Antes que nada, decir que el tema de los pollos y el número de puestos que se le deban dar es muy complicado, porque cada uno lo ve desde un prisma distinto, como otras tantas cosas de nuestra ancestral afición. Por tanto, partiendo de la base del tan utilizado: "cada maestrillo tiene su librillo", lo que para uno es de una forma, para otro es de otra y, además, con razones muy respetables, tanto la de uno como la del otro. Así, esto que viene a continuación es lo que yo pienso de lo que se debe hacer con los noveles, en lo referente a sus salidas al campo.
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Para comenzar, decir que casi todos habremos escuchado algún vez el célebre dicho o refrán -aunque con alguna variante según persona y zona-, relativo a los reclamos de perdiz que dice lo siguiente: “el primer año, para cuidarlos/probarlos; el segundo, para enseñarlos y el tercero, para cazarlos”. Dicho o frase que, como todos, se basa en experiencias de muchos años y, se supone, que de numerosas personas. Sin embargo, aunque puedo “meter la pata hasta el corvejón”, creo que, por esta vez, falla . No en su totalidad, pero sí en parte, pues opino que no se ajusta a la realidad del día a día pajaritero. Por supuesto, dejando muy claro que lo que voy a exponer es una opinión personal basada en mi experiencia y, como tal, puede no ser válida, aunque sí respetable, como puede serlo cualquier otra.
Lo primero que diría es que en nuestra modalidad cinegética y en lo referente a nuestros reclamos, lo fundamental que debemos de tener como punto de partida es el conocido “hay que saber con los bueyes con los que se ara”, máxima incontestable. Y es así porque, si no se conoce lo que se tiene en el jaulero, difícilmente se podrá actuar con ellos, con las mínimas garantías en cualquier situación que se nos presente.
Es obvio que a todo animal de los que nos
rodea, hay que ponerle a su servicio, en sus primeros periodos de la vida, una
serie cuidados y atenciones para, con ello, facilitarle el desarrollo de todas
las capacidades que atesora. De lo contrario, si en sus primeras estapas, no se
le ofrece todo lo mejor, es posible que no llegue a “explotar”, como se
desearía. Así, en la alimentación, limpieza, alojamiento, buen trato…, debe de
disponer de lo más apropiado en cada momento de su crecimiento.
Ahora bien, si tenemos claro que el trato por
nuestra parte debe ser el más exquisito, también es verdad que las
singularidades de cada ejemplar marcarán el devenir de su vida. De hecho, nunca
recorrerán el mismo camino, en este caso, dos reclamos, aun ofreciéndole por
nuestra parte las mismas condiciones a ambos.
También pienso que, en ocasiones, el exceso de
lentitud por nuestra parte, puede terminar por coartar el desarrollo particular
de cada perdigón. Consiguientemente, cualquier faceta de la vida de un macho de
perdiz es inherente al mismo, pero nunca comparable con la de otro, sea cual
sea la edad que tengan. Por lo que, de esta manera, nunca se pueden poner
plazos fijos en el devenir de su vida. Cada uno “circula” a una velocidad y, si
somos, medianamente entendidos, nunca debemos romperle el ritmo de la misma o,
lo que es lo mismo, nunca ponerles fechas etiquetadas por muchos refranes o
personas que lo digan. Así cada novel
irá marcando el compás que necesita para llegar a ser un buen reclamo. Unos
maduraran durante el primer año y otros a los dos, pues pienso que quien no de
la cara como Dios manda, al final del segundo celo…, puertaaa. Esperar más es
perder como dice el refrán: “tiempo, dinero y perdices para el puchero”.
Ni que decir tiene que todos sabemos que, en el
primer año, no se debe de abusar de los pollos, pero ellos nos irán diciendo lo
que necesitan y, si hay que tirarle caza, porque te lo pide, se le tira. Luego, tras los inicios del segundo, puestos
a ellos. Por lo tanto, vuelvo a repetir, aun pudiendo estar equivocado, no hay
que esperar al tercer año para cazar a un reclamo, siempre que se le vea
futuro. Los mochuelos, a los cien años, seguirán siendo mochuelos. Y el que va
servir, desde el primer día nos dice hasta dónde puede llegar.
