miércoles, 29 de febrero de 2012

CON LA JAULA A CUESTAS: CIUDAD REAL 2012



Imagen de las tierras llanas de Castellar tomada desde uno de los puestos de su sierra.


            Ahora sí que sí. Después de cuatros maravillosos días por tierras manchegas, he dado por finalizada la temporada del reclamo 2012.

            Pues bien, durante este corto pero enriquecedor y sosegado espacio de tiempo -nuestro esperado puente del Día de Andalucía-, la amistad y el diálogo, más un poco de mesa y copas y, por supuesto, algún que otro jaulazo, han sido las notas predominantes. Así, como el año pasado, mi mujer y yo hemos compartido techo, charla y jornadas de caza con otros tres matrimonios.

           Por tanto, aparte de dar el puesto –a lo que íbamos-, hemos charlado sobre el reclamo y la vida en general. La familia, el trabajo, las aficiones… y mucha jaula han formado parte del día a día. Pero, lo más importante de todo ello ha sido que, si antes éramos simples conocidos los que allí nos juntamos, ligados entre sí por una afición común, hoy, podemos presumir de estar muy cercanos a la amistad. Y ello lo considero fenomenal.

               Rosa, Pepi, Puri y María José, nuestras mujeres, se lo han pasado en grande. ¡Y no digamos de Antonio, Fernando, Pepe y quien suscribe! Por ello, aprovecho este rincón particular para agradecerles a todos ellos/as el darnos, tanto a mi mujer como a mí,  todo lo bueno que hay en su interior durante estos cuatro días.

       Puesto a contar "intimidades", los hombres hemos hecho incluso de comer. Un fenomenal potaje de habichuelas pintas con perdiz, un arroz con costilla ibérica para chuparse los dedos y unas formidables migas han sido notarios de ello. Luego, por la noche, restaurante y mucho “palique”. Más tarde, el encame, que el amanecer esperaba.

            En lo referente a lo cinegético, puedo decir que, en mi caso, ha estado bastante bien. Bien por dos cosas: primeramente, Chimenea me ha vuelto a ratificar que es reclamo de altura – cuatro puestos  de dos con maravillosos titeos lo confirman-, luego al haber bastante “movimiento”, he podido comprobar que algunos de los reclamos que me parecían con buena pinta no han dado la más mínima talla, por lo que van a pasar un poco frío por las tierras de D. Quijote. Eso sí, Saldor –de Nostra Perdiu- y Segura –pollo del año desalado en sierra jiennense de dicho nombre y regalo de un buen amigo de aquellas tierras-, más el Manchego, han cumplido con creces en el canto y en los “entierros”. En resumen, unos fenomenales días.

            En cuanto al material, la mayoría de las patirrojas abatidas han sido de repoblación en el mes de septiembre. Pero eso sí, las que he tirado, han entrado en plaza como mandan los cánones. ¿Qué son de granja...? A los sesenta años, me da igual lo que digan. He sido feliz echando el rato y estando con los amigos y punto pelota. Todo lo demás me da igual.

            Sólo dos peros, los resfriados que hemos cogido los cuatro -parece que nos estaban esperando- y mi máquina de fotos que se me estropeó hace unos días, por lo que he llevado una prestada y ya se sabe lo que ocurre con lo ajeno…

 Estas son algunas instantáneas del largo fin de semana. Las cuatro primeras pertenecen a algunos momentos de charla, mesa y copas. La cuarta,  a las fenomenales migas que nos comimos el lunes. Las dos siguientes pertenecen a Chimenea y Segura con el botín conseguido. La penúltima, a una bella estampa de una plaza vista desde el interior del aguardo. La última, la única perdiz que se le resistió a Chimenea, ya que, le tiré el macho y doña viuda se plantó en el risco que se observa y, de allí, no se movió.
















PD. Gregorio, el encargado de la finca en la que hemos cazado, es un tío de los que todavía se visten por los pies, especie que está en peligro de extinción.

domingo, 19 de febrero de 2012

PUNTO Y FINAL.


