jueves, 3 de abril de 2025

DOS MIL VEINTICINCO COMIENZA CON MUCHA LLUVIA

 

El campo en estos momentos:  floración del cantueso y retama negra más agua por cualquier sitio.

Que la situación climatológica va cambiando progresivamente a peor, desde hace unos años, no coge a nadie de sorpresa, pues si echamos una ojeada atrás, comprobaremos que cada periodo de tiempo que pasa, llueve menos por estas latitudes, Andalucía occidental, que es la zona que conozco a fondo y donde me he movido hace varias décadas. De estar lloviendo casi todo los días en otoño, invierno y primavera en los años cincuenta, sesenta y parte de los setenta del siglo anterior, hemos ido pasando progresivamente a una disminución de las lluvias hasta llegar a situaciones críticas, donde ha habido años en los que casi no ha llovido, con lo que ello conlleva para la vida en general y, por supuesto, para la agricultura, ganadería y, como no, la caza en todas sus modalidades y la de la perdiz con reclamo, en especial.

Sin entrar en el célebre y manido cambio climático, que es una realidad irrefutable, cuando la Naturaleza dice ahí voy, no entiende de eso, ni de predicciones, ni mapas del tiempo…, y como muestra el botón de las lluvias de este año. De esta forma, desde primeros de enero a finales de marzo con mínimas diferencias en algunas zonas y hablo del Andévalo onubense, hemos andado entre los 300/400 litros/m2, cantidad de agua más que buena comparada con algunas años anteriores en donde se recogía, incluso bastante menos, en casi todo el año.

Y para certificar lo que digo, comparto datos reales, con algún mínimo error de medida, en la finca La Dehesa de Enmedio de Puebla de Guzmán en el agua de lluvia recogida en las fechas antes citadas de los últimos cuatro años.

Año 2022…………………………. 26 l.

Año 2023…………………………. 35 l.

Año 2024………………………… 182 l.

Año 2025………………………… 353 l.

Es decir, una más que buena cantidad en el trimestre pasado, lo que hará que el campo en la presente primavera, vuelva a ser lo que era  no hace mucho. Así, desde regajos, arroyos, riachuelos, riveras… corriendo, charcos por cualquier sitio, pantanos hasta la bola y vegetación herbácea imponente son y serán el santo y seña muy pronto. Ello conllevará que el campo luzca con un colorido impresionante y que la flora y fauna tengan todo lo que necesitan para tirar hacia adelante. Por supuesto, nuestra perdiz roja, después de años de sequía, podrá encelarse y anidar por cualquier lugar, por lo crecido de la vegetación, con lo que el saqueo de los nidos y la expoliación de los pollos, en los primeros momentos de existencia, por parte de los muchos depredadores que hoy pueblan cualquier finca, será más complicado. Además, los que son aficionados tanto a la recolección de setas: boletus/faisanes de jara, gurumelos, chantarelas/rebozuelos, pies azules y otras setas, como de espárragos y esparraguillas están de enhorabuena, pues la temporada marcha viento en popa

¡Y…, sigue lloviendo !!!

sábado, 29 de marzo de 2025

UNA EXPERIENCIA ÚNICA E INOLVIDABLE


Comida de hermandad con algunos miembros de la directiva de la Sociedad de Cazadores de Ejea de los Caballeros

Durante cuatro días, que en principio puede parecer una locura, aunque nunca más lejos de la realidad, he estado en Ejea de Los Caballeros, Zaragoza, con la Sociedad de Cazadores de la localidad, haciéndoles llegar “in situ” lo que es y significa la caza de la perdiz con reclamo macho y, por supuesto, su importancia a la hora de realizar una caza selectiva, cuando en un determinado terreno, en este caso la friolera cantidad de 54.000 hectáreas, abundan muchos ejemplares de machos viejos que, ni crían, ni dejan criar, como es el caso.

Así, en su momento, el Presidente de la Sociedad, Andrés Celma, se pone en contacto conmigo, para explicarme el tema de la disminución de la cría en los últimos años y que le diera mi opinión sobre el tema, lo que supuso, después de intercambiar información, un documento sobre las ventajas de poder realizar un descaste de machos, en una Comunidad en donde la caza de la perdiz con reclamo no está permitida.

