domingo, 31 de marzo de 2013

MORITA.


             Para finalizar el mes, quiero hacerlo con este entrañable relato que hace mi primo Jerónimo  Lluch de su perra Morita.
                                                “A Ana Mari Chacón, proteccionista y gran amante de los animales”. 

Estábamos en navidad, a finales del 96, en esas fechas en las que el corazón se vuelve generoso y el amor fraterno se hace más palpable y desinteresado con los que nos rodean, con aquellos que sentimos próximos y que, en ocasiones, casi ignoramos o no caemos en la cuenta que están ahí, ni de la mutua necesidad que tenemos unos de otros.
Y fue por aquel entonces, cuando Morita hizo acto de presencia en mi vida. Apareció una noche abandonada, desvalida, ávida de cariño y, yo que siempre he tenido perros, la acogí como a uno más y traté de remediar su desamparo, su soledad, su ir de aquí para allá sin rumbo, sin norte, sin destino.
Entre su instinto animal y mis racionales sentimientos se estableció una armonía, una compenetración, un entendimiento, como jamás antes me había ocurrido con ningún otro perro y dudo mucho pueda ocurrirme con los que tenga en un futuro.
Supo no sólo ganarse mi cariño sino el de los míos, ya que la fidelidad, la nobleza, la amistad y tantas y cuantas cualidades que adornan al mejor amigo del hombre, eran tan notables en ella que le fue sencillo encontrar un sitio en mi casa, en mi familia, entre mis amigos.
A pesar de los perros que he tenido, nunca creí sentiría por uno el delirio que he sentido por ella. Siempre me parecieron excesiva la actitud y el fanatismo que algunas personas mostraban por sus canes; consideré algo fuera de lugar esta conducta, a veces extrema y desmedida. Ahora, tal vez, ya no sea así y pueda explicarme mucho mejor que entonces el motivo de dicho proceder, que antes escapaba de mi comprensión y entendimiento.
Un perro puede ser el consuelo, el apoyo y la compañía de gran número de personas que padecen de soledad, de abandono y del olvido de esos que de una u otra forma se han despreocupado de su existencia, se han olvidado de que siguen entre ellos y que tal vez en un pasado no muy lejano fueron artes y partes de sus vidas.
Un perro puede ser la solución para muchos que no tienen a quien agarrarse, a quien recurrir, con quien contar, a quien esperar, con quien compartir penalidades y alegrías. Los que sufren esta situación lo saben mejor que nadie; en él encontrarán todo aquello que, tal vez, los demás por egoísmo, por despreocupación o por indiferencia les estamos, con frecuencia, negando.
Morita, inesperadamente, una madrugada de agosto, al igual que se presentó en mi vida se marchó de ella. Se fue casi sin creérmelo, sin apenas darme cuenta; una corta enfermedad se la llevó dejándome con el desconsuelo de su ausencia, la sorpresa de su repentino adiós, el vacío de su imprevista ida sin retorno.
A la sombra de una gris encina, como decía la letra de la conocida canción, enterré a mi perra. Allí quedaron también sepultadas ilusiones, alegrías e irrepetibles momentos que juntos habíamos pasado.
Y lo que es la ironía de la vida, su primitivo dueño la abandonó, la dejó tirada en la calle, prescindió de ella sin más ni más, y yo habría dado cualquier cosa, para que hubiese permanecido a nuestro lado durante largo tiempo, por haber seguido gozando de su compañía, por continuar contando con su desvelo y su entrega, como sólo los incondicionales amigos saben demostrarnos y ofrecernos.

viernes, 29 de marzo de 2013

SE REPITE LA TAREA.


          Cuando contamos circunstancias sobre nuestra afición, llega un momento que casi todo está ya dicho. Pero no hay otra, puesto que, año tras año, se vuelven a repetir los mismos episodios y actuamos de forma idéntica a temporadas anteriores.