         Con los puestos de hoy, he dado por terminada la temporada 2012. Malos resultados como creo que en todos sitios. Lo único bueno es el ver la cantidad de parejas que han quedado en la finca. Por todos lados. Al no acabar con ellas...

          Como la cosa está mala, no me fui ayer, sino esta mañana a las seis.
        
         En el puesto de sol, con Manchego en el tanto, he tenido en las cercanías una pareja y una hembra. Creí que tiraba, pero nada, como vinieron se fueron. Es lógico, frios atrás y agua desde el 24 de noviembre. Lo positivo es que dicho reclamo ha superado la fractura de fémur del recorte y ha estado muy bien.

          En el puesto de tarde, me ha entrado una pareja a las tres reclamadas del de turno, pero el artista no quiso  saber nada luego. Está claro que quería irse de paseo con ellos, como así ha ocurrido al abrirle la puerta. Ya le tenía arrancadas las plumas recortadas pensando en ello.

         El próximo fin de semana, puente en nuetra Comunidad, subiré a Ciudad Real y, allí, acabaré esta malísima temporada cinegética.

         Luego, una vez acabado todo, llegarán meses de ardua tarea a la "sombra", puesto que, desde antes de terminar, ya ha comenzado la nueva temporada. No llega la angustía que suele acompañar a los finales de las actividades, porque, nuevos aires de ilusión acaban con ella. Noveles que han "pintado" en ésta hacen que la lejanía de la próxima no se haga demasiado dura. Hay muchas cosas que hacer para mantener viva la llama de esta maravillosa afición. Quizás olvidemos y dejemos a un lado los rifles, repetidoras y todos los pertechos de otras actividades cinégeticas, pero nunca los de ésta. Ni es de recibo, ni nadie lo hace. Al menos los que sentimos en jauleros.

Esta son las dos imágenes del día. La primera, del puesto de esta mañana. Curiosamente, el mismo con el que empecé la temporada. La segunda es una bellísima toma del sol perdiéndose por el horizonte portugués. Como se puede apreciar, nuestro astro rey, en sus últimos destellos de grandiosidad y vida,  se refleja en las aguas del impresionante pantano del Andévalo.




sábado, 18 de febrero de 2012

DOS AÑOS DE ANDADURA...¡Y PARECE QUE FUE AYER!



            Por aquellos entonces, 18 de febrero de 2010, mis conocimientos de informática eran tan elementales que, si no llega a ser por el amigo y compañero Eduardo Pérez, difícilmente, hubiera podido poner en marcha este blog.
           Hoy día, no es que sea un licenciado en esta disciplina, pero sí sé bastante más que en aquellos momentos. Por ello, además de expresar y dar a conocer mis vivencias, ideas y opiniones sobre el reclamo, la caza en general y la naturaleza, he conseguido familiarizarme con el ordenador y, de camino, ir subiendo escalones en el complicado mundo de la informática. Está claro que la necesidad hace al hombre.
           Y ya dentro del blog, decir que, si el año pasado fueron catorce mil doscientos los que se habían acercado por él y 15 los asiduos seguidores del mismo, en éste se ha llegado a más de los cuarenta y un mil y a los 23 seguidores. Con todos/as ellos/as estoy en deuda y la forma mejor de saldarla es el continuar al “pie del cañón”, tarea que, si Dios quiere, cumpliré. A todos/as ellos/as quiero agradecerles el que hayan dedicado un rato de su valioso tiempo en leer mis “historias varias” -término que uso, regularmente, como muletilla. Pero, además, también tengo que darle las gracias a todos aquellos/as que han aportado sus comentarios, apoyando mis opiniones o ideas, o todo lo contrario, puesto que, de todo hay en la “viña del Señor” y de todo se aprende. Sobre ellos, tengo que decir que, ha sido expresados de forma educada y respetuosa, excepto uno, el cual, por estar fuera de tono y atentar contra mi dignidad personal, no he publicado. No le di el gusto al tal señor/a , si así se le puede llamar, que bajo la tapadera de "Anónimo" se ensañara conmigo. Aunque, por lo que pude apreciar en su escrito -muy corto, por cierto-, ni me conocía, ni sabía de qué va esto.