Debido a ello, la sociedad presentó en Medio Ambiente de Aragón toda la documentación pertinente para solicitar un descaste de machos viejos y, en base a ello, se aprobó, de forma puntual y de prueba, dicha actuación en 2025.

Por tal motivo, el martes pasado, me trasladé por carretera hasta dicho lugar, sobre 950 Kms, para aportar mi granito de arena en pro de la caza con reclamo de perdiz e informar a la directiva de la Sociedad en qué consiste tal modalidad cinegética, forma de llevarla a cabo, su importancia, grandeza e historia de la misma y, por supuesto, dejar claro que cazar el reclamo no es poner un pájaro en el campo y acabar con todo lo que aparezca por el colgadero, leyenda negra que siempre nos ha acompañado, para intentar tirar por tierra la noble y ancestral afición pajaritera.

Tres momentos puntuales en terrenos de Ejea de los Caballeros



Pero, como siempre hay un hándicap en esta forma de caza, el célebre viento del Cierzo nos ha jugado una mala pasada, ya que durante los tres días que salimos al monte, como ellos dicen, casi se llevaba volando el portátil, por lo que, lo que iba a ser una semana, se ha reducido a cuatro jornadas pues, con las condiciones que había, era imposible salir a dar el puesto con éxito.

Para terminar, independientemente de la malajada de la parte meteorológica, ha sido una experiencia única por muchos motivos, pero, principalmente, por el exquisito y formidable trato que he recibido por parte de Andrés, el presidente de la sociedad, Miguel, el guarda y el resto de miembros de la directiva. Por tanto, vaya desde aquí, mi más sincero agradecimiento por todas las atenciones recibidas, esperando que todo lo que les he trasladado, haya estado a la altura de los que esperaban de mí y que, por lo tanto, hayan sacado muchas cosas en claro de lo que significa ser cazador de reclamo. Además, espero que lo de este año no haya sido flor de un día, sino que, en las temporadas venideras, sean aprobados los proyectos que presente esta sociedad de cazadores y alguna otra de esta Comunidad, para poder cazar la perdiz con reclamo.

Por supuesto, no puedo olvidar, porque no sería de recibo, a un gran pajaritero aragonés,  José  Ignacio Pérez  Albericio, por su inestimable ayuda en todo lo relacionado con el conocimiento de la zona.

martes, 11 de marzo de 2025

POLLOS PARA LA ILUSIÓN


En la anterior entrada hacía referencia a unos pollos que habían llegado a mi jaulero y que me habían hecho disfrutar de media temporada hacia adelante, pues tengo por costumbre sólo colgar noveles en esta época, una vez que los veo bien para salir al campo. Así que aquí está mi opinión sobre los mismos.

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Desde siempre se ha escuchado y nosotros mismos hemos dicho muchas veces, que no hay alegría más grande para un perdigonero, que un pollo de su jaulero despunte y en el campo lo haga disfrutar por su descaro, serenidad y buen hacer con las patirrojas camperas, circunstancia muy complicada, pues para dar con un novel con tales cualidades hay que desechar un buen número de ellos. Es más, hay veces que pasa el tiempo y no llega a nuestras manos uno de ellos que atesore dichas conductas, más la nobleza en casa, pues a nadie le gusta que un reclamo, aunque en el repostero sea un fuera de serie, en casa sea un saltimbanqui, alambrista o copeador…

Pues bien, como comenté de pasada en la entrada anterior, este año, aparte de algunos más que ya no están conmigo por no dar, según mi opinión, la talla, aunque a mí mismo me cueste creerlo, la fortuna me ha sonreído en este aspecto porque, aunque parezca una mentirijilla de cazador, a mi jaulero, han llegado no uno, sino seis pollancos con una pinta envidiable en sus comportamientos en casa y, aunque no es fácil, sabiendo estar y actuar, cada uno a su forma, en el pulpitillo en los pocos puestos que les he dado, ya que opino que no se debe abusar en las salidas de los que se inician como futuros reclamos. Y además, todos ellos han sido regalo de amigos, con lo que esa conocida cantinela de que los pájaros que se dan suelen ser desechos o, al menos, que no gustan, no es cierto.

