Este pasado viernes, 17 de junio, me he trasladado por la tarde-noche, en compañía de mi mujer, María José, Tania, nuestra téckel y mis seis reclamos a tierras de Punta Umbría, para descansar durante el largo verano que se nos presenta y huir del calor de Huelva.
El sábado, lo hemos dedicado a la limpieza de nuestro pequeño ático y preparar todas las dependencias de la casa –pocas para ser exacto- y la terraza que, para nosotros, es la parte principal de la vivienda en la época estival.
Las playas de esta localidad costera onubense son una auténtica maravilla, como pudimos comprobar, una vez más, el domingo por la mañana, cuando salimos a dar el paseo diario y como lo pueden testificar todos/as las que las conocen. Pero para quien no haya pasado nunca por este rincón de la geografía andaluza, sirvan estas imágenes para que se hagan una pequeña idea de la belleza y grandeza de las mismas.
Estas dos, tomadas a las ocho y treinta de la mañana, por tanto solitarias a esas horas, corresponden a la playa de la Ría y puerto/muelle de la localidad.
Las dos primeras, de las cuatro siguientes -todas correspondientes a la playa del Océano-, fueron tomadas a la hora anteriormente citada. Las dos últimas, a la hora del baño, sobre las trece horas, cuando la playa estaba de bote en bote.
Pues, como hay cosas que no se pueden dejar atrás, porque nadie “cuida al caballo como su propio dueño”, Punta Umbría, también será la residencia de verano de seis de mis siete reclamos, ya que sólo tengo un jaulero para dicho número. Por tanto, el séptimo, un pollo que me vendió Rafael, el dueño de la pajarería “Fuensanta, de Córdoba, me lo cuida un amigo.
El primero es El Cojo, que cumplirá ocho celos. Fue un gran reclamo, pero desde su accidente y posterior amputación de una de las extremidades, ha hecho poco. Le daré algún puesto, el próximo año, a ver qué tal está y, si sigue igual, lo dejaremos tranquilamente hasta que le llegue “su hora”. El segundo es Guerrilla, cazará su sexta temporada. Es muy trabajador y se le tira caza, pero le faltan recursos cuando hay atranques. El tercero es Facul, que cazará el cuarto celo y este año ha estado muy flojo. El cuarto, es Chimenea, de la granja granadina de dicho nombre y con un trabajo excepcional. Cazará su segundo celo y, de pollo, tras una excepcional temporada, con muy pocos puestos –máximo diez-, se le abatieron quince patirrojas. El quinto es Manchego, un pollo de Toledo, regalo de un amigo. Tiene muy buena música y, sin escopeta, después de acabar la temporada, dio dos grandes puestos con campo en plaza. El sexto, Montero, es un regalo de un compañero de trabajo. Es manso y tiene muy buena pinta. Es un “rubio” y procede de la granja El Plantel, de Córdoba.
En el ganao que me acompaña, no hay ningún fuera de serie, pero seguro que me “avío”. Hoy día, lo único que quiero, es salir al campo, disfrutar con todas las maravillas que un día alguien puso en nuestras manos y, de camino, si “mojo”, mejor que mejor, pero si no, que es lo más normal, otro día será. Pero de ansiedades, nada de nada. Aun así, creo que el amigo Chimenea, de granja, para dejarlo bien claro, si no se estropea, creo que hará época. Tiene algo en su “trabajo”, bastante completo y “limpio” por cierto que, al campo, lo debe poner sentimental, ya que si no fuera así, no le entraría con tanta facilidad como lo hacen: bien salvaje puro, o el que no lo es.
Para terminar, con gran pesar porque tenía puesto en él muchas esperanzas, tengo que decir que, “Redoble”, un pollo portugués con gran trabajo en el farolillo, aunque por distintas causas, no pude tirarle en este su primer celo, ha sido baja, posiblemente por infarto o congestión.
Estos son los sinónimos de felicidad...como tú bien sabes...
ResponderEliminarYo añadiría unas "josefitas" y unas "patatas a la brava".
Que lo paséis bien, un saludo.
Que disfrutes J.Antonio..........., por cierto, el dueño de la pajarería de La Fuensanta, de Córdoba, se llama Rafael, "Rafalín el de la Fuensanta".
ResponderEliminarUn saludo
NACHO