Este pasado sábado, 16 de agosto, fiesta de los marineros y de su Virgen del Carmen, hemos aperturado la temporada oficial de caza en el coto “La Dehesa”, de Puebla de Guzmán.
Algunos de los socios dormimos, si así se puede llamar, el viernes en el cortijo. Echamos el rato de charla y copas, tras el largo descanso que nos impone la veda y, luego, durante las primeras horas de la madrugada, tuvimos que soportar el ataque despiadado de la aviación –los mosquitos-, hasta que los cuerpos, rendidos por el agotamiento de la vueltas y vueltas en la cama, con la correspondiente calor, pasaron a estado de “catalepsia”. Eran sobre las tres de la mañana.
A la seis y media, preparación del café, rebanás, llegada del resto de socios y, sobre las siete y media, no con mucho entusiasmo, por el poco “ganao” que se había visto hasta entonces, rumbo a las manchas que íbamos a dar.
El sol despuntaba y los que íbamos levantando al caza, comenzamos a movernos por medio del monte.
En la primera y segunda mancha, decepción total. Cuatro conejos fue el resultado. Sin embargo, en la dos siguientes, como aparecidos del sombrero del mago Tamariz, el “personal”, salía de todos lados. Tan es así que, aparte de los muchos fallos de las puertas y de los de detrás, conseguimos veintisiete conejos, para satisfacción e incredulidad de todos, entre los que me incluyo muy especialmente, ya que después de haber dado muchas vueltas por el coto con anterioridad, en fechas diferentes, no tenía ni idea de lo bien que estaba aquella parte de la finca. Está claro que el campo es así, nos sorprende cada vez que quiere.
Por consiguiente, sobre la diez y cuarenta y cinco, dimos por terminado la primera jornada de descaste, ya que había para partir a tres “piezas por barba”. Lo suficiente para como están hoy día los cotos, por lo menos por esta zona, donde el conejo, al contrario de otras partes de Andalucía, casi se ha extinguido. Como curiosidad, reseñar que, unos de los conejos cobrado. no lo fue tras un tiro, ya que tras los tres correspondientes, el amigo Gabriel no le hizo blanco, pero sí con la culata de la escopeta al pasar a su lado como una centella.
El día, además, nos deparó otras alegrías: los pantanos están llenos de anátidas en fase de cría y pudimos observar un buen bando de perdigones recién nacidos, señal fehaciente de que han vuelto a anidar después de las grandes tormentas de finales de mayo. Por tanto, y a modo de resumen, puedo decir que, este primer día, fue una jornada cinegética bastante buena.
Estas imágenes que vienen a continuación resumen una buena jornada de caza.
Estas imágenes que vienen a continuación resumen una buena jornada de caza.
Este buen "langostino" es normal encontrárselo entre el monte colgado de su red.
Un descanso del personal menos joven entre mancha y mancha.
Tras la jornada de cacería, foto para el recuerdo de la misma y desembuchar los conejos.
Por último, y como parte de una jornada cinegética, no faltó un buen bocado. Así, se le hincó el diente a algunos productos de la tierra.
hola soy marina,espero aparecer en las proximas fotos....he pasado un dia muy agradable,el blog es muy bonito,leyendo esto se aficiona al mas incredulo de esta tan bonita aficcion como es la caza......gracias
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