Por supuesto, no puedo decir que vayan a ser pájaros de jaula de primer nivel, pues llevo muchos años en este mundillo y sé que los noveles son siempre proyectos de reclamos hasta que no tengan tres o cuatro celos y que muchos se quedan en el camino, pero a ver quién me quita a mí lo que he disfrutado con ellos esta temporada, puesto que algunos lances que he vivido, presenciando desde el aguardo sus excelencias, tanto con perdiz autóctona como de repoblación de bastante tiempo, no, aunque con todo mis respetos, de cajitas soltadas al lado del colgadero, han sido increíbles. Dos de ellos proceden de granjas cinegéticas: Avilés  y Navío. Los otros cuatro: Picaor, Coronel, Sierranorte y Cartucho -de dos celos-, provienen de buenos amigos.

Imágenes de los pollos por el orden que aparecen en el párrafo anterior






Sí puedo decir como curiosidad que, uno de ellos, tras un buen trabajo en el día de debut, metió una pareja a las 9,30 de la mañana y, tras tirarle el macho, cosa que siempre hago con los pollos, la ya viuda, de las de capa y espada, le dio la lata durante dos horas y media, justamente hasta las 12 que conseguí abatírsela, después de tres horas de puesto, situación que, hasta dicho día, nunca me había ocurrido, ya que no es habitual un lance de esa duración.

Ni que decir tiene que esta savia nueva necesita todos los cuidados del mundo, ir muy despacio con ella y tratar de hacerle las cosas como Dios manda, pero, por lo que les he visto esta temporada recién finalizada, al menos para mí, apuntan muy buenas maneras. Esperemos que, en el futuro, mis deseos se materialicen y que se pase de la ilusión a la realidad y, al menos, algunos, de ellos lleguen a ser buenos reclamos.

Y, como un día escribió Emilia Pardo Bazán y utilizando un paralelismo, traslandolo al dificil mundo de la caza de la perdiz con reclamo: "muchos somos pajariteros, pero no todos sabemos sabemos de pájaros".

¡¡¡ Qué difícil es estooo !!!

jueves, 6 de marzo de 2025

SEGUNDA PARTE Y FINAL DE TEMPORADA 2025

Imagen de un colgadero que repito todos los años, pues merece la pena por su querencia y oída

El martes pasado, significó para mí el final de esta temporada, pues, aunque el miércoles con todo preparado para dar un puesto casi de alba en Las Alpujarras, el viento y el agua me hicieron desistir y, al final, puse rumbo para Huelva, pues las condiciones meteorológicas no eran las adecuadas y en la alta sierra hay que tener mucho cuidado, puesto que, en cuestión de poco tiempo, todo cambia como de la noche al día. Es más desde el 18 de enero que comencé en Huelva hasta ahora, ya ha estado bien la cosa, máxime cuando ya no es uno un niño.

La temporada de acaba de finalizar, muy mala según muchísimos pajariteros, lo que yo también suscribo, por la falta de “trapío” de la perdiz salvaje, particularidad que no debería haber sido así por el apartado meteorológico, ideal este año para  nuestras montesinas. No obstante, en mi caso, por muchas circunstancias, ha sido de las mejores de mi vida perdigonera. Así, tras tocar varios puntos de nuestra geografía nacional, tener suerte con los enclaves de los puestos que he ido dando, contar con reclamos que han dado la talla y pollos con gran desparpajo en el campo que hacía años que no llegaban a mis manos y, por supuesto, la compañía en muchos momentos de aficionados amigos, han supuesto una verdadera satisfacción para quien ya tiene sus años. Por tanto, vaya desde aquí mi agradecimiento a los hermanos Gómez Ruiz, a Paco Bernardo, a Enrique Hachero, a Diego Rama, a Agustín Gallardo, a Alberto Bosch y a Manolo Medina, pues todos ellos y algunos más, me han tratado de maravilla cuando hemos estado juntos y todos hemos compartido momentos personales y lances cuquilleros que no pueden quedar en el olvido.

Imágenes varias de esta segunda parte de la temporada. La primera recoge un puesto dado a Avilés, pollo de La Añoreta, con sus trofeos. La segunda uno de los machos de repoblación abatidos en el puesto anterior. La tercera una toma de un puesto de muy de mañana. La cuarta, quinta y sexta nos muestran tres momentos de la parte social del reclamo.