           Aparte de todo lo expuesto, también tengo que decir que, mediante este blog, he contactado y trabado amistad con personas a las que jamás hubiera conocido, lo cual es para mí una inmensa alegría y satisfacción, ya que era uno de los fines que perseguía cuando comencé.

           Y para terminar, si el año anterior colgué la foto de mi abuelo Vicente y mis primos Jerónimo y Antonio, imagen con la que inicié mi andadura bloguera, esta vez, quiero reponer un relato ya publicado, “Biennecido”, al que le tengo mucho cariño porque me trae recuerdos imborrables de los felices años de mi niñez.
           Gracias a todos y a todas.

                               http://conlajaulaacuestas.blogspot.com/search?q=Biennacido


domingo, 12 de febrero de 2012

LA TEMPORADA DE RECLAMO EMPIEZA A TOCAR A SU FIN.


             No sé como irá la temporada por otros rincones de nuestra Andalucía, pero, por estos lares, el tema ha enfilado la cuesta abajo. Y lo peor es que va rápido y sin frenos. No porque se agoten los tiempos, ya que en la zona baja queda una semana y en la alta, dos; sino porque, las patirrojas no quieren saber nada de la jaula.
,
              Desde el 24 de noviembre no llueve como debe hacerlo y, por tanto, entre que el campo está tomando tierra, el viento y las bajas temperaturas que nos acompañan en los últimos diez días, no hay quien se apunte un tanto.

              Este fin de semana, con cámara de fotos estropeada, sólo he podido tomar dos instantáneas. Las dos pertenecen  a la temperatura que hizo ayer por la mañana y hoy a la misma hora. Ayer, ni los escuché. Hoy he tenido más suerte, ya que, dos parejas se me han venido a las cercanías del puesto, pero, allí se acabó todo. Tal como vinieron se fueron. En resumen, cero patatero en los dos días.


 Creo que, con cuatro y cinco grados bajo cero, como se puede observar en estas dos imágenes, al menos por aquí, el campo no está para muchas frituras.







jueves, 9 de febrero de 2012

CON LA JAULA A CUESTAS 2012: TARDE DEL 9 DE FEBRERO


CUANDO UN PÁJARO MARCA LA DIFERENCIA.

Esta tarde, invitado por un amigo, he ido a dar el puesto a tierras alosneras. La verdad es que, con el tiempecito que llevamos, no iba con muchas ilusiones. Pero, en este mundo tan complicado, nunca sabe uno donde le va a saltar la liebre. Curiosamente, lo que ha ocurrido.
Me he llevado dos reclamos: uno de la Fuensanta cordobesa y el otro Chimenea. El primero de ellos, que no tiene mi mejor opinión, lo puse el primero para ver lo que hacía. Si no trabajaba, vería la puerta. Pero, el tío, como si se lo dijeran, salió cantando en cuanto lo puse y, así, se tiró casi una hora.
El campo le contestó, pero él, aun trabajando, no ponía mucho empeño, por lo que a las seis menos cuarto, decidí probar con Chimenea. El resultado no se hizo esperar, ya que, pocos minutos después, le entró una pareja, pero, al llegar a su altura, como si hubieran visto al diablo, salieron de vuelo de la misma plaza.
La jaula, sin descomponerse, siguió con un trabajo digno de los mejores elogios y, a los quince minutos, de nuevo, la esquiva collera volvió a dar la cara.
Esta vez, ante la maestría de Chimenea, no extrañaron nada. Por ello,  los dejé un buen rato por la plaza, hasta que se pusieron en línea para la carambola. Cosa que no dudé, a pesar de tener en las manos una 410. El resultado del envite fue dejar a ambas patirrojas sin mover una pluma. ¡Y eso que el tanto estaba a dieciocho buenos pasos!
Luego, sobre las siete menos cuarto, di por terminado el puesto con un gran sabor de boca, puesto que, una vez más, el amigo Chimenea me demostró que es un reclamo en toda regla. Además, como se puede comprobar, la pareja abatida no son de granja, sino todo lo contrario. Pero, es más, hoy estrenaba puesto portátil en sustitución del que me robaron quince días atrás. Toda una jornada completapara recordar.
Esta son las cuatro imágenes de la tarde. En la primera se ve a Fuensan en un momento del puesto. En la segunda, a Chimenea con la pareja abatida. La tercera y cuarta recogen la patas del macho y hembra.







