jueves, 1 de noviembre de 2018

"TOSANTOS" UNA FECHA IMPORTANTE PARA LOS CAZADORES DE PERDIZ CON RECLAMO MACHO


             En los calendarios de caza en general, existen unas fechas que, desde siempre, han sido santo y seña de las diferentes modalidades que forman parte de la misma. En esta línea -a modo de ejemplo-, valgan dos de ellas muy representativas: el 15 de agosto como comienzo de la media veda y caza con perros y el 12 de octubre la apertura de la veda general, aunque últimamente se hayan alterado un poco los días de inicio.

            Pues bien, en el mundo de las fechas cinegéticas, hay una,  Tosantos”, primero de noviembre, que para muchos aficionados pajariteros es el pistoletazo de salida para la temporada cuquillera, pues una gran mayoría de los perdigoneros escogen este día para sacar a sus pájaros perdices de los pelecheros y meterlos en las jaulas, previo tradicional recorte. Y la verdad es que, aunque en esta afición nunca hay que tener prisas, porque la paciencia debe ser una  de nuestras grandes virtudes, en cuanto “sobrevuelan” estas fechas aparece la inquietud y el nerviosismo ante la llegada del día de tan ancestral tarea. Es más, en ocasiones, puede más la impaciencia que la tranquilidad y más de una vez y más de dos, hemos recortado algún reclamo antes de tiempo, con  algún  pretexto de por medio.

            Eso sí, el recorte, además de una función necesaria, aunque haya quien no lo lleve a cabo y no toque los reclamos por miedo a fracturas -no todos los aficionados saben coger los pájaros-, es algo más que una simple utilización de la tijera para dejar “guapos” a los componentes de nuestros jauleros, pues a la postre, dicho quehacer es un singularidad importante más del ritual cuquillero. Por consiguiente, el recorte se transforma en un bálsamo tranquilizador y esperanzador para los perdigoneros. Representa algo así como el momento de recoger los frutos de muchos meses de trabajo y desvelo al lado de nuestros reclamos, sufriendo por no saber cómo concluirá la muda y sí surgirá algún problema en el largo y tórrido verano. Pero, por otra parte, es el punto de partida para una nueva temporada pues, a partir de este momento, comienza el soleo, el aporte del verde, de bellotas y castañas picadas y de otras muchas golosinas, elementos todos ellos muy importantes en el día a día cuquillero.

          En lo personal, puedo decir que mis reclamos ya están enjaulados como apunté en un post anterior y, además, por tradición, no los suelo recortar hasta la mitad del mes en curso. Es decir, sobre sesenta días antes de la apertura del periodo hábil de caza. Siempre lo he hecho así y así continuaré.

            Ni que decir tiene que, desde ya, como si se tocara a arrebato, las reuniones y sesiones varias pajariteras proliferan en cualquier lugar, cosa que no ocurre durante el periodo de muda. Los inquilinos de la jaulas, todas limpias y muchas de ellas repintadas, empiezan a llamar la atención de los receptivos dueños y no es muy difícil ver a estos últimos acompañados de otros amigos y compañeros, contándose entre ellos las futuras excelencias de pájaros que lo más seguro es que no pasen un examen de preescolar, pues es el tiempo de la ilusión desmedida. Sin embargo, con el paso de los días y semanas, dicha expectación se irá transformando, primeramente, en movimientos de cabeza ante las negativas respuestas de algún que otro inquilino del jaulero que empiezan a mostrar su negativo proceder. Más tarde, llegarán los tacos e incluso las maldiciones. Y para finalizar, en muchos casos, se suelen abrir puertas con anterioridad a la apertura de la veda.

            Por cierto, por estas fechas ya otoñales, la mayoría de los últimos años, la sequía veraniega y los calores del “veroño” persistían. No obstante, en el actual, la cosa ha empezado bastante bien, pues el campo está precioso y eso es señal de que podemos estar en la antesala de una buena temporada cuquillera. Sin ir más lejos, el año pasado por estas fechas, los terrenos eran una pena, pues prácticamente no había llovido en buena parte de nuestra Comunidad, pero, a día de hoy, el paisaje rural se nos presenta totalmente verde y precioso, señal que ya han llegado las esperadas y necesarias lluvias otoñales. Con estas componendas nuestras patirrojas montesinas se enverdinarán y no tendrán problema para fortalecer su dieta con las proteínas aportadas por las abundantísimas hormigas de alas y  muchos gusanos que con la humedad pueblan todos los rincones de las diferentes fincas andaluzas.

1 comentario:

  1. Este año o aprovechando la ayuda de mi hermano, he hecho lo que nunca, los recorte una semana antes y al cajón, y el día 1 a la jaula. A excepción de dos que fueron directos a la jaula y uno que aún no está recortado y que este año del cajón no sale.
    Y de momento al sol poco a poco y pronto sus chuches.
    Un saludo.

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