En lo meramente cuquillero, aun no siendo, como dije al principio una buena temporada, he vivido lances, principalmente con pollos, de los que quedan en nuestra retina por mucho tiempo. Así, Picaor, Avilés, Sierranorte, Navío y Coronel -de los que hablaré en otro escrito- me han hecho pasar momentos inolvidables por su buen hacer y calidad, particularidad que ya hacía años  que no me ocurría, aunque todos sabemos que los noveles son melones por calar y hay que darles tiempo, pero como decía el otro, "que me quiten lo bailao". En esta línea, en las fincas de Toledo, Válor, Gibraleón, Puebla de Guzmán y El Almendro donde he cazado la jaula, tanto los neófitos como otros reclamos ya consolidados de mi jaulero, me han transmitido la grandeza de esta afición y el motivo del por qué tiene tanto tirón. Es más, aunque haya quien no lo entienda o no quiera entenderlo, la caza con reclamo de perdiz forma parte de la propia vida de los que amamos esta modalidad de caza.

Navío, un pollo que puede llegar lejos.

Ahora, después de todo el ajetreo de muchos días con la jaula a cuestas, hay que tomarse un merecido descanso, pues la conducción en largos trayectos, los madrugones, las caminatas, el montaje y desmontaje de puestos, los sofocones, las mojadas, el frío, la no adecuada alimentación… terminan pasando factura a todos y a los “abueletes”, como es mi caso, mucho más.

Y, como bien sabemos los que amamos esta afición, a partir de este momento, toca preparar y programar la temporada próxima, ver los errores de la actual para que, en los posible, no vuelvan a ocurrir y, como no, ofrecerles a los verdaderos protagonistas de esta ancestral forma de caza, los reclamos, lo mejor que esté a nuestro alcance, pues ellos se lo merecen todo.


viernes, 21 de febrero de 2025

EL TIEMPO PASA, LOS LEGADOS PERMANECEN Y ALGUNOS BARTULOS SIGUEN DANDO EL AVÍO.

 


Dos tomas de una sayuela con sus buenos años

No hace falta decir que en todas las casas de pajariteros, existen trebejos o complementos que ni el paso del tiempo, el inexorable día a día, ha sido suficiente para acabar con ellos. Así, escopetas, jaulas, ganchos, herramientas varias, fundas de armas, banquillos… conforman un legado ancestral que hace que quien los ha heredado se sienta muy orgulloso de ellos, pues, simplementem, el saber que pertenecieron a su mayores y que un día supusieron una alegría para los mismos, ya es un verdadero motivo de gozo.

Y es así, porque dentro de nosotros hay un algo que nos empuja a utilizarlos, aunque sean vetustos y tengan sus cosillas, pero forman parte de nuestras vidas y de nuestro sentimiento perdigonero, aun habiendo utensilios mucho mejores en el mercado a día de hoy.

Está claro que escopetas, jaulas y algunas herramientas son enseres de caza que muchos aficionados siguen usando, porque las mismas, por sus características y buenos materiales con los que se fabricaron, no es fácil que los destruya o deteriore el paso de los años, porque no se olvide que, antiguamente, se farbricaba todo el herramentaje con el fin de la duración, no para comprar otro a los "tres días", como ocurre hoy.

En eta línea, antes de empezar la temporada, limpiando y guardando algunos de los utensilios que suelo usar cuando salgo al campo, tuve en mis manos una sayuela con historia, pues, sin lugar a equivocarme, a fecha de hoy, debe tener sobre setenta u ochenta años. Por tanto, que un complemento cuquillero de este tipo, dure tanto no es una circunstancia normal.

Sobre la citada sayuela, funda, mantilla, cobija…, debo precisar que llegó a mi poder hace unos veinte años haciendo limpieza en la vivienda de la finca familiar, La Atalaya, en un rincón de una arcaica alacena.

Pertenecía a mi abuelo Vicente Lluch, que murió con noventa y cuatro años hace casi medio siglo. Por lo que, si él dejó de dar el puesto, diez años antes, seguramente se la confeccionarían hace ya, como he dicho anteriormente, sobre setenta años. Es decir, para un artículo textil perdigonero es una verdadera suerte que todavía se siga utilizando.