          Pues bien, ahora que ya se va marzo y abril casi se nos echa encima, los aficionados al reclamo, o la gran mayoría, comenzamos con la primera tarea de las muchas que nos acompañan temporada tras temporada: pasar los reclamos que han superado la mínima nota exigida en los puestos que se han dado a los cajones de muda. Y digo la gran mayoría porque, algunos, los más impacientes ya hace algún tiempo que lo hicieron y, otros, entre los que me encuentro y que tenemos problemas para la ubicación de los terreros, aguantamos todavía algún tiempo sin tierra y polvo por todos los rincones de nuestros domicilios. 

      Ni que decir tiene que, desde ahora hasta finales de octubre/noviembre que vuelvan de nuevo a sus respectivas jaulas, hay mucha tela que cortar, pero que como ya he dicho más de una vez, son faenas que lo hacemos con gusto, porque es el día a día lo que nos va haciendo cada día más aficionado.

         A los cajones de muda irán los reclamos cansagrados -o así lo creemos nosotros-, los que empiezan a consolidarse y los que le damos una oportunidad, muchas veces sin merecérsela, pero, por diferentes circunstancias, se la damos -en mi caso como ya he de dicho con anterioridad que, si no hay mansedumbre, no "veranean"-. Pues en esta línea los que mudaré para el año próximo son los siguientes:

Estos tres, el año próximo tendrán cuatro celos. Puedo decir sobre ellos que son pájaros que sin ser fenómenos  dan bastantes alegrías. Chimenea sobresale muy por encima de los otros dos.




Los cuatro que vienen a continuación son todos pollos del año. Quinteño -se lo compré al amigo Raimundo-, de Jabalquinto tiene un trabajo sereno, muy buena música, recibe muy bien y no se corta al tiro. Rosaleño, lo deseché y lo recuperé. Los otros dos trabajan bastante en el campo, pero tienen que asentarse. Los tres últimos son regalos de dos buenos amigos.





Por cierto, alguno de ellos ya está soltando plumitas, como pude comprobar ayer mientras le limpiaba los casilleros. Cosa que no me gusta que hagan tan pronto.


jueves, 28 de marzo de 2013

CANTOS EN LA MADRUGADA II.



                                          Fotos de ayer y esta mañana sobre las ocho más  o menos.
          Leyendo un artículo sobre la maravillosa naturaleza publicado en Jauleros Andaluces, el amigo Vicente Hurtado hablaba sobre la mirla de pico amarillo. Pues yo, al hilo de esa información, tengo que decir que, esta especie se ha venido a la capital de todas todas. Es más, creo que hay más mirlos en las poblaciones que en el campo y, ahora, que es época de reproducción y cría, los machos, mientras la hembra incuba, se dedican a cantar durante casi todo el día y, lo que es peor, casi toda la madrugada, atalayados en multitud de lugares de las viviendas o arboleda próxima  a ellas.

          En principio, parece una cosa normal, pero, como ya indiqué, creo recordar, hace dos años, a las tres o cuatro de la madrugada, si uno se despierta, le ronda algún problemilla y se le mete en el "coco" el curioso canto de este ejemplar de nuestra fauna mediterránea, pueden darle la hora de levantarse, como se dice por muchas partes de nuestra tierra "contando borregos". No digo una tontería, ya que, con mucha gente que hablo de las que ya tenemos más de medio siglo a nuestras espaldas, sufren en sus propias carnes el "agradabilísimo" canto del mirlo macho. Es más, ni la música de las procesiones de Semana Santa, ni la luz de las farolas contiguas le estorban lo más mínimo.


martes, 26 de marzo de 2013

ESTO SÍ QUE ES UN GURUMELO.


         Siguiedno con la "fiebre del gurumelo" aquí en Huelva, ayer noche, hablando con mi buen amigo Juan Luis Domínguez sobre cómo va la temporada de esta archibuscada seta, me enseñó en su guasap, la fotografía de este soberbio ejemplar. No sé cuanto habrá pesado, pero el que lo encontrara, que dicho sea de paso no sé quien es, debió de quedarse helado al "enfrentarse con él". Está claro que no es para menos. No todos los días y creo que no todos los años, se tropieza uno con un "animalito" de estas dimensiones.

