domingo, 1 de agosto de 2010

DESCASTE 2010. LA CRISIS TAMBIÉN LLEGA AL CONEJO.


Los que tenemos algunos años a nuestras espaldas, vamos comprobando temporada tras otra, cómo la fauna cinegética, por diferentes motivos, cada año flaquea un poquito más.

Si miramos hacia atrás y nos plantamos en nuestra niñez –hablo de cincuenta años-, aquellas perchas de conejos que nuestros abuelos y padres conseguían en un rato, lo único que hacen es ponernos los “dientes largos” al recordarlas. Un rato con los perros o un aguardo en una buena madriguera eran más que suficientes casi para llenar la mochila. Entonces no había puertas ni manchas. No hacía falta, porque había lo más importante: conejos.

Con el paso de los años, llegaron las repetidoras, las muchas variedades de cartuchos y el cazar en grandes batidas. Pero como había mucha caza, no existía problema. Se partía siempre a más de lo que se necesitaba.

Sin embargo, en los últimos años, si a lo anteriormente citado, le unimos la aparición de la célebre enfermedad vírica hemorrágica, todo este conjunto de circunstancias ha producido tal estrago que, el conejo, ya mermado desde hacía años por la mixomatosis, ha llegado a desaparecer en muchas zonas en donde antes era abundantísimo.

Pero ahora, en la actualidad, cuando no es por una cosa o por otra, las especies del cazables están disminuyendo de una forma alarmante, por lo menos, por estos “pagos” del occidente andaluz . Si el año pasado con la sequía, la historia no estuvo muy boyante, este año, por todo lo contrario, la cosa está peor.

Para precisar, en mi coto, “La Dehesa de Enmedio”, de Puebla de Guzmán, el pasado 17 de julio, en el primer día de descaste sin perros, conseguimos catorce conejos entre once escopetas. En la segunda jornada de caza, el 31, le “quitamos el pellejo” a tres, entre el mismo número de cazadores. Es decir, un auténtico fracaso. Y todo ello hablando de una finca de casi cuatrocientas hectáreas, con 28 comederos fijos todo el año y sin faltarle nunca el correspondiente trigo –sobre cinco o seis mil kg todas las temporadas-. Cuidado al máximo, guardado al cien por cien y con una siembra anual de alrededor de 50 ha. de trigo. Además, si le faltaba algo a ambas jornadas, se complementaron con la presencia entre nosotros de una buena aficionada -Mari Carmen Pacheco- y ni por eso. Ya lo dijo alguien: “De donde no hay, no se puede sacar”.

Menos mal que, a falta de conejos, una buena reunión de amigos/as, echamos el ratillo de vez en cuando y entre la comida y las copillas –que nunca deben faltar en tan ansiados y necesarios momentos-, se superan los sofocones que produce la espera de todo un año para ver estos ínfimos resultados.

En lo sucesivo, daremos un “picotazo” el día de la apertura con perros y hasta la veda general. Luego, Dios dirá. Teniendo en cuenta siempre que si al campo se le mata más de lo que cría..., malo. Y este año, la cría, como se puede apreciar, es desconsoladora en cuanto al conejo se refiere. Esperemos que la liebre y la perdiz nos den una alegría.

Valgan estas imágenes como resumen de los dos días.







En el día de hoy, como todo no puede ser malo, aparte del contacto con amigos y conocidos, hemos tenido una agradable visita: la de Abdelhadi Mohamed. Un encantador chiquillo saharaui que está pasando el verano con la familia de uno uno de los asistentes a la cacería -Juan Diego-.



Como se puede apreciar no se quiso perder un detalle de cómo se le sacan las tripas a los conejos





1 comentario:

  1. Menos mal amigo mío que no cumplistes lo que prometías, la rodajita de pepino sin sal y el vasito de agua caliente si no matábamos nada. A Dios gracias. Fue una jornada muy agradable la que me hicistes vivir y eso te lo tengo que agradecer a tí y a tus compañeros de coto. Gracias.
    Un saludo.

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