Eso sí, cuando la encontramos, una de las piezas que la conformaban, pues está fabricada con cuatro colores -miel, marrón, verde y negro-, estaba roída, se supone que de ratones. Debido a ello,  le cambié el correspondiente trozo, aunque no fue tarea fácil encontrar la célebre pana lisa con la que estaba hecha, pues ese tipo de tejido ya no se usa últimamente.

Para terminar tengo que decir que por cabezonería, capricho, superstición, manía…, esta reliquia pajaritera, a la cual cuido como “oro en paño”, solo le doy uso en las salidas al campo de los pollos que llegan a mi jaulero cada año, pues me sirve como amuleto para que los noveles, aunque no siempre, den un buen puesto. Con ello, consigo, además, que no se deteriore mucho, pues los años no pasan en balde ni para nadie, ni para nada de lo que usamos.

viernes, 7 de febrero de 2025

Y YA, AUNQUE PAREZCA QUE FUE AYER, HA PASADO MEDIA TEMPORADA


El tiempo corre que vuela. Y lo digo, porque, aunque sabemos que es cierto lo del título, parece que fue ayer cuando empezamos la temporada de reclamo 2025 y, casi sin darnos cuenta, en el día de hoy ya nos metemos en la segunda parte de la misma, pues entre pitos y flautas, han transcurrido 21 días desde el comienzo del periodo hábil en el Grupo 1 (18/01 al 28/02).

En estos veintiún días, hemos cazado el reclamo por Ciudad Real, Granada y varias fincas de Huelva y, aunque el ganado de monte, que es lo que hay en los acotados donde cazo está malo, como siempre, no nos podemos quejar, pues la máxima que siempre me acompaña es el disfrutar, circunstancia que se está cumpliendo. Y de camino, alguna que otra vez, se aprieta el gatillo, que tambien ha ocurrido. Las montesinas cantan poco y le cuesta entrar al reclamo, pero siempre hay algunas que están por labor y llegan a la plaza, no sin esfuerzos grandes de los que están en el pulpitillo. Al ganado autóctono, en condiciones normales, como no lo "toree" un buen reclamo, no hay premio.

De esta manera, en esta primera mitad de la temporada, como en cualquier casa de vecino, ha habido de todo: buenos y malos lances y, como no, pájaros que han cumplido y otros, aunque con toda nuestra ilusión depositada en ellos, han dado la “espantada”.  En una palabra, lo de siempre. Ni que decir tiene que, aunque no sean muchas veces, la entrada en plaza de los garbones montesinos valientes, siempre es una delicia poderla presenciar, aunque, desgraciadamente, haya que quitarlos de en medio, porque no queda otra.

En esta mitad que hoy se cumple, he cazado patirrojas autóctonas que, desgraciadamente, cada día están peores, pero es lo que hay y con ello tenemos que lidiar. Eso sí aunque en las fincas donde cazo no se suelta perdiz de granja, algun que otro ejemplar de repoblación aparece en plaza, pero es lo que hay, pues este ganado se mueve mucho y aparece por cualquier sitio aunque medie mucho trecho.

Y si hay algo de lo que me siento feliz y orgulloso no es otra cosa que mi sobrino-nieto Rubén me está acompañando a dar el puesto en la zona de Huelva, La Puebla y el Almendro, y empieza a sentirse pajaritero, pues esta afición engancha a quien la prueba. Dentro y fuera del aguardo, trato de transmitirle lo que sé y siento sobre nuestra ancestral forma de caza de la perdiz roja y por lo que palpo, empieza a sentir el gusanillo dentro de él, por lo que, en este caso, lo del relevo generacional creo que está asegurado.

Para terminar decir que en la segunda parte de la temporada, seguiremos por esta tierra, volveremos a Las Alpujarras y, como en años anteriores, echaremos unos días por Castilla la Mancha, Toledo. Y, por supuesto, intentaré disfrutar como hasta ahora lo he hecho, pues es lo que busco, máxime cuando ya voy cumpliendo mis añitos.

   Momentos en imágenes de estos veintiún días






jueves, 30 de enero de 2025

POR MUCHO CUIDADO QUE SE PONGA, LOS RECLAMOS SE SIGUEN ESCAPANDO DE LA JAULA

         

             Momento complicado si no se ponen los medios adecuados, tanto al colocar el reclamo, como al quitarlo.