         Desde aquí, felicito al que tuvo la formidable suerte de toparse con tan espectacular gurumelazo. 


lunes, 25 de marzo de 2013

UNA DE NUESTRAS SETAS. EL PIE AZUL

   
        El pie azul -Lepista o Clytocybe nuda- es otra de las muchas setas que crecen en nuestros campos y, al igual, que la tana o Amanita caesarea -la campeona del reino de los hongos para muchos-, necesita condiciones meteorológicas adecuadas para dar la cara. Si no es así, es muy complicado llenar una buena cesta con ellas. Tengo que decir al respecto que, personalmente, las he comido poco  porque, como ya he expuesto en otros escritos sobre el tema de las setas, hay que tener mucho cuidado a la hora de consumirlas y me da un cierto "yuyu"con ciertas especies. Aun así, es una seta comestible, pero, a la hora de cocinarla, debemos andar con pies de plomo, ya que, debe cocerse o freírse bien para evitar problemas. Sin embargo, en crudo o a la plancha poco hechas, pueden dar algún problemas digestivo u otras reacciones.

          Su nombre procede de su coloración azul o violeta oscuro en todas sus partes, más intenso cuando topamos con ejemplares jóvenes. Su sombrero puede llegar a medir hasta más de 15 cm, láminas apretadas, carne frágil y olor/sabor muy agradable. Para el no iniciado puede confundirse con algún cortinarius como el purpurascens aunque estos últimos son de olor desagradable. También puede confundirse con otras Lepistas como la personata  y sordida que, igualmente, son buenas comestibles. Se cría en invierno y en primavera. No es difícil encontrarlas en grupos bajo pinos o encinas/alcornoques.


Las siguientes imágenes de esta preciosa seta pertenecen a varias salidas de los tres últimos años. Curiosamente, la cesta llena de lepistas me las encontré en los pinares  de Aljaraque, el año pasado, al lado de donde vive mi hija. No a más de un km de su residencia.







Bibliografía. Enciclopedia Wikipedia..


viernes, 22 de marzo de 2013

YA HACÍA AÑOS.

     
       Efectivamente, ya hace años que no se veían unos meses tan "mojados" como los que llevamos últimamente. Aunque los ha habido y quien suscribe puede testificarlo -he conocido  muchos de ellos seguidos sin parar de llover-, hace bastante tiempo que no llovía como lo está haciendo en el otoño, invierno y primavera actual

      Esta claro que la naturaleza es muy imprevisible, incluso poniendo fuera de juego a  las nuevas tecnologías. Y debe ser así, porque, cuando menos se piensa, nos "regala" con inesperados acontecimientos como la temporada de lluvia que llevamos. Para testificarlo, nada más que tendríamos que constatar datos sobre la pluviometría de muchas localidades andaluzas y veríamos como, en lo que va de tiempo de lluvias 2012/13, muchas de ellas ya han sobrepasado con creces la normalidad en litros/metro cuadrado.

         Esperemos que el agua caída sirva para que nuestra flora y fauna vuelvan a ser lo que siempre hemos conocido los que ya tenemos algunos años. Por lo pronto, a día de hoy, salir al campo es una auténtica felicidad para los que nos gusta la naturaleza. Desde la hierba por doquier hasta una floración de máxima belleza, pasando por regajos que conducen aguas claras y cristalinas y las maravillosas melodías de infinidad de aves en los principios de la perpetuación de su especie, vienen a confirmarnos que esta época primaveral -dicen que la llave del año- empieza con gran esplendor. Confiemos en que los años de vacas flacas que hemos padecido, últimamente, acaben de una vez.

El agua corriendo por los muchos "entresijos" del campo es una verdadera belleza y ya hacía tiempo que no se veía. No menos esplendor presenta una floración con la intensidad de esta primavera.







        Como nunca llueve a gusto de todos, tengo que decir que los freseros de la zona están más que enfadados. No es para menos, ya que, la producción de este producto típico onubense ha descendido alarmantemente. Mucha fruta se ha podrido y, la que no, no alcanza la calidad que se le supone.

