viernes, 14 de febrero de 2020

SEGUNDA QUINCENA DE LA TEMPORADA DE RECLAMO.


Ronquillo espectante observando el campo.


Hablar de que “febrerillo el loco” no tiene un día igual que otro es volver a repetir lo que venimos haciendo año tras año, pues nuestro refranero popular está basado en hechos y fenómenos que han sido puestos de ejemplos, con cierta veracidad, desde tiempos ancestrales. Por tanto, huelga decir qué en esta quincena, primera de dicho mes, ha habido de todo menos lluvia: algunos días buenos para la práctica de nuestra afición, días con una calor de bochorno para la época que estamos, luego frío e intensas nieblas.  Pero lo de más inri es que dichos cambios, para que no falte de nada, han sido de la noche a la mañana y ello para la perdiz, como bien sabemos, no es bueno. Además, no ha caído ni una gota, por lo que las camperas han tomado tierra y, si ya de por sí están malas, con ello, mucho peor. Cuestión que no es una novedad, pues las perdices autóctonas cada año que pasa están más reacias a entrar en plaza y, lo que es triste, empiezan a ni a cantar. Por ello, las que se acercan a la jaula, la mayoría de las veces, lo hacen de callada y sin el más mínimo “entusiasmo”, por lo que, a las primeras de cambio, salen de estampida del tiradero, rasa, plaza….

Pues bien, hace ya bastantes años, con niebla, lluvia, frío, viento… se daba el puesto y existían bastantes posibilidades de existo, hoy, no. Al menos, por estas tierras, el Andévalo onubense. Por este rincón de Andalucía, las patirrojas salvajes casi nunca están en condiciones. De esta manera, las culadas y jaulazos suelen ser lo normal y, como resultado de tales situaciones repetitivas, los reclamos se van viniendo abajo poco a poco y, en ocasiones, terminan por no cantar o alambrear cuando llevan un cierto tiempo en el repostero sin nadie que cambien “opiniones” con ellos.

Sin embargo, como apunté en el artículo anterior es o que hay y con ello tenemos que apechugar o, por el contrario, ir a la repoblación, que, dicho sea de paso, hay que hacerlo con la cabeza muy alta, siempre que la misma se lleve a cabo como se debe hacer. Es decir, con una buena gestión en la finca y con sueltas en su momento -sept./octubre-, pues ir a cotos intensivos en donde se “plantan” a diario ya no es lo mismo. Digo esto porque, cuando se habla de perdiz de granja, parece que quien practica su caza con el reclamo es de segunda división y no es así, aunque haya diferencias entre ella y la autóctona. Sin embargo, y vuelvo a repetir una vez más, en todos los rincones de nuestra tierra no hay perdiz salvaje, luego habrá que llevar a cabo nuestra afición con lo que haya en cada provincia/municipio.

Lo importante, como bien sabemos todos, es salir al campo a pasarlo bien, sea cual sea el “genero” que trabajemos, pues no tendría sentido buscar en el fin del mundo perdiz autóctona, dígase sierras andaluzas, y luego coger sofocón tras sofocón.

En esta línea y hecha esta larga introducción diré qué, en esta quincena, como siempre, ha habido de todo: buenos, regulares y malos puestos o lances y reclamos que han dado la talla y otros que han no han hecho nada de nada. Aunque haciendo gala de la muy repetida paciencia pajaritera, hay seguir ilusionado, porque no hay “más cera que la que arde”.

A modo de resumen, un pollo me regaló con un buen puesto y le tiré una pareja, aunque luego haya hecho el ridículo en otro lance. Otro novel, Cantalejo, de Perdices Tavi, se está reafirmando como un buen proyecto de reclamo. Salida a levanta cobija, como dicen en Granada, muy buena música, mejor recibo incluyendo titeo y cargando tiro como una “persona mayor” es su tarjeta de visita. Es neófito y todo puede ocurrir, pero sus muy buenas faenas, incluyendo ganao salvaje, no hay quien se las quite. Luego, los cuatro o cinco ya placeados siguen en su línea, pero tropiezan con un campo malo de solemnidad, aunque de vez en cuando se les apriete el gatillo. De hecho, los autóctonos de La Dehesa se han puesto en un plan, que la sola empresa de hacerles acercarse al cazadero ya es una proeza del reclamo. No cantan y, por supuesto, no entran a la jaula con argumentos. Está claro qué si ya de por sí es una zona donde la perdiz es fría, con la construcción de la Presa del Andévalo y las nieblas continuas que ésta produce, la nueva situación es peor todavía.


Tres tomas de esta quincena. En la primera se ve a un pollo del año. En la segunda Panderón observa a una hembra en plaza. La tercera nos muestra a Serrano entrándole una pareja en el tiradero.







Para finalizar, decir que pronto el día 18 de febrero harán diez años -aunque parece que fue ayer- que se abrió este humilde blog y creo que ya va siendo hora de ir diciendo adiós. He hecho y aportado en este tiempo lo que he podido y sé por nuestra afición. Por consiguiente, espero que haya servido de algo este esfuerzo y solo me resta dar las gracias a quien haya perdido su valioso tiempo, más de 350.000, en visitarlo. Es obvio que ya no es fácil continuar, pues se caería en numerosas repeticiones y alguna que otra contradicción, cosa normal con el paso de los años. Debido a ello, es mejor cerrar en el momento justo y éste creo que ahora. Por tanto, concluiremos la temporada de reclamo y…, se acabó. El tiempo será juez inequívoco de tal circunstancia, pero hay que saber decir hasta aquí llegó la cosa.

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