      Ahora que estamos en plena caza de la perdiz con reclamo, no estaría mal que tomaramos todas las precauciones habidas y por haber para evitar lo que comento con estas líneas que vienen a contuinuacioón. Aun así, seguro que continuará ocurriendo.

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Si algo tengo claro es que no existe ningún pajaritero que no ponga el máximo empeño en adecuar las puertas de sus jaulas con un sinfín de arreglos e inventos/artilugios para evitar con ello que, en un momento determinado, una vez en el campo, se abra la “escotilla” de la jaula y nuestro reclamo se escape de la misma. Luego, a continuación, si ocurre tal incidencia, observamos apesadumbrados, como nuestro macho de jaula, tras varios aleteos estirando las patas y elevándose sobre ellas, nos diga adiós muy buenas. Y, lo que es peor, sin poder echarle mano. Máxime, si ya se tiene unos años y se está un poco torpón.

Sobre el tema no hay que extenderse mucho, porque el trasfondo de la historia lo conocemos todos de sobra, pero..., a veces, con todos los cuidados del mundo, esta desagradable situación ocurre, ha ocurrido y, por supuesto, ocurrirá. El porqué sucede, está claro: negligencia o falta de cuidado del pajaritero, aun sin quererlo.

Yendo a mi caso personal, hace unos años me costaba trabajo creer que se podía, en primer lugar, salir un pájaro de la jaula y, después, ni imaginar que, una vez escapado, se nos perdiera en el monte sin poder hacernos de nuevo con él. Todo ello, quizás porque, había tenido suerte pues, a decir verdad, solo se me había salido de la jaula, uno hace unos años que, por supuesto y con suerte, lo cogí en un periquete, puesto que, por aquellos entonces, la juventud me permitía ciertas licencias.

Sin embargo, hace dos temporadas, en la finca andevaleña La Solana de la Corte, de El Almendro, donde ya llevo como socio, cinco años, aunque puntualmente he cazado en la misma hace bastante tiempo, el Utrera, un buen reclamo montesino, alicortado en una cacería y regalo de unos de los socios de la finca La Utrera, de Tharsis, Huelva, al quitarlo del repostero, una vez acabado el puesto de sol, se abrió la puerta porque no tenía bien cerrados los ganchillos de la misma y saltó de ella en busca de una libertad de la que llevaba privado hacía ya tres años. Rápidamente, aunque intenté cogerlo, mis años y lo delicado de mis rodillas me lo impidieron y, aunque insistí, una y otra vez en hacerme con él, fue imposible, ya que, al final, se perdió entre las muchas piedras y el monte del terreno y me dejó con un buen sofocón en el cuerpo. Una pena, porque era un pajaro de primer nivel, pero la vida es así.

Está claro que, el haber estado libre de tal contratiempo, durante bastante tiempo, hacía que no me preocupara mucho del tema, por lo que debido a ello, tuve mi “premio”. Hoy día, viendo lo ocurrido aquel día, le pongo, cuando salgo al csmpo, unas bridas a las jaulas de puertas giratorias o, a las de guillotina, le incorporo una especie de gancho que hace que la puerta sea muy difícil que se suba y, de esta forma, escaparse el inquilino de la misma.

Para finalizar, aunque a mí nunca me ha ocurrido, sé por compañeros que, cuando los cordelillos del asiento de las jaulas están deteriorados o vencidos por el tiempo, se pueden romper y, si no lleva esterilla la jaula, puede escaparse por dicho lugar el reclamo de turno, como le ocurrió un buen día al amigo Miguel del Rey, de Albacete, hace ya unos años. Lance relatado en el libro Caza de la perdiz con reclamo. Anécdotas y lances curiosos, en la página noventa y tres, bajo el título Un buen disgusto.

Y, como siempre, “Doctores tiene la Iglesia”. Yo…, por mi parte, ya he dado mi “homilía”.


viernes, 17 de enero de 2025

EMPEZAMOS LA TEMPORADA DE RECLAMO 2025

             


Como en años anteriores, me he trasladado a La Alameda, Ciudad Real, para dar comienzo a la temporada 2025 de reclamo en la finca Herraderos, precioso acotado de caza mayor y que, desde hace años, el buen amigo jiennense José Luis Gómez Ruiz lleva la gestión de la caza del reclamo de perdiz y que ha tenido, como otras veces, la deferencia de invitarme a echar unos días de reclamo en dicho acotado.

