miércoles, 24 de abril de 2024

RECLAMOS QUE, SIN SER FENÓMENOS, SIEMPRE SE RECUERDAN


                          Imagen de Manchego, un reclamo que da el avío

Echando la vista atrás, consultando mis anotaciones sobre la caza del reclamo y haciendo un ejercicio de memoria, intentaré recordar a aquellos reclamos que, bajo mi personal opinión, fueron de un nivel más que aceptable, aparte de los que vi cuando era niño, acompañando a mis mayores, dígase Facultades o El “Ajumao”. Así, sobre mil novecientos setenta y seis, una vez que acabé mis estudios, hice la “mili” y las oposiciones a Funcionario del Estado, me establecí en el mundo laboral y dí comienzo a mi independencia económica, pude buscar acotados donde poner en práctica la afición que empezó en mí mucho antes, pues en la infancia y niñez, ya me metía en el puesto con familiares cercanos y con unos años más ya hice mis primeros pinitos con el reclamo.

Consiguientemente, desde aquellos años hasta la fecha de hoy -casi cincuenta años-, han pasado por mis manos cientos de machos de perdiz. Y aunque, como suele ocurrir, la mayoría han sido más bien mochueletes, también, ha habido reclamos, con los cuales he disfrutado de lo lindo, aunque siempre he tenido claro que, con solo salir al campo a dar el puesto, ya supone un auténtico gozo. Por supuesto, han sido pocos los de valía, pues no entiendo que un pajaritero diga, en un momento determinado, que tiene ocho o diez máquinas o fenómenos, cuando, incluso, dar con un pajarete “mediacuchara”, no es tarea fácil, siempre que la valoración sea totalmente objetiva. Es más, en la valoración influye mucho el tipo de perdiz que haya en el campo donde se cace, puesto que ello marca las diferencias de la calidad  de los del pulpitillo.

Tan es así que, en estas casi cinco décadas, solo dos, como he relatado en numerosas ocasiones y en escritos varios, el de Manué y Chimenea, he podido etiquetarlos de reclamos de primer nivel o punteros, como se les suele llamar. El resto, dentro de los que han dado o dan el avío, han sido o son en la actualidad reclamos que me han hecho pasarlo bien dando el puesto con ellos, pero que nunca se le podría colgar el cartelito de fenómenos, Dios me libre de ello.

Los dos citados, fueron en su momento lo máximo, aunque nunca fueron pájaros que aceptaron las carantoñas, sino que, al contrario,  siempre guardaron, sin ser bravos, las distancias conmigo o con amigos y conocidos que se les acercaban.

Pues…, además de estos dos grandes reclamos, por orden cronológico, debo citar a los siguientes, porque todos ellos, cada uno a su estilo, pues no hay dos iguales, supieron ganarse el apelativo de pajaretes que dan el avío:

1.- Castelar, llamado así por el protagonista del  libro Historia de un reclamo, o el de Burgos, como lo nombraba indistintamente, era un reclamo procedente de los primeros machos de la célebre granja de Altube  y que cuando lo adquirí, sobre 1977/78, era el único que quedaba en un negocio del ramo. Por lo tanto, más que escogido. Aun así, fue un pájaros muy trabajador y excelente con las hembras. Murió pronto, con cuatro años y, por tal motivo, nunca supe cual hubiera sido su techo. Pero en ese tiempo, en el repostero, fue un pájaro más que aceptable y con gran variedad de recursos entre los que destacaba un cante de mayor como los ángeles.

2.- El Picocho. Pájaro que compré al abuelo de un alumno, por aquellos entonces -sobre 1980- por un dinero aceptable, pero que me desprendí de él al año siguiente porque tenía la manía de tomar “copas”, costumbre por la que nunca he pasado. Sin embargo, en manos de su posterior dueño, fue un auténtico pájaro de primer nivel al que le tiró muchísimas patirrojas, cuando la granja todavía no había llegado a muchos sitios. Es decir otro pájaro de bandera que duró doce años.

3.- Gitano. Este reclamo fue uno de tantos que lo tiene uno un poco arrinconado y sin mirar mucho para él. De hecho, fue una gran y grata sorpresa el día que debutó en el campo, sobre el año 1999/01 pues el puestazo que me dio nunca me lo pude imaginar. A partir de ahí, por su constancia en el trabajo, se le podían dar dos puestos seguido, cosa que hice más de una vez. No lo tuve mucho tiempo, porque al quinto año no había quien le tirara una campera, pues el mítico Sansón y él eran la misma persona, lo que me aclaró que quien me lo cedió no me dijo que era un pájaro de granja.

Aun así, en los tres años que estuvo conmigo, dio puestos que, hoy, bastante tiempo después, todavía los recuerdos. Terminé regalándolo, pues había forma de que metiera una patirroja en plaza de fuerte que se puso, puesto que a final del cuarto celo, cuando escuchaba a las montesinas no cabía en la jaula.  Y de esta forma, las camperas de entonces no querían saber nada d él. Aun así, los tres años anteriores era un pájaro segurísimo y no fallaba en ningún puesto.

4.- El Correa. Reclamo con dicho nombre porque lo cambié de pollo, sobre el año 2000, por una correa que le hice a quien lo tenía.

Fue un reclamo muy bueno hasta los seis años, pero luego se puso fuerte de recibo y lo regalé a un amigo, al que le siguió ofreciendo muy buenos puestos, pero dándole tierra y soltándolo cada dos por tres para que se bajaran los “humos” y se suavizara.

5.- D. Benito. Muy buen pájaro y de los pocos por los pagué un buen “pico” de por aquellos entonces -2004-, pues andaba, por distintas circunstancias, flojo de reclamos, aunque a decir verdad, quien me lo vendió -el amigo Benito de Paymogo-, no sabía lo que vendía, dada la relación calidad/precio.

Llegó a mis manos con dos celos y en los tres años que lo tuve, pues se me asfixió en un lamentable descuido, fue un pájaro excepcional con recursos variadísimos, incluyendo titeo y cloqueo, además de un  trabajo incansable.