miércoles, 8 de febrero de 2012

CUANDO LA AFICIÓN PUEDE MÁS QUE LA CABEZA.


      Aunque no había llovido desde el amanecer, las tierras eran un auténtico fanguetal  y escupían agua por todas partes. Había balsas por todos sitios, pantanos saliéndose, sembrados inundados, regajos y arroyos desbordados..., lo que indicaba que había caído agua a chuzos en los últimos días. Tan es así que el arroyo Malagón a su paso por la mina del Toro –Puebla de Guzmán-, no había quien lo pasase. Por consiguiente, para acceder al Soldado, coto del que era socio por aquellas fechas, había que dar un gran rodeo por Zurita, la finca colindante. Pero, aun yendo por allí, no era tarea fácil, ya que los coches se quedaban atascados cada dos por tres y, máxime, los que no eran todoterrenos, como era mi caso.
            Con estas condiciones climatológicas tan adversas, lo mejor era quedarse en casa, pero nada más lejos de la realidad, puesto que, aunque llevaba lloviendo casi sin parar los meses de noviembre y diciembre, esperábamos el fin de semana como si fuera el maná. Estaba claro que podía más la afición que la cabeza.
            Pues con estas trazas, habíamos llegado el viernes por la tarde al cortijo, pero la mala climatología nos impidió dar el puesto. Por ello, no nos quedaba otra alternativa que mirar y remirar por la ventana y puerta para ver si cambiaba el panorama. Pero nada, no pudo ser.
            La mañana del sábado, aunque se presentó gris y encapotada, con el paso del tiempo empezaron a abrirse grandes claros, por lo que, sobre las diez, decidimos dar el puesto. Así, con la ropa de agua a cuestas, por si las moscas, me dirigí a echar el rato con uno de mis reclamos. Pero, el fuerte viento que había dejado el frente  que acababa de pasar hizo que, al rato, como ni mi pájaro, ni el campo estaban para  sinfonías, volviera al cortijo con la idea de tomar un tente en pie y buscar el sitio del puesto de la tarde.
            Con esta idea, después de un pequeño bocado, me acerqué con mi Renault 14 para ver cómo estaba la pasada de un regajo que tenía que atravesar, ya que, donde quería dar el puesto, estaba en la otra parte de la finca y, para ello, no tenía otra alternativa que la de acceder al otro lado.
            Una vez allí, pude comprobar que aquel arroyuelo iba tan crecido que mi coche  nunca podría pasar al otro lado. Por lo tanto, había que buscar un estrechamiento de su curso para poder saltar a la otra parte. Para ello, busqué corriente abajo, pero no era una empresa fácil, ya que iba desbordado y con una fuerza imponente de sus achocolatadas aguas, Sin embargo, aprovechando las raíces  de una encina que habían quedado al descubierto por la continua erosión del agua, me las ingenié para montar una pasarela con unas tablas y hierros que busqué.  El viento empezaba a desaparecer y el sol, que le había ganado la partida a las nubes, me habían puesto los “dientes largos”.
            Una vez terminada la “obra de ingeniería”, volví al cortijo y, entre bromas de los compañeros al enterase de lo que había fabricado, fuimos comiendo y pasando el rato hasta la hora del puesto de la tarde. De este modo, sobre las cuatro, cargué todos los cacharros y el reclamo en el coche y me dirigí hasta el lugar por donde debía pasar.
            Una vez allí, me cargué a las espaldas todos los trastos y, con excesivo cuidado y bastante miedo metido en el cuerpo, conseguí, no sin grandes esfuerzos, pasar al otro lado del arroyo.
            A continuación, tras liviana caminata, preparé el colgadero y di el puesto que, si no recuerdo mal, fue bueno, ya que conseguí tirar una collera, si la memoria no me falla.
            Más tarde, y otra vez cargado con todos los pertrechos, me encontraba de nuevo a pie de “puente”. Pero ahora, la travesía de aquella rudimentaria pasarela  no iba  a ser fácil, aunque el agua había bajado bastante de nivel. Así, esta vez, aquel puentecete que horas antes había construido, falló. Cedieron las tablas torpemente amarradas y, aunque intenté agarrarme a grandes adelfas que había en una de las orillas, no conseguí llegar a la otra, por lo que, al final, tras romperse una de la ramas a la que me había sujetado, cuerpo y cacharros estaban en medio de la gran corriente de agua.
            Aunque me encontraba impresionado por lo que acaba de ocurrir y con gran friolera por la baja temperatura del agua, desde el primer momento, me di cuenta desde un primer momento que la cosa pintaba bastos. Pero estaba claro que no había llegado mi hora, por lo que “alguien” me debió echar una buena mano ya que, al caer, mi portátil, que lo llevaba en bandolera, se había enganchado en la vegetación, lo que hizo que la corriente no me arrastrara. De todas formas, estaba inmerso en una situación complicada y había que salir de ella lo antes posible. Cosa que conseguí tras ímprobos esfuerzos y un buen rato de lucha contra la fuerza del agua y la imposibilidad de asirme a algo fuerte que me permitiera salir indemne de aquel atolladero. Pero, al final, lo conseguí. La rama de una buena adelfa fue mi salvación.
            Una vez en la orilla, a salvo y chorreando agua por todos partes, empecé a darme cuenta de la gravísima situación que había superado y la gran suerte que me había acompañado. Afortunadamente, el reclamo que me acompañaba aquella tarde, también había salvado el pellejo. Sólo me faltaba la escopeta, el banquillo y la pareja de patirrojas. El arma la recuperé sobre la marcha, el banquillo lo encontré la semana siguiente, enganchado en la maleza, pero, de las perdices abatidas, nunca más se supo.

