martes, 4 de junio de 2024

EL RECLAMO, BIEN DE INTERÉS CULTURAL


Hoy, traigo al blog, en colaboraciones, otro artículo sobre la afición pajaritera. Esta vez del ilustre jienense D. Francisco Cuenca Anaya, notario jubilado, escritor de innumerables artículos y obras, además de aficionado de pro a la caza de la perdiz con reclamo y que me ha autorizado a publicarlo.

El artículo que viene a continuación, que merece la pena echarle un rato de lectura, es una formidable reflexión sobre el informe BIC, cimentada en su experiencia de los muchos años cazando el reclamo y fue en su día publicado en ABC.

                                                         --ooOoo--

  Sí. Encuentro acertado que la Federación Andaluza de Caza promueva declarar el reclamo Bien de Interés Cultural. Conozco el informe técnico registrado en la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, que va en la buena dirección. Es muy positivo que el equipo de investigadores esté formado por personas que han destacado en estudios antropológicos, porque de eso se trata, de situar esta secular modalidad de caza en la historia de Andalucía y de sus pueblos.

   No sobra recordar la vieja polémica sobre el reclamo, especialmente dura cuando se preparaba la Ley de caza de 1.902, que lo prohibió en los terrenos libres y lo limitó en los vedados. Navarro Reverter, en el prólogo al libro de Diego Pequeño “De la caza de la perdiz con reclamo “, recoge algunas de las críticas más agresivas; termina la cita con estas palabras : “Todavía merece mayor vituperio ese vergonzoso sistema, exclusivamente español, porque utiliza la exaltación sublime del amor, alma del mundo, para atraer las víctimas infelices...;eso es cruel, es inicuo, es la perversión del sentimiento humano”; “...dedícanse a jauleros los chambones, los inútiles, los chancletas,los fusileros, y ese ejército de reclutas y de inválidos acaban con la especie”,... “Mueran los reclamos!” “!Guerra a los jauleros!” “!Traidores!” “!Cobardes!”“!Asesinos!”. La defensa es igual de vehemente, a veces, desmesurada, como demuestran los libros de esa época: Diego Pequeño, A+B, Gerardo Fraile…

     Dejo a un lado esta polémica, hoy superada, y continúo hablando de mi experiencia, porque creo, y es la médula de lo que quiero exponer, que esa experiencia y la de otros cazadores de mi generación puede ser valiosa para apoyar la declaración solicitada. He vivido, hemos vivido con pasión el reclamo; uso la palabra pasión en el sentido del Diccionario de la Lengua Española: “Apetito o afición vehemente a algo.” Pasión que algunos han sentido incluso con más intensidad que otras pasiones. En “La Regenta” dice  Clarín que Víctor Quintanar, marido de la mujer más hermosa y deseada de Vetusta, abandona el lecho conyugal y se acomoda en otra habitación para estar más cerca de sus reclamos. Y cuenta mi hermano Pepe, en “Sierras, perdices y olivares”, que un jaulero se dejó a la mujer el día  de la boda para dar un puesto en el cortijo de un amigo; la explicación, cuando volvió al día siguiente, fue: “Hacía una tarde tan buena.”

     Situar la caza de la perdiz con reclamo en la vida de los pueblos andaluces, como pretenden los etnólogos y antropólogos que trabajan en el proyecto que comento, me lleva a sugerir, y lo hago con la esperanza de no ser mal interpretado, que yo mismo y otros aportemos nuestra experiencia sobre lo que supuso esa caza en las costumbres de esos pueblos. Viví en Villarrodrigo, un pueblo de Jaén, a mediados del siglo pasado. Tenía 2.500 habitantes, hoy menos de 400. En Otoño Vicente “el Carnicero”, Manuel “el Herrero”, Pepe “el Herrador”, Guillermo, Fausto, Emiliano, Jacinto y algunos más colgaban los jauleros en la fachada de sus casas para que los perdigones se fueran encelando; preparaban así la corriente, que comenzaba a mediados de enero: “Para San Antón, cada perdiz con su perdigón.” Más tarde, durante la temporada del celo, tema de conversación habitual eran las peripecias del puesto; el reclamo estaba prohibido, pero diez o doce pajariteros salíamos cada tarde contando con la amable tolerancia de la Guardia Civil. Todo esto se ha perdido; ya no hay en el pueblo carniceros, herradores, herreros, ni gente... ni perdices.

     Cuento en mi libro que un amigo me dijo que continuaba cazando el reclamo y que había matado treinta y dos perdices en un puesto; al preguntarle si no le daba vergüenza me dijo “Que se había pasado a la prostitución, que esta caza no es lo que era, pero que le gustaba trasnochar con los amigos de siempre en un cortijo, comer bien, conversar, disfrutar del campo.” Bien está que mi amigo disfrute con eso, pero que no lo identifique con el tradicional reclamo.