Después de mis dos mejores reclamos, este ocuparía el tercer lugar.

7.- Guerrilla. Regalo de un buen amigo y nacido en cautividad en una finca onubense del mismo nombre en el año 2005.

Pájaro de jaula bastante aceptable en todo sus actuaciones y con un trabajo incansable, lo que hizo que, aun siendo un poco bastorro, se le abatieran muchas patirrojas, aunque estuvieran malas. Murió con nueve celos y en pocos puestos falló.

6.- El Alpujarreño. Pájaro nacido en cautividad y que llegó a mis manos sobre 2011, regalo del amigo Leopoldo Soto, de Válor.

Reclamo con una música bastante buena y excepcional con las hembras. Seguro en donde los haya y muy trabajador. Murió con  diez años y en pocos puestos defraudó.

7.- Ariza. Pájaro regalo de Pepe Ariza en 2012 y otro excepcional pájaro de la granja que regenta en Granada.

Como muchos de los machos de jaula con buena pinta, murió pronto de un bote en el cajón de muda, al asustarse un día de una perra de mi hijo, pero en los años que estuvo conmigo, cuatro temporadas, daba gusto verlo trabajar y recibir, pues era como su “hermano” Chimenea,  ya que daba la bienvenida a las camperas como él, tieso como una vela y cuchicheando suavemente.

8.- Ronquillo. Otro gran reclamo de granja que llegó a mis manos en 2015, ya con dos celos y que me acompañó durante siete temporadas. Murió a consecuencia de una intervención de callos plantares.

Conjuntamente con Chimenea, Castelar y el Alpujarreño, ha sido el pájaro más pendenciero para las hembras, a las que las hacía entrar en plaza con un facilidad pasmosa, pues aparte de trabajador, tenía un reclamo espectacular, un pie suavísimo y era muy fino recibiendo.

9.- Manchego. Pájaro adquirido de pollo de forma simbólica a un amigo y dueño de una finca de caza mayor de la provincia de Ciudad Real.

El año próximo cazará su séptimo celo y su mayor virtud es que, sin ser muy trabajador, ni tener una celestial música, tiene ese ”algo” que engatusa a las patirrojas camperas, tanto machos, como hembras.

Su gran problema es que, si no se mueve el campo, echa su buen rato y, a continuación, cierra el pico y, a no ser que aprecie que puede haber éxito, se embola y mutis. Ahora bien, con patirrojas normales, sabe de qué va el asunto y da unos puestos para no olvidar, pues es una bendición escucharlo alternar los diferentes cantos.

10.- Viñas. Reclamo de una granja salamantina que la próxima temporada cazará cuatro celos. Es regalo de mi hija y lo compramos en una tienda de animales del Viso del Alcor, en una visita médica a Sevilla.

 No tiene un cante de mayor que sobresalga, solo aceptable, pero titea a machos y hembras y desde que se pone hasta que se quita del matojo, da el callo al máximo y recibe cuchicheando muy suave picando el suelo. Al igual que Chimenea, desde el primer puesto se le tiró caza porque algo debe de tener, pues el campo le entra sin dar mucho la lata. Si no viene a menos, llegará a ser un ejemplar para recordar muchos años

Para finalizar decir que con este último reclamo citado, cierro este resumen dedicado a los machos de jaula que han dado o dan el avío en mi trayectoria con la jaula a cuestas, aunque ha habido otros que también han pasado por mis manos y se le ha tirado caza. Pero estos diez, por sus características específicas, han sido especiales. Como se verá, en cincuenta años, que no son pocos, diez pajaretes de avío no es mucho, sin embargo, poseer en cada momento varios figuras -en caso muy puntuales puede ocurrir-, como dicen tener muchos aficionados en el día a día, sí cuesta trabajo creerlo, si se es objetivo y serio en la valoración de los mismos.


viernes, 19 de abril de 2024

ESCOPETA INDIAN, UNA JOYA DE LA INDUSTRIA ARMERA ESPAÑOLA

 


              Imagen de la escopeta abierta y plegada

Hace ya unos años, llegó a mis manos esta pequeña gran escopeta del calibre 24 y monocañón, fabricada en España sobre finales del mil ochocientos o principios del mil novecientos. Y según mis conocimientos, por las muchas consultas realizadas, se hicieron un número muy restringido de las mismas, por lo que, incluso los armeros las han visto poco. Así que no digamos del cazador de a pie.

Esta preciosa escopeta, con muy buenos aceros, es compacta y fuerte, de poco peso, más bien corta -65 de cañón y un largo de 108 cm-, plegable, con tres estrellas y con una curiosa forma de cierre.



Cuatro tomas de algunas características del arma

 Por ello, al ser de reducido tamaño de cañón y con un choque abierto, al utilizarla para el puesto de reclamo, el repostero no debe situarse a más de 15 m/pasos, pues si lo alejamos más, a veces, tras el disparo, deja aleteando a las camperas, circunstancia que no gusta a nadie y, a algunos reclamos, mucho menos.

También tengo que decir que, al pesar poco y ser muy ligera, suele dar culatazos en la cara. Por ello, no he tenido más remedui que hacerle y colocarle una carrillera con foam/espuma para, con ello, mitigar los buenos “tortazos” en el rostro. Es más, por dicho motivo, a la hora de disparar, hay que apoyársela muy bien en el hombro y, de esta forma, evitar lo anteriormente dicho.

En principio, con todo lo expuesto sobre las características de la escopeta, debería darle poco uso, pero debo decir que va muy bien para cazar el reclamo en Las Alpujarras granadinas, donde estoy como socio de un coto, pues en dichos parajes, los tantos o pulpitillos de piedras suelen estar bastante cerca del aguardo por lo que, con escopetas de más calibre y menos estrellas, se destrozaría mucho la caza. Igualmente, la suelo utilizar en cualquier otro lugar cuando, por las características del terreno, los matojos haya que situarlos cerca.