lunes, 6 de febrero de 2012

DE MONTERÍA: CALAÑAS 5 DE FEBRERO.

                     
                           “CON CARA DE TONTO".
Ayer, día 5 de febrero, fue un domingo como otro cualquiera para los monteros. Uno de esos, en el que uno se levanta temprano, se carga de bártulos y chismes y se encamina derechito al campo, con la única idea de echar un buen día de caza con los amigos y, de paso, si hay suerte y entra algo,  intentar aprovechar la oportunidad.
En esa línea, mi hijo Pablo, montero hasta los dientes, era la idea que tenía, pero,  como explicaré a continuación, tristemente, no fue lo que ocurrió.
Yo, no pude acompañarle, pues los pájaros y el “celo” me tienen entretenido con la jaula a cuestas, ya que, cada cazador tenemos nuestras prioridades.
            Se monteaba la mancha Perrunosa, con buenos resultado, cobrándose al final unos 14 cochinos y 10 venaos.
Pero, sin darle más vueltas a los preámbulos, vayamos a lo acontecido, y que fue muy desagradable para mi hijo.
En el sorteo, le había tocado una buena armada de cierre. De esas que tienen buenos escapes a las manchas colindantes. Su postura fue la 14, dos antes del postor -el buen amigo Chesco. Para mi hijo, que de esto algo entiende, en cuanto vio la puerta, se le hizo la boca agua, pues tenía ante sí, una de las que todo montero espera que le toque. La postura era en cuestión, una gran barranca que moría a sus pies y unos buenos collados querenciosos para los venaos.
            Para empezar, nada más comenzar la mancha,  le entraron varias tropillas de ciervas, pero, siempre sin machos, hasta que llegó el lance en cuestión.