        Por cierto, los mapas meteorológicos dan agua para los próximos quince días en casi toda Andalucía.

martes, 19 de marzo de 2013

LA "FIEBRE" DEL GURUMELO.






          Esta seta, -Amanita ponderosa- ha salido varias veces en mis escritos, pero, una vez más, vuelve a uno nuevo, ya que, lo de este año no tiene parangón. Es obvio que, al ser una seta muy apreciada en el aspecto gastronómico, es muy buscada por aficionados y personas que quieren sacar unas "pesetillas" con su posterior venta. Esta situación se repite año tras año por estas fechas, más o menos, en esta parte de nuestra Comunidad. Pero, puedo decir, sin lugar a equivocarme que, lo de esta temporada micológica primaveral, aunque todavía no haya llegado dicha estación, raya en lo indescriptible. Como el año está siendo generoso con las lluvias, hay setas por doquier y, desgraciadamente, como hay mucha gente en paro, los campos se están transformando en auténticas ferias. Así, los caminos rurales de algunas poblaciones de la provincia donde se da el gurumelo son auténticos aparcamientos de coches. Si a esto le sumamos que, en cada uno de ellos, lo normal es que vayan dos, tres o cuatro personas, en muchas fincas onubenses, se pueden juntar, en cualquier día de la semana y el sábado y domingo más, muchos y muchos recolectores de este endemismo del suroeste español.

          Si buscamos el lado positivo, podemos decir que, aparte del aficionado que disfruta con la recolección de sus setas favoritas, hay muchas familias que viven de su recolección y posterior venta y, además, una buena parte de gente que se encuentra parada, que es un alto porcentaje, puede llevar "gratis" materia prima para la mesa y, además, como he dicho antes, ayudar a sanear las paupérrimas economías familiares. Así, los mercados de la capital y muchas tiendas de la provincia ofrecen esta llamativa seta que han comprado recolectores y personal dedicado a la compraventa de setas.

Imágenes del negocio del gurumelo en Huelva.






       Por el contrario, este desmedido tirón gurumelero, trae consigo muchos aspectos negativos que suelen dar más de un dolor de cabeza.

           En primer lugar, hay que tener muy clarito que, con el género Amanita,  hay que tener mucho cuidado a la hora de su recolección, ya que, muy parecidas al gurumelo, están las mortales A. verna y virosa y, en esta "locura" que se produce todos los años, puede ocurrir que personas poco puestas en el tema puedan consumir algún ejemplar de los citados. No hay que decir que los resultados son fatales.

          En segundo lugar, muchas fincas particulares sufren en sus propias carnes la tremenda "invasión" de cientos y cientos de personas que, obsesionados con dicha "fiebre", pueden tirar por tierra mucho dinero empleado por los dueños de las mismas. Con ello, surgen grandes problemas entre ambas partes, llegando incluso, en muchos casos, a tener que intervenir la Guardia Civil. Aparte de los diferentes desperfectos que se puedan producir en las alambradas y molestias en el ganado con el constante ir y venir del personal, es época de anidación y puesta de muchas aves, perdiz incluida, y cría de conejos y liebres. No quiere decir que todo el mundo moleste o expolie, ya que, afortunadamente, la gran mayoría no actúa así al estar muy sensibilizados con la flora y fauna. Pero, la intranquilidad siempre existe, al pensar que, desafortunadamente, puede haber quien proceda de forma contraria.

            Por último, hay que tener presente que, al haber mucha gente buscando esta seta, se  recolecta desde sus primeros estadios -papas pequeñas como se les llama por aquí-, por lo que, al no madurar bastante, las esporas no llegan a consolidarse y, por lo tanto, se rompe el ciclo de la vida del reino fungi.


lunes, 18 de marzo de 2013

NUESTRA FLORA MEDITERRÁNEA. LA GAMONITA.


          Por estas fechas y ya desde hace algún tiempo, nuestros campos se nos ofrecen embellecidos por el colorido de las flores de esta planta –asphodelus aestivus- que, a veces, son abundantísimas en una determinada zona. Es conocida también por los nombres de gamón común, asfódelo, varita de San José, perigallo, castarañuela…

        Su nombre científico –Asphodelus - procede del griego y significa que esta planta no es muy afectada por el fuego, por lo que puede subsistir tras quemas o incendios.

