viernes, 1 de julio de 2011

TEMA PARA EL MES DE JULIO: "DESCUBRIR EL AMOR".


  Buscando textos para que los alumnos/as, consumieran los últimos días del curso, me tropecé con este maravilloso cuento, del que desconozco su autor, y que nos habla de las cualidades humanas. Creo que, aunque está enfocado para los niños/as, no nos vendría muy mal tenerlo como referente en nuestras vidas. No son frases, de personajes famosos, pero seguro que nos da que pensar.                     

Hace mucho tiempo se reunieron, en un lugar de la Tierra, todos los sentimientos y las cualidades de las personas. Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la tolerancia (siempre atenta a las necesidades de sus compañeros), les propuso:

-“¡Vamos a jugar al escondite!".

El respeto, levantó la ceja, intrigado, y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: "¿Al escondite? ¿Y cómo se juega?". "Es un juego –explicó la tolerancia-, en que yo me tapo, los ojos y comienzo a contar desde uno hasta un millón, mientras vosotros os escondéis. Cuando haya terminado de contar, al primero de vosotros que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego".
El entusiasmo bailó, la alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda e incluso a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no  todos quisieron participar. La soberbia opinó que era un juego muy aburrido -en el fondo lo que la molestaba era que la idea no hubiese salido de ella-. Y la cobardía prefirió no arriesgarse. 'Uno, dos, tres...", comenzó a contar la tolerancia.
La primera en esconderse fue la pereza que como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino.
La envidia se escondió tras la sombra del triunfo que con su propio esfuerzo había logrado subir hasta la copa del árbol más albo.
La generosidad no sabía dónde esconderse. Cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. ¿Un lago cristalino? Ideal para la belleza. ¿El hueco de un árbol? Perfecto para la timidez. ¿El vuelo de la mariposa? Lo mejor para la independencia. ¿La ráfaga del viento? Magnífica para la libertad. Así terminó ocultándose tras un rayo de sol. El egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio. Ventilado, cómodo... pero sólo para él.
La mentira se escondió en el fondo de los océanos -¡mentira! en realidad se oculto detrás del arco iris-; y el olvido... se me olvidó dónde se escondió... pero eso no es lo más importante.
Cuando la tolerancia contaba 999.999, el amor aún no había encontrado un sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado... hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.
'¡Un millón!' –gritó la tolerancia y comenzó a buscar-. Primero encontró a la pereza, a solo tres pasos de una piedra. En un descuido encontró a la envidia y claro, pudo deducir dónde estaba el triunfo... Al egoísmo no tuvo ni que buscarlo: él solito salió disparado de su escondite, ¡que había resultado ser un nido de avispas! Cerca del lago descubrió a la belleza y a la duda la encontró sentada sobre un banco, sin decidir todavía en qué lado esconderse.
Así fue encontrando a todos. Al talento, entre la hierba fresca; a la angustia, en una oscura cueva; a la mentira, detrás del arco iris... -¡mentira! si ella estaba en el fondo del océano-. Y hasta al olvido... que ya se había olvidado que estaba jugando al escondite, pero solo el amor no aparecía por ningún sitio.
La tolerancia buscó detrás de cada árbol, en cada arroyo del planeta y en las cimas de la montaña, pero no pudo encontrarlo y después de quejarse a los cuatro vientos les dijo a sus compañeros:
-¡Dejemos de buscarlo, ya aparecerá!
El amor esperó varias horas en su escondite, pero al darse cuenta que nadie vendría por él, decidió salir por sí mismo e ir al encuentro de los demás.
Unos minutos después, los encontró a todos bajo la sombra de un árbol, se acercó a ellos y les dijo:
-Lo que vosotros habéis hecho conmigo, es lo mismo que ocurre en el mundo. Las personas se quejan porque dicen que falta amor en el mundo y, sin embargo, no se dan cuenta de que estoy muy bien escondido en sus corazones y de que primero deben buscarme en su interior. Sus amigos se sintieron avergonzados, pero el amor los perdonó, se despidió de ellos y muy rápidamente se fue a esconder en el corazón de alguna persona. ¿Se habrá escondido en el tuyo o en el mío? ¡Vamos a buscarlo juntos!

1 comentario:

  1. Se puede decir más alto pero no más claro, son textos que yo añadiría al zurrón del cazador en el cual sobran muchos "papeles" (seguros, permisos etc.).
    También añadiría las fabulas de Esopo y de Samaniego.
    Creo que serían los mejores textos para el examen de los futuros cazadores.
    Muy buena la entrada de este blog.
    Un caluroso saludo.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.