Este artículo, extraído de mi libro Con la jaula a cuestas, segunda edición, lo traigo al blog para compartir con quien le pueda interesar
Pepe, Pepito, Pepillo, Pepín, Joselito, Josecito, Joselín, Joselillo…; Paco, Paquito, Paquillo, Fran, Quico, Isco, Frasco, Chesco, Curro, Currillo… son diferentes apelativos que utilizamos para nombrar a las personas que tienen por nombre José o Francisco, respectivamente. Ni que decir tiene que en otros muchos aspectos de la vida sucede lo mismo y, por supuesto, nuestra afición, la caza de la perdiz con reclamo, no iba a ser menos. Debido a ello, infinidad de acepciones se utilizan en las diferentes zonas de nuestra geografía para nombrar a muchos de los útiles, personas, lugares, situaciones… que intervienen de una forma u otra en la ancestral caza del “cuco”. Tan es así que, a veces, al escuchar o leer cuestiones puntuales sobre nuestra afición, surgen palabras cuyo significado desconocemos y tenemos que esforzarnos y darle rienda suelta a nuestra imaginación para saber de qué se está hablando o escribiendo. Por citar un ejemplo aclaratorio sobre este capítulo, si en el Andévalo de Huelva a la sayuela se le llama funda, en la Sierra Norte de Sevilla se le conoce como mantilla y en muchas zonas de Granada, como cobija.
Por
tal motivo, este apartado tiene como objetivo el dar a conocer algunas de esas
diferentes formas de nombrar a muchas de los vocablos que forman parte de
nuestro día a día perdigonero. Eso sí, como se comprobará, algunas expresiones
o cuestiones que presentan pocas acepciones o sinónimos; de otras tantas, por
el contrario, podemos encontrar bastantes. En esta línea, voy a exponer a
continuación diversos ejemplos incluidos en la amplísima y tradicional jerga
pajaritera.
Reclamo
de perdiz: macho o pájaro de jaula,
pájaro perdiz, perdigón, perdigacho, pájaro, “jaula”, cuco…
Reclamo
bueno: pájaro sobresaliente, pájaro
de bandera, primer “espada”, pájaro puntero, el figura, el fenómeno, el
campeón, el bueno, el mejor…
Reclamo
malo: mochuelo, burraco, petardo,
zarrio, “cantamañanas”, balconero, “quemasangre”, maula…
Perdices
de campo: patirrojas, “campo”, camperas,
montaraces, salvajes, autóctonas, montesinas…
Macho
de campo: macho salvaje, garbón,
gallo, machaco…
Hembra: hembrilla, pájara, pajarilla, “señora”, “dama”…
Espolón;
garrón, espuela, juanete, garbanzo, habichuela, haba…
Puesto para la caza del reclamo: tollo,
aguardo, chozo, choza, chamizo, escondite, boezuelo, apostadero, majano,
caseta, caracol, covacha, gavillera, caseta, cueva, esperil …
Plaza: plazuela, placeta, plazoleta, tiradero, rasa, ruedo,
rueda …
Tanto
o lugar para colocar el reclamo en el campo: mata, tantillo, tango, matojo, farolillo, peana, mampostero, menganillo, mono, mampuesto,
tanganillo, arbolillo, arbolete, arbolejo, hacho, moña, maceta, mata, púlpito,
pulpitillo, pulpillo, pinete, postela, canastillo, repostero, postero, reportero,
repuesto, atril, trono, mojón, mojoncillo, majanillo, candelero, castillejo,
castillete, torrecilla, palo, poyo, pincho (si está fabricado con material metálico)…
Asiento para sentarse
en el aguardo: silla, silleta, banquillo,
catrecillo, banqueta, poyete…
Lugar
para dar el puesto con el reclamo: colgadero,
cazadero, cucaero, postura…
Echarse para
detrás en la jaula el reclamo: hacer el
Cristo, tomar copas/copeteo, sacar agua, hacer el arco, hacer el asa de cántaro, volteo...