La finca enclavada en dicha pedanía de la localidad de Villanueva de San Carlos es una auténtica joya para la caza de la perdiz con reclamo, pues en su encinar/chaparral y monte bajo, aparte de venaos y muflones, base de su aprovechamiento cinegético, la perdiz autóctona sigue con poblaciones más que aceptables, aunque son ejemplares “duros de pelar” y no es fácil que entren en plaza a no ser que se tengan en los colgaderos reclamos que den la talla, pues hay machacos y hembras que lo han visto todo y que se las saben todas.

Ciervas en la cercanía de la vivienda

Ni que decir tiene que, por estas fechas, como en otros rincones de la zona centro de España, el frío es el acompañante cotidiano, principalmente, en los amanecer, pues los normal es que en los puesto de sol, eso sin temprano, se esté por debajo de 0ºC. Pero, como es lo que hay, con la ilusión del comienzo de una nueva temporada y con buena ropa de abrigo, todo es más fácil, máxime si las montesina ayudan con sus cánticos y de vez en cuando se tiene suerte de abatir alguna patirroja manchega.

Además, el trato de los hermanos Gómez, Fernando y José Luis es de lo más exquisito del mundo, por lo que ello, unido a la comodidad de la vivienda y las buenas viandas que llegan a la mesa hacen de este precioso rincón un lugar encantador, que es lo se pide cuando vamos a echar unos días de perdigón. Es más, como se suele estar entre amigos y conocidos, la cordialidad, las bromas y las buenas charlas pajariteras hacen que la estancia allí sea un verdadero placer. Así, en estos tres días, hemos compartido convivencia, aparte de los hermanos Gómez, Juan Miguel  Grueso y la pareja formada por Dámaso y Carnie, más Pepe el guarda de la finca y todo ha transcurrido en un ambiente fenomenal.

Mesa y charla nunca debe faltar cazando el reclamo

En cuanto a lo puramente pajaritero, decir que el tiempo ha acompañado poco, pues el intenso frío, sobre 5ºC bajo cero por las mañanas ha hecho que el campo no haya acompañado mucho, pero, a pesar de ello, algo se ha hecho. Por tanto, el no venirse de vacío, aunque lo que se busca a es disfrutar, siempre gusta. Así, varios puestos han sido bastante buenos y la mayoría de los reclamos, con alguna excepción, han dado el do de pecho en condiciones duras, puesto que,  unido  al temporal de frío, el pelear con ganao autóctono de sierra no es fácil.


Un precioso colgadero y un buen machaco abatido

Así que, para finalizar, tengo que decir que estas tres jornadas, para empezar la temporada, han sido una maravilla, por la agradable convivencia y por disfrutar del hermoso paisaje y de muy buenos lances, circunstancias que es lo que se busca cuando salimos unos días a cazar el reclamo.

martes, 7 de enero de 2025

EL VINILLO DE LA TIERRA Y LA CAZA CON RECLAMO DE PERDIZ

 

Ahora que han pasado las Fiestas Navideñas y ya  estamos casi metidos en “faena”, pues pronto estaremos dentro del aguardo y nuestros reclamos en el repostero, el vino, un acompañante tradicional de la mesa y de las charlas en cualquier momento de encuentro entre amigos, no puedo dejarlo atrás en mis artículos, pues forma parte de la convivencia y vida de los pajariteros. Por lo tanto, vayan estas líneas sobre nuestro milenario producto extraído de los viñedos españoles.

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Aun con excepciones, que las hay, como en cualquier faceta de la vida, la caza de la perdiz con reclamo, desde siempre, ha estado íntimamente ligada a los vinos de la tierra (andaluces, extremeños, murcianos, manchegos, riojanos, aragoneses…), aunque siempre haya habido otras bebidas como “complemento”. Sin embargo, aparte de la mucha variedad de nuestros “caldos”, creo que el vino blanco, mosto/vino joven del año o tinto, desde los albores de esta modalidad cinegética, siempre han tenido un hueco en las despensas de los cortijos, cuando en las tradicionales expediciones para cazar el reclamo, la garrafa de arroba o de media arroba de vino, fuere el que fuere el tipo, no podía faltar. Por supuesto, no hablo de las célebres marcas de riojas o riberas, no. Hablo del vino corriente elaborado artesanalmente en muchas poblaciones de nuestra geografía nacional. Vinos que saben a gloria y, si es hablando del reclamo de perdiz, a mucho más.