De todas formas no podemos olvidar que en este
tema hay una gran diferencia entre el pájaro autóctono y el de granja, pues
cada uno se mueve por parámetros distintas. Así, a nadie se le escapa que el
perdigón criado en cautividad, por una serie de circunstancias, que no son
motivo de este artículo, desde el primer día hace cosas que difícilmente lo
hará el de monte. Aun así, sea uno u otro, en el fondo, cada pájaro de jaula te
va indicando que se debe hacer con él, y lo que no puede ser es que nos
empeñemos en conseguir lo que un determinado ejemplar no nos puede dar o, por
el contrario, seguir actuando por patrones fijos en el día a día de un
determinado aspirante a reclamo. Por tal motivo, eso de en el primer…., en
el segundo…. y en el tercero…, sí, pero no. Hay que poner atención máxima,
pero dejando que cada reclamo camine solo. Si le marcamos el paso nosotros, malooo. Esto del
reclamo, por poner un ejemplo, siempre desde mi opinión particular, sería como
conducir un coche, pero al revés. La velocidad, en este caso, independientemente,
de las diferentes señales de tráfico, la marca el coche, en este caso el reclamo, no el conductor.
Y, como siempre, “Doctores tiene la
Iglesia”. Yo…, por mi parte, ya he dado la "homilía".
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PD. Por favor, si se escriben comentarios al artículo desde el apartado de Anónimo, pongan al final del texto escrito nombre y apellidos. Si no es así, aunque a veces sea una pena, no se publicará lo expuesto.
Correcto, José Antonio, cada pájaro es un mundo y lo que vale para uno, hace mal al otro. Depende del coto donde colguemos, de si es de granja o campo y de las condiciones del pollo sin hablar de las condiciones del día, es decir hay que cuidarlos. Sin entender mucho, siempre los he probado en días sin viento y al alba, de tener condiciones, lo detectado enseguida. No abusar, también es bueno, por mucho que el pollo en cuestión, nos ilusione.
ResponderEliminarSaludos.
Manuel Romero Valcarcel.
Yo pienso que los pollos hay que sacarlos en el primer año osea granja como campo el primer año me dice mucho las primeras salidas.Yo todo mis pájaros que me marcha a todos le e tirado en el primer celo.Un saludo compañeros.Manel. Sojo
ResponderEliminarJosé Antonio atentamente he leído reflexión, y he de reconocer que tiene un sentido común y real todo lo que expones, los dichos son tan ficticios que pocos hacemos caso de los mismos, tu opinión es actual, no de ahora sino de toda la historia de nuestro Arte.
ResponderEliminarEn el tema que expones estoy totalmente de acuerdo contigo, los conocimientos de un verdadero cuquillero le dirá como y cuando debe de salir un pollo al campo, todo lo demás es seguir haciendo historia con creencias y dichos en las conversaciones de aquello que tú has contado... has aclarado algo que muchos hacemos, pero que también otros muchos siguen dudando si las viejas historias hay que cumplirlas al pié de la letra...un saludo.
José Maria Murcia Iniesta.
Sr. Iniesta. Solo decirte que gracias por acercarte a este humilde rincón particular que solo tiene el objetivo de poner un granito más de arena por nuestra afición y aprender.
EliminarBuenas tardes compañeros, yo suelo sacar siempre los pollos si estos presentan síntomas de celo, porque el que no este encelado es tontería sacarlo, si no sale cantando no es mucho el problema para mí, pero si el campo canta y no lé contesta ó empieza a bregar ló mejor es no sacarlo más y lé doy otra oportunidad más adelante y si sé comporta igual lé doy puerta ya que sí lo dejo para segundo en un 90% va hacer igual que de pollo. Siempre hay que sacar los pollos bien encelados.