Además, existe un problema añadido: los cartuchos. No hay muchos fabricados a nivel nacional y los que se venden en el mercado suelen ser de no mucha carga, situación que ayuda a no dejar secas a las patirrojas. Por tanto, hay que traerlos de otros países en donde este calibre es más usual, por ejemplo Italia.

De todas formas, dado el cariño que le tengo, sus peculiares y curiosas características, su belleza y sus añitos, aun teniendo muchos enamorados que estarían dispuestos a poner encima de la mesa  el "taco", ahí está para las generaciones familiares venideras, ya que se encuentra, aun con los años que tiene -más de un siglo-, en un envidiable estado de "salud" en cuanto a estética y funcionamiento. Señal inéquivoca de que los materiales de fabricación utilizados debieron ser de muy primerísima calidad, como se hacia antes en cualquier instrumento que veía la luz.

Para terminar, solo apuntar que con la escopeta reseñada y con una de marca Mundial, del calibre 28 y tambien con sus añitos, cazo el perdigón en estos momentos, pues pocas veces he utilizado paralelas y, mucho menos, de calibres grandes.

viernes, 12 de abril de 2024

VOLVEMOS AL PALEOLÍTICO

Hoy, en el apartado de colaboraciones, traigo el último artículo que José Ignacio Ñudi Marianas publica en su blog: El tío Calañas, del Club de Caza.

Sobre el autor, de Huelva, pero con profundas raíces calañesas, decir de forma muy objetiva que, aparte de ser un gran y empedernido cazador en todas las modalidades, excepto en el reclamo de perdiz, es un periodista de fuste -director de la revista TROFEO CAZA en su momento-, porque lo que se lleva dentro nunca se pierde, pero que, por motivos de salud, tuvo que dejar la profesión, como se decía antes, en sus años mozos.

No obstante, el amigo José Ignacio, sigue al pie del cañón y, aun con problemas físicos de envergadura, caza y “pluma” las sigue llevando “palante”, porque ambas actividades forman parte de su vida.

Para finalizar, decir que, aunque nos une una sincera y gran amistad desde hace bastantes años, no traigo aquí el artículo solo por ello, sino porque todos sus escritos transmiten unos conocimientos amplios del mundo de la caza y del mundo rural y, por supuesto, calidad de escritura. Así pues, en el siguiente enlace se puede leer su última reseña.  Además, añado otro enlace con su blog por si a alguien le interesa seguirlo.

              https://www.club-caza.com/article/art/30240

                https://www.club-caza.com/blogs/blog/15

domingo, 7 de abril de 2024

FORO SOBRE CAZA EN HUELVA


Cartel anunciador del evento

Durante buena parte del día del ayer sábado, en las instalaciones del Huerto Ramírez de El Almendro, finca pública gestionada por Diputación Provincial de Huelva se ha celebrado el IV FORO PROVINCIAL DE LA CAZA.

Presidida por D. David Toscano Pdte. de dicho Organismo y con la asistencia de varias autoridades de la provincia y del Secretario General de la FAC, se ha celebrado una jornada en favor de la caza en  Huelva y en el resto de España, interviniendo como ponentes D. Antonio Arenas, catedrático de sanidad animal de la Universidad de Veterinaria de Córdoba y D. Juan Delibes, biólogo nauralista e investigador.


Mesa presidencial del acto y vista de asistentes

Así, aparte de las intervenciones iniciales de quienes presidían la mesa, se expusieron dos ponencias. Una sobre las afecciones de muchos representantes de la fauna mediterránea, por parte de D. Antonio Arenas y, la otra, sobre los muchos años dedicados a la caza, por parte de D. Juan Delibes. Ambas, cada una en su estilo, han sido una verdadera maravilla por los conocimientos y actuaciones de estudio y lucha contra las enfermedades de algunas especies cinegéticas, de una parte y, como no, historia de muchas décadas dedicada a la práctica de la actividad cinegética, por otra. Por supuesto, en ambas exposiciones, ha quedado claro que la caza está y siempre estará ahí, aun con las muchas problemáticas que hoy día la azotan, por lo que, debido a ello, tenemos que luchar entre todos los estamentos por defenderla, pues no hay mejor ecologista y defensor de la Naturaleza que el cazador, aunque algunos "iluminados" quieran acabar con ellos. De hecho, cito las palabras finales de la fenomenal exposición sobre la actividad cinegética a nivel  personal y familiar del Sr. Delibes porque creo que recoge la grandeza del cazador:“la caza es un maravillosa excusa para amar la Naturaleza”.

         Momento de la intervención de D. Juan Delibes

Como curiosidad, finalizada la charla de D. Juan Delibes, en el apartado de preguntas, me permití hacerle una sobre si, alguna vez, había estado en un puesto de perdiz. Su contestación fue que, por motivos diferentes, nunca había visto in situ cazar el reclamo, a lo que le dije que no sabía la maravillosa experiencia que se perdía. Curiosamente se comprometió públicamente, si yo lo invitaba, a presenciar junto a mí, un lance pajaritero. Así que, si Dios nos da vida, el año próximo verá de cerca lo que es cazar el reclamo a mi lado. Por ello, le doy infinitas gracias por poder compartir, un lance cuquillero, esperemos que inolvidable, al lado de tan insigne cazador y gran persona.

  Además se entregaron dos premios como reconocimiento a los muchos años de caza en favor de Doña Josefa Mariana y de D. Antonio Moreda, ambas personas de avanzada edad, pero que siguen al píe del cañón.

  

 Dª Josefa Mariana y D. Antonio Moreda recogiendo sus  merecidos premios

Par ir finalizando, se proyectó un sugerente vídeo, en donde algunas sociedades de cazadores provinciales, pusieron énfasis en la importancia de la caza y, como no, la de la mujer cazadora que, poco a poco, cada día sale más al campo a vivir y compartir con otros compañeros y compañeras la emoción de los lances cinegéticos. Además, al igual que en diferentes momentos del acto se entonó el célebre ¡¡¡VIVA LA CAZA !!!