         Es una planta resistente con un tallo en forma de vara de una altura de 1/1,5 m, raíces en forma de tubérculos, flores blancas con tiras centrales verde azulado formando un pequeño y llamativo ramo que dan encanto y esplendor a muchos rincones de nuestra geografía, desde mediados de enero a abril. De hecho, las veces que he salido a buscar gurumelos, por la zona de Calañas, las he visto, como se dice por aquí, amontonadas. El fruto, en forma de pequeñas bolitas ovaladas y de color verde oliva, coexiste con las flores.

         Como otras muchas plantas de nuestros bosques, desde siempre se ha utilizado en preparados medicinales, en este caso, para el cuidado de la piel.






Bibliografía: Wikipedía e Infojardín.        

sábado, 16 de marzo de 2013

ROSALEÑO, UN ERROR MÁS DE LOS MUCHOS QUE COMETEMOS.



       La foto de comienzo, Rosaleño en el campo, es un claro ejemplo de una más de las muchas equivocaciones que cometemos los jauleros. 

        Este reclamo, pollo del año y regalo de un amigo del Rosal de la Frontera, me deshice de él porque, tras darle dos o tres puestos y no cantar, pensé que no servía. Luego, al no estar tranquilo con lo que había hecho y por corazonada, lo recuperé y me ha demostrado que no acerté en mi primera decisión. Dos salidas al campo y dos buenos faenas: una en Ciudad Real, donde metió una hembra y no se le pudo tirar y, otra, esta mañana sin escopeta.

       No sé lo que hará el año que viene con dos celos, pero, de momento, apunta muy bien y es un botón de muestra, uno más, de la ligereza con la que actuamos muchas veces los aficionados al reclamo en la selección de nuestros pollos.

El vídeo siguiente es de esta mañana, donde ha estado casi una hora cantando en un puesto de prueba que le he dado sin escopeta..


miércoles, 13 de marzo de 2013

UN EJEMPLO DE CUANDO LAS COSAS NO SE HACEN BIEN.


                Es dos artículos anteriores escribía sobre los problemas que, a veces, nos pueden causar el uso de las grabadoras de vídeos en los puestos y de las distancias desde el tanto al aguardo. Sobre el primero decía que, en muchas momentos, estamos más pendientes de la “maquinita” de turno que de lo que está pasando en la plaza. En cuanto al segundo, decía que, si el tanto lo situamos más lejos de la cuenta, es posible que dejemos aleteando a la campera de turno, además de no ver bien lo que ocurre con nuestro reclamo. Pues bien, en el vídeo que viene a continuación –que se escucha poco porque los medios técnicos no eran muy buenos-, grabado por quien suscribe, y mi hermano Juanvi con la escopeta, se puede constatar lo que estoy diciendo. Así, por una parte, mientras yo, con una cámara fotográfica captaba las imágenes y me parecía que todo iba correctamente, mi hermano al estar el farolillo más lejos de la cuenta tampoco apreciaba que, aunque el reclamo, recibió al macho campero cuchicheando, luego estuvo inquieto, por lo que debimos esperar un poco más para que lo recibiera en toda regla o no habérselo tirado. Luego, como se ve, el macho, después del tiro, se quedó aleteando, con lo que esto puede suponer.

            Lo bueno de todo fue que, poco después del disparo, el reclamo cargó el tiro e, incluso, metió a la hembra en la plaza. Pero ésta, como tantas veces ha ocurrido en la temporada recién acabada, aguantó poco y salió a toda pastilla de la plaza.

            En resumen y como decía en el artículo de "Tiempo de reflexión", si queremos hacer buenos pájaros, tenemos que intentar, por todos los medios, el asegurar todos los detalles que se dan en el puesto para evitar situaciones que puedan estropear al reclamo de turno. Este vídeo puede servir de muestra, ya que no siempre hay que subir las “obras de arte”. Porque estas cosas, aunque a nadie nos gustan, también nos pasan a los jauleros.


lunes, 11 de marzo de 2013

DÍA DE GURUMELOS.