ResponderEliminarEmilio López Pintor
Amigo José Antonio. He vivido a tu lado muchos buenos y malos puestos, pero me quedo con "Chimenea". Un pollo que no tuvo que esperar para saber lo que era. No se mucho del tema, pero sí he aprendido que el vale da la cara, aun de pollo. Saludos Emio López Romero.
ResponderEliminarA todos, gracias por participar, aunque haya comentarios que no van a ver la luz porque hay quienes van de coña y famenqueo y, para ellos, no hay cabida. Catorce años no es para ninguneo, maxime de tapaíllo, sin dar la cara.
ResponderEliminarEl artículo lo deja claro y lo certificáis: cada pájaro un mundo y cada pajaritero otro. Por supuesto, todo respetable. Pero me reafirmo, la velocidad de salir al campo no la marca el pajaritero, la marca el coche, el pájaro. Por tanto, hay que conocer lo que se tiene en el jaulero para no quitarle velocidad.
Saludos.
Un cordial saludo.
Buen articulo!
ResponderEliminarHay partes que desde mi punto de vista,que tendriamos que detallar ,obviamente tampoco mi opinión es o no la correcta, partiendo que un pollo debe de ganarse su hueco en el jaulero demostrando que tiene ganas de quedarse ,yo soy de los que si de pollo me han demostrado su valía, en el 2 celo no los desecho y el 3 celo deben de consagrarse o por el contrario abandonar el jaulero ,pero esto es una manera personal y cada uno según le funcione estoy seguro que procederá en los seguidores años
De todos modos como dije buen articulo .
RAMON FALCON SANCHEZ
B dias y gracias a Ramón por participar en el blog.
ResponderEliminarDecirle que todo es mejorable y ampliable y, por supuesto, el artículo. Lo que pasa que, a veces, para no ser un ladrillazo se acortan cuestiones que pòsiblemente sean importantes. Pero, como dije en su día, estas falta u omisiones, desde los cometarios, se pueden completar para, entre todos, dar una visión más exacta del tema que nos trae.
Saludos.
Buenas tardes José Antonio.
ResponderEliminarEn este artículo habrá muchas opciones. A mí no me gustaba sacar los pollos en el primer celo, pues yo siempre los he sacado en el segundo o tercer celo, cuando el pollo ya está bien cuándo, que cuándo rompa a cantar en el campo y si tiene suerte y le entra a guna campera que se sienta con poder.
Mi opinión es que si es un pollo del año y está un poco flojo, no se puede con las del campo y ya decimos este pollo no vale Y no es que no vale, es que es muy nuevo para una pelea.
Y sobre el número de puesto, le hago el primer puesto y le veo las cualidades, le doy todo lo que puedo en la temporada, ósea un día sí y otro no.
Y algunas veces dos puestos seguidos, alguno dirán que estoy loco.
El pájaro es como los perros contra más veces salgan al campo más se aficionan a la cacería.
Yo el último pollo que hice, lo saqué con dos celo y esa temporada le tire 20 pájaros a él solo,
Yo no era aficiona de tener mucho pájaro, dos o tres para cazar y un par de pollos para las próximas temporadas.
Cuando tienes muchos pájaros no los puedes probar en condiciones y no se le da los puestos que hay que darle, y se quitan pájaros sin saber lo que son.
Antonio Alcón
Estimado Antonio.
EliminarAun partiendo de la base que cada pájaro es un mundo y no todos maduran al mismo ritmo, el pájaro que va a servir, casi desde el primer puesto te lo dice, por eso, retrasar en el tiempo la salida al campo de los noveles, siempre que se les vea la punta, con todos mis respetos, es coartarle sus posibilidades. Incluso diría que, si entra un machaco de monte con espolones corridos, que puede ser el miedo del pajaritero, seguro que el pollo se las arreglará para salir airoso del lance, aun casi sin tener espolones y cante no muy poderoso.
Por supuesto el abuso es mal consejero.
Saludos y gracias por participar.
Buenos días. He leído su escrito y me parece correcto pero la mayoría de los cazadores queremos máquinas y a veces no pensamos que son animales. Yo estoy contigo.
ResponderEliminarJosé Perez Conchillo.