domingo, 6 de noviembre de 2016

LOS ESPOLONES O GARRONES EN LOS RECLAMOS DE GRANJA

Ahora que estamos en época de adquisición de "sangre nueva" para nuestros jauleros, este artículo puede servir, según mi opinión, a la hora de la compra de pollos de granja.


                                        Imagen de los espolones de un pollo y de Chimenenea

C

omo otras tantas cuestiones que rodean al reclamo, ésta que voy a desarrollar en este artículo es una apreciación personal, basada en los muchos años tratando con este “ganao”, pero que, con casi total seguridad, aunque es mi opinión, habrá quienes piensen lo mismo que yo e incluso ya haya sido publicada con anterioridad en otros medios. Aun así, como me gusta compartir lo que considero importante y lo poco que sé de nuestra ancestral afición, por si a alguien le pudiera servir o interesar, vayamos allá.

Haciendo un poco de historia, tengo que decir que, cuando aparecieron los primeros reclamos procedentes de granjas cinegéticas, allá por finales de los años setenta, y que se podían adquirir en tiendas y comercios del ramo, pues en cautividad desde siempre se había criado con reproductores autóctonos a nivel particular para utilizar los descendientes como pájaros de jaula, los ejemplares destinados a ello, procedentes de hibridaciones que nunca debieron llevarse a cabo, presentaban una morfología externa bastante diferente a lo que corresponde a nuestra perdiz roja española, Alectoris rufa. De esta manera, aparte de las diferentes tonalidades del plumaje y patas -no digamos su canto-, la muy inmensa mayoría de los machos que se adquirían con destino a reclamos, presentaban unos espolones enormes y, en muchísimas ocasiones, casi le ocupaban todo el tarso, es decir, lo que llamábamos espolones corridos. Huelga decir que, salvando excepciones, solían ser ejemplares más que fuertes y que, si exceptuamos los primeros años e, incluso, los primeros puestos de su vida como pollos, se ponían fuertes de recibo y no había quien le abatiera una patirroja. Eran unas monerías en la pared, hacían de todo y a la gente les entraban por los ojos pero, en el repostero, se transformaban en unos verdaderos sansones: cuchichíos fuera de tono y a destiempo, bulanas para asustar al campero más valiente, alambreos y pechugazos a la jaula cuando se le acercaba el campo... Es decir, unos auténticos gladiadores de los colgaderos.

Pues bien, desde entonces, y me dado un buen resultado hasta hoy, ni he comprado pájaros grandes de porte y, mucho menos, que tuvieran espolones o garrones de dicho tamaño. Eso no significa que lo contrario no sirva, solo que a mi no me gustan.

El porqué de tal proceder no es otro que la opinión que tengo de que, mientras más recortaítos sean y más pequeños tengan los espolones los pájaros de granjas, en principio, suelen ser más suaves o, al menos, así lo pienso y a mí no me ha ido mal actuando de esta manera a la hora de la compra. Eso sí, muchas veces, este tipo de pájaro tampoco sirve como reclamo, incluso llegan a agacharse cuando le entra el campo, pero el que rompe suele ser un ejemplar de jaula zalamero y embaucador con las hembras y atrevido con los machos, que es de lo que se trata. Por lo tanto, un reclamo para divertirse con él en el puesto.

Puedo estar equivocado a la hora de esta apreciación, pero los reclamos de granja que tengo y que “marchan” en el campo y se les tira cacería, incluyendo entre ellos a mi pájaro puntero Chimenea -aunque a él no lo escogí yo, sino que me lo sacaron de una caja donde había muchos con destino a repoblación-, todos poseen espuelas recortaditas y, curiosamente, la suavidad es la carta de presentación de todos ellos.

 Consiguientemente y para finalizar, por muy buena planta que tenga un pájaro y aunque en general me guste su estampa en los expositores de los que se dedican a la venta del pájaro de granja, si tiene espolones grandes, le doy de lado y no lo quiero. Las monerías que hacen allí suelen quedarse en eso, en monerías de pared.
                      Dos imágenes  de los espolones de dos pollos del año



Pd. Todo el artículo, como he dicho antes, es una opinión personal, posiblemente compartida por otros, pero, por supuesto, no es palabra de Rey. ¡Qué más quisiera yo!

3 comentarios:

  1. Dicen que la estadística es una ciencia de la que nunca hay que fiarse.
    Lo que si tengo muy claro es que el tamaño guarda más relación con la edad y la alimentación que con la procedencia o hibridacion, es decir que un granjero joven por lo general calza mas espuelas que un veterano de perdiz roja salvaje al cual se le reducen de tamaño aunque posea varios pares de espuelas como ya publiqué en alguna imagen en mi blog hace un tiempo. Además no le afecta al caracter o al cante.
    Un saludo
    Pd. Anochece en la sierra y ha comenzado a nevar.

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  2. Es de agradecer que comparta sus opiniones, apreciaciones y curiosidades, es obvio que todos tenemos una forma de pensar y de ver las cosas.
    La verdad que no soy tan observador, meticuloso mucho, pero hay cosas que paso por alto, como es este tema, quizás por falta de tiempo. Sobre el tema en cuestión, a mi me llama la atención, que los pájaros que tengo, todos “calzan” espolones dispares entre sí, es más, tengo un pájaro del año pasado que aún no tiene espolones, y tengo otro también del año pasado que le salieron los espolones en mayo de este año. También como caso curioso, este fin de semana se abatió un pájaro que solo marcaba un espolón en su pata derecha.
    De los pájaros que tengo, uno lo compré el año pasado que venía de una granja de Portugal, tiene sus correspondientes espolones y el nervio impropio de un “granjero”, este año veré si merece ser un discípulo o pasar a formar parte de voladera que tenemos en el campo. También tengo otro que aún siendo criado en granja, es 100% “aletoris rufa”, por lo menos en los “papeles” así lo certifican. Ambos pollos del año pasado que espero poder tener un puesto bueno esta temporada. Sus espolones son pequeños y redondeados, por lo que me da a mí que la comida tiene algo que ver en su desarrollo.
    Por último tengo dos pájaros de distintos años, uno con 3 y otro con 4 ambos de campo 100% que gracias a mi perra y que soy muy malo al vuelo… los tengo en casa. Los dos marcan espolones “puntiagudos” los mismo que otro que me regalaron también de campo el año pasado. Esto puede ser también un símbolo característico en los pájaros de campo. El tema es ¿quién tiene 10-12 pájaros 100% de campo para corroborar este tema?.
    Intentaré hacerle unas fotos y mandarlas para ver lo que le digo.
    Un saludo.

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  3. Muy buenas a los dos Juan Luis, Rosa y Núñez.

    Aclarando que es gerundio. Lo escrito, aparte que es mi opinión, como digo al final, no es palabra de Rey.

    Quiero decir que es lo que he observado, y siempre refiriéndome a los pájaros de granja, no hablo de campo. Es más, lo que dejo claro es que yo, aunque sean unos figuras, pájaros con espolones grandes no los quiero. Que los puede haber buenos, siendo grandes y con espolones enormes, seguro. Pero como los cuquilleros somos caprichosos, mi caprichito son los perdigones recortaítos y con espuelas poco voluminosas.

    Por supuesto, dejar claro que los estereotipos en el reclamo no existen, el blanco o negro nunca se repiten.

    A los dos quiero daros las gracias por participar y darles al personal que entra en blog vuestras opiniones.

    A Juan Luis Núñez decirle que tenemos una llamada telefónica pendiente para algo que es suyo.

    Saludos.

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