        El refranero dice que, "en marzo, el gurumelazo". Pues la verdad es que sí o, al menos, hoy se ha cumplido con nosotros que nos hemos dado una vuelta por el campo a ver si había suerte que, dicho sea de paso, la ha habido -me he traído para casa 6 ó 7 ejemplares de alrededor de 150 grms y otros más pequeños-. Así, después de varias horas andando, hemos dado con el gran gurumelo que se ve en la foto que abre el post. Tengo que decir que, si no hubiera sido por el amigo Pepe Moyo, que me llamó para que viera uno que se había encontrado él -vídeo anexo-, no hubiera dado con tan impresionante ejemplar de 576 gramos -vídeo anexo-. 

       Como se puede comprobar en las imágenes que vienen a continuación, estamos en plena "esfervenscencia" de la recolección de esta seta endémica del suroeste español -Amanita ponderosa-. Tan es así que, a veces, hay más gente buscando que gurumelos hay en el campo. Llega a tal punto el tema que ya ha habido problemas graves entre gurumeleros, los dueños/guardas de las fincas y Guardia Civil. Hay mucha gente parada y, con la recolección de esta exquisita seta, se saca un dinerillo muy curioso y, máxime, cuando los bolsillos, eln la gran mayoría de los casos, nada más que tienen agujeros de tanto rebuscar lo que no se encuentra.

        Pero..., como en todas la setas, y con esta más, hay que tener mucho cuidado a la hora de su recolección. Las hay mortales que se parecen mucho al gurumelo como las Amanitas verna y virosa. Por eso, coger estos ejemplares es tarea de entendidos. Los que no lo son, entre los que me encuentro, debemos estar aconsejados por entendidos en la materia. Una vida vale mucho más que un plato de setas. 






Este es el resultado del día: las cesta del amigo Pepe y mía. Cada uno nos trajimos para casa sobre dos kg. Además, también recolectamos ocho o diez faisanes  o tontullos de jara -Leccinum corsicum-.



Como se comprobará en estos dos vídeos que mi amiga  y compañera de afición perdigonera  Mari Carmen Pacheco, a la cual le doy las gracias desde aquí, -Cuquillera en los diferentes foros- me ha montado,  fui presa de los nervios al grabarlos, ya que, no todos los días se da con dos "aparatos" de este porte.





miércoles, 6 de marzo de 2013

TIEMPO PARA RERFLEXIONAR II



Siguiendo con el post anterior sobre nuestros errores y posibles soluciones, veamos ahora otros diez aspectos importantes para tenerlos siempre en cuenta. Además, como quedó plasmado en el artículo anterior, los conocemos y aunque lo normal es que los cumplamos a rajatabla, a veces, los dejamos un poco al lado y el resultado es que, poco después, nos arrepentimos de nuestra falta de sentido común cuando ya no tiene solución el desaguisado que hayamos podido hacer. No son nuevos capítulos del anecdotario que siempre acompaña al cazador de reclamo, sino que son realidades que a todos/as nos pueden pasar o, de hecho, nos han ocurrido más de una vez.

En primer lugar, hay que tener bien clarito que, mientras que dure el puesto, tenemos que tener los cinco sentidos puestos en el trabajo de mayor o menor calidad del reclamo. No olvidemos que, si por si algún motivo nos distraemos durante su desarrollo, puede que no ocurra nada, pero, desgraciadamente, otras veces nos estamos al tanto de lo que está sucediendo fuera de nuestro habitáculo. Consecuentemente, nos podemos ver sorprendidos, y de camino el reclamo, por muchos factores negativos que se pueden presentar. Nadie está exento de que rapaces, perros, animales salvajes y domésticos, trabajadores del campo y del ganado, seteros, esparragueros… merodeen por los aledaños del colgadero e, incluso, de la misma plaza. Pero es más, a veces, si estamos distraídos puede ocurrir que ni nos demos cuenta de la entrada en plaza de patirrojas que se han acercado de callado y, cuando lo hagamos, ya sea demasiado tarde.