Cantar de reclamo:
canto de mayor, canto por alto, canto de cañón, reclamar, echar
unas jácaras, echar unas coplas…
Cuchichío:
cuchicheo, dar de pie, coleteo, curicheo, meloseo, guricheo, cafeteo,
castañeteo…
Titeo:
cañamoneo, llamada a comedero, llamada a trigo, hacer la carretilla…
Dar piñones:
piñonear, dar besos, dar o tirar pitas o pitos…
Maullar:
maulear, mayar, suspirar, dar quejidos…
Cargar el tiro:
quedarse al humo, salir al humo, no cortar el canto, no cortar al tiro, hacer el entierro,
hacer el funeral, cantar el responso, entonar el cántico funerario…
Matar una perdiz:
abatirla, dejarla seca, dejarla hecha un taco, dejarla sin mover una pluma,
mandarla a soñar…
Muda:
pelecha, pelecho, desplume, “espelecho”, cambio de plumas...
Conjunto de
utensilios cuquilleros: trebejos, chismes, cacharros,
bártulos, enseres, trastos, trastes,
cachivaches, chirimbolos, avíos…
Terrero:
cajón de muda, arenero, polvero, pelechero, desplumadero, cajonera….
Casillero:
repisa, tablero, posadero, jaulero, portajaula…
Sayuela:
sayota, funda, mantilla, capucha o capucho, capuchón, capillo o capilla,
capotillo, ropillo o ropilla, enagüilla, camisilla, camiseta, cobija,
cobijilla, capirote, saya, trapo, capeta, talega…
Asiento para la
jaula al salir al campo: esterilla, esterillo, peal,
pealillo, zalea, zaleílla, zalejuela, suelo, suelillo, suelecillo, solecillo,
sentón, espartuela, soletilla, capacho o capacha, capachillo o capachilla,
baleo, baleíllo, solera, plantillina, alfombrilla, pellejuelo, roal, roalillo...
Tronera:
mirilla, boquilla, boquete, pitera, visera, piquera, cañonera, disparadero, ventanuco,
portillo, lucana, lumbrera, respiradero, lucerna, aspillera, luneto, gatera…
Cazador
de reclamo: cazador de pájaro de
jaula, cazador de perdigón, aguardista, cazador de “cuco”, cuquillero,
chuchero, chuchillero, cuclillero, cuquero, perdigonero, pajaritero, jaulero,
colgador, puestero, tollero, perdigotero, reclamista, jibao…
Debo decir que, con este pequeño glosario, no he querido, Dios me
libre, dar una clase magistral de cómo se nombran en muchos rincones andaluces
y del resto de España algunas de las muchas cosas que, de alguna forma,
intervienen en la caza de la perdiz con reclamo. En realidad, aparte de los
vocablos y expresiones que conocía, otros muchos que aparecen aquí han llegado
a mí por vía de los muchos compañeros y amigos que tengo en diferentes rincones
de nuestra piel de toro o por consultas en algunos
tratados venatorios. Ahora bien, con el presente apartado, sí he pretendido, en
primer lugar, ahondar, escudriñar y curiosear en nuestro rico vocabulario
cuquillero y, posteriormente, darlo a conocer.
Como se ha podido comprobar, faltan muchas palabras, situaciones,
detalles…, pero es obvio que, si me extendiera más, tendría que escribir un
tratado completo sobre el diccionario pajaritero. Tan es así que, como se habrá
constatado, y por citar algunos ejemplos, no aparecen las conocidas bulanas o
recibir de pluma, el botarse, el rifarse, las embuchadas, el regaño, el salir de
estampida, el venirse abajo, el aplastarse o cantar la gallina, los reclamos
“mediascucharas”, los reclamos algarines, las toradas de machos y cientos y
cientos de vocablos y pormenores que se podrían incluir, pero como he dicho se
haría todo muy largo y, de paso, un poco soporífero. Pese a todo, se puede
decir que la terminología aquí plasmada es de lo más usual y, normalmente, la
que utilizamos en nuestra jerga en el día a día la mayoría de nosotros.
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