“CON CARA DE TONTO".
Ayer, día 5 de febrero, fue un domingo como otro cualquiera para los monteros. Uno de esos, en el que uno se levanta temprano, se carga de bártulos y chismes y se encamina derechito al campo, con la única idea de echar un buen día de caza con los amigos y, de paso, si hay suerte y entra algo, intentar aprovechar la oportunidad.
En esa línea, mi hijo Pablo, montero hasta los dientes, era la idea que tenía, pero, como explicaré a continuación, tristemente, no fue lo que ocurrió.
Yo, no pude acompañarle, pues los pájaros y el “celo” me tienen entretenido con la jaula a cuestas, ya que, cada cazador tenemos nuestras prioridades.
Se monteaba la mancha Perrunosa, con buenos resultado, cobrándose al final unos 14 cochinos y 10 venaos.
Pero, sin darle más vueltas a los preámbulos, vayamos a lo acontecido, y que fue muy desagradable para mi hijo.
En el sorteo, le había tocado una buena armada de cierre. De esas que tienen buenos escapes a las manchas colindantes. Su postura fue la 14, dos antes del postor -el buen amigo Chesco. Para mi hijo, que de esto algo entiende, en cuanto vio la puerta, se le hizo la boca agua, pues tenía ante sí, una de las que todo montero espera que le toque. La postura era en cuestión, una gran barranca que moría a sus pies y unos buenos collados querenciosos para los venaos.
Para empezar, nada más comenzar la mancha, le entraron varias tropillas de ciervas, pero, siempre sin machos, hasta que llegó el lance en cuestión.
Mi hijo, cazador de esos que cumplen las normas y, por supuesto, las posturas, se ha ido a topar con un vecino de puerta, de los que sólo se interesan por él mismo y miran poco por los demás.
Así, tras una buena ladra, Pablo divisaba una verdadera mole de cochino que venía barranco arriba derechito para él. En ese momento, según su versión, se le salía el corazón del pecho pensando si, lo que tenía ante sus ojos, sería el cochino de su vida.
Sin embargo, la postura 15 lo tenía a tiro antes que él. Y así fue, pero erró en los tres disparos que realizó, por lo que, el cochino prosiguió su camino, barranco arriba , en dirección a la puerta 14. Pablo, tras tragar varias veces saliva, se tranquilizó para no fallar oportunidad semejante. No obstante, en el momento que comienza a apuntar a tan tremendo cochino, esperando el momento idóneo, se da cuenta que su vecino de la 15, viene corriendo carril adelante y, que encima, cuando divisa de nuevo al guarro, le suelta otros dos "estacazos" más, abatiendo a esa mole de unos 90 kg de carne a unos 25 metros delante de él que, viendo lo que sus ojos captaban, se queda con cara de tonto y pensando que no podía ser verdad lo que estaba ocurriendo.
En aquel momento, se le aproxima mi hijo y le dice:
- Compañero, no lo has hecho nada bien, lo has matado en mi puerta y delante mía.
A lo que este buen señor, por llamarle de alguna forma, le contesta:
- No te preocupes, es muy grande, pero, es una cochina. Tranquilo, que el siguiente te lo dejo pasar.
Mi hijo, cuando me lo relataba, aún no se lo podía creer y, máxime, cuando hubo un poco de recochineo. Parece ser que no le bastó con tirarlo fuera de su postura y moverse de la puerta, con el peligro que ello entraña.
Para terminar, y a modo de reflexión, me preguntaría: ¿dónde está la ética cinegética?, ¿dónde está el respeto a los compañeros/as?, ¿vamos a cazar, o a aumentar el número de reses abatidas sin el más mínimo recato en la forma de hacerlo?
Creo que estas son cuestiones que no tienen duda alguna. Mi opinión es que todos debemos ir a pasar un buen día al campo con los amigos y, si hay suerte, pues mejor. Pero, el objetivo, nunca debe ser el ir a matar y, menos, pasando por encima de los demás a cualquier precio.
Gracias a Dios, a mi hijo le han serenado los años, ya que una jugarreta de éstas no le sienta bien a nadie y, menos mal, que sólo ha quedado en una desagradable anécdota al ser la res abatida una hembra y no un ejemplar como el que consiguió, domingos atrás, el amigo Mario..
Luego, una vez pasado el mal trago, y para quitarse el cabreo, una buena comilona con amigos, como se puede ver en las fotos, sienta de maravilla.
En esta instantánea vemos a Chesco, amigo y postor, con dos familiares de Jerez de los Caballeros. Manuel, el segundo por la derecha, ha tirado un buen aparato que se ha ido, porque no quería quedarse a jugar a las cartas, jajajajajajaja.
En esta segunda, el tapete con carnes a la brasa y demás exquisiteces degustadas al final de la jornada.
¿Cuantas veces nos volveran a pasar estas y otras cosas José Antonio?
ResponderEliminarLa caza es así, por eso me gusta cazar con grupos conocidos, pero a pesar de ello algunas veces pasa.
Saludos y feliz reclamo.
Con la venia Señoría:
ResponderEliminarLa perdiz con reclamo, no se caza por celo, se caza por la defensa de su territorio, pues con tanto haber dicho "de campo" y "de celo", !ASÍ NOS VA ¡
Saludos y suerte con la caza.
PD. Ya sé que no es el tema en cuestión, pero, la palabreja "celo" no nos imaginamos el daño que nos está haciendo a los cazadores con reclamo.
Mi querido amigo Juan Luis.
ResponderEliminarCuando utilizo celo, entrecomillado, no me estoy refiriendo a las patirrojas, sino a quien suscribe. Y bien bueno para decir la verdad.
Ya he dicho más de una vez que la perdiz no se caza en época de celo, sino mucho antes.
Un saludo.
Hola de nuevo, en cierta ocasión, leí un antiguo refranero castellano que si mal no recuerdo decía algo así:
ResponderEliminarSi en caza y en amores te metieres
salieres como pudieres.
Saludos.