Tenemos que saber muy bien que un puesto, por lo natural, suele durar de una a tres horas. Por consiguiente, lo primero que debemos tener claro es que debemos estar, ante todo, cómodos dentro del aguardo. De esta forma, tollos en lugares con desniveles o mal situados terminan siendo un auténtico suplicio para el aficionado, ya que, más pronto que tarde, las “bisagras” empezarán a decirnos que somos unos “mendrugos” y, debido a nuestra torpeza, no aguantaremos mucho dentro del aguardo. De esta forma, aunque cuando lleguemos al cazadero, apreciemos que el campo está cantando a poca distancia, no debemos precipitarnos y colocar el portátil en cualquier sitio, ya que no mucho después, seguro que nos arrepentiremos.

El aficionado debe conocer perfectamente el arma y la munición que utiliza. No será la primera vez que vamos al puesto con escopetas con la cual no hemos cazado nunca y ahí surge el problema: ¿a qué distancia colocamos el tanto? Si acertamos de pleno, formidable. Pero si no es así, pueden ocurrir dos cosas o que lo coloquemos demasiado lejos o excesivamente cerca. Si es la opción primera nos podemos encontrar, aparte de no ver bien la faena del reclamo de turno, con la desagradable sorpresa de sólo herir a la montaraz de turno, con el consiguiente aleteo o salida de vuelo de la plaza. Si nos decantamos por la segunda posibilidad, lo normal es que destrocemos la pieza. Consecuentemente, es de obligado cumplimiento el conocer a fondo el arma con la que vamos a disparar y la munición a emplear.

Íntimamente unido a lo anterior, el aficionado debe saber que el tanto, matojo, farolillo, mampuestos, arbolillo, peana, maceta, pulpitillo… debe estar situado ligeramente a la izquierda del aguardo, si el jaulero es diestro y, a la derecha, si es zurdo. Si pasamos por alto esta circunstancia, a la hora de disparar, nos daremos cuenta que, posiblemente, no tengamos el suficiente juego para apuntar correctamente, con lo que lo más normal es errar el tiro o dejar herida a la patirroja de turno, aleteando o botando en las mismas narices del reclamo y, con ello, los daños que tal proceder puede acarrear.

Igualmente, todo buen aficionado debe saber que, tanto en el puesto de mañana, como en el de tarde, el sol siempre debe estar a nuestra espalda. Por tanto, si no es por causas mayores de la vegetación, no se nos debe ocurrir colgar frente al astro rey, puesto que las campesinas avistarán más fácilmente los movimientos de la escopeta o el relucir de la misma.

El abrigo, cazadora o ropa contra el frío que utilicemos no debe producir el más mínimo ruido en los movimientos que podamos efectuar dentro del puesto. Si ocurre lo contrario y las montaraces de turno, cercanas al aguardo, son esquivas y resabiadas, lo normal es que, al menor roce sonoro, pongan “pies en polvorosa”, con el consiguiente disgusto para reclamo y jaulero. De esta forma, ropa de abrigo plastificada no es lo más conveniente para dar el puesto, ya que lo normal es que cualquier cambio de postura del cazador, principalmente a la hora de disparar, no se realice en silencio absoluto.

Hoy día, con los tiempos que corren, el teléfono móvil debe estar obligatoriamente apagado o en silencio antes de comenzar el puesto. De no ser así, lo que antes era “riiinnn, riiinnn, riiinnn…” y, en la actualidad, el más insospechado sonido, puede llegar en el momento más crucial del lance, es decir, cuando las patirrojas están en la plaza o próxima a su entrada en ella. Lo que ocurre a continuación, por desgracia, lo conocemos casi todos los aficionados.

El buen comer y beber es una maravilla en ciertos momentos, pero no muy recomendable cuando vamos a dar el puesto. Si es una copita y una comida normal, bien. Pero, si por el contrario, no es una copa, sino más de lo que se debiera y llenamos la tripa a tope, casi seguro que el puesto de tarde se hace más complicado de la cuenta y, entre la pesada digestión y la somnolencia producida por el alcohol, si no hay música y movimiento, casi seguro que terminaremos con una auténtica galbana y, por qué no, dando más de una cabezada.