Mi hijo, cazador de esos que cumplen las normas y, por supuesto, las posturas, se ha ido a topar con un vecino de puerta, de los que sólo se interesan por él mismo y miran poco por los demás.
Así, tras una buena ladra, Pablo divisaba una verdadera mole de cochino que venía barranco arriba derechito para él. En ese momento, según su versión, se le salía el corazón del pecho pensando si, lo que tenía ante sus ojos, sería el cochino de su vida.
Sin embargo, la postura 15 lo tenía a tiro antes que él. Y así fue,  pero erró en los tres disparos que realizó, por lo que, el cochino prosiguió su camino, barranco arriba , en dirección a la puerta 14. Pablo, tras tragar varias veces saliva, se tranquilizó para no fallar oportunidad semejante. No obstante, en el momento que comienza a apuntar a tan tremendo cochino, esperando el momento idóneo, se da cuenta que su vecino de la 15, viene corriendo carril adelante y, que encima, cuando divisa de nuevo al guarro, le suelta otros dos "estacazos" más, abatiendo a esa mole de unos 90 kg de carne a unos 25 metros delante de él que, viendo lo que sus ojos captaban,  se queda con cara de tonto y pensando que no podía ser verdad lo que estaba ocurriendo.
En aquel momento, se le aproxima mi hijo y le dice:
- Compañero, no lo has hecho nada bien, lo has matado en mi puerta y delante mía.
A lo que este buen señor, por llamarle de alguna forma,  le contesta:
- No te preocupes, es muy grande, pero, es una cochina. Tranquilo, que el siguiente te lo dejo pasar.
Mi hijo, cuando me lo relataba, aún no se lo podía creer y, máxime, cuando hubo un poco de recochineo. Parece ser que no le bastó con tirarlo fuera de su postura  y moverse de la puerta, con el peligro que ello entraña.
Para terminar, y a modo de reflexión, me preguntaría: ¿dónde está la ética cinegética?, ¿dónde está el respeto a los compañeros/as?, ¿vamos a cazar, o a aumentar el número de reses abatidas sin el más mínimo recato en la forma de hacerlo?
Creo que estas son cuestiones que no tienen duda alguna. Mi opinión es que todos debemos ir a pasar un buen día al campo con los amigos y, si hay suerte, pues mejor. Pero, el objetivo, nunca debe ser el ir a matar y, menos, pasando por encima de los demás a cualquier precio.
Gracias a Dios, a mi hijo le han serenado los años, ya que una jugarreta de éstas no le sienta bien a nadie y, menos mal, que sólo ha quedado en una desagradable anécdota al ser la res abatida una hembra y no un ejemplar como el que consiguió, domingos atrás, el amigo Mario..
Luego, una vez pasado el mal trago, y para quitarse el cabreo, una buena comilona con amigos, como se puede ver en las fotos, sienta de maravilla.
En esta instantánea vemos a Chesco, amigo y postor, con dos familiares de Jerez de los Caballeros. Manuel, el segundo por la derecha, ha tirado un buen aparato que se ha ido, porque no quería quedarse a jugar a las cartas, jajajajajajaja.



En esta segunda, el tapete con carnes a la brasa y demás exquisiteces degustadas al final de la jornada.

jueves, 2 de febrero de 2012

LA CAZA DEL PÁJARO FINO AL PASO.


Estas son las tres especies que se pueden cazar en Andalucía con la red al paso: jilguero, verderón/verdón y pardillo/jamaz. Las imágenes de ellos, que vienen a continuación, están tomadas de internet y pertenecen a diferentes autores.




Dentro de las muchas modalidades de caza, en Huelva y otras provincias limítrofes, tradicionalmente, se practica una de ellas que, además, cuenta con muchísimos adeptos. Me estoy refiriendo a la caza con red del pájaro fino o fringílidos -jilguero, verdón, pardillo/jamaz-. También se pueden capturar, porque, algunas veces, vienen junto con los tres anteriores, otras especies como el pinzón, chamariz y lúgano. Sin embargo, estos últimos hay que soltarlos porque no está permitida su captura.
  