También decir que se contó con la presencia de D. Manuel Diego Pareja Obregón, conocidísimo cetrero que hizo el deleite de los presentes con varios lances llevados a cabo con algunos de sus ejemplares.

Por último, decir que el acto, comenzó con un desayuno y finalizó con una copa en el salón de actos de la finca, todo ello ofrecido por Diputación de Huelva.

martes, 2 de abril de 2024

PIENSO COMPUESTO Y AGUA. NADA DE OTROS NUTRIENTES, NI GOLOSINAS

 

Para empezar, tengo que decir que lo que voy a exponer, como tantas veces preciso, no es nada nuevo, ni mucho menos, palabra de rey, pero sí es mi opinión sobre el contenido del artículo. Así pues, si sobre ello, hay compañeros que no están de acuerdo, me parece formidable, pues como se suele decir, cada maestrillo tiene su librillo. Ahora bien, si por el contrario, a alguien le puede venir bien, o está de acuerdo con lo que digo, mejor que mejor. Ese es el objetivo de este blog, en cuanto a los artículos de opinión que se publican en el mismo.

Obviamente, quiero puntualizar que lo que planteo a continuación lo he comprobado -base de toda tesis- muy cuidosamente y, como no, he seguido los consejos de compañeros que saben de qué va el tema: aficionados, criadores, veterinarios… Pero, entre ellos, quiero destacar al buen amigo y pajaritero José Ignacio Pérez  Albericio que, en cuestión de cantidades, composición, proteínas…, me ha ayudado y dado consejos, pues es una persona estudiosa y preparada sobre todo lo relacionado con la alimentación y cuidado de los pájaros de jaula.

Para empezar, tengo que decir que hasta el final de verano pasado, les aportaba a mis reclamos lo que aprendí de mis mayores y de otras personas entendidas -como suele ser tradicional-, incluyendo el pienso compuesto, que hace mucho timepo atrás no se utilizaba. Así, durante todo el año -con variaciones de los productos de temporada-, le administraba, pienso, semillas, distintos variedades de verde, algunas frutas, castañas, bellotas, habas… y, por  supuesto, agua.

Pues bien, todo el atiborramiento de diferentes tipos de “víveres” no suponía, ni es, sinónimo de pájaros sanos, fuertes, de buen ver y encelados, pues quitando el tan conocido dicho: el que no sirve, no sirve por más qur se haga con él, los reclamos que daban el avío ni eran una pinturas, ni unos fenómenos en el campo. Es decir, pájaros de jaula normales y corrientes como en toda casa de vecino. Además, con tanta variación alimenticia tampoco faltaban en nomentos puntuales las caguetas, los excesos de peso, las muertes súbitas, las mudas extemporáneas, las pasadas de celo… Es decir, no por echarles a los inquilinos del jaulero más diversidad de alimentos, conseguía mejores resultados. Igualmente, tengo que decir que este tipo de alimentación necesita bastante más trabajo y mucho cuidado, pues hay que buscar verde en condiciones, bellotas, castañas…, circunstancia que algunas veces no es tarea fácil, máxime para los que no vivimos cerca de terrenos donde conseguirlos, sin miedo a que no tengan herbicidas u otros productos perjudiciales para la salud de nuestros reclamos.

Pues después de darle muchas vueltas a la cabeza, cuando finalizó el verano pasado, cambié a PIENSO y AGUA y muy poco más y a esperar resultados, que es lo que realmente vale.

En base al anterior párrafo, hoy día, seis o siete meses después, tras pasar el periodo importante  como es el final de la muda y encelamiento, puedo afirmar que, al menos yo, no volveré a lo anterior, pues lo que he ido comprobando en el día a día me hace tener claro que, de aquí en adelante, a mis reclamos les pondré solo pienso, siempre con agua permanente, ya que por las características de dicha modo de alimentación, el pájaro de jaula está en perfectas condiciones. No necesita más.

Está claro que del agua nadie dirá nada, aunque no debería tener cloro, pero con el pienso sí tengo que aclarar que un pájaro normal necesita, según estudios, entre veintidós y veinticinco gramos diario de una marca de calidad y con un contenido proteínico del 19/20 %.

En cuanto al tipo de pienso, por supuesto, no voy a hablar de marcas, porque no sería ético, pero sí comentar que cualquiera de primera línea está preparado para una buena nutrición. Y el obtener el 19,5% de prtoteínas, que es lo que yo hago, simplemente mezclando mantenimiento y alta energía/crecimiento se consigue dicho porcentaje.

Aunque con lo expuesto en lo relativo a la ingesta de nuestros reclamos, decir que dos días en semana, por las tardes -para que no dejen el pienso-, les aporto a mis pájaros una pequeña cantidad de mixtura de semilla, para estimularle el buen funcionamiento de la molleja., pero con total certeza que no tiene productos añadidos que puedan causar estragos en los reclamos.

Para finalizar, hacer hincapié en que lo referido no supone el camino para conseguir mejores reclamos, pues el que nace mochuelo, muere mochuelo aunque le echemos la mejor comida del mundo, pero sí para tenerlos bien alimentados, que es de lo que trata. Y digo lo anterior, basado en la observación y conclusiones sacadas tras llevar a cabo el cambio de comida variada a solo pienso y agua.

