viernes, 14 de septiembre de 2012

LAS HUELLAS DE LA SEQUÍA.


          Es indudable que todos los finales de verano y bastantes principios de otoño, al menos por la mayoría de las zonas andaluzas y de otras del conjunto de nuestra España, nos muestran los muchos estragos que causan los rigores del verano. Cosa, obviamente, de lo más normal del mundo. Sin embargo cuando varios años seguidos son poco lluviosos o muy secos como ha ocurrido en los dos últimos, nuestras tierras se transforman en auténticos eriales. Debido a ello, charcas, pantanos de mediana capacidad y riachuelos terminan secos como el esparto por estas fechas. Ello significa que quien tenía estas aguas como lugar de abastecimiento, se las tendrá que ingeniar, a partir de ahora, para conseguir el vital elemento de los sitios más insospechados y, máxime, cuando han estado acostumbrados a conseguirla sin muchos esfuerzos.   

         Nuestro coto "La Dehesa", de Puebla de Guzmán, no se escapa a dichas contrariedades. De hecho, como se puede apreciar en las tres imágenes siguientes, pertenecientes a los pantanos de la finca, uno -rodeado de rastrojo de trigo que, al final, no se ha recolectado porque estaba mal- conserva una poca de agua, pero con las ovejas que hay no le durará mucho. Los otros dos, resecos desde hace semanas.




        Menos mal que gran parte de la finca está rodeada por la rivera Cobica  que va  a parar al gran pantano del Andévalo, y aunque ahora no corre, varios veneros/manantiales que tiene en su curso sirven para que nuestras perdices, liebres, conejos... y el ganado de la finca, cuando se seque el pantano que queda con agua, encuentren el vital elemento.


      

 La comida que tampoco abunda, más bien es muy escasa, la pueden encontrar en los 18 comederos vallados que tenemos con grano todo el año y en las semillas que quedan donde le echan paja a las ovejas. De todas formas, a partir de ahora y hasta la veda general, en nuestros comederos le ponemos alfalfa seca para las liebres y conejos.


1 comentario:

  1. Las imágenes se asemejan a las praderas de Norte América, creo que a este paso nos vemos bailando la danza de la lluvia...

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