En uno de mis artículos sobre el reclamo,
comentaba que una vez acabada la temporada es tiempo de reflexión. Pues bien, evidentemente, ahora no voy a decir otra cosa que la de ratificarme en lo dicho en
aquel momento. Ello incluye a los reclamos que guardaremos para el año próximo.
Y debe ser así porque, por más que queramos, el que sirve, sirve, y el que no,
por más que queramos, nunca llegará a nada.
Trataré de explicar lo expuesto en
último lugar, aunque no hay que ser muy experto para saber lo que estoy
diciendo.
Así, muchas veces, más de la cuenta,
guardamos de un año para otro a pájaros que hasta nosotros mismos bien sabemos
que son “pan pa hoy y hambre pa mañana” y, aunque le demos mil vueltas, la
experiencia me demuestra que no tiene vuelta de hoja. Por consiguiente, como ya
he plasmado en otros escritos, el reclamo que sirve –excepto en muy contadas
ocasiones- da la cara desde el primer puesto, sea de sol, de tarde, con agua,
con viento… De hecho, puedo afirmar que los reclamos más o menos aceptables que
han pasado por mis manos, siempre dijeron aquí estoy yo desde la primera vez que salieron al
campo. Luego, por muchas circunstancias que les rodean llegarán a ser primeros “espadas”
o se quedarán en el camino. Pero, que se nos quite de la cabeza el guardar
pollos año tras año porque tienen buena planta, nobleza, atractiva música en casa…
Si en la jara no dan el do de pecho desde los primeros puesto, incluso desde el
primero, queramos o no, NO SIRVEN. Por
tanto, dejarlo varios años esperando que mejoren, es perder el tiempo y lugar
en nuestra “gallera”. Obviamente, esta reflexión es una opinión personal y discutible,
pero creo que no está muy lejana a la realidad.
Pues bien, en base a lo reseñado con anterioridad, este año he hecho una limpia general. Incluso he desechado a algunos que para otros
servirían -dígase Saldor o Manchego-, pero los años me van haciendo cambiar de opinión y tal circunstancia me dice que
no guarde lo que creo que no va a servir. He regalado pájaros con algunos tiros
pegados y pollos con muy buena estampa, pero que, bajo mi opinión, nunca serían
“gente”. En una palabra, me he quedado con seis reclamos: Chimenea, Quinteño, Alpujarreño,
Sierranorte y dos pollos del año. Otro pollo de Jabalquinto –el que me escogió
Carlos Enrique López-, de momento lo tiene mi primo Jerónimo Lluch, pero creo
que no llegará a ningún sitio: cinco puesto y tres o cuatro reclamos en todos
ellos. Con Quinteño, tampoco las tengo todas conmigo, ya que, esta temporada, ha estado fuerte y bregón con el campo. Aun así, y, aun sabiendo que me equivocaré, voy a esperar al comienzo del año próximo.
En las tres imágenes que vienen a continuación se puede ver en el campo a Sierranorte y a los dos pollos de este año, regalos de mi hermano Juanvi y de Elías Romero.
El vídeo siguiente es una pequeña muestra del trabajo de Alpujarreño, pollo de dos años, regalo del amigo Poli de Granada. Tiene una pinta envidiable y un gran recibo. Este año le he tirado trece patirrojas .
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