Nunca debemos olvidar, aunque parezca una perogrullada, que al aguardo hay que ir provistos de todos los pertrechos necesarios: portátil, banquillo, utensilio para cortar ramaje; pulpitillo, pincho o pulpitillo artificial… y, por supuesto, cartuchos, escopeta y, obviamente, el reclamo. La experiencia me recuerda que no será el primero ni el último que llega al colgadero incluso sin “espingarda” o “munición” y, si me apuran mucho, aunque parezca imposible, sin el perdigacho.

Para finalizar, y aquí sí hay que ser totalmente rigurosos y cautos. Debemos tener siempre presente que, en las manos, tendremos un arma y, por consiguiente, no nos podemos permitir errores y descuidos en su manejo. Debido a ello, el cartucho sólo estará en la recamara cuando estemos acomodados dentro del aguardo y, en cuanto demos por finalizado el puesto, hay que descargar la escopeta. Los desagradables accidentes que se producen en esta modalidad de caza, la mayoría de las veces, suelen ocurrir por descuidos o negligencia en el manejo de las armas.

lunes, 4 de marzo de 2013

PUNTO Y FINAL.


      Este domingo, después del puesto del sol, sobre las once y media de la mañana, la temporada  de reclamo 2013 ha terminado para mi, en Castellar de Santiago -Ciudad Real-, hasta donde me trasladé el pasado miércoles par echar el fin de semana del Día de Andalucía.

       En dichas tierras manchegas, los pájaros de campo o de repoblación la mayoría, para ser más preciso, tampoco han sido diferentes a lo que con anterioridad me había encontrado: fríos, pocos cantarines y de difícil entrada en plaza. Tan es así que, pájaros ya hechos, pasados de celos casi todos, la mayoría de las veces, han acabado nerviosos por la malísima actitud que demostraban los camperos. Si a esto le unimos el infernal tiempo, con gran nevada incluida durante la tarde del jueves y madrugada del viernes, puedo decir que no han sido cuatro días de los mejores, cinegéticamente hablando.

                          Cargado con todos los pertrechos para el puesto de sol del jueves.
       Pero como hay que sacar una lectura positiva de todo, tengo que decir que, algunos pollos se han destapado como noveles de muy buena pinta. De hecho, a Alpujarreño, le tiré un buen macho tras recibirlo con mucha tranquilidad y sin descomponerse. Luego, con aleteo incluido en la agonía del montesino, cargó el tiro en toda regla y, a continuación, continuó hasta el final del puesto con un buen trabajo. Igualmente, el jabalquinteño del amigo Raimundo  ha estado muy bien, con una música muy buena y le he hecho dos puestos de dos. A Chimenea, un poco pasado de celo y maullando más de la cuenta,  le he abatido dos machos y, al Manchego, uno.

      Así, a modo de resumen, en los cinco puestos que he dado, he tirado, curiosamente, ocho machos. Las hembras se acercaban cantando, pero..., más tarde, sólo vuelos de aquí para allá. Era ver la jaula, si se acercaban lo suficiente y, tras cuatro o cinco pasos hacia el reclamo, salían de estampida. 

       Lo importante han sido los cuatro días de convivencia que hemos compartido los tres matrimonios que nos hemos trasladado hasta la citada población manchega y otros aficionados que coincidieron con nosotros en la misma casa donde nos hospedamos.

En las siguientes imágenes se puede ver a Quinteño en primer plano, luego con dos machos a sus pies y, por último, la cabeza de unos de los machos abatidos.





       Como no todo es dar puestos, también comimos algunos platos de nuestra tierra: gambas y gurumelos. En la tercera, el amigo Fernando, mi hermano Juanvi y el que suscribe, con nuestras respectivas -Puri, Ana Mari y María José- tomando unas cervecillas, que tampoco pueden faltar, en un bar de Castellar.