martes, 13 de diciembre de 2011

"ENTREMESES" DE ILUSIÓN Y "POSTRES" DE DESENGAÑO.


          No sé si a todos los aficionados al cuco les pasará lo mismo, aunque creo qué, como en el fondo "estamos todos cortados por la misma tijera", la gran mayoría tenemos las mismas sensaciones y nos asaltan y nos rondan las mismas jodiendas.

          Me explico:

         Cuando llega el otoño y comenzamos a adquirir nuevos fichajes para nuestros jauleros, casi siempre, por no decir todas, estamos convencidos, o por lo menos, casi casi, de que hemos dado con el mirlo o mirlos blancos. Es más, incluso le/les buscamos una de las mejores jaulas, porque a primera vista hemos dado el pelotazo.

          Con el tiempo, si exceptuamos "esas cosas raras" que algunas veces llegan a nuestras manos, nos vamos dando cuenta que lo que parecía un pájaro más que apañaíto, no es más que un auténtico mochuelo. Es decir, otro más, de los muchos que han pasado por nuestras manos. Pero aun así, incluso sabiendo que el dinero que hemos invertido, está tirado a la papelera, seguimos queriendo engañarnos con milongas e historietas para ocultar, temporalmente, una realidad que es más que palmaria a nuestros ojos. Es más, incluso sacándolo algún día al campo de prueba, sin escopeta -yo lo hago algunas veces para ver simplemente su comportamiento-, nos ponemos una venda en los ojos para no ver lo que sí puede hacer hasta un ciego.

          No mucho después, en cuanto se abre la veda del pájaro y volvemos a sacar al campo a lo que sabemos de más lo que es, volveremos a darnos cuenta de que aquella gallera tan formidable que teníamos meses atrás, no lo es tanto, sino todo lo contrario: la mayoría de sus inquilinos están más cerca del arroz que de seguir  habitando en ella.

         Es el momento de la angustia y la desazón, ya que estamos metido en plena temporada y lo que creíamos  que era un buen plantel de primera división, no lo es ni de regional.  Por consiguiente, muchos de nuestras adquisiciones, que hasta hace poco eran unos monstruos en la pared de nuestras terrazas, patios y corrales, y nos tenían más que ilusionados, ahora resulta que no dan la más mínima talla. Tan es así que, a partir de ese momento, empezaremos  a buscar en donde no hay y a adquirir, que también se suele hacer, a muy buenos precios, porque es el momento de los atracos a mano armada, lo que no vale un  chavo. Incluso, puede que en el intento de buscar una solución a la carrera, nos den un sablazo de padre y muy señor mío, del que luego nos estaremos arrepintiendo por mucho tiempo. Porque, si hay una cosa que tengo clara, y creo que no sólo me ha ocurrido a mí,  es que, a menudo, adquirimos ejemplares que ya desde el principio, desde antes de hacernos con ellos, tenemos el barrunto de que lo que vamos a comprar nunca superará la más mínima prueba y, sin embargo, "billetes al canto y pacasa". Luego pasa lo que pasa...

          No sé si estoy muy lejos de la realidad, pero, lo que sí está claro es que, dentro de poco más de un mes, tendremos un juez que dictará sentencia: el campo. Mientras tanto, y para cumplir con nosotros mismos y con el ritual que aprendimos de nuestros ancestros, hay que seguir picándole bellotitas, arrimándoles tallos tiernos, soleándolos mucho... para que el "personal" no nos eche luego nada en cara, cuando no sean capaces ni de sacar la mínima nota .


2 comentarios:

  1. Efectivamente J. Antonio. A todos nos pasa esto y nos seguirá pasando. Lo que no puede ser es no querer ver la realidad. Cuando compramos algunos pollos o cuando de pollos hemos decidido por alguna razón aguantarlos al 2º celo y no muestran siquiera el más elemental de los comportamientos en el tanto, que no es otro que CANTAR (ya no hablo de hacerlo escuchando a las camperas), lo mejor y más provechoso es darles puerta. He tenido auténticos fenómenos, con un trabajo formidable, muy constantes, encelados, colorados, monísimos..........., pero en la alcayata. Luego los ponías en el tanto y no valían ni para escabeche. Pelechar un pájaro cuesta tiempo, trabajo y dinero y yo, trabajo ya tengo bastante y de tiempo y dinero ando justito.
    Un abrazo
    Nacho

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  2. Amigo José Antonio, según dicen los "CATEDRÁTICOS" en Reclamología:
    Que adquiriendo reclamos de origen campero evitaremos todas esas decepciones...pues según ellos es lo mejor y más sublime que puede tener un reclamista en su jaulero.
    Saludos.

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