Como punto final , apuntar que, si con solo unos meses, todo ha sido una coincidencia, tiempo habrá de verlo con más tiempo y rectificar, aunque no van a estar equivocados todos los compañeros que llevan años así. Eso sí, de los piensos normales sin mencionar marca, no los hay buenos y malos, sino que lo que hay, son reclamos buenos y malos. Y esto es irrefutable.


sábado, 30 de marzo de 2024

EXZOLT…. Y NI UN PARÁSITO EXTERNO


Ahora que estamos en la época en donde las temperarturas empiezan a subir, los ácaros salen de su letargo invernal y comienzan a hacer de las suyas. Por tanto, no está nada mal que se lean estas líneas, pues quien suscribe puede asegurar que este producto es totalmente efectivo por largo tiempo.

ooo O ooo

Para empezar, decir que, como cualquier pajaritero de ya algunos años, he usado con más o menos éxito casi de todo lo que hay en el mercado para desparasitar a mis reclamos, tanto productos naturales, como veterinarios. Sin embargo, aun con buenos resultados con algunos de ellos, nunca llegué a erradicarlos totalmente, pues como bien sabemos es una tarea arduamente difícil, por las característica de dichos “bichitos”.

Sobre el tema tengo que decir que, aparte del “potingue” que le echemos, no se puede olvidar que la limpieza tanto de enseres: jaulas, cajones de muda, receptáculos para la comida…, como del habitáculo donde los tengamos, es fundamental, pues una deficiente limpieza es sinónimo de ofrecerles a dicho personal lo que necesitan para subsistir y procrear.

Ahora bien, hace unos años, salió al mercado un producto, EXZOLT, que es “mano de santo” para los parásitos externos, como he podido comprobar en la crianza de canarios, aves mucho más delicadas que la perdiz.

Así, viendo que era eficaz cien por cien con mis timbrados, pues los elimina de forma radical, desde hace dos o tres años utilizo dicho producto con los reclamos. El resultado, al igual que con los canarios, es efectivo total y, a la vez, muy cómodo, pues no hay que tocar para nada a los pájaros y, con ello, evitar percances desagradables. No queda ni uno, todo el pica no tiene escapatoria. Pues con todos mis respeto, es más efectivo que el Pulmosán.

La forma de uso, según información del producto es la siguiente: “la dosis es de 0,5 mg de fluralaner -principio activo- por kg de peso vivo (equivale a 0,05 ml d medicamento veterinario)  administrada dos veces, con siete días de diferencia. Debe administrarse el programa de tratamiento completo para obtener un efecto terapéutico pleno. Dicha cantidad corresponde a 6 gotas disueltas en un litro de agua.

Su uso debería empezar y así lo hago yo, desde primeros de febrero, donde los ácaros comienzan a dar la cara. Luego, repetir el tratamiento cada tres meses hasta octubre. Es decir, primeros de febrero, mayo y agosto.

Sobre todo lo expuesto tengo que decir que, como he podido comprobar, durante dos o tres años, no hay nada más eficiente. Por tanto, lo comparto por si a alguien le puede servir la información. Eso sí, al que le interese, que consulte con su veterinario o estudie detenidamente el prospecto del medicamento para estar seguro de su uso, pues yo no soy profesional del ramo, solo un aficionado que lo usa y le va muy bien.

Como punto final, decir que no es un producto barato, pero no tanto como para no poderlo comprar, pues nuestros reclamos bien se lo merecen.

         https://www.proymaganadera.com/producto/exzolt-oral-50-ml


sábado, 23 de marzo de 2024

DEPREDADORES PRINCIPALES DE LA PERDIZ ROJA


Dos imagenes tomadas en la Dehesa de Enmedio

Como consideración general, no hace falta decir que el hombre es el depredador número uno, pues a nadie se le escapa que durante una temporada son muchos miles y millones de ejemplares los que “pasan a mejor vida” a manos de cazadores de diferentes modalidades cinegéticas. Así, desde las piezas pequeñas como la codorniz y el zorzal hasta los grandes trofeos como los marranos o los venados, en nuestros campos, los cazadores, de forma legal y algunos ilegal, quitamos de en medio a muchos representantes de nuestra fauna mediterránea. Y, como no, entre ellos, a nuestra perdiz roja salvaje, base de este artículo. Aun así, el ser humano no es el causante máximo de la terrible agonía de la reina del bosque.

Además, quiero aclarar que lo que voy compartir, mi opinión sobre este tema, se circunscribe a la zona del Andévalo onubense, comarca en donde me muevo como cazador y la que conozco perfectamente por los muchos años cazando en ella, aunque supongo que otros muchos rincones de nuestra España, se encontrarán con la misma problemática.

Para empezar debo puntualizar que el contenido de este artículo está basado en lo que he ido observando y viviendo in situ en los últimos cuarenta años, espacio de tiempo en el que de forma asidua y sistemática he practicado la caza, aunque también lo hiciera de modo puntual bastante años antes.

En este periodo, he cazado en bastantes fincas desde la sierra a la costa, en la parte occidental de la provincia onubense, es decir, la comarca conocida con el Andévalo -espacio de transición entre el litoral y la sierra-, verdadero vergel cinegético hasta hace unos años. Lo que significa que a día de hoy, lo que antes era salir a echar el día de caza y nada más comenzar, tener la mochila llena, si no es por ejemplares “sembrados”, casi se vuelve de vacío porque en los campos no hay prácticamente nada, si nos referimos a caza menor. De esta manera, conejo, liebre y perdiz han ido, poco a poco, desapareciendo de donde, no hace mucho, estaban “arrollaos” por utilizar un vocablo de la zona. Primero, desapareció el conejo, por lo que la predación apuntó a la liebre y a la perdiz.  Luego, la mixomatosis llegó a la liebre y mermó mucho sus poblaciones. Por lo tanto, sin conejo y sin liebre, los ojos de los predadores enfocaron a nuestra perdiz autóctona, llegando a un punto tal que casi han desaparecido del mapa, cuando, no hace mucho, simplemente al circular con los coches por las carreteras andevaleñas, se veían sus parejas aquí sí y allí también. Además, lo poco que queda ya no es lo que era: cría poco o no cría y sus comportamientos en el campo en nada se parecen al de hace unos años.