A nadie se le escapa que, además de la copita de anís, ponche, aguardiente o coñac… de por las mañanas, antes del puesto, algún que otro cubata de ginebra, ron o whisky… por la tarde/noche y aparte de la tradicional cerveza, el beber vino lugareño siempre ha sido un rito muy arraigado entre los colgadores y al que muy pocos le hemos “vuelto la espalda”.

Efectivamente, nuestro ancestral vasito de vino, una vez terminado el puesto de sol, hasta que llega la hora del almuerzo y después del puesto de tarde, antes de cenar -si se pernocta en los cortijos-, ha sido, ancestralmente, un acompañamiento idóneo en las distendidas charlas pajariteras que, alrededor de una buena lumbre en las chimeneas de los cortijos, nunca faltaron. Por tanto, una buena faena de un reclamo novel, la valentía y arrojo de un montesino que entra en plaza con las alas a rastras, la suspicacia de una hembrilla resabiada, la “mocholada” de un “cantamañanas”, la infinidad de anécdotas por las que se pasa en los colgaderos…, desde siempre han supuesto material más que suficiente para el célebre: “echa otra copa”. Por supuesto, contando siempre que, muchos perdigoneros, al no beber alcohol, por circunstancias varias -que también los hay-, no hayan tenido nunca la posibilidad de percibir en sus carnes el formidable subidón de ánimo que produce unos sorbos de un buen vino español, en este caso, acompañando las charlas reclamistas de amigos y conocidos y, por supuesto, como complemento un buen picoteo de chacinas de la zona como chorizo, morcilla, morcón, jamón, salchichón…

Hasta aquí, todo formidable. Pero no olvidemos que, tradicionalmente, mientras la olla, caldero o perol hierven en la candela o en la hornilla, para llevar a la mesa buenos guisados de la fenomenal y variada cocina española, los compañeros de cotos, alrededor de la reconfortante y acogedora chimenea, comparten sabrosas e interesantes historias sobre buenos y malos lances, todo ello con buen humor y, como no, nunca falta algún que otro vinillo lugareño. Lo que ocurre es que, más de una vez, con lo más que conocido: unos van y otros vienen, yo brindo por ti y tú brindas por mí …, la situación se complica, pues entre risas, chascarrillos, curiosas anécdotas y alguna que otra mentirijilla cuquillera, comienza a subir el célebre “calorcillo” que siempre acompaña al “cristal”.

Más tarde, ya sabemos que cada persona es un mundo en estos casos, pero no será la primera vez que, cuando se llega al colgadero para dar el puesto de tarde, la situación está un poco pasada de rosca. Debido a ello, tras colocar al reclamo en el pulpitillo, algunas veces con cierto trajín y una vez acomodados en el aguardo, no falta la modorra y, como no, unos ronquidos acompañando a una “buena siesta”.

En fin, para finalizar, solo decir que, el tollo o aguardo, -el confesionario cuquillero-, siempre ha sido, es y será notario de, aparte de muchos lances pajariteros de todos los estilos, de otras curiosas situaciones. Por todo ello, si pudieran contar lo que han vivido, más de uno y más de dos nos llevaríamos las manos a la cabeza. De hecho, hace ya muchos años, sobre los ochenta, tras copiosa caldereta de cordero y charla con los compañeros de coto, todo ello acompañado de buenos vasos de mosto de Gibraleón en una finca de Cabezas Rubias, Huelva, luego, una vez en el colgadero para dar el puesto de tarde, me quedé dormido en el aguardo. Es más, en una de las cabezadas, salimos rodando portátil y yo, a la vez que una pareja que, sabe Dios cuánto llevaría en plaza, salió pichoteando con el consiguiente enfado de el de Manué, al que no le gustó mi faenita, circunstancia que demostró con su continuo rajeo/saseo y algún que otro botecito con anterioridad a ponerle la sayuela. Esta anécdota está recogida en las páginas 91 y 92 de mi manual Historias desde el colgadero en su tercera edición.

Y, como siempre, “Doctores tiene la Iglesia”. Yo…, por mi parte, ya he dado mi “homilía”.