El pasado jueves, con la compañía de mi "socio" Rafa, asistimos por la tarde, junto a mi hijo Pablo, a una tirada de palomas en la finca "Comeuñas" (Gibraléón/Trigueros), propiedad de la familia Cuadri. En ella, pastan las reses bravas de la célebre ganadería del mismo nombre que, D. Celestino, puso en marcha en 1.954 y que, en la actualidad, está regentada por su hijo D. Fernando.
La jornada cinegética no estuvo nada mal, ya que mi hijo, cobró cuarenta y dos, entre zuritas y torcaces.
Una vez terminada la tirada, nos acercamos por el cortijo y charlamos un rato de cómo había ido la jornada. Al mismo tiempo, pudimos observar las muchas fotografías y recuerdos de diferentes momentos de la ganadería y de sonados triunfos de algunos de los astados criados por estos lares.
Una imagen de mi hijo en el puesto, del vuelo de las palomas, de la percha lograda y de uno de los frontales del salón del cortijo.
Silvio, espectacular y noble mastín, guarda la casa de la propiedad en unión de otras dos hembras de la misma raza. Su simple mirada impone, por lo que no sería yo quien me acercara de noche por las inmediaciones de la misma.
Pues, hablando, hablando, quedamos con el mayoral, D. José Escobar, en visitar la ganadería, en el día de hoy y, observar "in situ" y de cerca, las labores llevadas día a día con el ganado. Para ello, Rafa y yo nos montamos en un tractor que transportaba la comida para las reses y con la ayuda, primero de Juan Antonio -empleado de la finca- y, luego, de Celestino Cuadri Jr., nos fuimos enterando de qué, cómo y cuándo se hacen las cosas con los añojos, erales, novillos, utreros y toros que dan vida y gloria a tan afamada y carismática ganadería.
En la primera imagen, tomada a primera hora de la mañana, se puede observar a Juan Antonio, repartiendo la comida, ante la atenta mirada de los utreros que ,el año próximo, se lidiarán en Sevilla, ya con cinco años. En la siguiente, tengo al fondo los citados toros, pero un poquitín lejos.
,
La foto siguiente pertenece a un semental de cabestros y un precioso añojo, que luego se destinará a tal cometido.
Ante los noveles, sí me atreví a estar bastante cerquita de ellos. Anualmente, la ganadería consigue camadas de entre 3o y 60 ejemplares machos - este año ha sido flojita con solo 36 añojos- que, en un futuro próximo, darán gloria y prestigio al hierro, si hay espadas que no les importa ponerse delante de ellos y que, además, sepan el "género" que tienen entre manos, cosa que nos es nada fácil cuando hablamos del toro de verdad, como es el que cría la familia Cuadri en esta finca.
Vista parcial de los corrales y del embarcadero de ganado de Comeuñas.
Estos dos espectaculares y bellos utreros están destinados, en principio, para la feria de Madrid del próximo año.
Estos cinqueños se lidiarán, junto a otros hermanos, en la próxima feria del Pilar de Zaragoza 2011.
En esta instantánea, estoy acompañado por un "peazo" de chaval, con el que coincidí en la ganadería, Mario García Santos que, con once añitos, ya ha publicado un libro, que dicho sea de paso, me regaló un ejemplar con dedicatori incluida, - Mis saberes sobre el toro- relacionado con el mundo de las reses bravas, su gran pasión.
Aquí, se ve a Celestino Cuadri Jr. informándonos, con sapiencia y toda clase de detalles, sobre multitud de aspectos relacionados con el toro de lidia. En la segunda, posamos para la posteridad con el ganadero en el patio del cortijo. Las dos últimas, pertenecen al hierro y divisa del buque insignia de las ganadería onubenses.
En resumen, dos jornadas maravillosas. En ambas, con toda clase de atenciones por parte de la propiedad y sus empleados, pudimos admirar muy de cerca la belleza y el encanto del toro bravo, emblema nacional, y recibir información sobre el complicado proceso de su cría que lleva a cabo con máximo esmero y meticulosidad, año tras año, esta ganadería triguereña que, desde Tratante en 1966, hasta Frijonero en el San Isidro pasado, se ha preocupado, muy mucho, de sacar adelante el toro toro, como los anteriormente citados y otros tantos, sin regatear para ello, el más mínimo esfuerzo. Es más, quiero puntualizar, porque es de justicia hacerlo que, aparte del formidable trato recibido, en las muchas labores que necesita el complicado mundo de ganao bravo, en Comeuñas, "da el callo", desde el primero hasta el último -propietarios y empleados-, como personalmente he podido comprobar. Ya lo dijo D. Celestino, su fundador: trabajo, dedicación y perseverancia.
Ni que decir tiene, que te verè presentandooooooooo.TOROSSSSSSSSSS PARA TODOSSSSSSSSSSS.
ResponderEliminarUn saludo
Bonito reportaje Jose,tuviste que pasarlo bien y yo que me alegro,un abrazo desde Estepona.
ResponderEliminar