     Dice el informe de la Federación que el reclamo  “... es una actividad tradicional que todavía hoy se mantiene viva en Andalucía...”...”es tradición viva que retiene elementos claros de continuidad con el pasado que no entran en conflicto con los anteriores...” No. Rotundamente, no. Es un error asociar aquello con esto, no hay continuidad, y tampoco cabe ni siquiera imaginar que lo de antes vuelva. No hay recuperación posible  porque la materia prima imprescindible, las perdices de aquellos tiempos, han desaparecido. A lo mejor, desparecido es palabra excesiva, se me dirá que en algunas fincas subsisten, y seguro que es verdad, aunque no lo sería en ninguna de las muchas que he conocido. Pero esto no cambia lo que vengo diciendo, nada tiene que ver esa excepcional subsistencia con los tiempos en que en todos los pueblos de Andalucía -no exagero- se cazaba el reclamo en los terrenos libres.

  Imprescindible separar aquello de esto. Y sugiero que quienes trabajan para que la caza de la perdiz con reclamo se considere Bien de Interés Cultural cuenten con el testimonio de quienes la han vivido. Quedamos pocos... y estamos  en cuarto menguante.

 

                                 FRANCISCO CUENCA ANAYA

                                             Notario jubilado

 

7 comentarios:

  1. Quedamos pocos... y estamos en cuarto menguante.
    Me quedo esta frase. Diego Rama Ruiz

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  2. Con la ayuda de la F.A.C. Y el apoyo de todos los cuquilleros lo vamos a conseguir. Diego Rama Ruiz

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  3. Amigo Diego.

    Está claro que como enfoca el artículo el Sr. Cuenca Anaya, la frase que comentas es irrefutable, cada día quedan menos pajariteros tal como él los entiende.

    Por supuesto que sin la ayuda de la FAC muchas cosas jamás se podrían llevar a cabo.

    Saludos.

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  4. Jose María Carmona4 de junio de 2024, 19:40

    Soy aficionado al reclamo desde hace 70 años por supuesto siempre acompañado por mi padre que fue mi maestro hasta que pude sacarme mi Permiso de Armas por los años 1965 mi primera escopeta una Zarasqueta paralela, la cual la conservo en la actualidad.
    Hecha mi presentación .
    Creo que todos los aficionados al Reclamo deberíamos de colaborar con la Iniciativa que ha tomado la Federación Andaluza de Caza elaborada por muchos federados y técnicos competentes.
    Dicha colaboración consiste en presentar en los Ayuntamientos respectivos a los que pertenezcamos, la Propuesta de la Federación Andaluza de Caza.
    Nosotros Club Deportivo Comarcal “El Lentisco “ lo enviamos al Pleno y ha salido Aprobado por mayoría.
    Se hace camino al andar

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  5. B noches.

    Hombre..., José María, bienvenido al blog y gracias por comentar.

    Decir sobre lo que indicas que, efectivamente, todos tenenos que arrimar el hombro y, por supuesto, los Ayuntamientos, deberían apoyar la causa iniciada por la FAC.

    Saludos.

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  6. alectorixrufa@gmail.com4 de junio de 2024, 22:35

    No me gustaría crear polémica ni ser pesimista.
    Pero pensemos bien y visto lo visto hay que poner de acuerdo al colectivo de las diferentes modalidades en donde llevamos siglos batallando sin ponernos de acuerdo entre los mismos cazadores. A eso hay que añadir a los pseudoecologistas y diferentes partidos politicos que no nos entienden.
    Creo que el camino es largo y tortuoso. Aún así cuenten con todo mi apoyo y granito de arena.

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  7. B días.

    Ante todo, tengo que decir que el artículo de opininión del Sr. Cuenca me parece de calidad y expresa desde su puinto de vista la necesidad e importancia de los valores tradicionales que siempre han acompañado a esta noble afición.

    En segundo lugar, está claro que sé de que va el BIC, porque he participado en reuniones con compañeros de Huelva, al igual que otros compañeros del resto de provincias andaluzas, y los dos antrópologos que han llevado los estudios para la elaboración del Informe. Por tanto, creo que he aportado mi granito de arena -información y documentación-, aunque todo el mundo debe, como dice el último comentario, ponernos de acuerdo nosotros mismos.

    Esperemos que todo llegue a buen fin por el bien de nuestra antiquísima modalidad cinegética.

    Gracias de nuevo a todos por participar y por apoyar a nuestra afición.

    Saludos.

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