jueves, 3 de abril de 2014

EL RECIBO.


            Si buscamos en un diccionario las diferentes acepciones que tiene la palabra recibir, encontraremos, según mi opinión, una de ellas que es la que más se ajusta a la acción que ponen en práctica nuestros reclamos cuando, al estar en el tanto, se le acercan las patirrojas camperas, atraídas por su encantos musicales.

        El significado al que hago referencia, literalmente dice lo siguiente. encontrarse con alguien que viene de fuera para celebrar su llegada”. Es decir, cuando hablamos de recibir, nos estamos refiriendo a una situación, en donde, alguien se encuentra con quien espera y le dispensa muestras afectuosas de alegría. Es más, a esta definición, yo le añadiría que, en la mayoría de los casos, la afectuosidad que se le otorga al recién llegado, suele ser correspondida, de igual forma, por la persona a la que se le dirige dicho recibimiento, en señal de agradecimiento.

            Así pues, como todo aficionado sabe, nuestros reclamos, cuando están en el tanto y ven o intuyen que algunos/as de sus congéneres se le acercan, rápidamente, dan muestras de júbilo o lo que queramos llamarle y su semblante y forma de actuar, cambia radicalmente. Ni que decir tiene que, cuchicheos diferentes, embuchados, bulanas, titeos, cloqueos…, son formas de decirnos que alguna patirroja campera está a su vista o no anda muy lejos.          
  
            Sin embargo, aun sabiendo que, para realizar el disparo, el “Fulano” de turno tiene que estar recibiendo, la duda surge en el cuándo hay que hacerlo, siempre que nos refiramos a qué es lo que debe estar haciendo el reclamo, en el momento justo de apretar el gatillo. Es más, también debemos de saber, porque es una realidad irrefutable, que ningún reclamo recibe igual, pero más claro es aún que deben existir algunas pautas que, sea cual sea el “espada” de turno, no podemos  o debemos pasar por alto.

           Pues bien, el que suscribe, que ha apretado el gatillo muchas veces en multitud de situaciones, ha llegado a la conclusión de que, la "suerte suprema", nunca se debe llevar a cabo cuando el reclamo solamente esté recibiendo de pluma, ya que, si no hay diálogo, a la corta o a la larga nuestro querido pájaro nos la colocará. Sin ir más lejos en cuanto una patirroja se le atranque y no esté por dar la cara de forma facilona.

            Que recibir de pluma es una forma de recibir, sin lugar a dudas. Pero…, si acostumbramos a nuestros reclamos a tirarles el campo sin que “le digan cosas” a sus contrincantes –yo lo he hecho muchas veces y por eso creo que no se debe hacer-, el de turno se acostumbrará a tal forma de actuar e irá a lo fácil. Así, cuando las camperas no estén buenas o recelosas y el de la jaula se ponga que no quepa en ella, malo. No darán la cara y, ante tal circunstancia, nuestra “joya” terminará sin cantar y alambreando o botando. Ni que decir tiene que, si la montesina de turno es una viuda resabiada, no hay absolutamente nada que hacer. Sólo el correspondiente sofocón y soltar "sapos" por la boca.

          Por consiguiente, si queremos hacer pájaro, desde el principio debemos acostumbrar al de turno a matarle el campo cuando reciba de pico: cuchichio, titeo, cloqueo… De esta manera “Fulanito”, “Zutanito” o “Menganito” se irá acostumbrado a que quien belígera con él sólo se le vencerá de esta forma y, si no es así, mejor que se vaya, ya que, de lo contrario, lo que conseguiremos son “sansones” que no caben en la jaula y que asustan o espantan más que atraen.

            Ni que decir tiene que, en infinidad de ocasiones, tendremos problemas de audición y que, incluso, se puede dar el caso que, por más que agucemos el oído, puede ocurrir que incluso no tengamos claro si nuestro reclamo cuchichea, titea, cloquea…, pero sólo con bulanas, debe ser que no.

            Para finalizar, tengo que decir sobre el tema que este año en Ciudad Real, he coincido, al igual que otros años anteriores, con dos buenos aficionados D. José Rivas Serrano y D. Gonzalo Rodríguez de Austria y, curiosamente, ambos utilizan en sus puestos un receptor-amplificador de sonido para saber, sin lugar a equivocarse, lo que hacen sus reclamos en el momento del disparo. No sé si es un engorro más el llevarlo al puesto, pero lo probé y es una maravilla. Con dicho chisme, que no es que sea una novedad, no hay lugar a equívocos.

PD.  Lo expuesto con anterioridad es mi opinión personal e incluso puede que equivocada, pero, en estos momentos, es lo que pienso y así lo plasmo en el blog. Por supuesto, respeto cuantas opiniones puedan haber al respecto.


7 comentarios:

  1. No puedo estar mas de acuerdo con tus comentarios, a todo lo que has expuesto añado que es muy difícil cambiarle las ideas a un reclamo que empieza recibiendo de pluma a la larga o a la corta termina recibiendo solo así.
    Yo he desechado mas de uno después de estar dos o tres temporadas intentando cambiarles las ideas.
    Solo he tenido un caso muy especias y es el de mi reclamo Guarda el cual murió después de disfrutarlo once años,este casi siempre la primera perdiz que le entraba le costaba mucho romper con el recibo ya que lo hacia de pluma, a la siguiente lo hacia perfecto, ha sido el reclamo que mas le he tirado de todos los que he podido disfrutar en mi vida de jaulero.
    Un saludo.
    Pepe.