Con estas componendas, no me equivoco al afirmar que su caza con el reclamo, cada año que va pasando, va a peor, pues si su comportamiento no es ni parecido, su número poblacional es de pena, pues en donde no hace mucho se daba el puesto en cualquier sitio y se disfrutaba, hoy día salir a cazar el reclamo es sinónimo de sofocón y de desanimo. De hecho, comprobando mis  notas, en el año dos mil, primero que gestiono la Finca La Dehesa de Enmedio de Puebla de Guzmán, conseguí abatir veintidós perdices, y los otros cuatro compañeros que por aquel entonces eran socios de la misma, más o menos igual que yo. Es más, aquella temporada no estaba la cosa muy boyante, como todos los acotados que se arriendan de nuevo.

Hoy día, por el contrario, la misma finca, con trescientas noventa hectáreas ya no da ni pa uno, pues  ya no hay sociedad y solo yo cazo en ella. Es más, si ya de por sí, la perdiz no se tira al vuelo en los pocos ratos de caza que echamos en la finca, con el reclamo en la recién terminada temporada, he tirado una pareja y una hembra, aunque, a decir verdad, prácticamente no he colgado porque lo poco que había debía dejarlo.

Como se ve, de ciento y pico de autóctonas -incluso un año doscientas- con el reclamo, se ha pasado a muy poco, quitando la excepcionalidad de este año, pues los anteriores andaba por cifras de entre quince y veinticinco, números irrisorios si se comparan con los de diez años atrás. Por supuesto, decir que en los años buenos citados, para quien piense que se arrasó, nunca más lejos de la realidad, pues quedaban parejas más que de sobra y, en los últimos diez días, no se tiraban las hembras.

Pues aclarando que sin abusar de las fincas y cuidándolas al máximo, la perdiz ha entrado en barrena, la pregunta que surge es: ¿cuál es la causa?

La respuesta no es fácil y son muchos los factores que han influido en la disminución de las poblaciones de perdiz roja autóctona, pero hay uno que lo tengo meridianamente claro: dos depredadores: el jabalí y la cigüeña.

Y me baso en que, hace veinticinco años, cuando me hago cargo de la finca antes mencionada, por la misma se veía un jabalí y una cigüeña, de tiempo en tiempo. Hoy día, por el contrario, los marranos los hay a “embozá” y las cigüeñas, “pa que decí”. Es decir, ambas especies -aunque hay otras más que causan daños- acaban con todo lo que hay. Por un lado, los guarros adultos y sus crías, noche tras noche baten todo el terreno y no dejan  títeres con cabeza y, máxime con su olfato. Por otro lado, las que antes se decía que traían los niños, con su prodigiosa vista y con su grandioso pico, en la época de puesta y eclosión de los pollos de perdiz, rastrean palmo a palmo todos los rincones y acaban con todo lo que se menea para alimentar a sus necesitados cigoñinos. En resumen, jabalíes y cigüeñas, al menos en las fincas andevaleñas, bajo mi opinión, basada en la observación del día a día, son los causantes reales de las terrible disminución de la perdiz roja salvaje. Por supuesto, el zorro, el melón, el tejón, la urraca… están ahí, pero siempre los ha habido y había perdices por doquier.

Para finalizar, solo tengo que decir que lo expuesto, en estas líneas, aunque en otros lugares no tengan dicho problema -aunque sí tendrán otros-, no es una exclusiva de quin la expone, ni mucho menos. Lo plasmado es conocido por todos y muchas veces hablado y escrito -incluso tocado en este blog-, pero hoy he querido recalcarlo porque este problema es real y, además, está ahí y sin solución a corto plazo. Por tanto, no echemos peste de la repoblación porque, desgraciada o afortunadamente, según se vea,  es lo que hay. Y lo que hay es que no hay perdiz roja, valga la redundancia.

                            ----- ooOoo -----

 P.D. Para no meterlo en el artículo y cambiar un poco el planing de lo que quería decir, apuntar que el hombre con sus actuaciones de todo tipo sobre el medio ambiente, agricultura, ganadería... más el cacareado cambio climático son pódium en la decadencia de nuestra perdiz, pues al igual que en el Andévalo onubense, en muchos rincones de nuestra geografía hay poco jabalíes y cigüeñas, y, sin embargo hay pocas o no hay perdiz.

domingo, 17 de marzo de 2024

LANCE CON BURRO

 

Ya decía en la entrada anterior, que la temporada recién finalizada para la mayoría de pajariteros, aun siendo mala, como casi todas, había tenido de todo y, entre ello, algunos buenos lances y curiosas anécdotas como la que relato a continuación y ocurrida en la finca El Alamillo, del término municipal de Válor, Granada.

Para adentrarnos en tan singular episodio, tengo que decir que fue en los primeros días de la apertura de la veda pasada, cuando para dar un puesto de mañana “tempranera”, me dirigía con mi coche hacia el colgadero, desde el cortijo del amigo Manolo Medina, donde pasaba, como hago últimamente, unos días de reclamo.

Por el camino, ya casi en la zona más alta del acotado y pegado al carril que me servía de camino para el colgadero, observo como un borrico de no mucha edad, andaba correteando y comiendo por los alrededores de donde yo circulaba con rumbo al lugar para colgar.

No le di mucha importancia y continué para donde pensaba echar el rato con el reclamo, un  aguardo que habíamos levantado tiempo atrás, con broza o leña en el borde exterior de unos palaínes -arbustos con hojas punzantes- de la zona lindera con el acotado de la población.

Cuando llego y levanto un poco la leña del aguardo y le coloco una red de camuflaje, para ser menos visible, si entraba el campo, observo, un poco estupefacto que el burranquillo que había dejado unos cientos de metros por debajo, se había venido tras de mí y lo tenía entre lo que sería el pulpitillo, que estaba situado sobre una chaparra y el aguardo. Circunstancia que me hizo parar mi faena de preparación y, con los brazos levantados y gesticulando, pero sin dar voces para no volar la caza, fui echando a tan curioso visitante de las proximidades del colgadero, hasta perderlo de vista.