Este tipo de caza, legal, por supuesto, se lleva a cabo durante parte de los meses de octubre y noviembre, es decir, cuando estas aves están en bandos y preparadas para la fase migratoria. Al igual que en otras modalidades, hay que sacar la licencia correspondiente. El número de capturas permitidas en nuestra Comunidad es un máximo de cinco ejemplares/día, independientemente del sexo y de la especie.
  
Al igual que en reclamo de perdiz, se utilizan ejemplares enjaulados para atraer a  a ejemplares de su misma especie que, por esas fechas andan juntos para marcharse a lugares de invernada o, como suele ocurrir otras veces, se reúnen en bandillos para pasar la estación fría del año. A éstos últimos se les llama criollos por estas tierras.

Las "herramientas" de caza a utilizar son las siguiente: los reclamos enjaulados -normalmente: jilgueros, verdones y jamaces-, los pinchos para colgarlos, las julas para silvestrismo, una red de dos hojas de 5/7 metros y sus correspondientes varales, los jarilleros -pájaros embragados-, la jarilla -artilugio de madera para que el pájaro jarillero de turno revolotee- y las galeras -vegetación sujeta a un asiento para que el pájaro silvestre se pose-. Sin embargo, no se utiliza aguardo, sino que los cazadores se colocan a cierta distancia de la red, sentados, pero, totalmente al descubierto.

 Dibujo/esquema sobre una red de dos hojas con los reclamos rodeándola.


Dos tipos de jaula y una jarilla para el pájaro embragado.




En la zona onubense, al lugar donde se coloca la red se le denomina postura. Esta, debe estar limpia de vegetación para que el pájaro de paso no se pose más que en las galeras correspondientes que, por cierto, como normalmente se cazan indistintamente las tres especies citadas, la vegetación que llevan puede estar formada por cardo borriquero, mortiño, torvisca, lentisco…

Normalmente, este tipo de caza da comienzo con el amanecer, que es cuando el ave de paso se mueve más y finaliza sobre las doce o las trece horas, cuando el pájaro se echa en la arboleda en busca de comida o a descansar. Durante estas horas, el continuo canto los reclamos es una verdadera maravilla y, más, cuando los jilgueros, verdones o jamaces revolotean sobre ellos. Es entonces cuando el que está encargado de la jarilla –suelen ir dos o tres y uno de ellos se encarga de la red y otro de los jarilleros-, la mueve mueve tirando de la cuerda para que lo vean y, así, se posen en la galera, momento en el que el de la red tira de la cuerda para que salten las dos hojas y, de esta forma, atrapar a los que estén posados o revoloteando cerca de las galeras. Luego, los cazadores se acercan, normalmente, a la carrera, hasta la red, cogen los pájaros que han quedado en la red. Los que más le gusten, normalmente machos, los meten en un jaulón destinado a dicho cometido, los que no, se devuelven a la libertad. 

El aficionado a esta modalidad cinegética, al igual que los cuquilleros, están todo el año cuidando a sus reclamos. De hecho, momentos tan importantes como la muda que, normalmente, se hace tapando al correspondiente ejemplar durante bastantes días para facilitar la misma, el encele de los pájaros y preparación para la caza se hace con el máximo cuidado y mimo. 


 En estos dos vídeos se puede observar la caza del pájaro fino con red.


miércoles, 1 de febrero de 2012

FRASES PARA EL MES DE FEBRERO.

           
             Para este mes, sirvan estas dos citas que tienen como fuente a nuestra madre Naturaleza.

            "La naturaleza ha hecho al hombre feliz y bueno, pero la sociedad lo deprava y lo hace miserable" ( Jan Jacques  Rousseau, filósofo francés).

             "Vivimos en una época peligrosa. El ser humano ha aprendido a dominar la naturaleza mucho antes de haber aprendido a dominarse a sí mismo" (Albert Schweizter, filósofo alemán).