lunes, 28 de diciembre de 2015

VOLVEMOS A LAS MONTERÍAS




Después de un mes y medio apartado del mundo de la caza por motivos de salud, este pasado domingo acompañé a mi hijo Pablo y a mi hermano Adolfo a Calañas para echar el rato de montería y volver a charlar con los amigos monteros de la localidad andevaleña.

Así, con una mañana fría y con viento, se monteó la mancha La Atalaya, finca situada en la zona del Cobujón y con una preciosa vegetación de pino piñonero eucaliptus y monte bajo y que año tras año presenta unos buenos números de reses abatidas. De hecho, aunque marranos cada vez hay menos por la zona, siempre se va a las puertas que han correspondido en los sorteos con la ilusión de abatir algún buen ejemplar, como de hecho ocurre de vez en cuando. Por el contrario, casi todas las manchas de Calañas están bastante buenas de venaos, lo que se traduce en buenos ejemplares en la mayoría de las jornadas venatorias.

El resultado de ayer no fue malo puesto que se abatieron unos buenos pocos de ciervos -todos con más de diez puntas, premisa para poder dispararles-, algunas ciervas y ocho guarros. Entre ellos, mi hijo Pablo se quedó con un venadete de once puntas y mi hermano una cochina medianeta y una cierva.

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