaboraciones, otro artículo sobre la afición pajaritera. Esta vez
del ilustre jienense D. Francisco Cuenca Anaya, notario jubilado, escritor de innumerables artículos y obras, además de aficionado de pro a la caza de la perdiz con
reclamo y que me ha autorizado a publicarlo.
El artículo que
viene a continuación, que merece la pena echarle un rato de lectura, es una formidable reflexión
sobre el informe BIC, cimentada en su experiencia de los muchos años cazando el
reclamo y fue en su día publicado en ABC.
--ooOoo--
Sí. Encuentro acertado que la Federación Andaluza de Caza promueva declarar el reclamo Bien de Interés Cultural. Conozco el informe técnico registrado en la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, que va en la buena dirección. Es muy positivo que el equipo de investigadores esté formado por personas que han destacado en estudios antropológicos, porque de eso se trata, de situar esta secular modalidad de caza en la historia de Andalucía y de sus pueblos.
No sobra recordar la vieja polémica sobre el reclamo,
especialmente dura cuando se preparaba la Ley de caza de 1.902, que lo prohibió
en los terrenos libres y lo limitó en los vedados. Navarro Reverter, en el
prólogo al libro de Diego Pequeño “De la caza de la perdiz con reclamo
“, recoge algunas de las críticas más agresivas; termina la cita con estas
palabras : “Todavía merece mayor vituperio ese vergonzoso sistema,
exclusivamente español, porque utiliza la exaltación sublime del amor, alma del
mundo, para atraer las víctimas infelices...;eso es cruel, es inicuo, es la
perversión del sentimiento humano”; “...dedícanse a jauleros los chambones, los
inútiles, los chancletas,los fusileros, y ese ejército de reclutas y de inválidos
acaban con la especie”,... “Mueran los reclamos!” “!Guerra a los jauleros!”
“!Traidores!” “!Cobardes!”“!Asesinos!”. La defensa es igual de vehemente, a
veces, desmesurada, como demuestran los libros de esa época: Diego Pequeño,
A+B, Gerardo Fraile…
Dejo a un lado esta polémica, hoy
superada, y continúo hablando de mi experiencia, porque creo, y es la médula de
lo que quiero exponer, que esa experiencia y la de otros cazadores de mi
generación puede ser valiosa para apoyar la declaración solicitada. He vivido,
hemos vivido con pasión el reclamo; uso la palabra pasión en el sentido del
Diccionario de la Lengua Española: “Apetito o afición vehemente a algo.” Pasión
que algunos han sentido incluso con más intensidad que otras pasiones. En “La
Regenta” dice Clarín que Víctor
Quintanar, marido de la mujer más hermosa y deseada de Vetusta, abandona el
lecho conyugal y se acomoda en otra habitación para estar más cerca de sus
reclamos. Y cuenta mi hermano Pepe, en “Sierras, perdices y olivares”,
que un jaulero se dejó a la mujer el día
de la boda para dar un puesto en el cortijo de un amigo; la explicación,
cuando volvió al día siguiente, fue: “Hacía una tarde tan buena.”
Situar la caza de la perdiz con reclamo
en la vida de los pueblos andaluces, como pretenden los etnólogos y
antropólogos que trabajan en el proyecto que comento, me lleva a sugerir, y lo
hago con la esperanza de no ser mal interpretado, que yo mismo y otros
aportemos nuestra experiencia sobre lo que supuso esa caza en las costumbres de
esos pueblos. Viví en Villarrodrigo, un pueblo de Jaén, a mediados del siglo
pasado. Tenía 2.500 habitantes, hoy menos de 400. En Otoño Vicente “el
Carnicero”, Manuel “el Herrero”, Pepe “el Herrador”,
Guillermo, Fausto, Emiliano, Jacinto y algunos más colgaban los jauleros en la
fachada de sus casas para que los perdigones se fueran encelando; preparaban
así la corriente, que comenzaba a mediados de enero: “Para San Antón, cada
perdiz con su perdigón.” Más tarde, durante la temporada del celo, tema de
conversación habitual eran las peripecias del puesto; el reclamo estaba
prohibido, pero diez o doce pajariteros salíamos cada tarde contando con la
amable tolerancia de la Guardia Civil. Todo esto se ha perdido; ya no hay en el
pueblo carniceros, herradores, herreros, ni gente... ni perdices.
