martes, 2 de abril de 2013

LA. TIERRA Y LOS CAJONES PARA LA MUDA.



          Por regla general, llegado mediados de abril, metemos a nuestros reclamos en cajones de madera o habitáculos de diferentes materiales más o menos amplios y allí permanecerán, con más comodidad y tomando baños de tierra, de diferente procedencia o composición, hasta que hayan completado totalmente el pelecho o cambio de pluma, allá por mediados de noviembre/diciembre. Sin embargo, y siempre desde mi punto de vista, deberíamos darle tierra de vez en cuando, aun en época de cuelga, incluso pudiendo, en este último caso, ponerlos más suaves que, dicho sea de paso, en muchos casos, tampoco viene mal y, máxime cuando la temporada ya va avanzada. 

     Está claro que, en la época de pelecha -abril a noviembre-, los reclamos están en tierra, pero, cuando por circunstancias distintas, están pocos meses, como es mi caso -sólo junio, julio, agosto y septiembre-, sí se les debe dar tierra, al menos una vez por semana. Y debe hacerse así, porque, además de bajarle el celo en estos meses y, con ello, cortarles el continuado canto que tienen durante casi todo el día, pican las piedrecillas necesarias para la digestión de los alimentos y eliminan bastantes de los parásitos externos. En esta línea, mis reclamos, hasta que los meta en los cajones de muda cuando me vaya a Punta Umbría, los lunes y viernes pasan todos por un cajón con tierra y chinillos durante una hora y pico cada uno, tiempo de más para que se revuelquen y picoteen y coman algunos guijarrillos. 

     Sin embargo, en muchas zonas de nuestra Andalucía y en otras fuera de ella, muchos buenos aficionados, digo buenos y no aficionadillos "de tres al cuarto" en este tema, mudaban a sus reclamos en la jaula -todavía se sigue haciendo en algunos lugares-, pero dándole tierra cada cierto tiempo en unos cajones preparados para tal fin. De hecho, mis dos maestros en lo del reclamo, el abuelo Vicente y el tío Jerónimo lo hacían así y siempre tenían a los pájaros preciosos. Dos de los hijos de este último, mis primos, siguen pelechándolos de la misma forma y nunca tienen el más mínimo problema de muda extemporánea, aun teniendo sitio de sobra para colocar los cajones de muda. Es más, en la misma línea, también se les ha dado tierra a los pájaros metiendo las jaulas en barreños antiguos de cinc y lebrillos de barro con tierra, arena y ceniza.


 Dibujo de un terrero de madera con dos departamentos para dar tierra a los reclamos de vez en cuando.


PD. Mientras termino este artículo, las 17,10, de este lunes primero de abril, varios de mis reclamos llevan toda la tarde "martilleando" sin cesar con cuchichíos y piñones, mientras uno de ellos está tomando tierra en el cajón que tengo preparado para ello. Más de una vez, algún vecino me ha tirado de las oreja por tal motivo. Como todo el mundo sabe, este proceder les dura hasta que empiezan a soltar plumas y, en algunos casos, puede llegar hasta límites fuera de lo normal. El gran problema surge cuando el concierto da comienzo a las cinco o seis de la mañana.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo contigo J. Antonio. Yo también en época de caza les doy tierra. A alguno incluso más de la cuenta, porque es fuerte en el recibo y lo tengo que cazar previamente habiéndole dado tierra. Además, creo que no solamente por este motivo sino también porque es una necesidad fisiológica para ellos.
    Un abrazo

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