domingo, 20 de octubre de 2024

SIEMPRE DECIMOS QUE NO, PERO, AL FINAL, UN BANDO O, INCLUSO, MUCHOS MÁS.

 


Una imagen de lo que debería ser mi jaulero según posibilidades personales. Con doce pájaros estaría más que bien.

La historia, normalmente, siempre se repite, Así, cada temporada que finaliza, viendo que durante la misma, muchos aspirantes a reclamos se han quedado sin darles las oportunidades que requerían, nos juramos y perjuramos, que es la última vez -después de soltar muchos componentes de nuestros jauleros-, que nos juntamos con un número desmedido de machos de perdiz a los que nos cuesta trabajo ver lo que nos pueden ofrecer. Incluso, algunos de ellos se les da largas sin tener la más mínima seguridad de sus posibilidades a la hora de salir al campo. De hecho, no sería la primera vez que hemos regalado un determinado aspirante a pájaro de jaula al parecernos que no reunía condiciones para nuestro jaulero y, una vez, en manos de otro pajaritero, que le ofrece más oportunidades, termina rompiendo en un buen reclamo.

Pues bien, la teoría anterior la conocemos todos de sobra, por lo que, anualmente, al finalizar el periodo hábil de la caza con reclamo de perdiz, nos decimos que se acabó, que la temporada próxima no vamos a juntarnos con un bando amplio de reclamos. Sin embargo, llegadas las primeras aguas y el comienzo de las ferias cinegéticas, hay un algo, que no sabría definir, ni explicar, que nos conduce a volver a tropezar en la misma piedra. El resultado final es el de siempre: otro buen bando, incluso en muchos casos, una auténtica barbaridad. Lo sabemos, pero volvemos a reincidir.

Por todo ello, quien escribe estas líneas ha vuelto a picar en la Feria Cinegética de Gibraleón, aun teniendo claro que el número de inquilinos del jaulero debe ser sobre ocho o diez pájaros de jaula, más tres o cuatro pollos que ingresen por temporada, para suplir a los que ya han dado de sí lo que debían de dar. A pesar de ello, a veinte de octubre, fecha de hoy, ya tiene dieciséis pájaros perdices (uno de siete celos, cuatro de cuatro celos, tres de tres celos, cuatro de dos celos y cuatro pollos del año). Y este número, aun colgando en zona baja, media y alta, creo que es excesivo, puesto que, la realidad del día a día, al final…, no es otra que la de no poder “atender” a todo ellos con las mismas posibilidades. Y lo que es peor…, alguno más llegará.

Para terminar, decir que aparte de lo expresado existen muchos condicionantes que se pueden poner para redirigir lo expresado: edad de los reclamos, pájaros metidos en años que, por cuestión sentimental y cariño, siguen en el jaulero, posibles bajas puntuales, enfermedades transitorias, regalos a los que no se puede decir que no -que los hay-, alicortados en cacerías, simplemente porque nos gusta tener y hacer pájaros… Pero…, en el fondo, la realidad nos dice que un jaulero con muchos inquilinos, si no se es muy racional con las salidas, circunstancia nada fácil, no es ni productivo, ni procedente. Y no lo es porque, aun saliendo al campo todos los días, siempre habrá reclamos a los cuales, por circunstancias diversas, no se le den verdaderas posibilidades, en la posible calidad de los colgaderos, ni en el número de salidas al campo.

Por supuesto, no me voy a meter en el conocido: “antes se tenían tres o cuatro pájaros”, pues es sabido que los tiempos han cambiado y las posibilidades son totalmente diferentes.

Y, como siempre, “Doctores tiene la Iglesia”. Yo…, por mi parte, ya he dado mi "homilía".

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PD. Por favor, si se escriben comentarios al artículo desde el apartado de Anónimo, pongan al final del texto escrito nombre y apellidos. Si no es así, aunque a veces sea una pena, no se publicará lo expuesto.


3 comentarios:

  1. Estimado José Antonio, a mi entender, hay que recurrir al pasado para explicar cómo ha aumentado el número de reclamos que tenemos en nuestros jauleros. Antaño era más complicado adquirir, tanto en calidad como en cantidad, perdices para reclamo.Había que tener buenos proveedores y, aun así,todos sabemos que el porcentaje de éxito era escaso ya que pocas adquisiciones llegaban a consolidarse. Era difícil , y hoy quizás más, porcentualmente un buen reclamo de campo.Hoy en día, es mucho más fácil adquirir en calidad y cantidad buenos pájaros o por lo menos,como tú bien dices, "pájaros de avío". Para ello, han sido, son y seguirán siendo fundamentales las granjas cinegéticas, que han mejorado considerablemente la genética de sus productos Sin la granja, muchos aficionados no tendríamos la posibilidad de conseguir y seleccionar nuestros pájaros , cuyos precios, bastante más asequibles por otro lado, permiten adquirirlos en mayor número y hacer una selección mas fiable. Carlos Luna.

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  2. Buenas tardes José Antonio, ni que decir que en esto de tu homilía de hoy no puedo estar más de acuerdo contigo, eso que escribes llevo diciéndomelo desde varios años atrás convencido de que un jaulero debe ser mucho más reducido, por lo menos en mi caso, solo la veteranía me hace ser realista pero no práctico, dices que hay avatares o más bien un sentimiento de que tu cabeza y corazón se imponen a la verdad y vuelves a caer otro año en el bando como jaulero, ahora bien está reconocerlo públicamente para que alguien que comienza sepa la realidad y si puede resistirse aprenda de tu homilia y del sentido común cuquillero que será difícil aplicar...
    José Maria Murcia.

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  3. B noches y gracias a los dos por pàrticipar con vuestos comentarios. Cada uno a su forma expone lo que todos tenemos en mente, por lo que, poco más decir.
    Hay facilidad de cargarnos de pájaros con la idea en mente de dar con el mirlo blanco, cosa altamente difícil, pero creemos que mientras más tengamos, más fácil es.
    Saludos.

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