Cuento en mi libro que un amigo me dijo
que continuaba cazando el reclamo y que había matado treinta y dos perdices en
un puesto; al preguntarle si no le daba vergüenza me dijo “Que se había
pasado a la prostitución, que esta caza no es lo que era, pero que le gustaba
trasnochar con los amigos de siempre en un cortijo, comer bien, conversar,
disfrutar del campo.” Bien está que mi amigo disfrute con eso, pero que no
lo identifique con el tradicional reclamo.
Dice el informe de la Federación que el
reclamo “... es una actividad
tradicional que todavía hoy se mantiene viva en Andalucía...”...”es tradición
viva que retiene elementos claros de continuidad con el pasado que no entran en
conflicto con los anteriores...” No. Rotundamente, no. Es un error asociar
aquello con esto, no hay continuidad, y tampoco cabe ni siquiera imaginar que
lo de antes vuelva. No hay recuperación posible
porque la materia prima imprescindible, las perdices de aquellos
tiempos, han desaparecido. A lo mejor, desparecido es palabra excesiva, se me
dirá que en algunas fincas subsisten, y seguro que es verdad, aunque no lo
sería en ninguna de las muchas que he conocido. Pero esto no cambia lo que
vengo diciendo, nada tiene que ver esa excepcional subsistencia con los tiempos
en que en todos los pueblos de Andalucía -no exagero- se cazaba el reclamo en
los terrenos libres.
Imprescindible separar aquello de esto. Y
sugiero que quienes trabajan para que la caza de la perdiz con reclamo se considere
Bien de Interés Cultural cuenten con el testimonio de quienes la han vivido.
Quedamos pocos... y estamos en cuarto
menguante.
FRANCISCO CUENCA ANAYA
Notario jubilado
Quedamos pocos... y estamos en cuarto menguante.
ResponderEliminarMe quedo esta frase. Diego Rama Ruiz
Con la ayuda de la F.A.C. Y el apoyo de todos los cuquilleros lo vamos a conseguir. Diego Rama Ruiz
ResponderEliminarAmigo Diego.
ResponderEliminarEstá claro que como enfoca el artículo el Sr. Cuenca Anaya, la frase que comentas es irrefutable, cada día quedan menos pajariteros tal como él los entiende.
Por supuesto que sin la ayuda de la FAC muchas cosas jamás se podrían llevar a cabo.
Saludos.
Soy aficionado al reclamo desde hace 70 años por supuesto siempre acompañado por mi padre que fue mi maestro hasta que pude sacarme mi Permiso de Armas por los años 1965 mi primera escopeta una Zarasqueta paralela, la cual la conservo en la actualidad.
ResponderEliminarHecha mi presentación .
Creo que todos los aficionados al Reclamo deberíamos de colaborar con la Iniciativa que ha tomado la Federación Andaluza de Caza elaborada por muchos federados y técnicos competentes.
Dicha colaboración consiste en presentar en los Ayuntamientos respectivos a los que pertenezcamos, la Propuesta de la Federación Andaluza de Caza.
Nosotros Club Deportivo Comarcal “El Lentisco “ lo enviamos al Pleno y ha salido Aprobado por mayoría.
Se hace camino al andar
B noches.
ResponderEliminarHombre..., José María, bienvenido al blog y gracias por comentar.
Decir sobre lo que indicas que, efectivamente, todos tenenos que arrimar el hombro y, por supuesto, los Ayuntamientos, deberían apoyar la causa iniciada por la FAC.
Saludos.
No me gustaría crear polémica ni ser pesimista.
ResponderEliminarPero pensemos bien y visto lo visto hay que poner de acuerdo al colectivo de las diferentes modalidades en donde llevamos siglos batallando sin ponernos de acuerdo entre los mismos cazadores. A eso hay que añadir a los pseudoecologistas y diferentes partidos politicos que no nos entienden.
Creo que el camino es largo y tortuoso. Aún así cuenten con todo mi apoyo y granito de arena.
B días.
ResponderEliminarAnte todo, tengo que decir que el artículo de opininión del Sr. Cuenca me parece de calidad y expresa desde su puinto de vista la necesidad e importancia de los valores tradicionales que siempre han acompañado a esta noble afición.
En segundo lugar, está claro que sé de que va el BIC, porque he participado en reuniones con compañeros de Huelva, al igual que otros compañeros del resto de provincias andaluzas, y los dos antrópologos que han llevado los estudios para la elaboración del Informe. Por tanto, creo que he aportado mi granito de arena -información y documentación-, aunque todo el mundo debe, como dice el último comentario, ponernos de acuerdo nosotros mismos.
Esperemos que todo llegue a buen fin por el bien de nuestra antiquísima modalidad cinegética.
Gracias de nuevo a todos por participar y por apoyar a nuestra afición.
Saludos.