Chimenea y su elegancia en el farolillo. |
Pues bien, si hace cuatro años
dije que no sabía, al ser de granja, cuánto duraría ofreciendo el máximo nivel, hoy vuelvo a repetir lo
mismo. Pero la realidad, totalmente incuestionable y demostrada, es que los cinco
maravillosos años que me dado no se los quita nadie. No sé si setenta y tres
patirrojas rodadas a sus pies, que son las que lleva en las cinco temporadas, son muchas o pocas para lo que se supone un
reclamo puntero o de bandera, pero su excepcional música con un poderoso reclamo incluido, su tranquilidad, los recursos que utiliza y su elegancia y belleza que demuestra en el repostero están fuera de
toda duda. Y lo curioso del caso es que, en casa o cuando voy a cualquier
finca a echar unos días de cuelga, mientras los demás reclamos se desgañitan con sus machacones cánticos,
él sólo emite, de vez en cuando, un imperceptible cuchicheo y pica repetidamente
el aro de madera de su jaula, justamente como suele hacer cuando barrunta a las patirrojas y éstas están a punto de entrar en plaza.
Para finalizar, siempre
he dicho que soy de los que pienso que nunca ha pasado por mis manos un fenómeno o de bandera, y no sé, dada mi alta
exigencia, si él lo será, pero lo que si tengo claro es que, como Chimenea, pocos aterrizarán en mi jaulero,
bien de granja como es él o de campo, aunque de estos últimos cada vez llegan
menos a mí poder por las razones que ya he expuesto muchas veces. Comenzó su formidable andadura con un gran puesto hace cinco
años, en una mañana de viento y agua y, hace unos días, ha terminado esta temporada
con otro del mismo estilo, aunque muy diferente en lo meteorológico.
Algunos momentos de esta temporada. La primera imagen nos muestra la herida que sufrió en una pata al dispararle a una hembra y rebotarle un plomo o trozo de laja. En la segunda, tercera, cuarta y quinta se puede apreciar la clásica y esbelta postura de Chimenea en el pulpitillo. En la sexta se le ve con tres perdices a sus pies,. En la séptima se le puede ver con la última pareja abatida en Ciudad Real.
Amigo José Antonio, me alegra mucho el reconocimiento que haces a tu CHIMENEAS, creo que su nombre le vendrá por su origen, yo tuve uno de allí el cual se llamaba ASPIRINA, pocos han pasado y pasaran pos mi jaulero como él, murió con once celos, entre mis compañeros de cacería era muy conocido, lo dejaba suelto en el campo se daba su baño de tierra y le ponía su jaula y entraba en ella, era un pájaro especial.Saludos
ResponderEliminarPues sí, de Chimeneas (Granada)
ResponderEliminarEl amigo y compañero de profesión Pepe Ariza, me lo envió con su hijo en un lote que iba para una suelta en la localidad onubense de Paymogo.
Poco más decirte, ya lo felicité por lo que me había enviado. Un gran reclamo.
Saludos.