miércoles, 8 de septiembre de 2021

REFLEXIONES PERSONALES SOBRE LA CAZA DE LA PERDIZ CON RECLAMO

       De nuevo, traigo al blog este artículo de Vicente Hurtado, en donde expone sus pensamientos y opiniones sobre nuestra modalidad cinegética.

                                            ooo O ooo

Antes de nada, quiero dejar claro que todo lo que les voy a contar y los comentarios que voy a hacer sobre la caza del reclamo, están basados, sola y exclusivamente, en mi experiencia personal, en las muchas horas metido en un puesto, en el mucho tiempo de conversación con aficionados y en los reclamos que he manejado a lo largo de mi vida, sobre todo en esto último.

Porque son los reclamos los que nos enseñan a nosotros  y no al revés.

Por lo tanto, mis opiniones son completamente subjetivas, es decir, “son las mías”, las de Vicente Hurtado, y no tienen que coincidir necesariamente  con las de ustedes.

Esta caza se basa, sola y exclusivamente, en la experiencia personal de cada cazador. Digo esto porque, como norma general, el pajaritero está solo dentro de su puesto sin nadie que vea lo que allí está ocurriendo.

Esta modalidad es algo muy íntimo, no tiene nada que ver con la caza del conejo con podencos, la perdiz al salto, la perdiz en ojeo, ni por supuesto, con las bulliciosas manos de galgos y liebres en las campiñas.

Nuestra modalidad cinegética es personal y, como consecuencia de ello, cada uno la interpretamos de un modo y le damos a nuestros reclamos un nivel u otro en función de los pájaros que hemos tenido o que hemos cazado y del nivel que hayamos visto en ellos, de tal  manera que, aquel reclamo que para uno es un fenómeno, para otro es un pajarito de apaño.

Cada uno tenemos nuestro trabajo, nuestra situación, una etapa y un lugar en el que vivimos y son esos factores  los que nos permiten poder cazar más o menos.

Por duro que parezca o mal que pueda sonar, esto que acabo de decir es una realidad innegable. No es lo mismo ser cazador de reclamo en Cabra que en Madrid, ser socio de una sociedad de cazadores que tener que pagar varios miles de euros para coger una acción de un coto de reclamo, etc.  En fin, el momento que vivimos es así y no tenemos más remedio que amoldarnos a éste.

Si se caza mucho, se tiene la suerte de manejar buenos reclamos y se sabe analizar lo que nos va ocurriendo, se llegará a tener una opinión más o menos competente sobre esta modalidad, pues se habrán vivido muchos lances en el campo que son los que  aportan la información necesaria para saber de qué estamos hablando.

Si se caza poco, por muy inteligente que sea el cazador,  tendrá poco criterio ya que no habrá vivido las suficientes “clases prácticas” en el campo, como para poder hacer  comentarios  con conocimiento de causa.

De todos modos hay que tener claro que, por mucho que se haya cazado y por más buenos que hayan sido los pájaros que se hayan tenido, nadie sabe de esto lo suficiente como para dar clases magistrales a los demás y todos los aficionados -sobre todo los que ya llevamos en esto muchos años y hemos vivido bastantes lances distintos-, sabemos que nadie llegará a saberlo todo sobre reclamo por un único motivo: cada reclamo es único e irrepetible.

Es por ello que, aficionados muy veteranos, siempre repiten que “se muere uno de viejo sin saber de reclamo”

                                   Vicente Hurtado Navarro.

1 comentario:

  1. Muy buenas.

    Como siempre y ante todo, agradecer a Vicente Hurtado su constante colaboración con este blog, que se mantiene rondando los doce años, pero como dice Damián Boza, en un comentario del artículo anterior, Facebook, Instagram y otros canales hace tiempo que le ganan la partida. Aun así, ahí seguimos por el momento, aunque el final empieza a sobrevolar por mi mente, pues es un gran esfuerzo y poca satisfacción.

    Sobre el artículo, como él bien deja claro, solo añadir que la soledad del puesto es la que esculpe al pajaritero para bien o para mal, pues solo él es notario de los momentos que dentro del aguardo se producen que, por supuesto, al igual que los reclamos, son únicos e irrepetibles.

    Saludos.

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