Contento, porque suponía que se había ido, me puse a terminar la tarea que tenía antes entre manos y, poco después, ya sentado en mi cojín de espuma que suelo utilizar para los puestos de piedra y broza, pues en dicho acotado no se usa el portátil, Viñas, mi reclamo de aquella mañana, ya andaba lanzando su música a la soleada y fresca mañana alpujarreña.

Sin embargo, para desconsuelo  mío,  a los pocos instantes, casi sin darme cuenta, tenía al joven “Platero” en la misma plaza, mientras Viñas mantenía la compostura y seguía cantando como si nada estuviera ocurriendo.

Me levanté con toda la rapidez que permitieron mis maltrechas rodillas, y agitando los brazos y lanzándole algún que otro improperio al susodicho, intenté que se largara del lugar, pero no había forma. Así que, dándole vueltas a la cabeza, llegué a la atinada idea de que, como debido a su mansedumbre, se dejaba acariciar y coger, con mi correa, más un trozo de cuerda fuerte que siempre llevo en el maletero del coche para cualquier contingencia y a modo de rienda o cabresto, amarrarlo al tronco de una chaparra a cierta distancia del aguardo, cosa que hice, con feliz resultado. Así,  poco después de meterme de nuevo en aquel improvisado y destartalado aguardo, un macho, lanzando varios reclamos y dando de pie, se acercó a la carrera hacia Viñas con tal ímpetu que, tras dejar atrás al reclamo, dio la vuelta y entró en plaza como una auténtica locomotora, mientras el del repostero lo recibía con un  suave y casi imperceptible cuchicheo.

No mucho más tarde, porque no me gusta dejar al campo mucho tiempo en plaza, Viñas, tras certero disparo, lo despedía haciéndole el correspondiente entierro.

Como el lance no era de los que normalmente estamos acostumbrados a presenciar, a los pocos instantes, me salí del aguardo, con dolores en todo mi cuerpo por la mala posición que había tenido sentado sobre el cojín y tras enseñarle el machaco a Viñas, que se lo merecía de sobra, mientras disfrutaba dando de pie, me dirigí a soltar a tan importuno visitante que, ahora, como si se lo dijeran, salió “pitando” hacia el lugar donde se encontraba cuando lo divisé, cuando me dirigía al puesto de aquella mañana.


miércoles, 13 de marzo de 2024

COMO CASI TODAS, UNA MALA TEMPORADA

 

La que acaba de finalizar en muchas zonas epañolas, como casi todas, aun con muchos factores positivos: lluvias, temperaturas agradables, mucha comida y verde en el campo…, no ha sido una buena temporada cuquillera. Y desde mi punto de vista no lo ha sido porque, si unimos a que la cría no fue buena en muchos lugares de nuestra geografía, las patirrojas autóctonas han estado duras y difíciles de hacerlas entrar en plaza, aun con reclamos que dan el avío y las de repoblación tampoco han estado como se esperaba. De hecho, estas últimas han dado mucha guerra al reclamo, cuando en teoría deben ser menos complicado abatirlas.

Está claro, como ya está más que dicho, que si no fuera por mil inconvenientes, no quedaría una patirroja en nuestros campos, pero también hay que decir que, aunque las poblaciones de nuestra reina de los bosques están en caída libre, aun con las muchas restricciones  que se ponen en las fincas a la hora de cazarlas, para que su número no siga disminuyendo, nuestra perdiz roja no “levanta e vuelo” y, además, cada día que pasa van a peor en los lances pajariteros. Así, cantan poco y acercarse por las cercanías del tiradero es una misión muy complicada, aun para pájaros de jaula que, sin ser fenómenos, son ejemplares que saben perfectamente a qué salen al campo. Y de lo que acabo de decir puedo afirmar que soy notario, pues en los veinticinco años que gestiono la finca donde cazo en Puebla de Guzmán -para no retroceder más años-, el cambio ha sido abismal en la reducción del número de perdices abatidas con el reclamo, de sus poblaciones y, por supuesto, de sus comportamientos. Es más, de hecho, esta temporada recién acabada, decidí no dar muchos puestos en la misma, pues la situación,  a día de hoy, no está para tirar cohetes, pues la cría pasada fue calamitosa y no era cuestión que lo poco que había, reducirlo aún más.

De esta manera, dejando  a un lado las posibles razones de lo que ocurre, cuestión que sería otro tema, puedo decir que no ha sido una  temporada de reclamo para que quede en nuestra retina. Pero aun así, como siempre, ha habido buenos momentos y el salir al campo ya es una satisfacción, pues hoy día esperar mucho más es no saber de qué va esto.




                             Cuatro momentos de la temporada

A modo de resumen, tengo que decir que, como en años anteriores, he cazado perdiz de repoblación y autóctonas y, aparte de ser un año malo, todo tiene su parte buena, pues no se olvide que un buen lance o malo, lo positivo que entraña es el poderlo compartir con compañeros de afición, pues ir de individual no mola mucho. Por ello, estar en compañía de amigos, una vez que terminada la jornada de mañana o tarde, es la salsa de esta modalidad cinegética. Y, si además, en ocasiones, como ha ocurrido en algunos desplazamientos, hay compañía de las respectivas parejas, miel sobre hojuelas.

Para finalizar, apuntar que aun no siendo un buena temporada, se ha ido picando en todos los lugares en donde he colgado. Por tanto, puestos para olvidar, aceptables y bastante buenos ha sido lo que ha dejado el año, sin olvidar las anécdotas, que también han ocurrido y que alguna compartiré en otra entrada. Y los reclamos igual: unos mejores y otros peores. Eso sí, aparte de los ya asentados de otras temporadas que han dado la talla, destacar a tres segundas que apuntan alto: Bailaó, Calderilla y, sobre todo, Medina, los tres, regalos de buenos amigos y compañeros de afición. Por el contrario, como en toda casa de vecino, otros han dejado plaza libre en el jaulero, pues no han ofrecido lo que yo esperaba de ellos.

