domingo, 14 de abril de 2013

DE GURUMELOS EN EL REAL DE LA JARA






                                                         Cinco imágenes de rincones de la zona.

          El viernes pasado, invitado por un buen amigo, Luisma, nos trasladamos mi socio Rafa y yo hasta el Real de la Jara, en Plena Sierra Norte de Sevilla, con la idea de coger unos gurumelos y echar el día de campo. 

           El amigo Luisma que se dedica a capar cochinos y es natural de la citada localidad serrana, por tanto, buen conocedor de los muchos y bellos rincones de la zona, nos llevó a cuatro o cinco sitios -incluyendo su propia finca- que, aunque está todo rebuscado, tuvimos suerte y logramos coger unos buenos pocos de Kg de esta preciada seta.

          Sí tengo que decir que, observar a Luisma -un formidable gurumelero-, dar con esta difícil seta a la hora de localizarla, cuando todavía no ha roto a la superficie, es una verdadera maravilla, ya que, muchos de las que se nos pasaban por alto a Rafa y a mí, a él no se le ocurría lo mismo, sino que daba con ellas.  Además, todos las que él recogió fueron a las cestas de mi socio y a la mía.

           Aparte de los gurumelos, aquella zona también está preciosa. Así, al igual que la de Cortelazor, el verdor, el colorido primaveral y el agua cristalina corriendo por todas partes es una maravilla para cualquier visitante. 

         Como curiosidad, decir que, al pasar por aquella zona el Camino de Santiago, nos encontramos con muchos peregrinos mientras andábamos con nuestra "tarea".


Cuatro imágenes del día. La primera, uno de los indicadores del Camino de Santiago. La segunda, un gurumelo a punto de romper. La tercera nos muestra a los amigos Rafa y Luisma. En la cuarta se ven las dos cestas casi llenas de gurumelos -sobre 12 kg entre ambas-





       Aun siendo la época de la "fiebre del gurumelo", hay que tener mucho cuidado al recogerlo, ya que, por estas fechas también suele aparecer la Amanita verna que, desgraciadamente, es mortal si se ingiere una pequeña cantidad de la misma. Por ello, mucho ojo y no salir a recolectar esta seta sin ser acompañado por una persona que los conozca perfectamente. Una vida vale mucho.

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