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uiero dejar bien
claro desde el principio que lo que voy a exponer a continuación solo refleja
mi opinión personal y que, por lo tanto, puedo estar equivocado por completo,
pero los muchos años que llevo en este mundillo me facultan para hablar sobre
el tema, si no con base científica, si dando mi punto de vista basado en lo
visto año tras año. Igualmente, no deseo con este artículo coartar la idea de
quien tenga en mente adquirir un reclamo ya enjaulado en una de las muchas
ferias cinegéticas/de la caza que pronto empezarán a proliferar en diferentes puntos nuestra
tierra andaluza.
Partiendo de la base que si no es a
prueba, y aun así podemos fallar a la hora de adquirir un reclamo de garantías,
como muchos casos están para confirmar esta máxima, el pájaro puntero tenemos
que tener la absoluta seguridad que en un altísimo porcentaje casi nunca se
encuentra entre esos reclamos enjaulados que los dueños de granjas cinegéticas
u otros comerciales dedicados a la venta de los mismos exponen en las distintas
ferias de la caza que temporada tras temporadas se celebran en diferentes
poblaciones de nuestra geografía. Eso sí, si exceptuamos algunos casos, que
también los hay, los ejemplares expuestos ya dentro de jaulas poseen muy buena
y abundante música y se les meten por los ojos a cualquiera por su belleza. Pero
no mucho más, aparte de que, por llevárnoslo para casa, hay rascarse el
bolsillo con no menos de cincuenta o cien euros, cuando lo normal es que sus
hermanos que están al montón en los expositores valgan sobre veinte/treinta euros.
Ni que decir tiene que yo en alguna ocasión he picado y, al igual que yo,
también lo habrán hecho otros muchos.
Las dos imágenes que vienen a continuación nos muestras sendos expositores de dos ferias cinegéticas celebradas anteriormente.
Nunca debemos olvidar que el que vende,
lo que quiere es vender y, obviamente, los ojos tienen mucho que decir en tal
actividad que, como bien sabemos, es casi tan antigua como la historia del
hombre. Por ello, y es lícito, expone en primera línea, como en cualquier
actividad relacionada con la venta, lo que entra por los ojos y aún con buena
voluntad por su parte, lo que se paga no corre paralelo con los resultados que
luego se obtienen, pues en un altísimo porcentaje o, a los pocos días se
desinflan como los globos, o
no dan la más mínima talla en un examen de “preescolar”. Y, para la gran
mayoría de los bolsillos de los aficionados al reclamo, cien euros o incluso
algo más es mucho dinero por un pollo que lo único que nos ofrece es una buena
planta, quizás picarnos en los dedos y machaconeros cantos.
Pues bien, el nuevo otoño, que ya
revolotea cercano, nos trae a los
cuquilleros una nueva posibilidad de apuntalar nuestros jauleros con
savia nueva prometedora y, justamente,
las granjas cinegéticas y todos los comerciantes del ramo lo saben. Por ello, ofertarán sus productos
con distintas variables: uno, dos y tres años, probados y sin probar, tirados y
sin tirar y/o escogidos por su planta, mansedumbre, canto…; en tres palabras,
el mirlo blanco. Pero resulta que esta ave tan buscada, no es fácil encontrarla.
Aparece cuando aparece y, en la gran mayoría de las ocasiones, por no decir en casi
todas, se encontrará en el fondo de unos de los habitáculos expositores, donde
muchas veces casi se hacinan los igualones de las diferentes procedencias en
espera que algún aficionado se lo lleve para casa. Sí, ese pollo atrasadillo,
de poca chicha y más bien feote que, incluso, dada su poca presencia, nos lo
dejan más barato, es el mirlo blanco. Ni más ni menos, que el que buscamos los
perdigoneros año tras año.
Ahora bien y Dios me libre de ello. En
ningún momento quiero dar lecciones sobre el tema, ni afirmar que de esos
reclamos “estrellas” no pueda salir un pájaro puntero. Simplemente doy una
opinión personal basada en muchos años y que me dice que no hace falta gastarse
muchos “hierros” para encontrarse con un “figura”. Pero cuidado, no vayamos a
escoger el más feo del expositor -eso nunca lo he dicho yo-, pues a todos nos gusta
un pájaro con buena hechuras.
Por cierto, el próximo fin de semana, en la bella localidad onubense de San Silvestre de Guzmán, se celebra una de las primeras ferias de la caza en Andalucía y productos de la zona del Andévalo. Ni que decir tiene que, como en años anteriores, nos daremos una vuelta por la misma y veremos el "material" expuesto.
Por cierto, el próximo fin de semana, en la bella localidad onubense de San Silvestre de Guzmán, se celebra una de las primeras ferias de la caza en Andalucía y productos de la zona del Andévalo. Ni que decir tiene que, como en años anteriores, nos daremos una vuelta por la misma y veremos el "material" expuesto.
Así es compañero.
ResponderEliminarLa mercadotecnia también ha llegado al mundillo cuquillero, un tema de mucho interés y muy actual, muchas veces plasmado en mi blog Solopluma.
Parece ser y así parece que " las compras compulsivas" crean una especie de morbo el cual aumenta el ego, y vaya por delante que cada cual invierta su dinero donde mejor le plazca, todo ello ayuda a que no se esquilmen las poblaciones de alectoris rufa y a posteriori poder pedirle ciertas garantias al vendedor diciendo:...¡ ANDA QUE EL MOCHUELO QUE ME HAS METIO POR TROPECIENTOS EUROS!...
Saludos.
Pd. Antaño en las ferias de ganado llevaban lo que nadie quería, por lo tanto te deseo suerte en esa feria.
Aquí, es como todo, el problema es acertar y no es fácil.
ResponderEliminarMi "táctica" si así se puede llamar, es pedir información a los vendedores, recogerle datos, llamarlos cuando tengan sus primeras "polladas", sobre el mes de abril. Una vez contacto con ellos, y si lo permiten, no todos te dejan ir, pues me acerco a su cuartel general y ahí puede que me haga con uno. También hay que preguntarles, si son meros “comerciantes” que distribuyen o son granjas criadoras. Ahora a primeros de Octubre tengo pendiente la visita a una finca con certificación cinegética.....hasta aquí puedo escribir, jeje.
Las ferias le provocan mucho estrés a los pájaros, algunos llegan a enfermar, y aunque a primera vista no dan la cara, al poco de tenerlos en casa, se mueren, o no te atreves a ponerlos en pie, por esto no suelo hacerme con ninguno.
Pero bueno, el problema del ser humano es que como somos racionales, hacemos nuestros razonamientos, y decimos..."este, este que pinta tiene", y al final picamos.
Hoy está lloviendo, y ayer cuando llegue a casa del trabajo, me pongo a faenar con mis reclamos y como se les notaba que "barruntaban" agua. Estos no razonan, pero sienten cosas que nosotros no.
Un saludo.
Amigo Juan Luis Núñez.
ResponderEliminarEn el fondo, como he repetido en diferentes artículos y otros escritos, la suerte es dar con uno sea elegido o0 del montón.
No me gusta citar nombre de granjas, pero de una de ellas, de muchísimo postín, en diferentes momentos, me han escogidos cuatro pájaros, los mismos que han sido unos cantamañanas. Unos burracos. Y los pagué más que bien.
El preguntar sí, pero los resultados casi nunca son como creemos. Por cierto, jugando a pitoniso, si te acercas por Las Medianas, dale recuerdos míos a José Angel.
Saludos.
Por cierto, a esta hora llueve intensamente sobre Huelva capital.
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