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  2. Esta claro amigo Pepe que, el nace... así se muere, por más que queramos cambiarlo. Pero, lo que si tengo claro es que si empezamos a tirarle a un pájaro cuando recibe sólo de pluma, entonces, díficilmente será luego el reconducirlo.

    Un saludo.

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  3. Amén. Eso es lo que a mi me enseñaron de pequeño mis abuelos, que como dice su primo Romero - Lluch son los que nos trasmitían sus conocimientos. El resto es la caza fácil, con perdiz fácil. La única manera de hacer un pájaro es no ser ventajista y hacer las cosas por derecho, en el reclamo los atajos se pagan siempre. Hoy se ven tiros en la red que son verdaderos ataques a la verdadera caza con reclamo. Yo no me meto con que nadie ejecute o cace sus pájaros como quiera, faltaría más, solamente que el recibo es solo uno.... De pico y culicheando, el resto...aprendices de matarifes que nunca tienen reclamos de confianza. Antes cuando la caza era un modo de sustento familiar, nunca se le tiraba a un pájaro que no fuese de recibo limpio, pues aún existiendo necesidades de comer, sabían que la única manera de volver a tirarle a ese pájaro que pintaba buenas maneras, era tirarle en la copa de la jaula. Hoy sin esas necesidades hemos involucionado y algún sabio en algún foro dice que las bulanas son recibo de pluma,acabáramos!!! Si los que realmente sabeis de esto no haceis artículos como este y sentais catedra de la de alta escuela, esto se pierde. Sólo espero que gente como usted sigan trasmitiendo la verdadera esencia del reclamo. UN SALUDO FRANCISCO MANUEL.

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  4. Gracias Francisco Manuel por tus palabras que, dicho se de paso, "bendicen" lo expuesto en mi artículo.

    El que suscribe, con sesenta y dos primaveras a las espaldas, ha cometido muchos errores en ese montón de años. Por eso trato no volver a tropezar en las mismas piedras. Ya no tengo ansias de cuantificar, sólo quiero divertirme con esta afición que corre paralela a mi vida. Aun así, el respeto nunca me va a faltar y, por ello, entiendo a otros compañeros/as, pero mi idea es mi idea y así lo transmito.

    Un saludo.

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  5. Ah Jose Antonio, ha dado usted en la verdadera tecla del reclamo de hoy dia!!! Si la gente no saliese a cuantificar sino a disfrutar de sus reclamos.. Que distinto sería esto!!! Veo por ahí listas con los pájaros tirados a cada reclamo... Tropelías!!!! Un buen reclamo no se mide por las perdices muertas, simonpor la dificultad de los lances que ejecuta y por como trata a la caza. La gente hoy sale al campo a matar para colgarlo o contarlo. Mi abuelo cuando tirabamos un par de perdices, me hacía jurar y perjuar que no se lo iba a decir a nadie, la caza era sagrada!!! Solo se contaban los puestos una vez acabada la temporada. Para mi lo único que ale en esta caza es que cuando tu te echas tu pájaro a la espalda y coges camino a casa, tengas tu conciencia tranquila de que has respetado al campo y a tu pájaro, vayan muertas o no. El ultimo día de veda este año tube cinco pajaros diferentes en plaza, tres hembras y dos machos, y uno de los machos se subiò en la jaula con el mio. El resultado, cero tiros, la jaula no estuvo a la altura de lo que un pájaro de monte, perdiz roja pura, se merece para perder la vida. No hubo recibo de altura y si bulanas y corte en el recibo cd estaban debajo. Se quedaba limpio con la cacería lejos y hasta un metro, cuando llegaban a dar vueltas se iba al suelo a " recibir" como dicen algunos en el esterillo. Si le tiras, carga el tiro seguro, y te crees que tienes un buen reclamo porque un dia último de celo cuando no tira nadie tu tiras cinco tiros. Pero el año que viene cuando la caza se ponga dura, el cada vez te va a pedir mas lejos el tiro, y al final, solo dará bulanas y pechigazos a la jaula cuando no se le vengan rápido. Un compañero no emtendía porque no le había tirado al pájaro, e incluso pienso que creía que me lo estaba inventando, pero amigo al colgarme mi pájaro a la espalda, era el hombre mas féliz del mundo. Si el reclamo no se viene al sitio que yo quiero, pues libertad y a probar con otro. Mi abuelo desde arriba, seguro que me estaba dando sus bendiciones. Es un ladrillo y lo siento por aquel que despues de leerlo, lo crea, pero aqui es de los pocos sitios en la red que creo que habrá a alguien aunque solo sea uno que no se lo parezca. Un saludo y gracias por este magnifico rincòn. Mi amigo Juan Nuñez, dice que su primo es uno de los grandes aficionados de la sierra norte, usted creo que hace buen honor a la fama de su apellido.

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  6. Gracias ante todo.

    De varios Lluch he aprendido lo poco que sé sobre esta afición. Ellos eran y son unos fenómenos, como es el caso de Jerónimo. Seguro que disfrutarías lo que no está escrito en los libros, escuchando sus historias que, curiosamente no lo son, sino que expone sus propias vivencias de sus muchos años con la jaula a cuestas.

    Saludos.

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  7. Desde aquí, quiero darle las gracias al compañero Juan Núñez -con el que tuve el placer de hacer en tren un viaje a Barcelona- por sus palabras hacia mi persona y afición.

    Jerónimo Lluch.

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