                          Una pareja, lo que se sueña antes de ir al puesto

Además, apuntar que aunque desde siempre me ha gustado echarme la jaula a cuestas para llegar al colgadero, los años empiezan a no perdonar, principalmente en la alta sierra granadina, ya que el esfuerzo que se realiza cada día en la ida y vuelta al puesto, cuesta más trabajo, máxime cuando el coche la mayoría de las veces se queda a bastante distancia, por la orografía del terreno y porque uno ya no es un chavalote.


           Aguardo y tanto de piedra en terreno de muy difícil acceso

Como punto final de este nuevo artículo, tengo que decir que a partir de este momento debemos reflexionar sobre los fallos cometidos, para no volver a caer en ellos y, por supuesto, ser lo suficientemente fríos y sensatos a la hora de posibles bajas de nuestros reclamos. No hace falta ser un fenómeno para saber que lo que no ha dado la talla esta temporada, a no ser por problemas de mala muda o salud, la próxima hará igual. Por ello, como dice el refrán guardar mochuelos es perder el tiempo y perdices para el puchero. Eso sí, a los que nos van a acompañar como reclamos la próxima temporada, tenemos que ofrecerles lo mejor de lo mejor desde ahora hasta que comience el próximo periodo hábil de caza. Ahí se ve al buen aficionado.

jueves, 7 de marzo de 2024

LA CAZA DE LA PERDIZ CON RECLAMO, BIEN DE INTERÉS CULTURAL.

      Este artículo de Bea Rosete, publicado por el Club de Caza, como se puede ver en el enlace último, lo cuelgo en el blog porque me parece interesante. Además, decir que varios pajariteros, entre otros colectivos, de diferentes puntos de Andalucía intervenimos en la elaboración del informe que, por encargo de la FAC, llevó a cabo el Dpto de Antropología de la Universidad de Sevilla y que cuyo fin es declarar a nuestra modalidad cinegética Bien de Interés Cultural (BIC). Ni que decir tiene que los investigadores Santiago Montero, Helena Pérez, Manuel Gutiérrez y Pablo Palenzuela han llevado a cabo un gran trabajo en pro de nuestra perdiz roja española.

Plan de trabajo de los investigadores

Portada del Informe.

Uno de los párrafos extraído de mi entrevista. Pag 109

                     https://www.club-caza.com/articleamp/art/29901

domingo, 3 de marzo de 2024

DE EXPEDICIÓN AL RECLAMO



Dos buenos momentos de la estancia en tierras toledanas

Las expediciones -Excursiones para realizar una empresa en punto distante, según la RAE-, como llamaban antes cuando un grupo de amigos se trasladaban a un determinado lugar para cazar el reclamo, es un expresión poco utilizada hoy día en la afición cuquillera, pero que si le echamos un vistazo a cualquier manual pajaritero de los años cincuenta/sesenta -sirva de ejemplo la obra Perdices en plaza del marqués de Melgarejo- o hablamos con nuestros mayores, era lo cotidiano entre los aficionados a la caza del perdigón. Así, los enseres cuquilleros, los pájaros que se iban a llevar, los alimentos, los productos de aseo, algún que otro medicamento, el tabaco y los librillos de papel de fumar -muy usuales por aquellos años-, las bebidas, la ropa personal y de cama, los alimentos para los reclamos; la cartas, el dominó y otros juegos… eran preparados concienzudamente para que no faltara de nada -aunque siempre algo se olvidaba-, para los días que se estuviera en un determinado cazadero.

Pues bien, relacionado con lo dicho en la introducción, tras preparar casi todo lo reseñado en el párrafo anterior, varios amigos y nuestras respectivas, nos hemos trasladado cuatro días de esta semana, como ya habíamos hecho en años anteriores, a una finca de la provincia de Toledo para echar unos días de reclamo y de relax, tanto para los reclamistas como para las mujeres, pues mientras unos andábamos dando el puesto en el campo, nuestras parejas daban sus vueltas por la población de residencia y otras de la zona.

En lo referente a lo puramente del reclamo, la propiedad donde hemos cazado cuenta con una buena gestión de repoblación a la hora de las sueltas de perdices, pues ésta se lleva a cabo a finales de verano o principios del otoño y, además, unido a ello, se cuidan  muchos aspectos que influyen positivamente en los buenos resultados de esta modalidad cinegética: buena densidad de perdices, siembras abundantes en lugares estratégicos, control de predadores autorizados por la Ley, puntos de agua y comida en los lugares más áridos, buenos caminos para los accesos a casi todos los rincones de la misma… Es decir, todo aquello que necesita un pajaritero para disfrutar unos buenos días de caza con reclamo alejado de la rutina diaria.

                                  


Dos vistas de colgaderos y una de una hembra dando la lata

El acotado, bastante extenso y con muy buena densidad de perdices, permite, desde hacer buenas perchas, si se da el puesto en las zonas de mayor densidad de patirrojas, a colgar en lugares de sierra pura y dura, en donde o, hay reclamo en el repostero o, en contra de los que muchos creen, no se tira, pues los ejemplares, bastantes de ellos nacidos y criados en dichos parajes, no son fáciles hacerlos entrar en plaza. Aun así, si se tiene reclamos que dan el avío, siempre es más fácil que con el ganado autóctono, máxime esta temporada, en donde estos últimos han estado fatales.

Además, la repoblación, en condiciones normales, sin abusar de gatillo, te da la posibilidad de comprobar lo que tienes en el jaulero en lo referente a los más jóvenes, ya que los de campo, con lo malo que están, no permiten, la mayoría de las veces, comprobar la valía de los noveles.

           
          Un buen macho abatido a un segunda

Ni que decir tiene que este tipo de experiencia suele ser positiva, ya que la convivencia siempre lo es entre personas que se estiman, como es el caso. Por lo tanto, vaya mi sincero agradecimiento a Diego Rama, Agustín Gallardo y a sus respectivas señoras, por el buen trato recibido en los días que hemos estado conviviendo por tierras manchegas.